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16 de enero de 2020

Elegir

Con la desidia en el cuerpo,
que induce la tarde de estío,
me preguntas si recuerdo
aquello que hemos perdido.
Me hablas de otros tiempos,
otras gentes, otros motivos...


Suspiro un segundo, y te miro,
esperando ese momento
en el que pares a hacer recuento
de todo lo que hemos vivido,
y me digas que en tu balanza
gana el estar aquí, conmigo.

Porque feliz es el que bien elige
y mantiene toda la vida lo elegido.

24 de septiembre de 2012

El momento justo


Nací de cara para no perderme nada desde el primer segundo tanto, que me sacaron de la boca como un pez. Debía ser mi sino.
Me ha ido mal muchas veces por ir adelantada, por estar cuando aún no se me esperaba. Lo justo tiene su momento y es un arte que no domino.
He llegado a comprender que lo que no veo lo siento, me lo dicen los gestos, el olor, los silencios.
Siempre he ido un minuto adelantada, así me va la vida.  Y algunas veces aunque ya estoy ahí, prefiero que no se sepa. Porque llegar antes no es llegar puntual y lleva años llegar a entenderlo.


3 de abril de 2012

Mutando de nuevo.


Tengo la primavera alterando biorritmos.

Descompensando los tiempos.

Tengo la piel mutando de nuevo,

perdiendo escamas, ardiendo...ardiendo.

Por no alcanzar todo lo que me pide el cuerpo,

me crujen los huesos.

Tal vez crujen de las primaveras que acumulan,

pero no cejo

de buscar cobijo entre tus huecos,

de asaltarte desde mis sombras,

de reírme de que puedas, algunos días turbios,

aguantar a pie firme mis vientos.

Tengo la piel mutando de nuevo,

transpirando letras, ardiendo...ardiendo.

Necesito que refresques con tus nubes el cielo,

necesito más noches,

necesito más tiempo...

Tengo las risas saltando del pecho,

tengo tus horas borrando mis ceños.

Me piden los huesos,

tu fuego,

mi fuego.






21 de marzo de 2012

No hay tiempo para versos.

No tenemos tiempo para versos, ha muerto la poesía", me dices.

Me da igual la poesía, realmente. Si riman mis letras es por inercia,
ni lo pienso, ni lo pretendo, ni lo busco.
Lo único que necesito es ritmo. Silencios.
Ritmo.
Ruido.
Ritmo...
Que vayas y que vengas para que tu onda se acople a la mía.
Ese golpear de tu mundo y el mío.
Esa colisión.
Y entonces...
Entonces no puedes decirme que no existe poesía.

Porque la poesía no son rimas ni versos, y lo sabes.

Las sombras que dibujan nuestros cuerpos, son poesía.
La humedad que desprende la piel ardiendo. El sueño.
Incluso este invierno,
es poesía.


31 de enero de 2012

Lapso


Él tiene su vida, y yo tengo algo parecido a una vida.

Divergen.

Exponencialmente a mis ganas de verle, nuestros pasos tienen la mala costumbre de chocarse.

Y entonces siempre pierdo mi sombra y tengo que pedir prestada la suya, para sentirme bajo cobijo.

Porqué sin sombra no dejas huella, y a mi me gusta marcar mi caminar. Aunque sea a través de su piel.

La luna sale y se pone. De nuevo le pierdo el rastro.

Un lapso nada más. Lapso de vida, de sueños, de debilidad...

Un lapso y todo volvía a la normalidad habitual.

A mirar, bajo la luz, mi silueta y sólo ver mis pies.