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martes, 29 de abril de 2025

Incertidumbres


                              

A veces no soy agradecida con la vida. Durante muchos años viví enojada con ella y conmigo misma. Todo era ira y tristeza. Estaba enfadada con el mundo. Sin quererlo, a veces siento que no consigo sacudirme ese enojo. Pero no es contra la vida que tenía o tengo. Mi día a día. No.

Porque mi día a día es tranquilo, está lleno de buenos momentos. Mi trabajo y mi vida en este hemisferio me ha permitido estar en casa con mis perros. Dedicarles el tiempo que necesitan. 

Pude acompañar a Chinchu en su vejez y en sus últimos momentos. 

Pero es como si la vida de allá afuera me hiciera enojar. Algunas personas. 

Muchas personas. 

La desidia que hay en el mundo en todos los aspectos. Ya sé. Justo hablábamos este fin de semana pasado con un amigo de este tema. Él es un chico extremadamente sensible y le duele el mundo y sus injusticias. Lo escucho y pienso que yo era así antes, como él. Era.

Caigo en la cuenta, que entré un poco en esa especie de "disociación" en la que vive mucha gente hoy en día. Me aparté tanto del mundo y de su dolor que vivo en mi propio universo. Y salgo de él muy de vez en cuando. Y cuando lo hago debo hacer un gran esfuerzo para que me resbale todo ese dolor ajeno.

Y vuelvo a sentir ira y tristeza. Ahora por hacer mucho menos, por no estar en primera línea, por no hacer todo lo que hacía antes, por ayudar menos en mis "causas"...pero de ello depende mi salud mental. 

También me doy cuenta que tengo miedo. Miedo a volver. Que estoy hecha un mar de incertidumbre, que a veces pienso que volver es lo mejor, que en España todo es ordenado, todo está limpio, más seguro,  todo es menos caótico, todo es más...más lineal, más previsible...¿lo es? 


martes, 22 de abril de 2025

Casilla de quejas y embafes varios


 

Creo que no sirvo para hacerme mayor. Aunque lo sea.

Tampoco sirvo para tener grandes responsabilidades. Ni en un trabajo ni en casa. Muchas veces agradezco no tener hijos. Creo que sería muy infeliz. Las preocupaciones me matan.

Tampoco sirvo para pensar en el futuro aunque toda la vida andemos haciéndolo con más o menos fervor. Pero cuando eres joven el futuro se ve lejos, con muchas posibilidades. Ahora las posibilidades van acotándose y si le ponemos el súper plus de la vejez es como una gran copa de fresas con nata. Terminas "embafat" (expresión catalana que significa: sentirse pesado, lleno, debido a su dulzura o grasitud. También significa cargoso).

Dije que 2025 sería una mierda. Pues lo sigue siendo. Creo que puede ir a peor. 

Me lo tomo bien. Aunque con un poco de estrés. 

Pienso en muchas cosas y sé que debo estar agradecida por todas "esas otras cosas" que salen bien, que son muchas. Pero igual estoy hasta el moño. 

Hoy estoy hasta el moño. Siempre digo que debo escribir más. Encontrar más tiempo. Restarlo a cualquier pantalla. Leer más. Y desconectar. 

¿Alguién sabe cómo hacerlo? Yo no. 

Igual me gusta pasarme por aquí y dejar mis quejas, como si fuera la casilla de quejas de cualquier oficina de cualquier cosa. Llegas, escribes, reputeas y te vas tan contento.

Al menos no molesto. O eso creo. 

Las preocupaciones y el futuro es de gente mayor, no recuerdo tener pensamientos recurrentes de trabajo, de lugar de vivir, de enfermedades o familiares viejos cuando era más joven. 

Hace unas semanas mi prima me decía: los papás se están haciendo grandes...Y yo la miré detenidamente y vi a esa niña flaquita que gritaba a pulmón cuando se enfadaba o cuando se reía con los morros llenos de chocolate de las lionesas que su padre (mi tío "el pastisser") traía los domingos cuando nos juntábamos la familia a comer y a los niños nos ponían en una mesa en la cocina y la liábamos parda con el postre. 

¿Tanto tiempo pasó? Pasaron nueve años desde que estoy en este hemisferio. Y pasaron un millón desde que fuimos pequeños. Eso me alegra. Odiaba ser pequeña. Odiaba ser un "ser" indefenso a merced de los "mayores". 

Pero ahora me empieza a dar miedo envejecer. Es un coñazo. 

Nada, ya se me va a pasar. 

O no.





Enciende La Pista
Pump Up The Jam

Enciende la pista
Enciéndela
Mientras tus pies están pisoteando
Y la gente está palpitando
Mira ahí la multitud está saltando
Enciéndela un poquito más
Que la fiesta continue en la pista de baile
Mira, porque ahí es donde está la fiesta
Y lo descubrirías si lo haces

No quiero un lugar para quedarme
Pon tu trasero en la pista esta noche
Alégrame el día


miércoles, 4 de diciembre de 2024

Chinchu


El lunes 2 de diciembre murió Chinchu. 
De un edema pulmonar.
Tenía una limpieza dental (porque habían visto en sus últimas radiografías una muela con un absceso). No me planteé que hubiera ningún problema con la anestesia porque habíamos hecho todos los estudios necesarios para ello. 

Pero sí la hubo, esta vez.

En estos días pensé que hice todo, pero hoy me queda una sensación amarga. Quizás tardé demasiado en llevarlo a urgencias...Sé que todo fue muy rápido, pero...

Siempre los "peros y  los hubiera"...

También sé que él lo hubiera pasado horrible en el veterinario, solo, con gente extraña. Era tan especial, tenía tanto miedo y desconfianza. Sólo estaba bien (más o menos) conmigo. Creo que recordaré ese trayecto en taxi con la cabeza de Chinchu en mi hombro, totalmente ido, ya no estaba, se había evaporado a otro plano...Yo le hablaba y le besaba la cabecita, le decía que estuviera tranquilo. 

Me dió un ataque de tos y me costaba respirar ( se me había metido una pelusa de esas de los árboles plataneros). Él tampoco podía respirar bien. Tenía las mucosas un poco azules y yo sabía que todo andaba muy muy mal. En el veterinario seguía sin estar, sus ojos se iban apagando, respiraba mal. Su cuerpito no respondía. Sólo pensaba en que se quedaría internado, solo, sin mi, con gente que no conocía, asustado, sintiéndose mal. 

Se fué. Casi enseguida. Quiero pensar que siguió sin sentir. Ido. Sin casi dolor. Sin dolor. Inconsciente. Que se fué sintiendo mi cuerpo que lo abrazaba en el taxi, mis besos, los latidos de mi corazón, mis manos acariciándolo. No quiero pensar en dolor en su último momento. 

Ahora, es todo tan silencioso...no llora, no se despierta a las noches, no tengo que lavar sus mantitas...ahí está su cajita con sus suplementos, sus medicamentos y un cajón del congelador lleno de pollo.

Tengo una foto con su mirada, esa mirada siempre llena de preguntas. No tengo ganas de hacer nada. No quiero trabajar ni quedar con nadie, no quiero hablar de nada, sólo de él y de ¿mis pequeños remordimientos? Quizás por no llevarlo media hora antes, por no haberme dado cuenta que algo andaba mal...

Pero luego me repito una y otra vez, mientras lo miro, en todas las fotos y vídeos que tengo en el teléfono; que es mejor así. Para que no sufriera demasiado. 

Porque él hubiera sufrido mucho. Ese carácter tan desconfiado y miedoso. Y llevaba tanto tiempo mal...Estos dos meses fueron para unirnos más. Intenté hacer todo para que estuviera bien.

Ojalá lo haya conseguido. 

Me va a costar superar a Chinchu, fue un perro demasiado especial y no nos separamos nunca en estos 8 años. Era único, como todos los perros. 

Era mi viejito, mi Chinchulín chinchudo. Era el "personaje" del barrio. 

Era mi amorcito animal.

Te quiero mucho Chinchu.

Our Love Is Easy.



                                       



miércoles, 21 de agosto de 2024

Adelante


 Últimamente salimos poco. La excusa son los perros. Son cuatro y aunque se portan bastante bien no están acostumbrados a estar solos y con el tema de que puedan ladrar y molestar a los vecinos nuestras salidas se acortaron mucho.

Pero ayer fuimos a merendar. Me salté mi prohibición de tomar café a la tarde y lo pagué con mi noche loca de insomnio. Cómo me gustaría tener el "gen" del café y poder tomarlo a cualquier hora. Bueno, no es así. 

Se acercan los días de nuevas pruebas y análisis para controlar el...iba a poner "alien" para suavizar pero la verdad que ya no le pongo nombrecitos al cáncer. No es un alien, ni un bicho, ni un ser maligno; es un mieloma múltiple. Punto.

Como todo cáncer chungo se debe controlar cada seis meses. Y un mes antes mi compañero está taciturno, se despierta a las cinco o seis de la mañana, no sonríe y ocupa a tope su tiempo.

Ayer hablamos de eso. 

- Uno tiene la angustia aunque no se lo parezca. Aunque pienses que estás tranquilo la preocupación y la incertidumbre aparece de diversas formas.

Y es así.

Mientras comíamos las medialunas, él me miró y me dijo: - Imagina cuando estemos en España  tomando un café tranquilos en una pequeña cafetería de alguno de esos pueblitos costeros que conoces...si todo va bien...

Si todo va bien. 

Es como si se detuviera el tiempo. Este mes de agosto está siendo tan raro...y luego piensas en cómo te afectan unos análisis de sangre y un turno con el médico. Y qué larga se hace la espera. Se congela todo el futuro. 

El trabajo se me hace pesado, no me salta ni una idea, la creatividad desaparece, el cansancio hace su aparición y cada uno anda con sus cavilaciones. 

Y luego siempre hago lo mismo; todo está bien. Todo está bien, todo sigue adelante, el viaje, la mudanza, la nueva casa, los cafés por descubrir, los paseos por la montaña con los perros, las visitas a pueblos pequeños, un viaje de fin de semana a París...y todo estará bien durante un tiempo más. 

El tiempo suficiente para poder disfrutar de pequeñas cosas. Las importantes.




jueves, 15 de agosto de 2024

Agosto hace que olvides todo.


                                                                    Costa Brava 
 

-Las cosas están muy mal aquí Judit, yo de ti pensaría bien en volver...

-Está todo muy caro ...

-Está muy difícil...

-Tú ahí vives muy bien ...

Y así una retahíla de frases, una detrás de otra. No es que no quieran que vuelva, es el "deje" español: Quejarnos es nuestro deporte nacional. Con eso no quiero decir que no podamos hacerlo y que no sea con causa pero a veces es una queja sin pensar realmente en cómo están los demás. 

Vivir en este país (Argentina)  no me da un derecho especial a opinar si han cambiado o no las cosas en Europa. Pero sí me da una perspectiva de todo lo que tenemos y no valoramos o no lo hacíamos.

España, ese país pequeño siempre en guerra consigo mismo. Obviando sus privilegios; la tierra, los paisajes, la manera de vivir, la seguridad. Esto último lo más importante y que la gente desprecia con tanta mezquindad.

Seguridad. Aunque cada año que pasa se complique más, no se puede comparar con Latinoamérica. 

Y no hablo sólo de seguridad al pasear, al salir a trabajar, al pasear a tu perro, a llevar los niños a la escuela. Seguridad de que no te asalten con un arma y te disparen porque el niño de 8 años que te apunta no le importa una mierda su vida porque su vida no tiene futuro.

Seguridad a que mañana la leche no se duplique y pasado se triplique. Que cada tres meses te ajusten el tanto por ciento de lo que subió el dólar a tu piso de alquiler. Que tu sueldo no suba a la par. Que hoy una camiseta o un pantalón vale el  7% de tu sueldo y desayunar cada día en una cafetería sería el  11%.

Que comparar España con Venezuela es una gran falta de respeto. Ni siquiera los Argentinos pueden hacerlo. Porque no, NO es lo mismo. Ni nos acercamos. 

-Está todo muy difícil Judit...

Mis amigos y familiares No son gente de pasta, no les sobra, todos son trabajadores.

Pero la mayoría se ha ido de vacaciones: a Praga, a Biarritz, a Lanzarote, a Mallorca...otros a casas rurales por Cataluña, otros al País Vasco...

Mi madre es un claro ejemplo de señora jubilada con una pensión pequeña. Pero se va a desayunar algunas veces a la cafetería de su barrio. Se toma un autobús y se va a la playa. Queda con sus amigas para almorzar o para bailar.

No tiene grandes lujos si de lujos hablamos de ropa, zapatos y viajes en crucero. 

Pero su vida es tranquila.

Aquí muchos jubilados todavía trabajan y no tienen una vida tranquila.

La mayoría de las personas tienen dos trabajos. "Changuitas" como dicen... y esa mayoría no puede permitirse "el lujo" ni de ir a desayunar, ni almorzar de "vez en cuando".

España está a años luz de parecerse a Latinoamérica aunque todo haya empeorado. Aunque le vayamos pisando los talones.  España no tendría la inmigración que tiene si no fuera un buen lugar para vivir. Un lugar seguro. Que es lo que olvidamos cada día los que tenemos pasaporte de la comunidad europea.

Y me agota escuchar a mis colegas, que todo está tan y tan mal...me agota.

Una de las cosas que hizo que mi cabeza hiciera "el click" para volver es la seguridad. Es casi improbable que te asalten para robarte el celular o la bicicleta. O te esperen a la noche en la puerta de tu casa. 

Y ahora, yo necesito vivir en un lugar pequeño, donde la playa está a 40 o 50 km y no a 400km. Donde puedes visitar cualquier ciudad de la península en tres días. Donde todo está ordenado y limpio. Donde puedes proyectar futuros sencillos y seguros...

La decisión fue dolorosa. Pero al final siempre debes ver lo que más necesitas y lo que en verdad es.  Y la realidad es que en España se vive mejor. Por desgracia no lo valoramos hasta que vemos otras realidades.







miércoles, 31 de julio de 2024

Menos dramas caperucita

                              

Odio el drama en la vida real. La vida ya es un drama eterno por todo lo que pasa ahí afuera. Cosas horrendas que les pasa a otros. También a uno mismo para qué engañarnos. Muchas cosas, demasiadas. 
Pero soy de las que piensa que siempre puede ser peor. 
Así que dramas los justos.

Pero veces estoy tan saturada que necesito patear algo. Ahora pienso porqué jamás me apunté a kickboxing o a kárate. Será otra de tantas cosas que no hice por no sé...por algún miedo o alguna manía. 
Y ahora me siento demasiado vieja, demasiado oxidada.

Drama en series de televisión o películas que al final nunca lo son tanto como en la realidad. O en la música donde el cantante puede transmitirte su dolor o su ira.

Drama en el blog. Cuando escribo. Y me pongo todo lo dark que necesito y lleno Pinterest de imágenes oscuras y elijo la que me hace sentir menos cuerda.

Drama que se queda en palabras, se escupe y se vomita. El drama real es para histéricas que lloran en las esquinas todo el tiempo y que necesitan que alguien las consuele. 

Mi drama es la ira. Es el enojo en lugar de la pena. Es enfadarme con la vida y el mundo en general.
Ese mundo inmundo lleno de violencia que todo lo destruye. Que te aplasta. 
¿Dónde escondernos? ¿ a dónde huir? Si ningún lugar es mejor hoy en día.

Y la vida se convierte en miedo si no la controlas. Si no te escapas a lugares donde la oscuridad no te atrape. Sólo vivas en color y nunca entre el blanco y negro.









miércoles, 24 de julio de 2024

Entre vuelos fugaces



28 de Enero/24 de Julio

Llegar a Devoto fue más rápido de lo que esperaba y no me equivoqué ni una sola vez.

Mi orientación es pésima. Daría lo que fuera por tener un extra sentido ( tipo Spiderman) porque ni Google Maps puede con mi torpeza.

Pero como preguntando se va a todas partes, aprendí en esta "ciudad de la furia" a preguntar mil veces antes de caminar innecesariamente.

Además con este acento Español y esas "eles" tan catalanas no paso desapercibida ni que vaya de incógnito. Así que cada vez que pregunto, me miran, me sonríen y casi que me abrazan...

¿Cómo no sentir desasosiego? Nunca me sentí tan cómoda en un lugar como aquí en Buenos Aires.      Hay mil cosas que no me gustan. Pero hay mil que me fascinan. 

Aquí encontré una paz y una tranquilidad que nunca encontré en mi país de origen. La verdad que no puedo explicar muy bien cuales son verdaderamente mis sentimientos cuando me siento a escribir. Porque quizás son sensaciones de cosas cotidianas que vivo aquí día a día. 

Pero no quiero enrollarme...llegué puntual y me topé con una tatuadora de lo más simpática y cercana. 

¿Cómo me pude tatuar Argentina en el brazo? Es algo que no logro explicar. Todo 2023 estuvo lleno de incertidumbre y zozobra. Sí, zozobra llena de angustia y vacío. Volver a un lugar que ya no es el que dejé. Yo no soy la misma de hace ocho años atrás.  Y el mundo tampoco. 

Miedo. Porque todo es diferente. Los trabajos, la gente, la manera de relacionarse. 

Una de las cosas con las que siempre estuve cómoda aquí es algo que parece estúpido pero en el fondo no lo es. La política de una país que no es el tuyo la sientes con algo de indiferencia. Te informas, lees, escuchas pero nunca terminas de inclinarte para ningún lado. No creciste con sus problemas, sus dramas, su historia. Entonces al no tomar partido lo ves desde arriba. Quieres que todo vaya bien, que el país mejore pero no entras en la grieta. España tiene una grieta enorme. Quizás en este momento es mundial. Pero la grieta en España existe y sé que me afecta. 

Es más fácil vivir acá y que te amen sólo por escucharte. Decidme "pava" a mi edad pero estoy harta de conflictos. Hasta el moño.

También me encontré con un trabajo que me gusta mucho y no sé si podré seguir con él.

Y bueno...

El regreso estuvo igual de sincronizado, sin ningún problema. Cuando llegué a casa mi pareja me preguntó cómo me había ido. Sonreí. Le dije que le había mentido y que no había quedado con mi clienta/amiga. Le enseñé el tatuaje. 

Lo conozco bien, sabía que en su imaginación el tatuaje ocuparía todo el brazo y parte del cuello. Ya me veía como un futbolista...Era mejor una mentira piadosa a que le diera un ataque al corazón por ansiedad.

 Y como buen argentino no puede entender que esté tramitando los papeles para la ciudadanía y que me hiciera ese tatuaje. Pero en el fondo sé que le emociona. Vi su sonrisa.  

Uno a veces no sabe porqué hace lo que hace. Es un simple tatuaje. Pero cuando esté allá recordaré todo lo que viví aquí. No puedo saber qué sentiré en ese futuro no tan lejano. Sé lo que siento ahora y es una mezcla de tristeza con angustia y esperanza a que todo vaya bien.






Con la luz del sol Se derriten mis alas Solo encuentro en la oscuridad Lo que me une con la ciudad de la furia. Me veras caer Como una flecha salvaje Me veras caer Entre vuelos fugaces Buenos Aires se ve tan susceptible Ese destino de furia es Lo que en sus caras persiste.

jueves, 18 de julio de 2024

Sincronizaciones


28 de Enero 2024


El día anterior casi no pude dormir. No fue la cafeína porque mi único café fue el del desayuno. 

Una parte fue por mi pareja que se movía inquieto por la fiebre. No podía dormir, tenía mucho frío aunque en la habitación  estábamos a más de 25 grados. Se quiso vacunar por sexta vez del COVID.


Me levanté a ponerle dos mantas porque empecé a notar que tiritaba y solo decía; tengo frío, tengo frío...


Luego el pequeño Chinchu, empezó a revolverse en su camita. No encontraba la postura para dormir y empezó a jadear. Algo que le viene pasando desde hace un tiempo. El veterinario dice que puede ser su "asma" o que le duelen las articulaciones. 

-Es la edad...


Al jadeo le siguió un lengüetazo intermitente. Encendí el móvil y con esa luz lo miré y ya estaba en su postura característica. El cuerpecito alargado y su cabecita apoyada en el almohadón. Tragando saliva sin parar.


Me levanté de nuevo y fui a buscar Factor AG , un medicamento de niños para los cólicos. Mano de santo. Un cuenquito, un poco de calabaza pisada y 10 gotas. 


Volví a la cama. En la habitación hacía mucho calor. Un mosquito me perseguía desde hacía rato. Y eso que tengo uno de esos aparatos de Raid pero los mosquitos de hoy en día son tan resistentes y grandes que no solo te miran a los ojos sino que te retan.


Busqué el  lado de la almohada más fresquito, previamente dándole tres o cuatro vueltas. 

Si, soy una volteadora serial de almohadas.


Aún así no conseguía dormir. 

Me vino a la mente mi decisión.

¿Será acertada?


Ay! Bueno...ya empiezo con dudas cuando hace un año que lo estás pensando Ju. Y cuando tienes turno para mañana a las once. Ya no hay tiempo de retractarse.


Este año pasado fue un año demasiado intenso. Doloroso.

Con mucha ansiedad. 


Parece que a mi los cambios me vengan de siete en siete...aunque este será el número ocho por una cuestión de logística.


Al final la decisión de volver se materializó.

Con todo lo que ese peso conlleva. 

Mi edad. Volver. Mi trabajo. Volver.


Mi pareja que puede enfermar en cualquier momento y por eso quiere vivir otra vida en otro país. ¿Cómo decir que no si yo también lo hice?


Volver. Mis perros. Mis 4 perros deberán pasar por un vuelo de 12 horas, un encierro en una transportadora, papeles aduaneros, gente desconocida. Estrés y miedo. 


Un lugar nuevo, que espero sea mejor para ellos. Los compensaré con paseos infinitos en la montaña y la playa.

Aunque ellos sean animales de asfalto como mi pareja. ¿Se acostumbrarán?


Las tres de la mañana. Caigo muerta.


Suena el despertador a las 7.30h.

Me levanto bastante bien a pesar de la noche de fiesta loca que compartimos mi pareja, el mosquito, Chinchu y la humedad.

Suerte de este ventilador de techo que al nivel 2 es como estar en los Pirineos.


Da un aire fresco bastante llevadero. 


Paseo dos perros y mi pareja dice de estar en condiciones de pasear los otros dos a pesar del cansancio, el dolor de huesos y cabeza.


Nos tomamos un café juntos y le digo que voy a pasar la mañana con una clienta. Que debemos poner el stock al día y le llevo los collares que me encargó.


Justo ( la sincronización) me escribe un mensaje esta clienta/amiga y me dice de tomar un café después de hacer el stock.

Le digo que mi verdad "oficial" es esa.

Estar toda la mañana con ella.


La "otra verdad" es que debo llegar a Devoto en Subte, luego hacer transbordo y tomar un tren.

A las 11 tengo turno para hacerme El tatuaje.


Será algo discreto. La tatuadora, una brasileña súper simpática ha dibujado varios modelos para que pueda decidir.


Y hablemos de medidas. Será de unos 5/6 cm... No me veo con todo lo largo del hueso cúbito tatuado.

O si...pero no me atrevo. 


Este año empecé con las sincronizaciones.


Y siguen...y sigo...


Pd: entrada como véis muy atrasada...


martes, 7 de mayo de 2024

Pingüinos





" Todo el mundo tiene un pingüino. 
Un pingüino es un ave que tiene alas pero no puede volar. 
Debería poder porque las otras aves vuelan. 
Todos tienen a esa persona que por alguna razón es un pingüino"

Georgia de Ginny y Georgia
(Serie de Netflix)

*******************************



Cuando escuché esta frase en esta serie me pareció muy acertada. Me identifiqué. 
Yo también tengo un pingüino en mi vida. Desde hace un tiempo pienso en eso. 
Y pienso en él. 
Como pingüino. Como alguien que siempre estuvo bajo mi ala y al cual quizás no sé si dejé volar. 

Tampoco sé si él realmente quería volar. Creo que siempre se sintió cómodo en ese lugar. Un lugar donde podía convertirse en avestruz y pensar que todo se arreglaría milagrosamente. 

Últimamente le doy muchas vueltas a eso. No sé si los recuerdos los inventamos a nuestro gusto. En algún sitio leí que era así. Que inventamos muchas cosas a nuestro favor. No sé, quizás es eso. Que invento.

Quizás también me siento culpable. Me han hecho ver o creer  tantas veces que tengo un carácter de mierda que cuando miro hacia atrás, siento que le debo mejores momentos. Que quizás soportó durante unos años la peor etapa de mi vida y yo nunca se lo agradecí. 

Quizás sólo veo mis fallos. 

Me cuesta ver las fallas en la gente que aprecio. Pero...siempre hay peros...

Cuando esa persona a la que querías sólo mira para él, ¿sigue siendo tu pingüino? Cuando sientes que algo se rompió y te duele y no quieres ver que esa persona ya no te incluye en su vida. Que no mirará por ti sino por su nueva familia aunque te perjudique.

Puedo entenderlo. Yo lo aparté de mi vida. Y los dos rehicimos nuestros mundos. 
Hasta hace un tiempo teníamos  todavía algo de los dos; nuestros perros. 
Pero los tres ya murieron.

Sólo nos quedó un piso a nombre de los dos que ahora debemos partir. Y OH! bendito dinero que trae problemas allá donde va...que echa en cara cosas que no vienen al caso o que no son ciertas...

Cuando alguien a quien quieres de verdad, a quien tienes mucho aprecio y con quien jamás pensarías tener problemas empiezas a tenerlos...es como si alguien te echara un cubo de agua fría en plena cara. 

Me doy cuenta que no...no existen los pingüinos. O existen, pero cuando todo está Ok. Cuando no hay problemas. Cuando todo está bien. 

Hoy dejo a mi pingüino. Porque ya no lo veo como tal. O lo veo como en este dibujo. 

No voy a discutir por dinero. Jamás lo hice y no lo haré ahora.
No lo haré. Aunque muchos digan que no es justo. Me da igual.

Eso sí. Me cuesta hacer a un lado a esas personas a las que quise pero cuando lo hago ya no hay vuelta atrás. Para mi ya no existen. Para mi, murieron.

Ya no nos ata nada. 

Adiós pingüino.







viernes, 26 de abril de 2024

La vida me abduce.

 


Buaj...no me he pasado por aquí desde el año pasado...la vida me tiene abducida...Es tremenda la velocidad con la que pasa el tiempo y los años. La vida te pasa por al lado y  simplemente no eres consciente. Hasta que un día, de nuevo, debes tomar decisiones. Ahí  te das cuenta de que no te queda mucho para ser vieja. O ser una vieja moderna. 

Ahora soy una "señora mayor"...y debo espabilar antes de que la vejez me alcance...

¿A qué edad se hace uno viejo? 

Atrás quedaron esos días en que el mundo parece tuyo. Que nunca va a terminarse. Que siempre vas a tener tiempo de hacer todo lo que quieras o lo que es más importante; vas a tener las ganas de hacerlo. Donde las responsabilidades no lo son tanto y todo parece fácil aunque no lo sea. Y posees fuerza.

Creo que terminé mi combustible hace mucho. También hace mucho que voy en piloto automático. Aunque me vaya reinventando cada día. Y cada día parezca que todo vaya bien. Que sea la mujer mayor más chachi del mundo mundial...con mi sonrisa y mi buena energía.  

La verdad verdadera es que me está costando todo. 

Últimamente estoy triste, perezosa y con mucha angustia. Esa angustia a la que le falta poquito para ser ansiedad y querer irme al fin del mundo. Pero cuando me digo eso a mi misma...muero de la risa...

Hace ocho años me fui a ese "fin del mundo" y "caí" a diez mil kilómetros de España...¿ahora qué hago? me voy a Nueva Zelanda, al Polo Norte, donde Dios perdió la zapatilla...es un tema lo mío...

Soy de las que siempre dice que nunca se arrepiente de nada de lo que hizo. Pero no es cierto, hace un tiempo que me arrepiento de no haber estudiado. No digo una carrera. Puede ser un oficio. Saber que puedes encontrar un trabajo en cualquier lugar del planeta. 

Pero no. Ahora jódete amiga...Cada vez tienes menos ganas de reinventarte, aunque debas hacerlo. Y tienes menos energía para "crear de la nada emprendimientos" que sean rentables. Porque sinceramente, a mi edad ya no me quedan ganas de estar pensando si llego o no a final de mes. 

Y me repito, que no debería quejarme. No debo hacerlo. 

Pero es lo que tiene escribir, que te desahogas. 


domingo, 27 de agosto de 2023

Tempus Fugit 1

 

La gestión del tiempo nunca fue lo mío. Pero en este hemisferio fue como un hachazo ver como lo pierdo. Hace un año atrás me compré dos cursos online dónde te enseñaban a gestionarlo. Cabe decir que el curso lo dejé a medias y ahí está ocupando espacio en Drive. Si a alguien le puede servir, se lo paso.

También me apunté a la moda del "journaling" y los "dailyjournal". Consiste en hacerte tu propia agenda o llevar varios cuadernos que te sirvan para organizarte. Listas de cosas por hacer mensuales que luego se clasifican por semana, luego por día y luego por hora. Y se van desmenuzando en pequeñas tareas que puedas asumir hacerlas. La verdad que este método me sirve un poco más pero igual sigo gestionando mal las horas. El móvil no ayuda mucho. Está claro que por ahí se van muchos minutos que se convierten en parte fundamental del día. 

Una amiga se levanta a las 5.30h de la mañana para que su día sea más productivo y lo aprendió de varias  "instagramers" que sigue y que son unas gurús de hacer mil cosas a la vez. Siempre me huelen a chamusquina. ¿Será que tendrán ayuda en algún sector de la casa? 

Levantarme a esa hora y mucho más temprano lo hacía cuando tenía la tienda y debía viajar a París a comprar. Y sé cómo me sentaba...todo el día de mal humor y medio descompuesta del estómago. 

-Te acostumbrarías. -me dice mi amiga. Sí claro, y dime tú, por qué debo levantarme a la hora de las gallinas si terminaré perdiendo el tiempo igual y mi día a día será ir como una zombie por la vida...No gracias. Quiero intentar que mi jornada sea productiva sin esclavizar mis horas de sueño. 

Me propongo muchas cosas. Hago listas como me enseñaron. Las ordeno y las deshago por sectores. Importancia o urgencia. Trabajo, ocio, casa y un mix de todo. 

A veces me preguntan en qué utilizo el tiempo si no tengo hijos.

Si no lo hacen así a bocajarro, lo hacen sutilmente. Un día tengo que hablar sobre lo desubicada de esa pregunta y la de: ¿Por qué no tienes hijos?. Pregunta que hacen muchas mujeres y hombres que todavía viven en otro siglo y creen que todo se centra en la descendencia que muchos no deberían tener...Esa es otra historia, también.

Volviendo al tiempo; me levanto a las ocho, ocho y media de la mañana y paseo dos perros (mi pareja pasea a los otros dos). Por suerte con él, nos partimos todo el trabajo de la casa. Desayunamos y limpio toda la casa. Es algo rutinario que no puedo dejar de hacer; pasar la escoba y recoger pelos como si fueran  las "bolas del Oeste Americano". Hacer la cama. Limpiar la cocina y los baños. Hacer la compra de lo que se necesita. 

En casa cocinamos todo. Muchos fines de semana hacemos "batch cooking" ( o sea cocinamos un montón de cosas y las congelamos para tener comida toda la semana). Pero otras veces cocinamos en el día. También cocinamos cada día la comida del pequeño Chinchu. El perro pequeño que siempre estaba enfermo y  que come "casero" y no "croquetas de perro". Y dos días a la semana a los otros tres. Han mejorado su salud al no comer esa porquería empaquetada y aunque uno piense que gastas más no es cierto. Gastas tiempo...solamente.

Después de todo eso ya es casi mediodía. Quizás debo despachar algún paquete de alguna venta del día anterior o de la misma mañana. Así que lo preparo y camino unas cuatro calles para llevarlo al punto de recogida. 

Cuando vuelvo ya debemos volver a pasear perros ( tres veces al día salen a la calle, un promedio de media hora cada perro). Almorzamos, comen ellos también. Limpiamos la cocina y ya nos dan las tres de la tarde...Y ahí me pongo a trabajar en mi habitación/taller hasta las ocho y pico de la noche.

En ese tiempo "organizo" las nuevas piezas, armo algo, pienso y escribo los temas de los posts para Instagram (donde vendo), subir historias para ser visible y que la gente no se olvide de ti y te compre. Arreglar de vez en cuando la Tienda Online y Mercado Libre (plataforma parecida a Etsy pero en Argentina). Estar pendiente de los precios (porque en este país la inflación hace que tengas que retocar casi cada mes...). Ir a los mayoristas cuando necesito algún insumo, quedar con alguna amiga, escribir, leer...

Siento que escribí esto del tirón...y si me parecía que no "hacía nada en todo el día" y me preguntan porqué no hago un curso o me apunto a  esto y lo otro ( tú que no tienes hijos... y trabajas ahí en tú casa "tranquila"...) ya me quedó claro que desde afuera todos opinamos. Pero cuando te paras a escribir (yo en este caso) atinas con todas las cosas que haces y que nadie ve o que una misma pasa por alto. Seguro que me olvido de más cosas que hago pero bueno...creo que este capítulo termina aquí.

Me doy por satisfecha.




viernes, 11 de agosto de 2023

Piezas


Eras como la diminuta pieza de un puzzle.

Desfragmentado. Perdido en un cajón sin caja. 

Piezas sueltas sin posibilidad de saber cómo encajarlas. Desordenadas.

Sin entender el significado.






domingo, 9 de abril de 2023

Vivir sin Adornos



Gabriela tiene unos diez años más que yo y trabaja en la tienda de al lado de casa donde compro muchas veces. Te atiende con una espectacular sonrisa y es una señora muy dulce. Como me enrollo como una persiana pues muchas veces charlamos un rato si ella no tiene personas que atender. 

Gabriela es argentina y en el 2014 dejó su trabajo en una multinacional porque no soportaba la presión.
Me sonríe y me dice con ese acento tan amoroso -Un buen día te das cuenta que no necesitas tanto para vivir. Ni siquiera a ciertas personas. Me encantaría ver la cara de alguna de ellas si me encontraran trabajando acá entre verduras...

Con la mentalidad actual uno piensa o lo primero que yo pensé: porqué trabaja ahí y no por ejemplo en una tienda de ropa que parece más "chic" o porqué no montó su propio comercio...o algo...como si trabajar en un lugar u otro fuera mejor o peor.

Como lo mío no es la diplomacia y a veces me gusta saber más por mi, que no por curiosear; me encanta escuchar los motivos de la gente para hacer una cosa u otra. Por qué eliges esto y no lo otro. La razón de una decisión. Es tan importante. Y aprendes muchas cosas de los demás. Que te pueden servir. 

Hablar con ella me hizo pensar en todos esos prejuicios sociales tan estúpidos en los que nos movemos las personas. En el que dirán. En el qué pensarán. La verdad verdadera es que la gente puede pensar lo que les de la gana porque no te ayudarán a cambiar tu realidad. Si es que quisieras hacerlo...Cuando no quieres cambiar se hace más difícil entenderlo para los demás y de ahí viene que existan los chismes. 
O así lo veo yo.

Para Gabi, trabajar en un comercio donde lo más "difícil" es pesar la fruta le proporciona paz mental. 

-Cuando dejé mi trabajo, nadie podía entenderlo. Pero yo empecé a dormir por las noches. A veces es sólo encontrar la manera de vivir sin adornos.

Vivir sin adornos. Me quedo con la frase. Para mi significa vivir sin el lastre de lo que dirán o pensarán. Vivir en el pequeño mundo que te crees. Que te resbalen las opiniones que no sumen. 

-Trabajo desde chica y no quiero dejar de hacerlo. Levantarme cada día y venir al laburo, hablar con gente, estar ocupada. Poder pagar mis cuentas sin tocar mis ahorros, estar tranquila en este país donde la tranquilidad es casi una quimera...


Qué lista es esta mujer pienso cuando la miro. A veces es como mirar al mismísimo Buda. La admiro. 
Y pienso algo en lo que nos estuvieron engañando todo este tiempo, no somos lo que estudiamos, ni lo que trabajamos. Somos nosotros. Solamente. No vamos acompañados de un código de barras donde al presentarnos debemos enumerar todo lo que hicimos y hacemos. 

Es algo a lo que cada vez le doy más vueltas. Es algo en lo que pienso si debo volver a España. Pienso mucho en el trabajo que me gustaría encontrar. Y la verdad que es uno en el que tenga poca responsabilidad y no deba vender nada. 

Uno que me permita tener tiempo. Tiempo para mí y los míos. Ya sé. Los sueldos son una mierda. Pues sí. Aquí y en cualquier lugar del mundo. 

La cuestión está en no caer en la rueda del consumismo. En querer aparentar. En querer tener de todo. En querer ir a los lugares de moda, en viajar lejos, en llevar ese auto que anuncia tu estatus. ¿Para qué?

 En un tiempo próximo, del mundo que conocemos quedarán las cenizas. Y de qué habrá servido todo ese desgaste de energía en querer ser "algo".

Si. Últimamente pienso mucho ( quizás siempre lo hice pero nunca lo puse en práctica) en los "adornos" que nos impone la sociedad. 
¿Son necesarios? Creo que pocos de ellos lo son. Creo que se puede vivir con menos. 

Pero sobretodo, se puede vivir ajeno al que dirán.

                                                   ***************************


NOTA: Puse la opción de MODERACION DE COMENTARIOS porque estoy harta de andar borrando comentarios de tres blogs que me insultan e insultan a la gente que aquí comenta. 


PD. Y como esas/esa persona la bloqueé del mail...que sepas/sepan que NO PODRÉ LEER sus comentarios porque no me entran ni siquiera en SPAM. 
Así que no gasten energía en escribirme. 
Escriban en sus blogs.

 

martes, 17 de enero de 2023

El tiempo X


 

Quizás mañana cruce mal la calle o alguien no respete el paso de peatones, nada más fácil en este país y muera atropellada. Quizás el corazón me juegue una mala pasada y me deje de latir. Estoy en esa edad ideal. Siempre es posible que muera antes que tú. Nadie te dijo que no era probable. Pero piensas como ingeniero, tus números y tus estadísticas prevalecen sobre cualquier otra explicación. Yo me quedaré y tú te irás. Cada día es un día menos y no sé muchas veces como ser mejor. Como comprender tu ironía. Como entender tu relación con la vida.  Y tu paz con la muerte. Nos creemos eternos, los accidentes o las enfermedades nunca van con nosotros. No están en nuestras agendas. Y cuando tienes que incluirlos te desbarajustan la vida; el presente y el futuro. Tener un tiempo X no es como en las películas, donde el protagonista se va de viaje y disfruta de lo que le queda. Donde su entorno se diluye en colores pastel y todos son amorosos y complacientes. Donde las sonrisas genuinas te abrazan y te acompañan. El tiempo X se acomoda entre turnos de infinidad de pruebas. De esperas ansiosas de resultados. De rezar a la nada. El tiempo X transcurre como hace dos años atrás cuando todo empezó. Pero con duración de caducidad invisible. 


lunes, 9 de enero de 2023

DECISIONS...DECISIONS...DECISIONS...





Cualquier cosa que hacemos depende de una decisión. Hasta lo más simple. 
Beber un vaso de agua, ducharnos, cruzar la calle, responder una llamada, pasear el perro, comprar. Todo conlleva una decisión aunque sea automática. Y esa decisión nos cambia el rumbo de la vida.

Para mi no hay decisiones buenas o malas. 
Las buenas te ayudan y las malas te hacen aprender. Pero no podemos escapar de ellas. Las importantes te marcan; te guían hacia algún lado o te estancan. 

En 2016 me lié la manta a la cabeza y tomé una decisión. No en un segundo, ni en quince minutos ni en horas...fueron años... La oportunidad se mezcló con una especie de huída, ahogo o tristeza que arrastraba mi vida.  O toda una vida. 
No. Mi vida no era mala. Mi vida era como cualquier otra. 

Tenía todo lo que uno necesita. Pero a veces en esa vida presente pesan más las cicatrices. Y yo tenía muchas. Demasiadas. Las sigo teniendo. 

No creas que por vivir en otro lugar los costurones desaparecerán. No. La mierda siempre la llevas contigo, como bien dicen por ahí, cargándola como una mochila. Una mochila que no se despega de tu espalda si no haces nada por aligerarla.

Así que decidí cerrar una vida de 45 años para empezar otra nueva en la otra punta del mundo. Diez mil kilómetros me separaban de todo. 

El trabajo que me esperaba duró poco tiempo. El caos de una ciudad gigante me engulló. El ruido del tráfico hizo que me pasara tres meses sin dormir más que tres o cuatro horas al día. Que me levantara de mal humor. Mis amigas no entendían mi decisión y cada vez que hablaba con alguna me decían: puedes volver. Y sí. Es obvio. ¿Pero y si no quería? Y ¿si mi decisión era adaptarme para no volver?

Adaptarse a otro país no es nada fácil. No tienes amigos, referencias...no tienes nada de nada. Sólo las ganas de tener otra vida. Siempre mejor de la que tenías, claro está. 

Ser europea en Buenos Aires ayuda mucho. Sobre todo ser española. Los argentinos aman todo lo relacionado con España. La mayoría son descendientes de emigrantes que huyeron de las guerras. 
Eso siempre fue un plus. Y que son todo amabilidad.

En el 2018 en unos de esos propósitos de Año Nuevo decidí que debía cambiar mi mentalidad y dejar de ser esa especie de bicho solitario que parece que no necesita a nadie. La verdad era que me hacía falta tener mujeres a mi alrededor,  ir a desayunar, hablar de pavadas, compartir. 
Me di cuenta que extrañaba toda esa vida social tan intensa que tenía en el Maresme. 
También un nuevo trabajo, hacer las paces con esta ciudad y tener un hobby que me ayudara a pasar el tiempo que tenía sola. 
O lo conseguía o me volvía. 

Está claro que si aún estoy aquí en el 2023 es que conseguí lo que me propuse. 
En el camino se quedaron muchas cosas, que por ser como soy, no recuerdo si es que no me siento delante del portátil y me exprimo el cerebro. Porque lo malo siempre queda en algún rincón escondido. 
Soy positiva aunque  no lo parezca. Pero lo soy porque a base de pensar y escribir lo que no me gusta sale la parte que busco: la parte buena de las cosas. Las que valen la pena. 

En este viaje que hice a mi casa hace dos meses me di cuenta de lo adaptada que estoy aquí. Tan adaptada que se me hace cuesta arriba pensar en que quizás, quizás deba volver.  Eso también hace que siempre ande a la deriva. Sin un proyecto a futuro. Viviendo el día. Y algunos pensarán, caray! lo que todo el mundo anhela! vivir el presente. 

Pero vivir el presente tiene sus desventajas. Y más cuando ya empiezas a ser una "señora mayor" a la que encontrar un trabajo nuevo no le será tan fácil. 
Y han pasado siete años. Que se dice pronto. 
Donde todo cambia a una velocidad terrorífica. Donde tus amigas ya no lo son o cambiaron tanto que no tienes nada que decirte. Donde estabas acostumbrada a una vida que ya no te pertenece. Que no existe.
Donde debes empezar de cero. 

Es volver a emigrar. A construir de nuevo una cotidianedad. A crear monotonía. Rutinas. 
Porque por mucho que odiemos los humanos nuestra vida diaria, sin ella, sin esa zona de confort que nunca valoramos, estamos perdidos. 

Todavía falta para tomar esa decisión. Pero es algo que está ahí. 

Cada día me encuentro a alguien que me mira con sorpresa. Alguien que desearía irse a vivir a España, así sin pensarlo. Alguien que tiene un amigo, hijo, hermano que se ha ido. Que "me afirman" que allá se vive muchísimo mejor. Que no pueden entender que yo esté aquí. No es broma. Es casi a diario. 

Luego están los que nunca se irían y que siempre trabajarán para conseguir una Argentina libre de ladrones. Para conseguir un futuro mejor para sus hijos. 

Yo no sé qué futuro habrá aquí si sigue el populismo pero tampoco sé qué futuro habrá en la Europa de las guerras. La verdad que el mundo está complicado en todos lados. 
Encontrar un hueco y hacerte una vida depende de muchas decisiones. 
Esas decisiones que te quiebran la cabeza que te ponen triste o alegre. 

Igual me quedo con este tipo de decisiones que no son "de vida o muerte". 
Son para seguir adelante.







jueves, 24 de noviembre de 2022

Garabatos



Durante veinte días he querido escribir sobre sensaciones. Sobre volver. Sobre qué sentía. Pero si he de ser sincera conmigo misma no sentí nada. Sigo sin sentir nada. 
No sé cómo describirlo porque veo que  ya no se me da nada bien escribir. 
No fluyen las palabras que imagino en mi mente. Sé  que perdí la costumbre y vuelve a dolerme pero no quiero hacerme pesada con eso. Debo encontrar la manera de hacerlo sin más y el porqué no lo sé. 
Creo que mi pareja se ha dado cuenta y en el penúltimo día de viaje paramos en Fnac y me regaló una Chromebook. 
-Para que no te dé pereza escribir. Es pequeña y te cabe en tu mesa de trabajo.

Y aquí estoy, sin trabajar pero escribiendo sobre mi viaje relámpago a Girona.  Diez mil kilómetros en 12 horas de un tirón. Diecisiete días para hacer trámites que debían ser presenciales, hacer compras, ver a la familia y quedar con amigas. 
Lo tenía todo organizado.
Hasta bloqueé a "ciertas amigas" en instagram para que no supieran de mi viaje. Tenía toda mi agenda planificada y programada toda una estrategia de marketing para mi trabajo uniéndolo con el viaje. 
Además debía comprar piezas en Barcelona que no encuentro en Buenos Aires debido a la restricción de este gobierno a las importaciones y las ganas de joder a la gente que quiere trabajar. 

Después de cinco años sin viajar pues la verdad obvié mi odio al avión y me puse en "modo feliz". Tenía ganas de ver a mi madre y andar con ella. Tenía ganas de pasear con mi pareja y enseñarle dónde tuve mi tienda, dónde vivía... caminar por la playa, ver el mar...Esta vez era como volver a un lugar extraño, lejano. 
Con recuerdos escondidos en mi mente.

La vida se encarga de desbaratar toda tu organización y planes. Y al quinto día de aterrizar nos pillamos los dos una gripe de caballo. Ese calor en noviembre al mediodía para ir en manga corta y de pronto a las siete de la tarde estar  a tres grados y nosotros en mangas de camisa.

No puedo idealizar ni un viaje. Yo soy de realidad. Pero esto me pilló desprevenida. La última vez que estuve en Girona en 2017 me pasé una semana en cama con una bronquitis aguda y con la que tuve que cambiar el billete de vuelta. 
Creo que el universo intenta decirme algo.

Siento frustración. Tenía muchas ganas de hacer muchas cosas, más de las que tengo normalmente. Estaba en plan zen, contenta. No iba a enfadarme con nadie de la familia. Sólo tenía 17 días.

Pasaron literalmente en un chasquido. 

Girona me pareció una ciudad más limpia y ordenada que antes. Casi me da por tirarme al suelo y hacer la croqueta. A pesar de que los de mi alrededor se esforzaran todo el tiempo por decirme lo contrario. Los edificios están limpios, las aceras intactas, la basura en su lugar, el tráfico controlado. Los precios de las cosas después de cinco años han subido un poco pero nada escandaloso. 
Como no comparar con esta Argentina que se cae a pedazos, que se rompe y nadie arregla.

Escucho las quejas, el IBI a subido mucho, las hipotecas, los suministros, la comida, los impuestos...puedo entenderlo, pero me paseo por Girona, Barcelona, por Banyoles, por Mataró...buscando algún indicio de  decadencia. No encuentro ninguno. Sigue siendo un país lleno de tiendas donde encuentras cosas, muchas cosas a precios baratos. Donde la rueda del consumismo no termina nunca. Donde vender es fácil y comprar mucho más. 

Esta entrada es una mezcla de muchas cosas que no sé cómo ordenar. Dije que no sentía nada. Y quizás no es cierto. Quizás pensé que sentiría pena al volver. Dolor. 

Sólo sentí dolor cuando vi a mi perrita Witch. Cuando me fui hace siete años decidimos que Witch, Vaca y Mapache se quedaran  a vivir con mi ex pareja para no hacerlos volar. Sé que fue una buena decisión pero la sensación de abandono nunca se va de mi estómago ni de mi corazón. 
Mapache murió hace cuatro años y Vaca murió cuatro días antes de que yo llegara. 

Cuando pienso en mi casa desgraciadamente no pienso en Girona, ni en mi familia, pienso en mis perros. 
Y la sensación definitiva que ahora tengo es que ya no me queda nada de esa vida aquí.

Witch me hizo ver que ya no me reconoce como familia.

Alguien puede pensar que no soy muy justa con mi madre. Pero mi madre tiene su vida y siempre puede comprar un billete de avión y venirse. Si quiere.
Las personas pueden tomar decisiones. 

Mi sensación después de sentarme a escribir es que mi lugar de nacimiento no me representa. La vida que tuve no me representa. Quizás es la edad. No lo sé. 

Este viaje desastroso de 17 días me hizo sentir que no quiero regresar. Aunque esté en un país al que nadie entiende. Y menos yo. Un país en el que todo aumenta cada quince días. Donde el desorden y la decadencia están en cada esquina. Donde la resiliencia de las buenas personas resurge a cada obstáculo que les ponen. Donde a nadie se le caen los anillos por tener dos trabajos y buscarse la vida para seguir adelante. Donde muchos quieren irse para tener un futuro mejor, como muchos jóvenes españoles se van a otros países por lo mismo. Pero que otros se quedan aunque tengan que remar en dulce de leche.

Que extraño es todo.

Este es un escrito que si hubiera sido hecho a mano estaría lleno de garabatos.






El destino 
contra tu voluntad
en las buenas y en las malas
esperará 
hasta que te entregues a él





miércoles, 24 de agosto de 2022

Cafés




Bajo a la cafetería. Deseo sacudirme esa tristeza que de nuevo se instaló en mi desde hace un tiempo para acá. 
No sé si es esta ciudad que me odia. No sé qué es. Pero necesito una taza blanca con un buen café y un lugar lindo.
Me acuerdo de Sergio y sus cafés. Me hace sonreír.
(Me falta el libro, pero tengo mi cuaderno)

Qué fácil podría ser, si la felicidad se limitara a esos minutos en cualquier cafetería.  Olvidarse del mundo. 
Sumergirse en miles de pensamientos o dejar simplemente la mente en blanco. Vuelvo a mi tristeza de siempre. Soy todo bipolaridad. 
Hoy feliz como una perdiz mañana triste como un alma en pena.

Supongo que es mi carácter. Pensaba también que la edad me tenía controlada. Pero no es cierto. Creo que la edad es una cagada.
Y las hormonas. Que joden. 
Demasiada intensidad para una sola vida.






sábado, 6 de agosto de 2022

Salir a la calle y ser feliz no es algo fácil.

 


Pablo trabajaba en una fábrica que cerró hace mucho tiempo. Tenía un piso alquilado. Nunca le dió el sueldo para poder compar uno. Vivía. Y ya. Con la devaluación el dinero de la pensión ya no daba para pagar el alquiler así que metió cuatro cosas en dos bolsas y dejó su casa con todos los recuerdos de su vida. Su mujer ya no vivía y no tenía hijos. Su perro murió hacía un tiempo y eso lo alegra. 

El primer día en la calle fue un infierno y no durmió en toda la noche, ni la segunda ni la tercera, ahora duerme unas horas solamente. En menos de medio año envejeció diez años más. Así es la vida: me dice. Durante el día y parte de la noche se la pasa viajando en el subte, ahí se siente acompañado y no hace frío. Luego se sienta dentro de un cajero automático durante horas. Se compra una botella de coca-cola que le llena mucho la panza y a veces chocolatinas. No pide dinero a nadie, pero a veces alguien le da algo porque lo ven ahí sentado en la calle con la cabeza gacha. Como yo.

No me veo como un indigente, me dice. Yo tampoco la primera vez que lo vi. Con su bolsa de alimentos, su camisa limpia y planchada y sus zapatos lustrados. Ahora ya no va limpio y todo lo que tiene lo lleva puesto. 

Se me parte el corazón cuando lo veo pasar mientras yo paseo a mis perros. Cada vez que nos cruzamos sonríe al ver a Chinchu, mi perro pequeño; que es muy gracioso. 

A veces salgo a la calle con quinientos o mil pesos por si veo a Pablo. Ya sé que no le arreglaré la vida. Pero es eso o nada.

Me gustaría que las personas fueran como los perros. Los sacas de la calle, los alimentas, les das un baño y un poco de cariño y les buscas una casa de adopción para que vuelvan a tener la vida que se merecen. No sé si Pablo se merece otra vida mejor. No sé qué vida tuvo ni si fue una buena o mala persona. 

Un perro es más fácil. Lo cuidas, te mira y te puedes imaginar la vida de mierda que tuvo según su comportamiento.

Las personas también tienen vidas de mierda pero no estamos preparados para hacer nada. No puedo llevarme a este señor a casa. Ni a Ezequiel.

Ezequiel vivió durante unos meses en una esquina de otra calle que está en el recorrido que hago con mis perros. Ezequiel tendrá unos veinte años, argentino, siempre vivió en la calle.

Durante el tiempo que estuvo ahí le llevaba el desayuno y la cena. El almuerzo se lo llevaba otra chica que trabajaba al lado dónde él dormía. El segundo o tercer día que lo vi, me decidí a llevarle un café y unas medialunas y le pregunté qué prefería, si café u otra cosa para el día siguiente. Me dijo que leche con chocolate. Sentí dolor.

Maduixa se le acercaba  y le daba lengüetazos y él la abrazaba.  Maduixa es mi otro perro y ama a la gente. Creo que tiene un sexto sentido. Ama a las personas "de la calle".

Ezequiel no tenía todos los patitos en fila. A veces lo observaba. Se sentaba encima de sus mantas sucias y su pelo lleno de rastas  y se reía y hablaba al cielo. Desapareció un día tal como apareció.

Pablo, Ezequiel y miles de ellos multiplicados por millones son el resultado de una política populista y de odiar al pueblo Argentino. Gobernantes que se jactan y gritan en sus discursos de ser patriotas y de amar al "pueblo" y de echarle la culpa a otros partidos políticos. 

Pero lo cierto es que Argentina lleva décadas manipulada por unos pocos que la han llevado a la miseria y han conseguido que su gente mendigue por un plan de mierda, no tengan futuro,  no tengan nada. 

Que gobiernen provincias como si fueran caciques. Que se roben todo y más. Y que ahora se estén vendiendo sus recursos y sus tierras a los Chinos por cuatro dólares. 

Es una tristeza este país hermoso y ver cómo lo despedazan para tener más dinero y poder. Y que la gente, esa misma gente que los vota no puedan verlo por ideología.

Yo no soy patriota ni nunca lo seré, nunca voy a mojarme por una bandera, ni por un partido político, ni por ningún país. Intento ver lo bueno y lo malo. 

Por eso nunca entenderé a esos que van de ''patriotas'' y no ven más allá de su ideología de mierda que normalmente es heredada de sus padres. Esa ideología que no les deja ver cómo los engañan, como los manipulan y destrozan todo aquello por lo que dicen amar. 

Es una tristeza ver el mundo al que nos vamos dirigiendo. 

Salir a la calle y querer ser feliz no es algo fácil cuando ves tanta desigualdad y tanta indiferencia.