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jueves, 1 de mayo de 2025

Creer




Te vi un segundo, allá a lo lejos. Me sonreíste, alzaste la mano en un gesto de "qué tal". Yo te dije adiós con una sonrisa. Tenía prisa, tú también. Pero tu mirada...llena de recuerdos, de momentos. 
Momentos de a dos. De complicidad. 
Fue un segundo simplemente. Vi pasar esa confianza que se da en algunos amantes que saben, que habrá un fin para su historia pero que no la embrutecen con desaires. 
Eso éramos tú y yo. 
Había una especie de amabilidad, de cortesía. De saber estar.
Jugamos a un buen juego. 
De rendición. 
Yo, que no soy mujer de fe, creí en ti. 
Y  crecí en ti. Contigo.
En ese corto espacio de tiempo. 
Nunca me hubiera parecido posible y a veces siento que no fue real. 
Pero lo fue. 
Tu mirada, tu sonrisa descarada. 
Tu dedicación.
Qué lindo recordar, volver a sentir ese otro yo. Ese yo olvidado por el tiempo, por la vida.
Retroceder, sentir, ceder, entregar. 
Fue un segundo...pero volví a brillar. 
Creo que tú también. 
Lo sé.





sábado, 4 de enero de 2025

Recapacitando...

 


"La única respuesta a la existencia debe ser la gratitud. 

Pregúntate: ¿De qué estoy agradecido?.

 No puedes tener fustración y gratitud al mismo tiempo."







*Frase que recorté de alguna revista.


jueves, 15 de agosto de 2024

Agosto hace que olvides todo.


                                                                    Costa Brava 
 

-Las cosas están muy mal aquí Judit, yo de ti pensaría bien en volver...

-Está todo muy caro ...

-Está muy difícil...

-Tú ahí vives muy bien ...

Y así una retahíla de frases, una detrás de otra. No es que no quieran que vuelva, es el "deje" español: Quejarnos es nuestro deporte nacional. Con eso no quiero decir que no podamos hacerlo y que no sea con causa pero a veces es una queja sin pensar realmente en cómo están los demás. 

Vivir en este país (Argentina)  no me da un derecho especial a opinar si han cambiado o no las cosas en Europa. Pero sí me da una perspectiva de todo lo que tenemos y no valoramos o no lo hacíamos.

España, ese país pequeño siempre en guerra consigo mismo. Obviando sus privilegios; la tierra, los paisajes, la manera de vivir, la seguridad. Esto último lo más importante y que la gente desprecia con tanta mezquindad.

Seguridad. Aunque cada año que pasa se complique más, no se puede comparar con Latinoamérica. 

Y no hablo sólo de seguridad al pasear, al salir a trabajar, al pasear a tu perro, a llevar los niños a la escuela. Seguridad de que no te asalten con un arma y te disparen porque el niño de 8 años que te apunta no le importa una mierda su vida porque su vida no tiene futuro.

Seguridad a que mañana la leche no se duplique y pasado se triplique. Que cada tres meses te ajusten el tanto por ciento de lo que subió el dólar a tu piso de alquiler. Que tu sueldo no suba a la par. Que hoy una camiseta o un pantalón vale el  7% de tu sueldo y desayunar cada día en una cafetería sería el  11%.

Que comparar España con Venezuela es una gran falta de respeto. Ni siquiera los Argentinos pueden hacerlo. Porque no, NO es lo mismo. Ni nos acercamos. 

-Está todo muy difícil Judit...

Mis amigos y familiares No son gente de pasta, no les sobra, todos son trabajadores.

Pero la mayoría se ha ido de vacaciones: a Praga, a Biarritz, a Lanzarote, a Mallorca...otros a casas rurales por Cataluña, otros al País Vasco...

Mi madre es un claro ejemplo de señora jubilada con una pensión pequeña. Pero se va a desayunar algunas veces a la cafetería de su barrio. Se toma un autobús y se va a la playa. Queda con sus amigas para almorzar o para bailar.

No tiene grandes lujos si de lujos hablamos de ropa, zapatos y viajes en crucero. 

Pero su vida es tranquila.

Aquí muchos jubilados todavía trabajan y no tienen una vida tranquila.

La mayoría de las personas tienen dos trabajos. "Changuitas" como dicen... y esa mayoría no puede permitirse "el lujo" ni de ir a desayunar, ni almorzar de "vez en cuando".

España está a años luz de parecerse a Latinoamérica aunque todo haya empeorado. Aunque le vayamos pisando los talones.  España no tendría la inmigración que tiene si no fuera un buen lugar para vivir. Un lugar seguro. Que es lo que olvidamos cada día los que tenemos pasaporte de la comunidad europea.

Y me agota escuchar a mis colegas, que todo está tan y tan mal...me agota.

Una de las cosas que hizo que mi cabeza hiciera "el click" para volver es la seguridad. Es casi improbable que te asalten para robarte el celular o la bicicleta. O te esperen a la noche en la puerta de tu casa. 

Y ahora, yo necesito vivir en un lugar pequeño, donde la playa está a 40 o 50 km y no a 400km. Donde puedes visitar cualquier ciudad de la península en tres días. Donde todo está ordenado y limpio. Donde puedes proyectar futuros sencillos y seguros...

La decisión fue dolorosa. Pero al final siempre debes ver lo que más necesitas y lo que en verdad es.  Y la realidad es que en España se vive mejor. Por desgracia no lo valoramos hasta que vemos otras realidades.







miércoles, 31 de julio de 2024

Menos dramas caperucita

                              

Odio el drama en la vida real. La vida ya es un drama eterno por todo lo que pasa ahí afuera. Cosas horrendas que les pasa a otros. También a uno mismo para qué engañarnos. Muchas cosas, demasiadas. 
Pero soy de las que piensa que siempre puede ser peor. 
Así que dramas los justos.

Pero veces estoy tan saturada que necesito patear algo. Ahora pienso porqué jamás me apunté a kickboxing o a kárate. Será otra de tantas cosas que no hice por no sé...por algún miedo o alguna manía. 
Y ahora me siento demasiado vieja, demasiado oxidada.

Drama en series de televisión o películas que al final nunca lo son tanto como en la realidad. O en la música donde el cantante puede transmitirte su dolor o su ira.

Drama en el blog. Cuando escribo. Y me pongo todo lo dark que necesito y lleno Pinterest de imágenes oscuras y elijo la que me hace sentir menos cuerda.

Drama que se queda en palabras, se escupe y se vomita. El drama real es para histéricas que lloran en las esquinas todo el tiempo y que necesitan que alguien las consuele. 

Mi drama es la ira. Es el enojo en lugar de la pena. Es enfadarme con la vida y el mundo en general.
Ese mundo inmundo lleno de violencia que todo lo destruye. Que te aplasta. 
¿Dónde escondernos? ¿ a dónde huir? Si ningún lugar es mejor hoy en día.

Y la vida se convierte en miedo si no la controlas. Si no te escapas a lugares donde la oscuridad no te atrape. Sólo vivas en color y nunca entre el blanco y negro.









martes, 8 de agosto de 2023

Tony y Susan o Animales Nocturnos




De como llegué a  este libro es por así decirlo bastante curioso.
Me encantan las bandas sonoras. Cuando miro una película o una serie tengo siempre mi móvil cerca con dos apps: Google keep y Shazam.
Una para anotarme esa frase que me gustó y la otra para buscar quién es el autor de la música que suena de fondo. Es una app genial. Hasta en el supermercado la he llegado a utilizar acechando alguna melodía.

No recuerdo bien cómo encontré "Animales Nocturnos" en Spotify. Quizás porque ya había escuchado algo de Abel Korzeniowski y la aplicación te da sugerencias. Así que llegué  a esa banda sonora y la hice mía durante todo el año 2022. Mía quiere decir, que Spotify me recordó en diciembre que había escuchado esa banda sonora en bucle...como un total de no sé cuantos cientos de días...

Luego busqué la película. Por suerte estaba en una plataforma que yo tenía: Flow.  
Otra cosa que hago es mirar los comentarios y varias personas hablaban mejor del libro. 
Así que lo busqué y leí buenas reseñas. Decidí leerlo antes que mirar la película.

Es un libro que me generó angustia. Está lleno de violencia. Pero es una violencia no explícita. Es una historia de venganza pero toda extraña para mi gusto. 
Es un libro dentro de otro libro.

Susan recibe una novela escrita por su ex marido Edward ( Animales Nocturnos ) y pasa tres noches consecutivas sin poder parar de leerla. 
Tony es el protagonista de esa novela.

Mientras vas leyendo las dos historias se van entremezclando psicologicamente. Vemos todo lo que le ocurre al protagonista de Animales Nocturnos.
Mientras leía, me iba enojando con él, con su situación. Intentaba entenderlo. 
Comprendí que no es un héroe, sino una persona normal en una muy mala situación. 
¿Cómo reaccionaríamos nosotros ante una situación de violencia? 
¿Cómo protegeríamos a quién amamos? No somos Bruce Willis. Y, con el diario del lunes...¿qué cosas podríamos haber hecho que no hicimos? ¿Cómo nos perdonamos? ¿Cómo seguimos con nuestra vida? ¿Nos vengaríamos? ¿Seríamos capaces? ¿A qué costo?


Mientras vas leyendo, Susan va recordando y repasando su vida. Una vida parecida a cualquier otra, una mujer que deja muchas cosas para construir su "ideal" de familia. Hace balance, recuerda, compara y entre todas su inquietudes y  sus dramas personales intenta comprender a Tony. Como juzga desde el cómodo sillón de su casa todas las decisiones que él toma, como las critica y analiza. 
Como también lo hace con todos los demás personajes, personas complejas con distintos objetivos y maneras de ver y respetar la vida. Mientras se va desgranando su relación con su ex marido.


Tony y Susan o Animales Nocturnos es un libro  extraño pero fácil de leer y que te atrapa como atrapó a Susan. 
El final es un poco rarito pero la novela en sí creo que ya lo es. 
Leo muchos libros de ficción tipo policiales o thrillers y este no se parece en nada a ninguno, quizás por eso me gustó. Genera suspense, angustia y te hace pensar. 
¿Cómo reaccionaría yo ante una situación así? 
Yo no lo sé. Y espero no saberlo jamás. 


Luego miré la película. Es oscura y también tiene ese punto extraño. No creo que sea fácil adaptar esta novela a la pantalla. Pero tiene la esencia. 
Obvio, la música es lo más espectacular. Creo que salva muchas de las escenas.



PD. Ya sabéis que yo no sé hacer reseñas...sólo escribo sobre mis percepciones. De si algo me gusta o no me gusta. Y es una manera también de volver a escribir. 
Que sea buen o mal libro no debo decirlo yo. 
A mi me entretuvo.





Banda Sonora:




" en qué punto la no resistencia se convierte en suicidio o
 en negligencia por aceptación tácita"


"mirando hacia atrás desde la superioridad del presente"





Tràiler Película:





miércoles, 24 de agosto de 2022

Cafés




Bajo a la cafetería. Deseo sacudirme esa tristeza que de nuevo se instaló en mi desde hace un tiempo para acá. 
No sé si es esta ciudad que me odia. No sé qué es. Pero necesito una taza blanca con un buen café y un lugar lindo.
Me acuerdo de Sergio y sus cafés. Me hace sonreír.
(Me falta el libro, pero tengo mi cuaderno)

Qué fácil podría ser, si la felicidad se limitara a esos minutos en cualquier cafetería.  Olvidarse del mundo. 
Sumergirse en miles de pensamientos o dejar simplemente la mente en blanco. Vuelvo a mi tristeza de siempre. Soy todo bipolaridad. 
Hoy feliz como una perdiz mañana triste como un alma en pena.

Supongo que es mi carácter. Pensaba también que la edad me tenía controlada. Pero no es cierto. Creo que la edad es una cagada.
Y las hormonas. Que joden. 
Demasiada intensidad para una sola vida.






viernes, 2 de abril de 2021

Visualizar




En medio del pasillo hay una niña sentada en el suelo, con un juego de café antiguo de la Cartuja de Sevilla. Al lado, un montón de cartas abiertas y papeles varios. 
Juega que tiene mucho trabajo. Paga facturas, habla con diferentes personas, repasa los papeles y toma café sin parar. Mira hacia lo lejos con ojos que ven. 
Su madre la observa un segundo y frunce el ceño. Ten cuidado con esas tazas que son antiguas...
Ella regresa un momento del lugar adónde fue. Sí. Tendré cuidado. 
Y sigue hablando por lo bajini, murmuros y susurros. Discute con alguien. Se desespera. Le duele el estómago. Ve problemas pero sonríe porque le gusta su trabajo y todo lo que eso conlleva. 
Y toma otro sorbo de café imaginario. Mira la taza con ese estampado de color rojo, la deja despacio, con cuidado sobre el platillo. Su madre comenta algo que ella oye desde otro lugar: qué buena nena...se entretiene con cualquier cosa...

Apoyada en la pared de su habitación sentada en el suelo y con las piernas dobladas, mira al frentre. La pared blanca. Eso es lo que ve su madre cuando entra y la ve mirando fijamente la nada. ¿Estás bien?
Levanta la vista. Sí. ¿Por qué? 
Porque llevas no sé cuánto rato ahí sentada sin hacer nada...Pienso.
Esa adolescente imagina diferentes futuros llenos de vida. A veces escribe. 
A veces sólo visualiza.
En un futuro lejano le dirán que eso es meditar...Le da igual. La cosa está en ver. 

Con la edad. El tiempo de traspasar paredes o hacer ver que tomas café se hace más difícil. El café lo tomas de verdad. Las facturas y papeles se han hecho tangibles. 
No hay madre que te mire como si estuviera a punto de llamar a psiquiatría y  que te enfunden en una camisa de esas feas. Te miras directamente en el espejo con ojos críticos. O eso intentas.

Todo lo que visualicé, con los años se cumplió. 
Yo veía. Y hacía. 

Hace un tiempo que ese ''don'' se oscureció. 
Y me cuesta visualizar mi futuro o el futuro en si.

Supongo que es algo normal en este momento que estamos viviendo todos. 
No debo ser la única a quién le pasa.  Justo el otro día escuchaba un psiquiatra que hablaba de la desesperanza que se está instalando en la vida de las personas. Desesperanza y un agujero negro.
Muy negro. Que nos entorpece hacer planes o sentir que todo esto pasará. 

Y sí. Pasará. 

En los ochenta nos imaginábamos el fin del mundo con extraterrestres o que los rusos y los yanquies se cargaban el planeta...El planeta nos lo cargamos cada día nosotros mismos. Solitos. Y ya estamos en el fin del mundo. O lo que es el fin de una Era. El mundo que habíamos conocido ya dejará de a poco de existir. La manera de comunicarnos, de trabajar, de salir a la calle, de viajar. Negamos. 

Así que deberé esforzarme en visualizar una nueva manera de vivir. Y dejar que la nube negra se desvanezca poco a poco  y pueda ver. 
Ver a través de cualquier lugar.



 

I'm waking up

I can feel it all

I'm waking up

I can breathe

I can love for you

I'm waking up

waking up

domingo, 24 de enero de 2021

Juntar palabras


 


Hace mucho que no escribo en serio. Me duele no escribir. 

Escribo estupideces mayormente positivas en mis dos cuentas de Instagram. Pero odio Instagram. 

Aún así lo utilizo. Porque es una red diseñada para el móvil. Blogger está diseñado para sentarse delante de un ordenador. Y pareciera que he perdido la costumbre de sentarme y escribir. 

Me compro cuadernos y me digo una y otra vez que volveré al formato papel y escribiré un pequeño diario con fotografías bonitas y pensamientos negros. Pero los cuadernos siguen apilándose. Y yo sigo sin escribir. Quizás necesite incertidumbre y malas noticias para juntar letras. Quizás como siempre juntar palabras hace que la vida sea más fácil. Y la incertidumbre y las malas noticias menos malas valga la redundancia. 

Supongo que por eso estoy aquí hoy. Justo hoy. Porque aunque me haya propuesto seguir positiva en modo automático, como me dije hace muchos meses, a veces el miedo te atrapa. Y el miedo es algo que te atora, que te deja sin respiración en un rincón. Que hace que se te congele la sangre y te tiemblen las piernas. Que tambalees. Y hacía tiempo que esa sensación no existía en mi mundo.

Pero mi mundo se está volviendo resbaladizo.

Cuando el cáncer entra en tu vida y  en tu casa e invade tu espacio, todo se paraliza. La vida queda en suspenso. El futuro queda incierto. Volátil. Ya no hay futuro tangible. Hay futuro presente. 

Y es raro pensar en un futuro sin páginas llenas de proyectos. Se hace extraño. 

De pronto todo adquiere otra magnitud. Al principio, durante meses, no te das cuenta. Un día, de repente caes frente a frente con el miedo. Lo miras a los ojos fijamente, no parpadeas, no respiras, mantienes el aliento y lo sientes. Penetra en tu cuerpo, en tu mente en tu espíritu. No puedes correr hacia ningún lugar, no puedes escapar. Sólo puedes sentirlo. Debes dejar que invada cada rincón de tu ser. Debes saborearlo. Sufrirlo. Para volver a respirar. Para volver a ver.

Ver entre rendijas. Entre presentes. Siempre el presente.

Debes aferrarte a él. 

Quiero poder sentarme y escribir. Escribir como si de brujería se tratara, como si el teclado fueran brazos y piernas danzando alrededor de un fuego grande, anaranjado y caliente. Moviéndose al compás de un tarareo mágico, embriagador, conjurando hechizos. 

Escribir hace que todo lo difícil se vuelva fácil. Que la tristeza se calme. Que la furia se apacigue. Que la incertidumbre se diluya. Escribir hace que seas la presa que abre sus compuertas en tiempos de lluvias que no cesan. El río que se desborda. El huracán que todo lo arrasa.

Y al día siguiente ser el sol que todo lo ilumina. La claridad que da esperanza. 






martes, 24 de marzo de 2020

Muerte al grillo!!!


Fotografía: Tim Walker

Marzo 2019

Hace unos cinco días se ha instalado un grillo en uno de los dos patios que hay en el primer piso. Vivo en el tercer piso y mi habitación da al patio de luces, donde se concentran cocinas y habitaciones indistintamente. Se escuchan los ruidos habituales de un edificio, aparatos eléctricos de cocina, charlas, algún grito, ladridos de perros, de mis perros también...y ahora el cri-cri del grillo.

Creo que esta ciudad me odia. Y el grillo también. Empieza con su canción a las diez en punto de la noche, el muy maldito. Y termina a las seis de la mañana. 
Lo sé a ciencia cierta, porque el primer día no pegué ojo en toda la noche. La segunda me fui al sofá a dormir. Y las últimas me puse los cascos con música. 
Y me duermo a trocitos.

No. El cri-cri NO me hace de tantra para dormir. No. 
Soy de esas personas que necesitan del silencio absoluto para poder dormir bien. 
Y ya, el ruido voraz de estar sobre una avenida donde no hay paz  de autos ni un solo momento, ni de día ni de noche, a mi se me hace difícil descansar. 
No, no me acostumbro. Aunque ahora lo llevo mejor. 

Pero lo del grillo...lo del grillo es para morir. Me entran unas ganas asesinas de bajarme al primer piso, empezar por el primero A y terminar con el primero B, con un lanzallamas y quemarles todas las plantas, grillo incluído. 
Luego me sale la vena animalista...y pienso que ya se irá....¿Pero cómo?
¿Los grillos vuelan? No tengo ni idea. No sé. Mi esperanza es que los insectos no tengan una vida muy larga y muera por vejez. Por favor! que le quede poquita vida...

Soy de las que los tic-tac de los relojes de cuerda la enloquecen, los ruidos interminables, los secuenciales, cualquier cosa en plan "gota malaya" me haría confesar lo innombrable.


Marzo 2020

El grillo desapareció. No sé qué le pasó. Juro que no hice vudú, ni nada por el estilo. 
Tal como vino se fue. Y yo conseguí dormir de nuevo. Mal, porque nunca duermo del tirón. Pero no tengo a ese bicho jodiéndome la noche. 

Ahora tengo a la vecina del cuarto jodiendo. Hasta las dos de la madrugada la tiparraca se la pasa hablando a los gritos por teléfono. 
Gritándole al gato. Flipa...¿alguien puede gritarle a un gato? Pues ella y su pareja viven reputeándolo. Me da pena. La gente es mala. E hijadeputa...pero eso ya lo sabemos todos.También se reputean entre sí. 
Siempre me tocan los mejores vecinos. 

El virus este de mierda no va a cambiarnos. Olvidaros. Los positivos. Los que en todo veis una oportunidad. O quizás sea yo la ceniza...sí lo sé. Soy ceniza. 
Lo he sido siempre. Y apocalíptica. 

Total, ahora no pasan autos como antes, por la cuarentena, ni hay grillo. 
Hay vecinos gilipollas que se creen que viven solos. 

Viva la solidaridad.




PD. Prefiero mil veces el grillo.







lunes, 23 de marzo de 2020

Bizcocho y chocolate


Recuerdo cuando mi madre hacía  bizcocho de yogur y limón y hervía chocolate. Y
se juntaban en nuestra cocina unos cuatro o cinco niños del barrio.

En esa época las cosas no andaban bollantes. Ese bizcocho era una alegría para nosotros y los demás niños. Nuestra casa era la única que siempre estaba llena de niños.
Y siempre había alguno a comer.
Y eso que nos faltaba más que nos sobraba. No recuerdo pasar jamás hambre pero hoy en día sé hacer diversas sopas y cocinar algo bueno de cualquier sobra.

Recuerdo cuando subían a la puerta de casa y yo no debía moverme, alguna mujer vestida de negro con niños de caras sucias y  ropas viejas, esperaban a que mi madre les diera una bolsa de leche, harina y algún paquete de fideos. Y no nos sobraba. Pero ella me miraba y me decía: pobre gente.

Luego, la miraba sentada en el sofá fumando, con su bolígrafo y su pequeña libreta apuntando todos los gastos del día. Porque seguro nunca llegábamos a final de mes, pero yo era muy pequeña para saber qué era eso. Pero "sabía" que las cosas no iban.
A día de hoy casi como una manía, tengo una agenda sólo para apuntar todos los gastos diarios.

Algunas cenas que recuerdo eran a base de puré de patatas de bolsa y un trozo de hígado frito con ajo y perejil. Creo que ahí empecé a ser vegetariana. O cuando íbamos a la carnicería a comprar "carne de caballo" y yo miraba las neveras e imaginaba al caballo trotando por el campo.

Nunca me han gustado las carnicerías. Su nombre ya indica todo.
Pero a los seis años no puedes tomar decisiones. Al menos antes.

Yo siempre acompañaba a mi madre a todos lados. Yo era una "rata sabia" como ella me llamaba. Sí. Me quedaba con todos los detalles y los almacenaba aunque no los entendiera.

Con la edad, esos detalles a veces vienen a mi. Como quien abre un armario viejo lleno de vestidos con olor a moho y alcanfor. Y los desempolvas,  para ver si hay algo interesante con lo que quedarte.

Y quizás te ayudan a comprender en qué consiste todo. Al menos lo básico.











martes, 21 de agosto de 2018

Bella ciau



Me mudo.
Quizás en un tiempo vuelva por aquí. Pero últimamente no tengo nada que decir. 
Es triste. Me da pena. 
Soy de apegos. 
Y eso que durante mucho tiempo hice un montón de cosas para desapegarme.
Hasta de mi país. Que está ahí. Lejos. Demasiado lejos. 
Y mis colegas. Y mi familia. Y mis perros.
De todo.
Y aquí estoy. Sin saber qué decir. Ni cómo seguir. 
Así que de puntillas. O con patitas de gato me voy al blog de al lado. 
Que es más de imágenes. 
De frases agarradas por los pelos. De letras de música. 
O de series estúpidas para entretener las cabezas pensantes de estupideces.
Me voy al lado para no dejar del todo este mundo de los blogs.
Me despido y no me despido.
Porque odio despedirme sin estar presente.
Así que allá me voy de un salto





martes, 3 de julio de 2018

de...




Siempre fui muy cobarde para todo. Pero también muy resistente. No sé si son dos adjetivos que se complementan. Pero podría definirme así. Es tan extraño cómo nos vemos nosotros y cómo nos ven los demás. Qué proyectamos para que se hagan una imagen que quizás no es la que corresponde a lo que eres. O lo que crees que no eres. Últimamente hay dos versiones de mi misma. Pero ya no me desdoblo como antes, con la facilidad camaleónica que me caracterizaba. Perdí esa intensidad.
De pasar de un lado a otro. De luchar. De sonreír a pesar del lado en el que estés.
Es como si todo lo que deseaste, todo lo que buscaste, todo lo que te esforzaste, todo lo que anhelaste, fuera sólo una imagen borrosa de una realidad pasada.
Crear un sueño basado en grietas.
Grietas propias de nuestra naturaleza humana. De pedestales que se caen.
De no saber qué caminos elegir para seguir avanzando.
Por suerte, los días sí avanzan y con ellos llegan las soluciones.




jueves, 17 de mayo de 2018

Mirando hacia atrás para ir hacia delante...




En todas esas conferencias que veo y escucho sobre crecimiento personal, lo primero que te explican es que uno ha de encontrar el sentido a su vida y a su trabajo.
Yo estoy en la etapa de mi trabajo.
Debo darle sentido.
Bien...pero he de saber primero de todo ¿cuál es mi trabajo?

Cuando me preguntan ¿cuál es tu profesión? Me gustaría poder decir diseñadora de bisutería...Pero no me sale. Contesto: vendedora.
Y sí...toda la vida he estado en una tienda vendiendo. Y soy eso, una vendedora.
Pero luego, si me paro a pensar, soy un poco más que eso.
Creé una tienda. Y digo creé, porque "Itta Boutique" no era un "simple comercio". Era un nuevo concepto de comercio. Era diferente. En su momento no lo supe ver.
Ni siquiera valorar.

Y después de ocho años renuncié a seguir porque no encontraba la motivación suficiente para luchar contra una crisis que empezaba a arrasar con el ánimo y el bolsillo de todo el mundo.
Y de ir contra corriente. Y ante todo; no quise ir en contra de mis creencias e ideales.
A pesar de quedarme sin trabajo. A pesar del asombro de todo el mundo.
Al final para todos fue, "otra" tienda más que caía por culpa de la crisis.
No me arrepiento. Nunca lo he hecho.

No fue una decisión drástica.
Hacía tiempo que veía la tendencia general y no era muy alentadora.
Llevaba mucho tiempo esforzándome. Y no veía la contrapartida. Quizás no estaba tampoco en un buen momento personal y se mezcló todo. Pero no podía con según qué comentarios de algunas clientas. Debería haberme quedado con las cosas buenas.
Con todas esas personas agradecidas que valoraban el trabajo.
Por todas esas clientas fieles.
Pero no me alcanzó.
No me alcanzaron los ingresos ni sus sonrisas.
Las más auténticas, las que no sólo eran clientas, están ahí. Seguimos en contacto.

Mis ideales...siguen siendo los mismos. Un comercio justo y ético.





miércoles, 15 de noviembre de 2017

A ti, que un día fuiste feliz por tener un perro.





A esas personas que en un momento de su vida, compraron, adoptaron o les regalaron un animal y olvidaron su compromiso y su responsabilidad.

Porque vivimos a tope. Con muchas cosas que hacer. Porque no deseamos estar en casa.
Porque no deseamos trabajar más de la cuenta.
Porque pasear al perro es un coñazo. Aunque nos digan que caminar va bien...
Y los pelos por toda la casa un desastre. Porque babea.
Porque no para un segundo y lo muerde todo.
Porque sólo quiere jugar y no se cansa.
Porque lo deja todo perdido cuando bebe agua.
Porque no nos gusta que le de lengüetazos al niño.
Porque queremos irnos de vacaciones.
Por...
Porque la realidad nos supera.
Y nunca pensamos que nos daría tanto trabajo!

Luego, tienes remordimientos, tampoco quieres separarte de él.
Abandonarlo en la calle, eso es de mala gente...
Si lo encierras en el balcón o la terraza...
Ya no hace falta pasearlo tantas veces, total se lo hace todo ahí.
Y no nos peleamos con la familia por el perro. Lo hacemos por otras cosas.

Con el tiempo, a veces no recuerdas de cambiarle el agua.
A veces estás en la cama y recuerdas que debías haberle dado de comer, pero ya lo harás mañana, porque por un día que no coma, no se va a morir.
Tampoco piensas que puede estar a más de treinta grados ahí afuera o a menos cinco.
Total, que se meta en la caseta.
Total, es un perro.
Y no te das cuenta, pero el perro, cada vez se mueve menos, porque éstos son seres sociables, que necesitan del contacto de otros seres. Pero no te das cuenta.
Sólo piensas, menos mal! ya no ladra!

Y quizás, un día alguien llama a tu puerta y te pida que le regales al perro que ve en tu terraza o balcón y está en los huesos.
Y te indignas! Porque tú tratas a tu animal súper bien.
Quizás estuviste un poco despistado, porque tienes mucho trabajo y los niños y la familia y todo eso... Y qué narices! el perro es Mío y hago con él lo que me da la gana!
Cómo si quisiera dejarlo morir de hambre!
Y eso es lo que haces, quizás sin ser consciente del todo.
Quizás conscientemente.

No lo sé.

Hay una nueva manera de abandonar. Por personas "normales".
Que son nuestros amigos, familiares, vecinos...

Tener un animal no es una obligación. 
Por mucho que tus hijos te "exijan", te lloren, te den la vara...
Nunca pienses que un niño se hará cargo de la responsabilidad de cuidar a un animal.
Es simple, si no se cuidan ellos solos, menos se cuidarán de un bicho. Son niños.
La realidad: a la semana, tus hijos no se acordarán del animal.
Y tú deberás hacerte cargo.

¿Estás dispuesto a tener más trabajo?






Si estás dispuesto a ello, te contaré un secreto.
Un animal te ofrece amor incondicional. Ten tiempo para observarlo.
Para mirarlo a los ojos y ver cómo te mira.
Cómo te pide las cosas que necesita a través de sus ojos.
Cómo reclama tu atención.
Cómo se acerca a ti. Como te persigue  a todas partes de la casa. Quiere tu compañía. No le importa si hueles mal, si estás despeinado o vas en pijama.
Si estás triste, se sentará contigo durante horas, dormirá contigo, te dará hocicazos.
Te dará calor. Te dará amor.
No le importará si un día tienes mal humor y lo pagas con él.
Te seguirá queriendo.
Será feliz si le dedicas horas de tu vida, para pasear, para jugar, para descubrir lo que le gusta.
Piden poco. Sólo tu paciencia. Que no te enfades por lo que puedan romper.
Los animales no entienden de dinero.
Les da lo mismo un sofá cochambroso que uno de tres mil euros.
Les da lo mismo una camita de diseño que una cama de los chinos.
Sólo quiere un lugar para descansar.
No pienses que piensan como tú.
No te diré nada más, por si decides descubrir por ti mismo qué más puede ofrecerte y enseñarte.

Infórmate de qué tipo de animal puedes tener.
Por tu manera de ser, por tu tiempo, por tu dedicación.

Si te decides, ADÓPTA antes que comprar.
Déjate aconsejar en una protectora. Hay cientos de ellas en tu ciudad.
Y ellos tienen experiencia.
Te entregarán al animal en condiciones.
Con cartilla, xip, vacunas, desparasitado y esterilizado.
Y normalmente el costo es justo para cubrir el veterinario.

Piénsalo.
TENER UN ANIMAL NO ES OBLIGATORIO.
 Y ES UNA RESPONSABILIDAD.





Auténticos Metropol!!!!!!



lunes, 14 de agosto de 2017

La vida es una apuesta, elige y déjate llevar. Frank Underwood (House of Cards)



La vida son muchas cosas. 
Pero cada vez estoy más segura que la vida es responsabilidad. 
Una responsabilidad de la que ya no somos responsables. Cada vez estamos más lejos de nosotros mismos y más cerca de algo irreal. 
Algo de lo que ni nosotros mismos sabemos qué es. 
Vivimos ya sin sentido. No sé qué buscamos ni qué necesitamos. 
Lo sé, hablo en plural. Hablo generalizando. 
Pero miro a mi alrededor y  creo que no existe ya, nadie sensato. 

El mundo está desatado. Está vacío. Está muerto de emoción. 
Los pocos que quedan a los que algo les importa, van cayendo despacio, desalentados. 
Deben seguir. Seguimos. Pero está siendo complicado. 

¿A qué te aferras cuando ves tanta tristeza? ¿cuando ves tanta maldad? 
¿Me vuelvo a encerrar en mi burbuja?  y
así no hago nada...
y elijo: la indiferencia.

Y vivir encerrada aunque me mueva constantemente, sin ver, aunque mis ojos están muy abiertos. Sin pensar, sin razonar...no me moveré si veo dolor, si veo algo que no me guste sólo giraré la cabeza hacia el otro lado. Sólo pensaré que nada puedo hacer.
Sólo me diré que yo no tengo tiempo. 
Correré más rápido. Me excusaré. Siempre me excusaré. A lo peor maldeciré y diré que alguien a  de hacer algo...pero no yo...yo no ...Yo tendré otras cosas que hacer. 

Me pasaré por el forro, el compromiso que tengo con la vida. Y no sólo con ella, sino con la obligación de ser responsable con el mundo. 

Ya hay otros que hacen cosas...hay otros que creen que se puede mejorar.
Pero van contracorriente. Ir a contracorriente desgasta. Te quita las ganas. Y cuando te das cuenta estás de mierda hasta las cejas. De la mierda de los demás. 
De la irresponsabilidad de los demás.
De la desidia de los demás. 

La vida son muchas cosas. 

No sé si dejarse llevar es la solución. 
Elegir qué tipo de vida uno desea me parece más correcto. 
Elegir ser responsable con nuestro entorno. 







Todos tenemos el poder de elegir
aunque nos tengan maniatados
podemos decidir..

lunes, 7 de agosto de 2017

un poco de todo...mucho de nada...




Dejé de escribir. Pero nunca, de desear hacerlo. Hay días de todo. Donde la cabeza es un hervidero de ideas locas e insanas a las que uno ha de dejar salir a la superficie. Pero el tiempo decide cual es el momento y a veces ese momento nunca se materializa. Cuando tengo tiempo, las ideas se evaporaron y no hay hilo por el que tirar para formar una sola línea de palabras legibles. 
Cuando no tengo tiempo y no es el lugar, las ideas se agolpan enroscándose. Bailando para crear frases. Pero no les dejaba porque no había lugar. Es extraño querer escribir y no poder. Es extraño hacerlo y que nada tenga sentido.

Tengo ganas de expresar muchas cosas pero debo aprender a ordenar. A clasificar. 
Mi vida ya no es un caos. Recuerdo cuando lo era. Hace tan poco de eso. He escrito sobre ello en otro blog. Como un diario. Casi eliminé este. Porque me parecía que ya no tenía sentido. Es demasiado naif. Demasiado lindo. Demasiado...Luego me doy cuenta que caigo una y otra vez en todo aquello de lo que quiero huir. Quiero huir de los tópicos. De lo que nos imponen. De lo que nos imponemos nosotros mismos. 
¿Cómo deben ser las cosas? ¿Cómo debemos pensar?

Soy un poco irracional, un poco feroz, un poco subversiva, un poco "sin filtro". Me duele todo, el mundo, la vida. Durante un tiempo, durante muchos años, yo era ira, era miedo, era rabia. Durante un tiempo dejé de respirar y seguí viviendo. Es cierto. Vives, pero no respiras el aire de la vida. 
No quería habitar este mundo. Me escocía. Me lastimaba. Me quebraba. Nunca deseé vivir. Pero siempre fui cobarde para dejar de hacerlo. Siempre sonreí. Aprendí a encajar el día a día con una gran sonrisa. Pero la ira respiraba dentro de mi. Se escondía. Siempre estuvo. A veces, todavía está. 

Una persona me dijo algo sabio: adáptate a este mundo, porque él jamás se adaptará a ti. Es cierto. Pero aún así, intentando adaptarme, intentando moldearme a él, intentando cerrar los ojos al dolor de lo que pasa a mi alrededor, intentando ser más crítica, más objetiva, siendo más adulta...Aún así no consigo pasear al lado de ella, siempre me escondo a observar las catástrofes, las maldades, la mezquindad. Por mucho que lo intente no respiro su mismo aliento. Y me enojo. Y me da terror. 
Porque el mundo hoy, da miedo. Y no. No me gusta caminar a su lado, ni adaptarme. 

Y deseo volver a escribir de todo y de nada. Aquí, allí, en hojas en blanco, en libretas de colores, en mi agenda...deseo ser...más calmada, más estructurada, más tranquila. Que mis palabras tengan sentido, tengan un orden. Se comprendan.
Que siga sin importarme nada y que me importe todo demasiado. 
Desearía cerrar los ojos y al abrirlos aprender a vivir y no sólo a sobrevivir.   







sábado, 1 de abril de 2017

Nunca nada es para siempre



Que cuando veíamos la misma luz 
Y en cada mirada se juntaba nuestro azul 
Cuando susurrábamos la misma voz 
En cada palabra se ofrecía una razón 
Más nunca es para siempre 
No, no, no, no 
No fue para siempre 
No, no, no, no 
Nunca es para siempre

Presuntos Implicados





viernes, 17 de febrero de 2017

Zapatos Rojos



Dicen que la felicidad es fácil...sólo debes abrirle la puerta y dejar que entre. Sólo debes preparar una sonrisa y que las arrugas de los ojos hagan surcos para dejar huella en tu cuerpo de todas las risas que acumulaste a lo largo de los años.
Supongo que es dejar de tener miedo a la vida, simplemente.
Y pensar que todos tenemos derecho a ser felices, a pesar de...¿no?
Todos tenemos muchos "a pesares" y nos doblegamos ante ellos.
Y dejamos pasar el tiempo.
La comodidad es más sencilla que arriesgarse a otras historias.
Dicen que más vale bueno conocido que malo por conocer...y así...¿dónde encontramos esas oportunidades? Y donde quedan nuestros instantes...
Abre la puerta al color de la vida, del llanto, de las risas, del miedo, del silencio, del dolor, de la alegría, de la desesperación, del amor, del desamor, del tiempo...que corre detrás tuyo...

(Octubre2015)



le doy la oportunidad al blog de autodestruirse o mutar...
a mi misma también
me voy a robar sueños ajenos
besos
hasta pronto







viernes, 9 de septiembre de 2016

Cuentos insensatos, quizás enajenados y absurdos...



Foto: Colour As Experiencie



Cuando la melancolía lo inunda todo durante días uno ha de buscar la forma de salir de ella, porque no puedes instalarte en la tristeza ni en la maldad del mundo para siempre. Porque la línea que te separa de la insensatez es tan fina que sólo hace falta inclinarse hacia delante y dejarse llevar por el peso del viento.
Porque una vez que saltas jamás regresas.

Es como entrar en el país de las maravillas y ser una Alicia perturbada del mundo real. No hay conejos, no hay chisteras, no hay gatos con sonrisas extravagantes, ni frases inteligentes que te hagan sentir mejor. Quizás si los vieras de verdad, si convivieras con esa realidad y se pegara a la tuya, si despertaras cada día en ese lugar distinto, pasaras un pie y luego el otro, te sumergieras, te adentraras, te perdieras. Quizás. Sólo sería un quizás. No sería exacto.

Luego, desintoxicada  pudieras de nuevo volver a la superficie. Tuvieras un camino de retorno marcado, aunque fuera con minúsculas gotas de sangre que te recordaran que siguiéndolas llegarías a la casilla de salida. Empujarías esa puerta imaginaria y saldrías de nuevo a la realidad. Esa realidad atroz, instrínseca, que no deja espacio a la utopía. ¿Quieres salir?
Mira atentamente y no te pierdas en detalles insignificantes. El barullo de la vida que corre aprisa entre la multitud, esquivando razones. Sorteando debilidades.

La vida está allí fuera. ¿Cuál es tu verdadero quizás?
No hay verdad alguna que cubra todas tus preguntas. Ni historias mágicas que cubran todas tus desesperanzas. Ni cuentos que te expliquen tus anhelos.






la fantasía se va, despertándome



miércoles, 31 de agosto de 2016

Gracias Adele.


Foto: Colour As Experiencie

Me levanto de mal humor. Una característica que he heredado de mi madre al cumplir los cuarenta. Antes siempre me levantaba parloteando como una cotorra y en casa tenían que pedirme por favor que me callara un ratito o me ahogaban en la bañera. Ahora, necesito mi tiempo para soportar el cambio traumático que supone aclimatarme al exterior del edredón. Si fuera primavera u otoño sería quizás un poco más fácil. Me gustan las estaciones intermedias. 
Empezar el día tiene todo un significado de deberes y obligaciones. A veces hasta de aburrimiento mortal, en modo adulto. Es igual, cualquier explicación es absurda. Es lo que hay. 

Hoy conocí a mi vecina en su hábitat. La que vive pared por pared a mi comedor. Literalmente, porque su estudio es eso, la medida de mi comedor/cocina/sala de estar. Y las paredes de este edificio son de papel maché camufladas con la apariencia de pared robusta y sana. 

Tengo horarios extraños últimamente con el trabajo y hoy tengo fiesta. Podría haberme levantado más tarde pero quería aprovechar la claridad del día y despejarme de a poco. Me calenté dos "media lunas". Son unos híbridos entre el croissant y los brioche, pero con la mala leche que cuando las pruebas, caes irremediablemente en ser adicta a ellas. Ya nada sabe igual. Necesitas un café con leche con dos o tres medias lunas. Otra vez, es lo que hay.

Abrí la tablet y pensé que estaría bien leer un rato mientras desayunaba, para suavizar las arrugas del mal humor en mi frente. Allí estaba concentrada cuando oí la vecina trastear. Juro que pensé, ¿la habrá despertado la máquina infernal del café? porque hace unos cafés de la muerte pero el ruido que mete es peor que una expresso de esas gigantes de cualquier cafetería antigua. O los ladridos del perro que se vuelve loco de contento cuando vuelve de su paseo y es imposible acallar hasta que no le das su comida. Seguí con mi silencio sus pasos.

Y de pronto música. "Adele" cantaba a pleno pulmón en el mini estudio de al lado. Con esa voz potente que la caracteriza. Y lo hacía acompañada nada más y nada menos de mi vecina, que la secundaba con un énfasis capaz de despertar a medio edificio. 

¿Pero sabéis? Empecé a sonreír. Me la imaginaba con su pijama, cantándole al cepillo de dientes, mientras hacía voltear su cuerpo y se movía al ritmo de la música. Acompañando mi visión se solapaban los ruidos de saltitos detrás de la pared. Y como mi imaginación se desborda a cada grito de Adele y su camarada, no puedo reprimir una risa. Fijo mi vista hacia la pared blanca y la escena se hace más nítida. Mi vecina es una morenaza que seguro causa furor entre el género masculino, no es súper guapa pero es de esas mujeres de carácter, al menos en apariencia. Y tiene ese algo que está entre la seriedad y lo salvaje de cualquier noche de fiesta, con una copa de más. 

Y me viene a la mente la foto del encabezado que, seguro, no le hace justicia y es demasiado pronto para definir a cualquier vecina a la que has visto y hablado en tres ocasiones contadas. Pero mi agudeza matutina no me permite otro tipo de fantasía. Los zapatos y las piernas largas. Creo que le pega. Aunque muchos de vosotros diréis que es envidia cochina. Pues no. Mi vecina, a la que he bautizado Adele, hoy rompió con la maldición familiar de mi mal humor matutino. 
Se lo agradezco infinitamente. 
Es divertido sentir que no soy la única loca que canta sin saber inglés haciendo coro a mis cantantes favoritos, desafinando y a pleno pulmón aún a riesgos de que te oigan los vecinos. 

Gracias Adele. Te adoro sin apenas conocerte.