No busques poesía tradicional en este blog. Esto es lo más parecido a un poema que soy capaz de escribir.
Mostrando entradas con la etiqueta Dedicatorias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dedicatorias. Mostrar todas las entradas

lunes, 28 de octubre de 2024

Caer del pedestal (poema recitado por Auroratris)

 



No sé cómo agradecer tanto cariño sin sonar repetitiva y no encuentro las palabras precisas para expresar lo que siento cada vez que oigo uno de mis poemas con vuestra voz. Es una sensación única, tan inmensa y reconfortante que no puedo dejar de darle al play una y otra vez y de emocionarme con cada escucha. Este es un poema largo y todos andamos escasos de tiempo. A los que os detengáis y nos dediquéis nueve minutos de vuestra vida, Auroratris y yo os dedicamos la mejor y mayor de las sonrisas. Gracias por tanto.

lunes, 11 de diciembre de 2023

Recordando(te) poema recitado por Auroratris





Auroratris no necesita presentación, todos sabéis quién es Ana y conocéis sus blogs. Me permito la licencia de citarlos por si alguien anda despistado o acaba de llegar. Admiro su delicadeza y esa forma tan bella de decir las cosas, tanta poesía en las venas, tanta sabiduría en las letras. Gracias una vez más por hacerme regalos tan grandes que me dejan sin palabras. ❤

lunes, 30 de octubre de 2023

Hasta siempre, Delgaducho 🎗

Sigo atónita, incrédula, devastada. Aún no termino de creérmelo. Te has ido en silencio cuando tú siempre fuiste de hacer mucho ruido. Ya me avisaste una vez, ya atesorabas un intento fallido y ahora parece que por fin lo has conseguido. No te voy a dar la enhorabuena, perdóname amigo.

La vida se te ha quedado atrás, más bien se te ha caído y me da rabia no haber estado ahí para poder guardártela. Para después, para por si acaso, para dejarme al menos con otra sensación y no ésta de no haber estado a la altura, de no haber frenado tu caída hasta el suelo como hacen los buenos amigos. 

Ya no estás y me pregunto dónde te has ido. Si allí habrás encontrado por fin esa supuesta felicidad que aquí no encontrabas, a pesar de buscarla. Me he puesto a recordar; no he podido dejar de hacerlo desde que la noticia me ha cruzado la cara. La cara y lo que no es la cara. Me ha atravesado una lanza y ahí sigue clavada. Y duele, duele(s) mucho.

He vuelto a Madrid esta tarde, hasta ese km. 0 en el que nos encontramos. Ese punto del mapa en el que me esperaste ilusionado como un niño chico dispuesto a encandilarme, y lo conseguiste. Siempre empeñados los dos en buscar el sentido poético a todo, y míranos hoy: tú, riéndote con tus demonios y yo, llorando tu abandono.

He vuelto a la movida madrileña colgada de tu brazo. A aquel punto de apoyo que me brindaste. «Mi niña, cógete a mí, no te vayas a caer, que no me lo perdonaría nunca». No recuerdo a cuántos bares me llevaste, ni cuántas copas llegaste a pagar. Al Penta, al Aleatorio, al Libertad 8; recuerdo los primeros de la noche y después ya todo está borroso. En este último me explicaste mil batallas y me regalaste una púa de Antonio Vega mientras te emocionabas al hablar de él. Y no sé si era verdad o te lo inventaste, aunque eso ahora ya da igual. Eras así, emotivo, frágil, visceral, caótico en todos los sentidos. El macarra con más encanto que he conocido.

Nos encontramos con la madrugada, etílicos perdidos. Borrachos de amistad y risas en una noche perfecta. Buscando un hotel para ti porque el último tren de vuelta a casa ya hacía horas que lo habías perdido. «No me importa. Volvería a repetirlo. No me quiero ir» —me dijiste. Recuerdo que entonces te abracé. Y nada más nos importó en aquella esquina del último bar que cerramos. Porque éramos así, nos gustaba cerrar garitos y nos gustaba abrir corazones.

Y, de golpe, aterrizo de nuevo en la realidad, en esta casa que también te extraña. Y te veo danzando por ella como un animal enjaulado que pide a gritos que lo liberen o que lo rescaten, aún no tengo claro qué necesitabas más… si alas o amor de verdad. Recuerdo tu llamada de auxilio y me pregunto por qué no volviste a llamar, quizá ahora hubiese podido salvarte de nuevo, o tú a mí… porque, aun hoy, sigo sin saber quién salvó a quién, pero lo hicimos, y tanto que lo hicimos. 

Y te estoy viendo ahora mismo en mi comedor, sentado en el sillón y abriendo una botella de vino. Pidiéndome por favor que te diera cinco minutos (de los cuales te sobraron dos) para decirme: «Te he escrito un poema, Lauri». Poema con el que me dejaste con la boca abierta, con el que me hiciste llorar de emoción y que hoy he vuelto a leer, pero llorando de rabia. Rabia por ser tan cobarde, rabia por ser tan valiente, aún no sé qué tipo de rabia es, pero es mala.

Armabas los poemas con versos que eran balas y desarmabas a todo aquel que te leía mientras avisabas de que iban a doler. Así eras. Tenías un don, siempre te lo dije. Eras un artista de la palabra. Te relamías las heridas con cada verso que escupías. No elegiste bien a tu musa y te las hizo pasar putas. Espero que los demonios que al final han podido contigo te estén tratando algo mejor, aunque tengo mis dudas. 

Han pasado tres días y toda una eternidad desde que sé que te has ido. Ya no estás, ya no puedo preguntarte, ya no puedo hacer nada más por ti, ni tú por mí. Ya no podemos arreglar el mundo: ni el tuyo, ni el mío, ni el de nadie.

Hasta siempre, amigo.
D.E.P.


jueves, 29 de julio de 2021

Ojalá siempre (poema recitado por AlmaBaires)


HUELLAS en la arena y en el ALMA

Tenés en la mirada tanta dulzura… que ¡joder!, no sé qué hacer con ella.

Te la abrazaría toda.

Me la quedaría. 

Llenaría mi capacidad hasta el borde para cuando me falta.

Para cuando soy consciente de mi dureza y no encuentro delicadeza por ningún sitio.

Para cuando me intuyo fría o dolorida y no sé qué hacer conmigo.

 

Eres tierna. Muchísimo.

Y parece que (eso) te da rabia y yo no entiendo el porqué.

Pero es tu motivo y lo respeto.

¿Recuerdas cuando hablamos de la lealtad?

Pues eso. A tu lado, y no hay nada más que decir.

 

Llorar no es una debilidad.

Es más, hasta diría que es algo que solo se permiten los valientes.

Pelar la corteza, bajar la guardia, derribar el muro que nos rodea a golpe de lágrimas es, sin duda, señal de fortaleza.

¡Qué osadía! Permitirse en estos tiempos algo de sensibilidad y no salir mal parada por ello. Y qué bonita estás cuando te emocionas, niña… ¡Qué bonita!

 

Aquí estoy, pensando en vos y en lo cerca y lejos que estás de mí. Y sonrío.

Siempre me pregunto por qué las cosas buenas son tan efímeras.

Etéreas tal vez e intangibles, ya no sé…

Sonrío al recordar estos cuatro putos días que se han esfumado como si nada.

Cuatro días para vencer los miedos, reír hasta morir y arreglar el mundo

(porque tiene arreglo, de momento) pero mañana vuelve a preguntarme por si ha cambiado algo. Que ahora, en apenas unas horas, se pone todo del revés… ya sabés.

 

Te prometí no pensar tanto en las cosas, no darle vueltas y vueltas a la cabeza hasta marearme y lo estoy intentando. Créeme.

Tengo que desacostumbrarme, desaprender lo aprendido y eso requiere de tiempo.

Fluir cuando parece imposible.

Sentir. Doler.

Porque ahora me duele lo lejos que te fuiste y necesito la facilidad que te acompaña y con la que me hablaste.

Me llenaste la casa de alegría.

Está(s) por todas partes.

Y ahora la distingo vacía.

Creo que a eso se le llama morriña.

 

Extrañar y conmover.

Voy a ver que hago con todo esto, mi niña…

 



viernes, 25 de junio de 2021

Lo que puedo contar (después de todo)

Llevo días pensando en cosas (aparentemente) estúpidas.
Y me río de mí misma…
Es increíble la de tonterías que se me pasan por la cabeza.
Últimamente, es como si le quitase hierro a todo, como si nada me preocupase, como si nada me importase ya.
¿Será algo pasajero o estoy ante una nueva yo? Mucho más pasota, por cierto.
Y me apetece profundizar, llevo tantos días sin ponerme seria… que puede que hasta se me haya olvidado cómo hacerlo.
Me siento aquí con la única intención de dejarme llevar hasta donde sea posible. 
Y recordar, recapitular, pensar en los últimos meses y más que buscar culpables, lo que quiero es ser consciente de cuánta parte de esa culpa me pertenece.
 
Lo he soltado todo y me he quedado sin nada.
¿Cuánto pesa lo que no se ve?
 
Hoy estuve pensando en ti, en todo lo que fuimos, en todo lo que somos, en todo lo que ya no seremos.
¿Cómo explicarte que ya no cuento contigo como antes?
¿Cómo decirte que ya no pienso en ti para contarte?
Que ya no ríes, ya no curas, ya (prácticamente) nada.
 
Ignorar que no te necesito me ha dado todas las respuestas.
No sé en qué momento te volviste tan egoísta.
No sé cuál es tu problema, pero tampoco sé cuál es el mío.
Y te voy a decir una cosa, yo también cuento.
Solo que ahora cambio el contigo, por el por mí.
 
Cada una percibe las cosas bajo su propia realidad, que no coincide con la de los demás.
Nos distanciamos de personas sin que haya ocurrido nada que lo justifique…
A mí me ha pasado infinidad de veces, no importa una más…
Esas cosas pasan, sin saber cómo ni por qué, ¡o sí! ¿Quién sabe?
A lo mejor es que no queremos saberlo. Ya nos está bien así.
La ignorancia es un arma de doble filo.
Las personas cambiamos, no podemos volver a ser las del pasado…
porque esas mismas cosas que nos cambiaron nos hacen ser quienes somos ahora. Ni mejor, ni peor.
 
He aprendido a tener paciencia, aunque a veces se me acabe.
A decir NO alguna vez, a no pensar siempre antes en los demás, a no forzar situaciones que no vienen solas.
Me he dado cuenta del grado de interés, me he cansado de ser siempre la que se adelante a preguntar… ¿Sabes?, yo también importo y si a ti no te sale, por algo será…
He dejado de preguntarme que ha pasado o cuánto tiempo hace que no hablamos.
Y sobre todo, he dejado de enfadarme al darme cuenta de la cantidad.
Cuando solo es una la que parece que importa... de a dos o de nadie.
El interés con interés se paga.
 
No hay cosa que me dé más rabia…
que me digan que no pasa nada cuando yo sé que pasa algo.
Callar no es mentir, pero tampoco es hablar.
 
Nos vamos antes de habernos acabado.
Brillas, pero por tu ausencia.
Vuela, que yo te vea.

martes, 28 de abril de 2020

Hablemos (poema + audio)





Hablemos.
Porque no es lo mismo que nos quedemos sin nada por decir
a que no nos quede nada más que decirnos.
Adoro cuando se (nos) hace tarde porque nos dio por hablar,
o mejor dicho,
cuando se (nos) hace pronto y seguimos sin dormir.

Porque me gusta que "pierdas" el tiempo conmigo y que no te importe.
Las cosas que merecen la pena, requieren al menos de ganas y tiempo.
Y yo siempre tengo de estos dos para ti.
Y aunque a veces tenga la sensación de no tenerlo...
siempre estoy dispuesta a "perderlo" contigo.
Y eso a mi, tampoco me importa.
En esto si que me gusta que nos (des)importemos.

Porque si pensar alcanzara no sé cuántas veces habría ido y vuelto ya.
Porque cuando tiene que ver contigo siempre quiero volver.
El hecho de estar para mí ya es suficiente.
Me basta.
Y me gusta encontrarte sin apenas buscarte.

Que elijo un contigo a un sin mí,
porque sin ti no es lo mismo.
Ni yo soy la misma.
Aunque esto quizá no lo entiendas.
Y porque prefiero que me hagas de todo a que me hagas falta.
Para bien o para no tan bien.

Creo que nunca te he dicho
(al menos en estos días)
que contigo, quiero.
Y que me moría de ganas de decirte que te estaba echando de menos.
Y por no decir…
hasta me callaba lo mucho que te sigo queriendo.

Hay gente que de la vida solo se queda con eso, con la ida.
Y yo del tiempo me quedo con el ti.
Porque te quiero por como eres pero también por cómo me haces ser a mí.
Quiero que sigas siendo tú, conmigo.
Que yo no te podré mentir.
A veces pienso, que donde todo acaba, ahí es donde empiezas tú.
Y creo que me he liado al intentar explicarte la diferencia entre querer y necesitar.
Aunque esto también me suele pasar cuando quiero diferenciar el ser feliz del estar contenta.
(pero lo segundo no tiene que ver contigo, al menos hoy, solo quería hacerme entender).

Me apeteces incluso los días en los que no me apetece nada.
Ni nadie.
Y si vienes a quererme esos días…
¿es necesario decir algo más?.

¿Hasta dónde me cuento de mí misma?.
¿Hasta dónde te preguntas tú?.
¿Hasta dónde estoy dispuesta a pensarte?.
¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar?.
Sin pasarnos, sin dolernos, sin marcharnos.

Porque estos días en que no te tuve,
me pregunté tantas cosas…
y podías no estar presente pero seguías aquí conmigo, siempre.
Porque parece que no me importa nada pero lo vivo todo.
Y es un error pensar en que sí los demás no saben lo que te pasa, 
pues debe ser... que no te pasa nada.
Te puede estar pasando (de) todo y eso sí que es importante.
Porque adivinas no somos.
Y no creo que lleguemos a serlo nunca.
Porque eres de (v)ida y vuelta,
y de la vida yo me quedo con todo,
contigo y con todas (s)tus letras. 

Imaginarse la vida y encontrarte.


miércoles, 22 de abril de 2020

Alma Baires

Buenos Aires estaba triste sin ti.
Y yo me sentí parte de una postal olvidada paseando por sus calles.
Con el alma flaca y el corazón inflado.
Y con la sensación…
de estar buscando algo y querer escapar al mismo tiempo de ese algo.
Quise huir del verano y me encontré en el invierno.
Me fui con lo puesto y una maleta cargada de sueños.
¡Qué inocente!
Como si no me llevara conmigo allá donde quiera que vaya,
el amor que siento o la tristeza acumulada.
Tengo recuerdos de ti en una ciudad en la que no estuvimos juntas.
Esa ciudad que a ti te vio crecer y que a mí me enseñó de nuevo a andar.
Qué lindo habría sido pasear contigo a mi lado,
seguro hubieses endulzado el aire de una ciudad que parecía enfadada por todo y con todos.
Pude reconocerte en cada uno de los nombres que pronuncié,
en cada una de las personas que conocí.
Puede que fuese porque pongo el alma en todo lo que hago.
O porque la poesía lo invade todo o quizá porque yo me dejé invadir sin oponer resistencia…
Con los ojos bien abiertos, almacenando sensaciones, coleccionando versos…
Como quien prepara un inventario sabiendo de antemano que le va a faltar algo.
Fabricando recuerdos, como si eso fuese posible...
o almacenando suspiros para cuando me faltase el aire.
¿Cómo se explica algo que no se puede tocar pero que sí que existe en realidad?.
¿De qué estarán hechas las cosas que no se ven?.
¿De qué estará hecho todo lo que nos rodea?.
Mientras nos dedicamos a desordenar la conciencia,
con todo aquello que no podemos demostrar pero que sí somos capaces de sentir….
Porque no siempre lo que nos hace felices nos hace felices siempre
Y a mí este recuerdo me ha hecho sonreír de nuevo.

Buenos Aires es mucho más alegre desde que tú estás en ella.
Y yo he vuelto a viajar allí, pero esta vez con vos.

jueves, 16 de abril de 2020

A tod@s, gracias


Hicisteis de mi día, un día especial.
Me sentí arropada, me vestisteis con el mejor de los vestidos, el del cariño.
Fueron muchas las llamadas, los mails, los audios, los mensajes, 
las entradas en vuestros blogs con y en mi nombre, 
las canciones cantadas por lo bajini en idiomas "extraños" pero sin desafinar, 
el atrezzo a las 3:45 am o la sorpresa con dos días de antelación.
He hecho una recopilación de lo que he podido, aquí no podéis estar todos… 
(porque sería una entrada interminable) pero en mi memoria sí.
Un cumpleaños diferente pero para nada me sentí sola.
Gracias a tod@s.



















martes, 25 de febrero de 2020

Aurora (tris)


Eres cometa en el cielo 
estrella candente
no fugaz.





Toda la luz
radiante en un cielo
increíblemente bello.

   

viernes, 31 de enero de 2020

Esas personas

Me he dicho piensa en alguien que te alegre y he pensado en ti…
Como esa frase que dice "no sabía qué ponerme y me puse feliz", pues eso.

Puede que sea cierto, que piense en ti más de la cuenta…
pero que le voy a hacer si es así como te siento
y no tengo ningún interés en cambiarlo porque siempre me haces bien.

¿Qué se puede hacer…?
si hay personas que llegan para quedarse, que vienen y no se van.
Que lo dan todo desde un principio y que no quieren oír hablar nunca de ningún final.
Esas personas que el miedo a abrirse se lo quitan abriéndose.
Y que te dicen aquello de que "si lo que vamos a tener es miedo a sentir… mejor, apaga y vámonos".

Hay personas que son un auténtico viaje y ni siquiera lo saben.
Te hacen viajar en el tiempo, volver al pasado pero con ojos de experiencia…
Siempre están ahí aún cuando no pueden estar, nunca se marchan porque son de verdad y los de verdad nunca se van…
Esas personas por las que parece que no pasa el tiempo, que siempre tienen algo que contar, que te dicen que si la vida te da la espalda, debes tocarle el culo… o que las cosas más importantes de la vida no son cosas…

Siempre he pensado que a dónde te lleva la imaginación no te llevan los pies…
Así que mira hasta donde estaría dispuesta a irme contigo…
Eres de esas personas a las que si les preguntas que ¿hasta dónde quieres llegar?
Te responden con otra pregunta ¿hasta dónde estás dispuesta a perderte?

viernes, 10 de enero de 2020

Llora el cielo


Llora el cielo para mi.

Todo es (casi) perfecto.
Hasta tú.
Incluso yo.
Nada más importa.

Llora el cielo o quizá es que lloran los que no están y que dijeron adiós....
Es viernes y empiezo a creer que entre los dos,
se oculta un cielo temblando de amor.
Me acuerdo de ti y llueve…

Hoy creo que puedo con todo y así voy siempre, pudiendo con todo.
Aunque a veces, sin motivo, sea yo la que tiemble.





Dedicado con todo mi cariño a mi amiga Alma.
Para vos, bella. ❤





viernes, 18 de octubre de 2019

Aires (Buenos) #3

Hace dos meses ya que volví de vacaciones y desde entonces, he tenido en mente esta entrada, la tercera y última de Buenos Aires.
Quizás ha sido la vez que más me ha costado coger el ritmo de nuevo, quizás ha sido la vez que más tiempo he estado de vacaciones o quizá solo ha sido la vez, en que he dejado las cosas fluir por sí solas sin contar con nadie salvo conmigo.
Y he de decir que disfrute de mi compañía.
Viajar sola es algo que nunca había hecho.
Y menos, tan lejos.
Y allí encontré, además de amigos, la sensación de que lo más importante es estar bien con uno mismo… para que ni te sobre ni te falte cariño.
Y explicado todo esto, quiero dar paso a la entrada que realmente quiero hacer.
Allí conocí a alguien especial, a alguien que me he traído conmigo… y al que considero ya, un amigo.

Aprendí con él tantas y tantas cosas…
cosas que no están en los libros, ni en la distancia, ni en la edad, ni en el olvido.
Me di cuenta, que a veces, la confianza no hace falta ganársela.
Que viene así, como regalada… y se abre paso con descaro y se sienta en la misma mesa en la que estás.
¿mira quien viene a cenar esta noche? Éramos tres en aquella cena… y en aquel baile de tango que no bailamos pero que si disfrutamos.

Quise ir a la milonga, me llevó. 
Quise ir a Caminito, me llevó. 
Y ahora que lo pienso, tendría que haberle pedido la luna, me la hubiese traído sin dudarlo y puesto en mi plato, seguro.
A veces pienso las cosas demasiado tarde… y ese es un gran defecto que tengo. Tonta de mí.

A veces también, una da con personas fáciles a las que se llega fácil, con almas pensantes, con poetas sensibles, con corazones tiernos… lo único malo de todo esto, es que das con ellas en la otra punta del mundo y no puedes seguir disfrutándolas a diario…
Y a veces, la tecnología, las redes, la poesía… se queda corta con tanta lejanía.
Allí te deje mil sonrisas en formato bolsillo para que las sacaras siempre que las necesitaras, pero ves, esto también se me antoja frío ante tu calidez.

Y pienso en aquello de que hay personas que pasan por delante pero no por dentro.
Y lo cambio y digo, que hay personas que entran directamente al corazón y se instalan como si estuvieran en su casa. Eso es tremendamente bello.
Como esa pasión por el fútbol que no entiendo pero que respeto… y a la que yo le pongo los colores de Boca simplemente porque me gusta como combinan.
Me sentí protegida contigo. Mi guardaespaldas y guía porteño.
Mi amigo bloguero, tan tierno.
A tu lado, nada malo podía pasarme.
Y nada malo, nos pasó.
  
Hoy, desde mi casa y pensándolo tarde como de costumbre, respondo a una de tus preguntas.

Si, volvería a Buenos Aires.
Solo por vos.

Así salió, amigo.
Así de bonito.


La próxima no será la primera vez que te quiero…
Como tampoco será la última vez que muero.
Carlos Perrotti.

















lunes, 7 de octubre de 2019

Vaciarse del vacío

Hubo un tiempo...
en que...
sentí frío,
mucho frío.

Como sí me convirtiera...
en un cubito de hielo
y
fuese
recorriendo
mi propio cuerpo.

Escalofríos,
temblores,
principio de congelación...
¿Qué hacer para no partirme en dos?.

Derretir con caricias la rudeza de la rutina,
esa que es tan difícil de soportar cuando se presenta sin avisar.

Ahora soy consciente de la cruda realidad del desgaste...
mientras desearía volver a la inocencia de mi niñez,
para no darme cuenta (otra vez) de todas estas cosas.

Vaciarnos del vacío,
cómo del estómago,
no introducir nada
que no pueda salir,
expulsar hasta las lágrimas,
que no quede ni una,
que nos deje en sequía
partes del alma.

Y que llueva,
no sólo sobre mí,
no sólo sobre ti,
y que lo inunde todo.

Que llueva cantidad de deseo
de ese que se siente por dentro
y que parece,
que el tiempo
obliga
y
pone a dormir.

Que llueva hacia arriba,
que llueva hacia afuera,
pero que nunca más,
lo haga hacia dentro.

Vaciarse del vacío,
de todo el sinsentido,
de todo aquello que quedó por decir
y que por la tanto
ni siquiera llegó a poder ser.

¿Qué más se puede decir cuando crees que ya está todo dicho?.

jueves, 24 de enero de 2019

Fragmentos de mi vida #2

¿Te llamo mañana?
como quieras... pero no tengo nada que contarte...
nada que decirte.
Da igual, pues nos decimos NADA.

(porque hay personas que NADAn en la abundancia).

jueves, 20 de diciembre de 2018

Recuerdos del sur

¿Recuerdas aquel paseo encendido que una vez nos dimos?
Necesitábamos huir aún no sé muy bien del qué, del quién, del cómo ni el porqué,
pero teníamos que hacerlo…
¿recuerdas?
Pasos acelerados, enfrentados, enfadados…
Que fueron tranquilizándose…
Pelea constante de impulsos, de saltos, de emociones, de brincos…
Que fueron sedándonos…
El sol se escondía en aquella playa desnuda, en la que ya no quedaba nadie.
Y desnudas nosotras también, hablamos de tantas y tantas cosas…
Incluso lloramos…
Pero es que a veces no hay ropa que vista el alma, ni alma que use marcas.
La puesta de sol fue preciosa, tu… mucho más.

martes, 9 de octubre de 2018

Embarazo

Hallé en el regazo,
de tu hipocresía,
la calma,
la ignorancia,
la mentira.
La nana perfecta,
cantada al ombligo,
con la que arrullar el llanto,
de mi yo desvalido.
Y ahora…
que el desgarro daña tu cuerpo,
que mis lágrimas desvelan tu sueño,
que te exprimo sin aliento,
que veto tu sexo
y robo tus pensamientos…
Dime…
¿qué será de nosotros?
¿qué será de mi…?
tonto,
que soy capaz…
de creérmelo todo…

miércoles, 15 de mayo de 2013

Se acabó.

Es cierto que no hay nada que dure eternamente.
Es algo que sé y que nunca he intentado cambiar.
Pero aún a sabiendas a veces me sorprende un cierto sabor a disconformidad que agria mi saliva y me crea cierta dificultad al tragar.
Sé que por la vida van pasando personas y que solo unas pocas se quedan.
Que cuando damos demasiado valor a algunas amistades, estas pueden no estar a la altura de las circunstancias o de las necesidades.
O quizá sí, cuando menos te lo esperas y de quién menos te lo esperas… te llevas una sorpresa.
También soy consciente que en las malas temporadas es cuando una debe hacer limpieza de las malas hierbas que crecen alrededor… porque es entonces cuando te das cuenta de quien está y quién no.
Intento no pedir, no exigir, dar el espacio suficiente y necesario para llegar a echar de menos y que se acabe volviendo a por el, a por ese cariño y esa comprensión que todos buscamos en los amigos y que sin el, sinceramente, creo que no valdría la pena vivir.
Si una se equivoca, lo más importante es saber pedir perdón, no esconderse, porque un amigo, un verdadero amigo, sabe perdonar y olvidar los defectos, los errores, incluso me aventuro a decir que se puede no llegar ni a verlos…
Cada uno es como es y no se debe intentar cambiar a nadie.
Hay un sexto sentido que a veces se equivoca pero que normalmente acierta, que nos hace escoger a dedo a quienes nosotros queremos.
Y como casi siempre necesitamos controlar, datar, contar y adueñarnos de algo, lo hacemos del tiempo que nos va acompañando y que repartimos a medias mientras nos enorgullecemos de el.
Es así, yo tengo amigos de hace tiempo, tengo otros de hace aún más tiempo, otros acabados de llegar con los que ya se verá si tiene un final y a todos ellos lo único que les pido, es la verdad.
Puedo entender y respeto el que no se me quiera contar algo concreto, el que se quiera pasar algo por alto, el que no se necesite de mi para poder superar un problema o lo que sea, que no se necesite mi consejo, pero lo que no puedo tolerar porque es superior a mi, es poner el oído a lo que se me quiera contar y que lo que se me cuente no sea cierto.
Y por supuesto, que si me entero, le pongo punto y final a lo que sea que se tenga.
Un amigo no juzga, un amigo escucha y siempre he creído que no hay nada tan grave, que a modo individual uno haga, que pueda afectar a lo que en común se tiene.
Cada uno es libre de vivir su vida como le plazca sin necesidad de hacer daño a quien sabes que siempre te está esperando.
Como perro fiel que no entiende de dueño cobarde.
Y dueño cobarde que piensa que su perro,  es el más tonto de todos los perros.

martes, 4 de diciembre de 2012

Va (que ya va siendo hora)

Va,
dime algo…
que me haga creer de nuevo en ti…
que me haga ver…
que no posees muchas luces,
pero tampoco muchas sombras…

Va,
haz que confíe de nuevo en tu palabra,
que deje de pensar,
que mientes más que hablas…
que solo escuchas el eco que produce tu garganta,
que no te importa nada,
que en tu pena te escudas,
mientras lloras lágrimas falsas.

Va,
haz algo,
deja de estar ensimismada,
piensa por una vez las cosas,
que tu edad ya te delata.

Va,
venga…
que ya es hora de ponerle fin a esta patraña,
haz algo con tu vida,
que no te das cuenta y poco a poco se te escapa.

jueves, 5 de mayo de 2011

En tu día...

Hoy quisiera susurrar un secreto a los cuatro vientos,
la emoción que sentí con este regalo, 
que también es tuyo, 
que no me canso de mirar y que lo siento como algo muy tuyo, muy mío, muy nuestro…
Eres un regalo, dentro del propio regalo…
¡Felicidades!

lunes, 29 de marzo de 2010

Pequeñas niñas grandes

Hay dos cosas en esta vida que tengo muy claras.

Una es mala... la otra, sois vosotras.