Después de salir de un thriller nórdico como ha sido mi estreno con el investigador Harry Hole, volver a leer a Andrea Camilleri es como recibir un soplo de aire fresco porque, aunque parezca extraño tratándose como se trata este "Muerte en mar abierto" de un libro de relatos policíacos, las novelas del viejo autor italiano son para mí como las "comfort food" de la lectura, esas a las que se vuelve de vez en cuando para descansar del ajetreo diario y encontrar un puerto seguro. El ambiente en el que se mueve Montalbano, este comisario siciliano ya icónico y con un numeroso club de fans entre los que me cuento, es el contrapunto de aquellos gélidos paisajes y personajes de la Noruega de Nesbø, en el mundo de Montalbano siempre brilla el sol, hace calor, la vida transcurre relajada a orillas del Mediterráneo en el pueblo de Vigàta, en Motelusa y sus alrededores, a pesar de la intervención de las familias mafiosas en la vida cotidiana de sus habitantes o de los crímenes que suceden de vez en cuando y que el inspector debe resolver de la mejor manera posible. En cualquier caso este entorno es siempre un mundo de gente sencilla, de personajes bastante prototípicos: el ingeniero, el doctor, el ama de casa, el amante, que actúan llevados por los principales impulsos que rigen a la mayoría de los hombres: el dinero, la venganza o el amor, por lo que seguir los razonamientos que llevan a Montalbano a resolver los casos es como pasear por un paisaje familiar, seguir un camino ya conocido y saludar a viejos amigos. Al margen de las relativas sorpresas que cada relato pueda deparar, las deducciones que llevan hasta la resolución de los crímenes siempre siguen una lógica básica fundamentada en el conocimiento de los mecanismos más básicos de la naturaleza humana que, resultando siempre sorprendentes, al mismo tiempo responden a patrones mil veces repetidos a lo largo de los siglos.
Los seis relatos breves que componen este libro incluyen incendios intencionados, desapariciones de esposas, muertes inesperadas o crímenes accidentales y en cada uno de los casos el trabajo de Montalbano se basa en conversar con los implicados, conocer sus antecedentes personales, familiares y económicos y sin hacer uso de ninguna técnica de análisis de restos biológicos, conexiones de internet ni modernas teorías conductuales, alcanzar la resolución del caso en base al razonamiento y la deducción. La narración es bastante acelerada, no se para en descripciones innecesarias ni en reflexiones superfluas, va presentando los datos, las entrevistas, los datos recabados y culmina en una solución rápida de cada caso, con lo que cada relato ocupa unas pocas horas de lectura. Tal vez no sea el mejor libro de Camilleri, más bien se trata de una novela menor pero posee todos los elementos que los apasionados del autor siciliano esperamos encontrar en sus libros, en este caso en formato breve y concentrado. Una gozada, en cualquier caso.