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domingo, 4 de febrero de 2024

De vuelta a casa

Hace cinco años que no leía una novela de Kate Morton, una autora a la que sigo desde sus inicios, incluso antes de que sus libros se publicaran en España, y con la que siempre he disfrutado mucho, con sus emocionantes historias familiares y con su característica manera de integrar diferentes planos temporales, un recurso argumental que domina como nadie. 

En "De vuelta a casa" nos encontramos como protagonista a Jessica Turner-Bridges, una joven periodista australiana que, tras diez años establecida en Londres, regresa a Sidney para atender a su anciana abuela, Nora, que ha sufrido un accidente. Su vida parece encontrarse en punto muerto tras un fracaso sentimental, acercándose a una edad en que se plantea que ya no podrá tener hijos y una vida profesional que tampoco pasa por un buen momento.

Al mismo tiempo conocemos una historia ocurrida en los Altos de Adelaida en 1959: Percy Simmons descubre en los jardines de la mansión Wentworth los cuerpos sin vida de los Turner, familia de origen inglés, que han fallecido mientras disfrutaban de un picnic junto al arroyo el día de Nochebuena. Además, la pequeña bebé que dormía en un cesto, ha desaparecido.

Se trata de una historia emocionante donde las sombras del pasado regresan para dejar al descubierto secretos que han permanecido enterrados durante décadas. A lo largo del tiempo vamos y venimos a distintos momentos y en cada uno vamos recabando información diferente desde diferentes puntos de vista que terminará configurando la verdad sobre lo que sucedió en aquella tarde de Nochebuena de 1959 y las consecuencias que ello tuvo para las distintas personas involucradas en los hechos. Este ir y venir por el tiempo es, sin duda, la gran especialidad de la Morton que desde su novela debut, "El jardín olvidado" y todas las que han venido después, ha perfeccionando está técnica de conectar presente y pasado para contarnos historias familiares cargadas de secretos, mentiras y hechos ocultos que logran finalmente ver la luz.

"El hogar, había comprendido, no era un lugar, una época, ni una persona, aunque podía ser cualquiera de esas cosas y todas ellas: el hogar era la sensación de sentirse completa. Lo opuesto al hogar no era la lejanía, era la soledad. Cuando alguien decía: «Quiero ir a casa», lo que de verdad quería decir era que quería dejar de sentirse solo."

Australia se presenta en este libro como un lugar de naturaleza fascinante, mítica e indómita donde el hombre se encuentra sometido a fuerzas antiguas no de índole cultural sino que es la propia Tierra la que que reclama sus derechos ancestrales. La región de Australia del Sur queda así retratada como un escenario grandioso que resulta un elemento esencial en esta novela que mantiene el alto nivel narrativo y los potentes personajes a los que nos tiene acostumbrados la autora.

"En ese continente, la belleza y el terror estaban inextricablemente unidos. La gente moría de sed si se equivocaba de camino. Una sola chispa podía desatar un incendio que devorara una ciudad entera. Los niños que deambulaban más allá de la valla trasera desaparecían en el aire."

sábado, 9 de marzo de 2019

La hija del relojero

Estoy encantada de haber podido disfrutar de la nueva y muy esperada novela de Kate Morton, una autora que hasta ahora ha resultado ser infalible para mí y es que desde que la descubrí siempre he conectado con su estilo y disfrutado con sus historias, de ahí las ganas que tenía de tener entre las manos esta última, "La hija del relojero" donde, lo primero que apreciamos es que se repite el esquema que ha llevado a la autora británica al éxito: dos historias paralelas separadas en el tiempo sin relación aparente al menos en principio, dos mujeres con historias personales diversas pero en las que todo lo que se nos cuenta rezuma el aire de la Inglaterra más tradicional. Tanto en la trama situada en el Londres actual como la que transcurre en el pasado nos encontramos con historias contadas con auténtica emoción en medio de unos escenarios enormemente atractivos y con unos personajes cautivadores que nos conquistan de inmediato. Por otra parte, enseguida descubriremos que el esquema temporal es más complejo que la simple yuxtaposición de dos historias que se desarrollan en paralelo, pues resulta que empiezan a aparecer multitud de hilos temporales nuevos, una gran cantidad de historias que transcurren en momentos diferentes, tanto que en algún punto me llegué a encontrar algo perdida con los cambios de época, aunque las confusiones duraron poco. Y todas las tramas tienen un punto en común: una casa llena de misterio en mitad de la campiña inglesa que conectará firmemente a todos los personajes.

Comenzando por el tiempo actual, nos encontramos con Elodie Winslow, una solitaria y sensible joven archivista que vive, como los objetos con los que trabaja, anclada más en el pasado que en el presente; Elodie se siente perfectamente cómoda entre los refinados objetos que pertenecieron a personajes del siglo XIX que vivían consagrados al arte y la cultura, con devoción por las bellas artes y la belleza en general. Ni siquiera la preparación de su próxima boda con un novio que debería resultar perfecto logra ilusionar verdaderamente a la joven; Elodie sospecha que lo que hay entre ella y Alistair no se corresponde con su idea de amor verdadero, no hay auténtica pasión entre ellos, al menos no del tipo que Elodie sueña. Cuando descubre entre su material de trabajo una fotografía de una joven desconocida relacionada de algún modo con Radcliffe, un pintor prerrafaelita casi desconocido, Elodie se obsesionará por descubrir quién fue esa mujer ¿Se trata de la prometida del pintor fallecida prematuramente, o tal vez será su musa y amante de la que casi nada se sabe?

La secunda línea argumental está protagonizada, ni más ni menos, que por la voz de un espíritu que habita en Birchwood Manor, una casa en Berkshire, a la orilla del río Tamesis. Se trata de una mujer que fue conocida como Lily Millington, aunque ese no fue su verdadero nombre y que evoca su vida pasada, desde su dramática infancia que transcurrió como avispada ratera en las duras calles del Londres decimonónico hasta que comprendamos cómo acabó habitando por toda la eternidad en la casa de Birchwood. A partir de aquí, irán sucediéndose diversas historias en varios momentos temporales que pasarán desde la infancia de Lily al esplendor de Radcliffe y su circulo de artistas en torno a la casa junto al río, llegando a los años posteriores a la Gran Guerra en los que Leonard Gilbert investigará para su tesis sobre la figura del pintor y su conexión con la casa, o Juliet y sus hijos que se refugiarán en ella cuando su casa de Londres resulte bombardeada durante la II Guerra Mundial. Incluso dentro de la historia protagonizada por Elodie volveremos hacia atrás al regresar sobre la figura de su madre, una talentosa violonchelista que falleció muy joven en unas circunstancias que ella nunca conoció por ser muy niña y que ahora desea descubrir.

Nos encontramos a lo largo de la lectura con distintos casos de personas, maridos, hijos, amantes, que se desmoronan tras la pérdida de un ser querido, que nunca se terminan de recuperar. Esa manera de sentir, un amor así de intenso es lo que desearía experimentar Elodie, esa necesidad vital del otro, esa pasión que justifica toda una vida. La novela recorre distintas historias de amor conectadas de un modo u otro con la misteriosa fotografía, con su origen, su protagonista y sus distintos poseedores, girando en torno a una muerte sospechosa sin aclarar, un diamante desaparecido y todo ello en una ambiente lleno de magia, de escenarios de bucólico romanticismo que evocan tiempos de felicidad, inocencia, descubrimiento y amor por belleza y siempre teniendo como epicentro la casa de Birchwood, un lugar que conquista y atrae a los que la frecuentan, una casa que guarda secretos que sólo revela a quienes lo merecen, un lugar encantado y encantador donde he disfrutado, sufrido y compartido sentimientos intensos de una historia, otra vez, muy bien contada, como suele ocurrir con las novelas de la Morton.

viernes, 8 de enero de 2016

El último adios

¡Bienvenidos seáis todos al nuevo año 2.016! Ya sé que hace más de una semana que cambiamos de año, pero es que las vacaciones han sido tan "duras" que hasta hoy no he tenido un momento para sentarme ante la pantalla y comenzar a escribir los comentarios de mis últimas lecturas, y no sólo de lo leído durante las Navidades, que ha sido bastante, sino que tengo pendientes reseñas de algunas novelas anteriores a las Fiestas, como es el caso de la primera con la que voy a comenzar el año. Se trata de la última de Kate Morton, una de las bazas seguras en cuanto a novelas de evasión y misterio que nuevamente triunfa con "El último adiós". En esta ocasión, y como ya nos tiene acostumbrados la autora, se nos describe con imágenes llenas de magia el principal escenario de esta novela, un lugar idealizado, una casa que es prácticamente un personaje más en la historia: la mansión Loeanneth, la Casa del Lago que da título original a la novela, situada junto a la costa de Cornaulles y que fue el hogar, a primeros del siglo XX, de Eleanor de Shield y años más tarde de su hija Alice Edevane; una casa que es una suerte de paraíso alejado del mundo real, rodeado de naturaleza y libertad.

Como es habitual en las novelas de la autora, jugamos siempre entre dos marcos temporales, por lo que la acción transcurre paralelamente en el pasado y en el presente. Llegados al año 2003 todo lo que hubo en Loeanneth ha desaparecido, la mansión es una ruina olvidada; descubrimos que todo se desmoronó, la casa y la propia familia, a raíz de la desaparición del pequeño Theo, hijo de Eleanor y hermano de Alice, en el verano de 1933. De vuelta al momento actual conocemos a Sadie, detective de policía en Londres que regresa a Cornualles a casa de sus abuelos en un  descanso impuesto por sus jefes tras un problema profesional. Pero, como buena policía que es, su mente inquisitiva no descansa nunca y el misterio que rodea la cercana mansión abandonada la atrae irremediablemente, de manera que comienza a interesarse y a investigar sobre lo ocurrido allí.

La novela presenta los elementos ya habituales en las obras de la autora, con historias que transcurren en distintas épocas históricas unidas por un misterio a resolver. Destaca también el papel importante de la literatura y los libros en el argumento de la novela, en este caso representados por el autor de cuentos clásico Daffyd Lewellyn, amigo íntimo de la familia Edevane y la propia Alice a la que con el paso de los años encontramos convertida en una anciana y exitosa autora de novelas de misterio. El relato avanza intercalando, por tanto, episodios de distintos momentos del pasado a través de los cuales vamos conociendo a los miembros de la familia Edevane y de vuelta al presente donde seguimos las pesquisas de Sadie en relación con la desaparición del pequeño Theo. Constantemente se plantean paralelismos entre distintos personajes, circunstancias que se repiten a lo largo del tiempo, en distintos momentos pero que suponen experiencias que acercan a personas de distintas épocas unidas por conexiones invisibles que trazan paralelismos entre sus vidas, lo que hace que las diversas historias transiten por caminos paralelos a pesar de la distancia en el tiempo.

Sin duda alguna, Kate Morton es una maestra en su género, con esa habilidad más que demostrada de combinar exitosamente épocas distintas, con esa habilidad de entrelazar historias, desentrañar misterios del pasado desde el presente y retratar a sus personajes, cada uno dentro de su marco temporal propio, logrando que todas las historias que convergen tengan un peso específico en la novela, que resulte igualmente interesante la narración del pasado como la situada en la actualidad. La trama de la novela es muy rica y llena de hilos que nos proporcionan informaciones que nos hacen ir dirigiendo la mirada hacia uno u otro personaje, descubriendo nuevas facetas en ellos, cambiando el objetivo de nuestras sospechas hasta el golpe de gracia final que completa el puzle del misterio. Reconozco que el desenlace de la historia me resulta excesivamente redondo, tanto que en algún momento de la lectura se me pasó por la cabeza esa posibilidad pero la rechacé por suponer una coincidencia demasiado escandalosa, pero se ve que la autora la consideró la mejor manera de cerrar el círculo de su historia. Así y todo, con esta novela la Morton vuelve a confirmarse como garantía de una buena lectura donde conocer personajes de los que enamorarse, de una buena historia llena de acción, algo de romance y mucha intriga. Siempre recomendable.

domingo, 27 de abril de 2014

El cumpleaños secreto

Desde que descubrí a Kate Morton hace ya algunos años, antes incluso de que se publicaran sus obras en España, me quedé atrapada por su estilo de escribir, por los ambientes en los que te sumerge y por su manera de utilizar el recurso, algo sobreexplotado en los últimos tiempos, todo hay que decirlo, de alternar la narración en varios planos temporales en los que distintas historias necesariamente conectadas van desarrollándose en paralelo hasta confluir en un final, necesariamente sorpresivo en el que todo el círculo se cierra y las piezas desperdigadas a lo largo de toda la narración encajan finalmente. Sin embargo no sería de extrañar que después de varias novelas empleando el mismo esquema la fórmula se hubiera podido agotar y la historia nos sonara a algo ya leído anteriormente; pero afortunadamente, en mi opinión, esto no ocurre así, ni mucho menos. 

Con "El cumpleaños secreto" Morton ha escrito la que puede ser su mejor obra. Tanto el acertado dibujo de las tres épocas en las que suceden los hechos: los años de la II Guerra Mundial en la ciudad de Londres sumida en constantes bombardeos donde, a pesar de todo la vida continúa; los años 60 y el despertar de una nueva sociedad moderna reflejada en el personaje de la adolescente Laurel y sus sueños de salir de su casa y convertirse en actriz y, por último, el tiempo presente en el que los que una vez fueron jóvenes hermanos Nicolson se reúnen en torno a Dorothy, su madre, para acompañarla en sus últimos días de vida. Todos estos escenarios y los personajes que en ellos se mueven son creíbles y atractivos, cada uno cumpliendo con su papel más o menos principal pero todos y cada uno de ellos añadiendo valor a las correspondientes historias. A lo largo de la novela se irán desvelando secretos largamente guardados por parte de Dorothy y que cambiarán lo que hasta entonces creyeron que era la historia familiar. Toda la narración posee una gran viveza y resulta absolutamente creíble, describiéndolo todo con esa prosa tan visual que caracteriza a la autora y que te permite trasladarte con facilidad a cada una de las épocas en las que se sitúan las diferentes acciones.

Pero si la novela se desarrolla con una fluidez impecable, ¿qué decir del desenlace? Podría calificarlo de fabulosamente sorpresivo por inesperado, o al menos para mí lo ha sido completamente y a pesar de ello me ha encantado y convencido plenamente. Y es que resulta que hay veces en que el autor utiliza este tipo de trucos, por así llamarlos, presenta giros inesperados que te hacen sentir que has estado siendo engañando durante toda la lectura, y que hacen que te replantees si todo lo leído cuadra con el final propuesto, pero en este caso, una vez superada la sorpresa, todo me ha cuadrado perfectamente y me ha iluminado sobre lo que hasta entonces había estado leyendo, dándole sentido a los personajes involucrados. No soy nada partidaria de destripar demasiado los argumentos y muchísimo menos los finales, así que os tocará leeros la novela si queréis quedar tan sorprendidos como yo he quedado. No os arrepentiréis, seguro.

P.S. Sólo una pega le voy a poner al libro, y es algo totalmente ajeno a su calidad como novela y me refiero ¡nuevamente! a la desafortunada traducción del título original: "The secret keeper", esto es, el guardián (o la guardiana en este caso) del secreto. Nunca entenderé a qué responde esta manía de inventar títulos que sustituyen a los elegidos en su día por los autores para sus propios libros, máxime cuando no son más adecuados ni superan el original. 

jueves, 21 de junio de 2012

Las horas distantes

Después de lo mucho que disfruté las dos novelas anteriores de Kate Morton, emprendí la lectura de esta nueva obra, Las horas distantes, con bastante buena predisposición y tengo que decir que no he quedado defraudada en absoluto. Comparte con las anteriores novelas muchos elementos como la estructura en dos planos temporales, la presencia de una vieja mansión, un castillo en este caso y la protagonista, una joven que debe descubrir algo sobre ese pasado. Coincidían, además, algunos temas por los que he pasado en algunas lecturas recientes como la presencia de unas hermanas gemelas o el asunto de los niños londinenses refugiados en casas rurales durante la guerra, pero a pesar de estas coincidencias que pensé que en algún momento podían lastrar la lectura, por la posibilidad de hacer (involuntarias) comparaciones entre un libro y otro, esta historia ha resultado suficientemente original como para despertar mi interés por sí misma y no resultarme repetitiva, a pesar de los factores que acabo de comentar.

En cuanto al relato en sí, la parte centrada en el presente está protagonizado por Edie Burchill, una joven londinense empleada en una pequeña editorial, que descubre, a raíz de la llegada inesperada de una vieja carta dirigida a su madre, Meredith, el hecho de que esta tuvo ocasión de relacionarse con al afamado escritor Raymond Blythe en la época de la guerra al ser acogida como refugiada en la residencia de la familia en Milderhurst Castle. El interés de la joven se acrecienta por su atracción profesional por el gran escritor, sumado al deseo de descubrir qué secreto se oculta aquella experiencia de la que su madre apenas le ha hablado nunca. El destino quiere que, en un viaje que debe hacer por carretera, acabe en el pueblo de Milderhurst donde Eddie logra realizar una visita guiada a la casa donde viven las tres ancianas hermanas Blythe, lo que provoca que su interés por la casa y la familia se incremente al conocer en persona a las hermanas y crece así su curiosidad por saber qué papel tuvieron en la vida de su madre y qué fue lo que ocurrió en los lejanos años de la guerra para que aquellas jóvenes, cultas e inquietas, quedaran convertidas en tres decrépitas ancianas encerradas en el viejo castillo, sumidas en el abandono y la soledad.

Por lo que se refiere a los hechos ocurridos en el pasado en Milderhurst, vamos conociendo a las gemelas Persephone y Seraphina y la pequeña Juniper, fruto del segundo matrimonio del padre. Todas ellas son cultas e inteligentes y han crecido conscientes de la importancia del legado familiar y de la importancia de perpetuar el recuerdo del padre, aunque esta herencia no siempre suponga ventajas para ellas. Las hermanas mayores permanecen durante la guerra en el castillo, ocupándose de su mantenimiento, al haber visto reducido sustancialmente el personal de servicio por las dificultades de la época, al igual que participan del esfuerzo bélico ayudando en el servicio de ambulancias o tejiendo para los soldados. Mientras tanto, la pequeña Juniper se ha trasladado a Londres donde descubre con entusiasmo la ciudad y sus posibilidades, hace nuevas relaciones y planea un futuro lejos del castillo.

Las dos narraciones son bastante independientes, no hay saltos continuos del presente al pasado, ni se van descubriendo cosas del pasado que determinan la investigación iniciada por Edie, sino que ambos relatos se desarrollan en paralelo mediante pasajes bastante extensos, lo que permite entrar de lleno en cada una de las historias, sabiendo que están conectadas, pero sin interferir constantemente la una en la otra. Sólo al final encontraremos la resolución a los interrogantes que se van planteando a lo largo de la novela. Me ha gustado la forma en que se van contando los episodios desde el punto de vista de los distintos personajes, la manera en que se complementan los relatos de unos con los de otros, mostrando las piezas de un puzle que hasta el final no se terminará de completar.

Como conclusión a todo esto no puedo por más que afirmar que la lectura me ha resultado de lo más agradable, interesante y entretenida. Me gusta cómo dibuja a los personajes, el tono desenfadado del relato de Edie frente a la ambientación lóbrega y misteriosa que caracterizan los pasajes sobre las hermanas Blythe y su compleja relación familiar, mezcla sutil de amor incondicional, proteccionismo y viejos secretos. Confío, por tanto, en que la novela permita para pasar un buen rato entretenido a quien se decida a leerla .

domingo, 14 de febrero de 2010

Dos libros que encontré

Hay ocasiones en que los libros te llegan, no por el camino habitual de ir a la librería (o a internet) y comprarlos, sino por vías indirectas: te lo regalan, te lo prestan, lo robas de la biblioteca (que no digo que sea el caso, ¿vale?) Lo curioso es que me ha ocurrido que dos novelas de la misma autora, Kate Morton, han llegado a mí de este modo anómalo, una detrás de la otra, es decir, ninguna ha sido adquirida mediante los conductos habituales y además la cosa tiene más mérito porque esta autora no ha sido editada en español, o al menos no lo había sido en el momento en que yo leí sus libros.

Conocí de la escritora a través de la página de Amazon donde consulto con mucha frecuencia para encontrar libros ya que me encanta su sistema de recomendación personalizada mediante el cual, una vez que estás registrado y vas añadiendo títulos que tienes, valorándolos, apuntando los que te gustaría leer en base a las críticas de otros lectores, etc, el sistema te va proponiendo nuevos libros basándose en los gustos que has indicado, tus autores favoritos, el estilo de lo último que has comprado o comentado o consultado. Suelo encontrar bastantes obras que en ocasiones no están publicadas en español pero que me han aportado bastantes sorpresas agradable al leerlas ("A quiet belief in angels" de R.J. Ellory, "Notes from an exhibition" de Patrick Gale, "The last lecture" de Randy Pausch o "The road" de Cormac McCarthy) Pues mediante este sistema de recomendación de lecturas anoté en mi lista de libros por leer (lo que se llama "wish list") las dos novelas de Kate Morton: "The House at Riverton" y "The Forgotten Garden", ambas coinciden en contar dos historias en las que el pasado y el presente de los personajes se entremezclan y los cambios de escenario y las historias de las distintas épocas van relatándose en paralelo hasta descubrir al final un secreto que había estado oculto durante años. Me parecían ambas muy atractivas.

La cuestión es que la primera de las novelas la "encontré" hace un par de veranos mientras nos alojábamos en un hotel de la costa portuguesa de El Algarve donde nos repartíamos por igual los clientes españoles (básicamente andaluces) y los británicos; sería por estos últimos por los que en la recepción del hotel estaba instalada la típica (para los anglosajones, al menos) estantería donde los huéspedes pueden dejar las novelas que ya se han leído y tomar a cambio alguna otra de las que allí se encuentran. Lo normal es que los libros no siempre estén en muy buenas condiciones de uso, dado que se pasan la vida entre la piscina y la playa pasando todo el verano de mano en mano, pero lo cierto es que el ejemplar de "The house at Riverton" que me agencié no estaba mal del todo y la historia me encantó al leerla, tal y como había sospechado por los comentarios que había encontrado en el Amazon.

Y transcurridos unos meses, este mismo invierno, la segunda obra de la Morton me estaba esperando en otro lugar, esta vez aún más sorprendente: el mercadillo de segunda mano que se instala en el colegio de mis hijos para obtener fondos para el viaje de estudios. Entre juguetes usados, broches de fieltro hechos por las mamás y muchos libros infantiles, novelas de ciencia ficción o de las que regalan con los periódicos, me encontré ¡oh sorpresa! con "The forgotten garden" en la misma editorial que el anterior y bastante buen estado, ¡no podía dar crédito a mis ojos! me lancé a por él y por 3,00 euros pude disfrutar de otra entretenidísima historia.

¿Es o no es sorprendente cómo ambas novelas me estuvieran esperando en dos lugares poco usuales? para mí ha sido como encontrar, no uno, sino dos tesoros escondidos, y así casi que los he disfrutado más.