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viernes, 28 de junio de 2019

Nine perfect strangers

Entre el drama, el thriller y la comedia ácida, esta "Nine perfect strangers" es la última novela publicada por la siempre incisiva autora australiana Liane Moriarty que nuevamente reúne en una misma historia a un grupo de personajes diversos, cada uno con sus complicaciones y circunstancias personales propias y cuyas relaciones e interacciones van a constituir el principal elemento del argumento. Como protagonista principal, aunque no será la única, nos encontramos con Francés Welty, una escritora acostumbrada a cosechar éxitos durante años con sus novelas románticas pero que al pasar de los cuarenta, divorciada por tres veces, sin hijos, sin pareja, con su carrera profesional deslizándose hacia ocaso tras las ultimas críticas negativas y su ultima novela rechazada por la editorial, enfrentando los primeros síntomas de la menopausia, siente que su vida está sumida en el caos. Acude por todo ello al centro de relajación y bienestar Tranquillum House buscando unas prometidas jornadas de reposo, sesiones de yoga, aguas termales, dieta hipocalórica y alineamiento de chakras, dirigido todo ello por la carismática propietaria del establecimiento, Masha, una mujer que parece haber alcanzado la perfección plena, el equilibrio vital perfecto y que desea compartir sus secretos con sus adorados clientes.

El resto de los personajes van apareciendo poco a poco por el hotel: una pareja joven en plena crisis matrimonial a pesar, o tal vez a causa de, haber ganado la lotería, una familia que escapa del recuerdo de un hijo fallecido en dramáticas circunstancias, un maduro separado bastante vulgar, un ama de casa madre de familia abandonada por su marido, un aparente triunfador adicto a las terapias, todos buscan en Tranquillum House el reencontrarse consigo mismos, relajarse, alejarse de la rutina, borrar sus problemas, reconducir el sentido de sus vidas...

El punto fuerte del libro son, sin duda, los personajes que se nos presentan. Es cierto que se dedica mucho tiempo a describirlos en detalle, tanto que hasta página 150 alguno aún no ha tenido su propio capítulo y no podemos decir que realmente ocurra nada significativo hasta más allá de la mitad del libro. Son en su mayoría personas adultas, maduras, muchos de ellos pasados los cuarenta: esposas sustituidas por mujeres más jóvenes y atractivas, hombres con tripa y demasiado gusto por la cerveza, serios y formales profesionales, todos ellos combaten de algún modo el someterse a la dictadura de la estética, aunque alguna ha caído de lleno en sus garras, combinan la alimentación orgánica y saludable con su debilidad por el chocolate o el vino, ninguno cumple con el prototipo de belleza ni son parejas perfectas, ni familias perfectas, cada uno busca algo diferente del establecimiento: puro relax, depuración, terapia pareja, pero ninguno espera la experiencia que la propietaria plantea aplicarles para alcanzar su renacimiento espiritual y que convertirá unas plácidas vacaciones en una claustrofóbica y desquiciada situación que tememos acabará yéndoseles de las manos. 

Hay que reconocer que la acción tarda algo en ponerse en marcha, pero tambien es cierto que esta pasa rápidamente a acelerarse y a poner al grupo de huéspedes en una situación extrema donde cada uno se enfrentará a sus mayores temores, plantearán públicamente sus miedos y sus traumas, sufrirán una experiencia aterradora y a la vez liberadora que, a pesar de las terapias extremas llevadas a cabo por Masha y secundadas por su fiel coadláter, Yao, sí que alcanzan finalmente el objetivo originariamente planteado de cambiar sus vidas por completo, dejar atrás los lastres personales que arrastraban y les impedían volver a reinventarse como las personas que verdaderamente deseaban y merecían ser.

El libro refleja con humor y crueldad una sociedad obsesionada por la vida saludable, por la imagen corporal, por alcanzar la eterna juventud, donde, en especial las mujeres, son capaces de cualquier cosa por mantener a raya su peso, por aparentar siempre jóvenes, por mantenerse eternamente bellas, personas que no reparan en lo que realmente hace hermosas y valiosas a las personas, algo que va más allá de su aspecto físico "son esas mujeres atrapadas contigo en el ridículo tiovivo de la obsesión por el aspecto físico del que no podían o no querían bajarse" Una novela que, bajo una pátina de superficialidad y ligereza, trata asuntos serios y a los que merece darles una pensada de vez en cuando.

viernes, 20 de enero de 2017

Pequeñas mentiras

Ya he descrito en otras ocasiones a Liane Moriarty como la reina australiana del drama de area residencial, campeona en retratar los tremendos "problemas del Primer Mundo" que sufren esas mujeres que tratan de ser perfectas en todo: madres ideales y amas de casa ejemplares, lograr plaza en los mejores colegios y cocinar madalenas ecológicas para merendar. En "Pequeñas mentiras" esos problemas comienzan el día de la presentacion de los alumnos de primer curso de preescolar en la escuela pública de la península de Pireewee, donde cada mami tienen su estatus: están las que cumplen estrictamente las normas sociales no escritas (las "melenitas rubias"), estan las líderes de la manada que son las que dictan las propias normas y estan las que son incapaces de adaptarse a ellas o no quieren hacerlo, lo que condena a sus hijos al ostracismo social ya a los cinco años de edad. Porque no hay nada que marque más que el que te inviten o no a un cumpleaños.

Nuevamente nos encontramos con una novela coral con tres o cuatro protagonistas principales, distintos tipos de mujer acompañadas en los papel secundarios por sus maridos. Nos enfrentamos a variados tipos de familia, matrimonios diversos, aunque por lo general de alto nivel económico y social, enfrentados a problemas cotidianos pero que, a pesar de ello, conservan las sonrisas brillantes siempre de cara a la galería. Y no olvidemos que durante toda la novela nos encontramos en mitad de un auténtico drama, porque nos enfrentamos a una investigacion por asesinato pero mientras sabemos quién mató a quien y porqué, pasaremos un buen rato con una permanente sonrisa sarcástica en los labios, conociendo personajes superficiales unos y reservados otros, transparentes o llenos de secretos, matrimonios perfectos y otros que sólo lo parecen. Porque sabemos que Moriarty nos ofrece, fundamentalmente, literatura de evasión. Pero no nos dejemos engañar, bajo la pátina de ironía, humor y superficialidad se ocultan verdaderos dramas: el maltrato, el acoso escolar, los engaños de diverso tipo que en más de una ocasión nos borrarán esa media sonrisa de la cara. Porque la diversión no excluye la crítica social cuando saben combinarse adecuadamente.

lunes, 31 de octubre de 2016

Truly Madly Guilty

Octubre ha resultando un mes "horribilis" en lo que a lecturas se refiere: ni uno, ni dos, sino hasta tres libros llevo apartados en las últimas semanas sin poder seguir con ellos, además de sumar a ello dos lecturas terminadas y sin encontrar el ánimo para ponerme a hacer sus reseñas aquí en el blog. Y supongo yo que no puede ser siempre culpa de la falta de interés de los libros si me ha pasado con semejante frecuencia. Más bien debo de ser yo que, con el cambio de estación o vete tú a saber porqué, debo estar algo atontada, con una especie de astenia otoñal, si es que algo así existe, que me impide concentrarme en nada con un mínimo de enjundia. Así que he optado por el camino fácil: ponerme con una novela de Liane Moriarty, autora australiana que siempre me conquista con sus historias frescas, actuales, de fácil lectura y que precisamente tiene nueva obra recién publicada, "Truly Madly Guilty", que promete ser el mejor remedio para poner fin a mi pequeña crisis lectora-comentadora. Esperemos que así sea.

Entrando en materia argumental, Clementine y Erika son amigas desde la infancia; muy distintas de personalidad y entorno familiar y con una relacion difícil, mezcla de amor y de odio, de cariño, costumbre y rechazo a partes iguales. Ya adultas, ambas felizmente casadas, continúan siendo inseparables a pesar de sus diferencias. Hace un par de meses ambos matrimonios acudieron a una barbacoa improvisada en casa de los vecinos de Erika y desde ese día todo cambió: la relacion entre las amigas, con sus maridos, con los vecinos, con sus hijas... A lo largo del relato iremos conociendo, en muy controladas dosis, lo que sucedió aquel día. Al mismo tiempo iremos descubriendo el pasado de los personajes,  su situación actual, sus relaciones y sus reacciones a lo que ocurrió el día de la barbacoa y cómo ello les cambió a todos en algún sentido.

Moriarty es una reina en el manejo de la intriga, no necesariamente relacionada con casos criminales, sino más bien con situaciones corrientes de la vida familiar o doméstica de personajes de clase media de Sidney, personajes acomodados que sufren "dramas del Primer Mundo" referidos a las relaciones sociales con los vecinos, la elección del colegio adecuado para el futuro éxito de los hijos, problemas matrimoniales, el papel de la paternidad, el deseo o el rechazo a ser padres y la opinión que los demás manifiestan antes dichas elecciones, la infertilidad, asuntos cotidianos que se combinan con sentimientos como la vergüenza, el remordimiento, el peso del  pasado, las aspiraciones personales y las esperanzas frustradas y la forma de afrontarlos.

Ciertamente en ocasiones el ritmo de la historia se veía ralentizad por las vueltas que damos tratando de saber qué es lo que ocurrió el consabido día de la barbacoa, pero afortunadamente las historias que se nos van descubriendo mientras se nos desvela el principal misterio de la novela nos dan paso a una composición coral con numerosos personajes estupendamente retratados y que mantiene el interés hasta el final. Una historia ligera sobre temas de interés generalizado en el mundo actual, pero tratados con una nota de humor ácido que se agradece siempre.

domingo, 19 de julio de 2015

El secreto de mi marido

Hace algunos meses que conocí a la escritora australiana, Liane Moriarty, a través de su novela "Lo que Alice olvidó". Lo cierto es que su lectura me resultó tan entretenida, fresca, actual y sorprendente que me la anoté en la lista de autores para seguir conociendo. Y en esta época veraniega en la que apetecen lecturas ligeras pero que aporten algo de interés, me acordé de ella y me lancé a "El secreto de mi marido", novela que también había encontrado recomendada en muchas partes.

Las protagonistas de la historia viven felizmente casadas, con unas existencias bastante corrientes en las que nada predice las catástrofes que se les avecinan. Cecilia Fitzpatrick es el prototipo de perfecta ama casa: presidenta de la asociación de padres del colegio de sus hijas, la escuela católica de St. Agnes, madre modelo y vecina interesada por los demás; su vida y su agenda están tan ordenadas como su magnífica despensa llena de tupperwares perfectamente alineados. Hasta que descubre una carta escrita por su marido para ser leída por ella a la muerte de aquel. El problema es que su marido aún no ha muerto y ella se encuentra de frente a un gran secreto al que debe plantar cara.

Tess, por su parte, tiene una agencia publicitaria en la que es socia de su marido Will y su prima Felicity. El trío es perfecto ya que estas son las personas a las que más quiere Tess en el mundo, además de a su precioso hijo; su prima y ella son más que eso, se han criado prácticamente como hermanas, siempre juntas, y lo han compartido todo. El problema surge cuando Will y Felicity le confiesan que están perdidamente enamorados. En un repentino impulso por huir de todo, Tess escapa a casa de su madre en Sidney con su hijo. Allí recuperará a sus viejos conocidos y antiguas compañeras de colegio, entre las que se encuentra Cecilia, así como otra serie de personajes como un antiguo novio, ahora profesor en el mismo colegio o Rachel, la secretaria del centro, una muje cuya hija fue asesinada hace veinte años, golpe del que no ha logrado recuperarse completamente.

La novela aúna aspectos divertidos por momentos, conmovedores a ratos pero sobre todo es una lectura ligera y muy realista. Los personajes actúan con gran naturalidad, resultan muy creíbles y se siguen sus peripecias con creciente interés; les vemos enfrentarse al miedo, a lo inesperado, a la incertidumbre, a la traicíon y reaccionar como tal vez lo haríamos todos en un momento de confusión y desmoronamiento de nuestras vidas. El argumento y los personajes retratados escarban en los secretos y las mentiras que subyacen bajo las vidas perfectas que nunca lo son realmente, nos muestra lo que en realidad sustenta la vida familiar y los matrimonios que en ocasiones no se basan exclusivamente en el amor y el afecto, sino que en muchas ocasiones se sustentan en los pilares de la complicidad, de los secretos compartidos y el instinto de supervivencia que puede unir más que la pasión. He pasado un buen rato con este libro, no hay duda, por lo que ya he anotado en lista de espera la siguiente novela de la autora, que espero que me haga disfrutar igual que ya lo ha hecho en dos ocasiones.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Lo que Alice olvidó

Sorprendente, curiosa y con un punto emotivo. Así definiría la original historia que en "Lo que Alice olvidó" nos cuenta la autora australiana Liane Moriarty que nos presenta de manera ágil y ligera lo que le sucede a Alice cuando, ejecutando un complicado giro en su clase avanzada de step, se golpea en la cabeza y pierde el conocimiento. La conmoción cerebral sufrida provoca que los últimos diez años de su vida se borren por completo de su memoria. Sus tres hijos, su afición por el gimnasio y hasta su reciente separación matrimonial dejan de existir. Ella se encuentra mentalmente en 1998, esperando su primer hijo y viviendo un romance permanente con su joven marido, su hombre ideal. La vuelta a la normalidad conllevará descubrir todos los cambios, avances y novedades que los diez años que han transcurrido hasta 2008 han llevado a su vida, aceptar de golpe sus nuevas circunstancias, la tristeza de su hermana, el nuevo matrimonio de su madre, esos hijos que han crecido y desarrollado un carácter que ella desconoce por completo. Todo su entorno ha evolucionado, algunas cosas para mejor, otras no tanto, pero el caso es que ella se ha quedado atrás, incluso le cuesta reconocerse a sí misma en la mujer en la que se ha acabado convirtiendo.

La novela está muy bien contada, la historia es totalmente creíble, tal vez algo exagerada en cuanto a algunos de los cambios que se han producido durante esos diez años que en ocasiones resultan un tanto drásticos, pero en general es bastante realista en cuanto al modo en que el mundo de una joven recién casada se ha transformado por completo diez años después, la manera en que se descubre ahora transformada en una ocupada y más madura ama de casa llena de compromisos y obligaciones, con un ritmo de vida y unas preocupaciones que le son ajenas por completo. Asistimos a la genuina incredulidad de Alice que va redescubriendo su propia vida desde cero con la mentalidad que tenía a los veintipocos años, el modo en que debe de conocer de nuevo a sus propios hijos, a sus amistades y vecinos, a las madres del colegio de los niños, al hombre en que se ha convertido su esposo o esa gran amiga suya, Gina, a la que todos mencionan y que ella ni siquiera recuerda. Es esta una historia que hace reflexionar sobre las decisiones que se van tomando en la vida sin saber hacia dónde te dirigen, sobre el modo en que cambiamos al madurar, como cambian nuestras prioridades e intereses y nos amoldamos a lo que se supone que debemos hacer al progresar en la vida. Es una historia sobre segundas oportunidades o más bien sobre vernos a nosotros mismos sin prejuicios, con una mirada nueva que es, en realidad, la de nuestros propios ojos cuando éramos más jóvenes. A Alice se le concede la oportunidad de probar la extraña pero enriquecedora experiencia de contemplar su propia vida y a sí misma y los que la rodean desde fuera, desde una perspectiva más inocente, como un espectador ajeno a sí mismo y decidir si ha encaminado su vida hacia donde siempre deseó o si habría preferido dirigirla por otro camino, dar importancia a otras cosas, centrarse en lo que realmente le habría hecho convertirse en una mujer feliz; obtener, en fin, la respuesta a esa pregunta tantas veces planteada y nunca jamás resuelta de ¿qué hubiera sido de mi vida si...?

Con un lenguaje sencillo y una forma limpia y clara de describir los sentimientos, desde la inocente mirada de Alice que descubre su propia vida con auténtica sorpresa, el descubrimiento de lo que supone ser madre, lo complicado de mantener una relación de pareja que resista la rutina y el paso del tiempo, hasta la amargura de su hermana Elisabeth, su resentimiento expresado con sinceridad y llaneza, la facilidad para entender su hastío, su rendición en la búsqueda de ese hijo que se resiste a nacer. Todas las historias que se nos cuentan en la novela son creíbles y cercanas y dejan un sabor agridulce al mostrarnos cómo el paso de los años suele convertirnos a todos en personas menos felices, más complicadas y más aburridas de lo que imaginábamos que seríamos en el futuro. Pero al menos nos deja abierta la puerta a la posibilidad de que, si nos damos cuenta de ello a tiempo, tal vez podamos tratar de corregir esa inexorable tendencia. ¿O será sólo en las novelas donde es posible esa vuelta atrás?