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sábado, 28 de marzo de 2020

La casa entre los cactus

La historia que nos cuenta Paul Pen en "La casa entre los cactus" es, fundamentalmente, una historia donde lo que cuentan son los personajes y sus vivencias. Rose y Elmer viven con sus cuatro hijas con nombre de flor (Iris, Melissa y las gemelas idénticas Dhalia y Daisy) en la soledad del desierto mejicano en una casa alejada de cualquier lugar habitado. Elmer marcha cada día a trabajar en una gasolinera mientras que en casa las niñas reciben clases a domicilio por parte de Socorro, la única persona con la que tienen algún contacto, una maestra entregada a su tarea que trata de enseñarles algo de español además de los contenidos de los libros de texto. A pesar de su aislamiento, para Rose no hay lugar más bello en el mundo que ese paisaje llano e implacable que rodea a su solitaria casa, esa inmensa extensión de tierra roja plagada con enormes cactus donde la pareja cría a sus hijas alejadas de los peligros de la ciudad y donde yace enterrada la mayor de ellas, Edelweiss, fallecida hace apenas un año.

El suyo parece un hogar idílico pero alguna razón hay para ese aislamiento estricto que mantienen del resto del mundo, algo les lleva a esconder a sus hijas de todas las miradas y este secreto será el que Rose y Elmer no están dispuestos a permitir que sea desvelado. La llegada de un extraño que aparece en aquel remoto lugar, las inquietudes de la adolescente Iris, deseosa de experimentar el amor verdadero que sólo conoce a través de sus constantes lecturas de novelas románticas y la necesidad de contacto humano por parte de la sensible Melissa provocarán un giro inesperado en la pacífica situación que disfrutaban hasta ese momento.

Como siempre, Paul Pen logra crear una ambientación claustrofóbica, incluso en mitad de un escenario tan abierto como puede parecer a priori un extenso desierto en la Baja California. Los personajes, sobre todo las niñas, se encuentran aisladas, sin posibilidad de acercarse al pueblo, contactar con otras personas, conocer a chicos de su edad, lo que origina una situación tensa que tendrá que acabar explotando. La acción comienza con un tono pausado que pronto se acelera cuando el peligro de ser descubiertos se acerque a la casa en forma de un chico aparentemente inofensivo que recorre el desierto a pie pero que supondrá un riesgo para los secretos tan bien guardados hasta ese momento.

Están muy bien tratados los temas de las relaciones familiares, como ya ocurre en otras novelas del autor, el amor de los padres, la idea de maternidad y todas sus posibles variantes, así como la descripción de tantos aspectos de la naturaleza humana en cada uno de los personajes tan bien retratados, entre los que destaca la sociabilidad como elemento esencial de todas las personas. Todo ello contado de manera muy entretenida y que engancha en la lectura de un relato que, aunque no llegue a ser frenético, sí que tiene sus picos de tensión que se disfrutan y acaban haciéndote pensar sobre todos esos temas mencionados y alguno más.

domingo, 8 de octubre de 2017

El brillo de las luciérnagas

Ya sé que es materialmente imposible mantenerse al dia con la lectura de todas las novedades literarias que constantemente van saliendo publicadas, así que a menudo me encuentro como si fuera corriendo con la lengua fuera tratando de dar alcance a todos esos autores y novelas que voy viendo recomendadas y comentadas en páginas y blogs de confianza y que trato de tener anotados en la siempre creciente lista de lecturas deseadas. Y ese es el caso del escritor madrileño de nombre con resonancias anglosajonas Paul Pen, de cuya última novela no veo más que buenas críticas por todas partes, pero no puedo ponerme con esa novedad cuando hace tiempo que lo tengo apuntado en esa lista de pendientes con su anterior novela, "El brillo de las luciérnagas", que es por la que he decidido comenzar a descubrirlo, de manera que borro un libro de la lista e inmediatamente apunto otro, la cuestión es que siempre me encuentre como Sísifo, subiendo la piedra de una novela que logro leer a lo alto de la montaña, para inmediatamente apuntarme un título nuevo por leer y vuelta a empezar otra vez.

Al menos puedo decir que el estreno con este autor ha sido plenamente satisfactorio, ya que se trata de una lectura absolutamente inquietante, con un ambiente totalmente claustrofóbico dado que el escenario en el que transcurre la acción es un sótano en el que vive el chico protagonista junto a su familia que se encuentra allí desde antes de que él naciera. Todos los mayores sufren quemaduras de diverso alcance causadas por un fuego que él no conoció pero que fue la razón que les llevó a encerrarse en esa casa bajo tierra ajena al mundo exterior, de manera que ese hogar subterráneo es todo lo que el chico conoce, su único mundo, con sus olores propios, luces huidizas que se cuelan por las ranuras, todo allá abajo tiene la apariencia de ser una vida normal salvo que el chico nunca ha salido de allí y no sabe qué es una vida normal. Únicamente dos visitas del mundo exterior entran en aquel sótano: las luciérnagas que se cuelan en su cuarto y traen su luz misteriosa y fascinante y el hombre grillo, una aterradora presencia que el chico no ha visto nunca directamente pero lo adivina cuando lo escucha arrastrarse por el pasillo, procedente de ese mundo exterior que su padre le ha dicho que duele, que no es seguro; sólo allí abajo junto a su familia puede estar el chico a salvo.

La novela está contada con un tono que mezcla la magia con la que la imaginación del chico recrea la realidad y el misterio de los secretos que la familia le oculta. Los personajes y sus relaciones son ciertamente inquietantes y el descubrimiento de lo que ocurrió es una historia que está llena de belleza y horror, de amor familiar y de necesaria huida del mundo. Una lectura llena de emoción que no defrauda.