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sábado, 11 de diciembre de 2021

En piel ajena

"En piel ajena" es la segunda entrega de la serie de Tana French protagonizada por los miembros del equipo de investigación de la policía irlandesa, habitualmente conocida como la Garda. En esta ocasión, la protagonista es Cassie Maddox, agente a la que que ya conocimos en la anterior novela "El silencio del bosque", aunque ahora que han pasado varios meses ya no trabaja con su antiguo compañero, Ryan, y además mantiene una incipiente relación sentimental con otro miembro del equipo. Cassie se enfrenta a un caso harto peculiar que se inicia cuando se descubre el cadáver de una joven asesinada que se hacia llamar Lexie Madison. La cuestión es que ese era el nombre de una personalidad ficticia creada hace algunos años por Frank Mackey, el que era el jefe de Cassie cuando trabajaba en el departamento de Operaciones Secretas, con el fin de que esta se infiltrara en una red de criminales. Pero la joven asesinada no sólo había tomado prestado el falso nombre de Cassie; lo cierto es que también se parecía a la detective de una manera asombrosa. Maddox se encuentra así ante una suerte de espejo que le muestra enfrente a una chica prácticamente idéntica a ella que ha usurpado una personalidad que durante algunos meses fue la suya misma. Aunque en estos momentos Cassie trabaja en el departamento de Violencia Doméstica, Frank la convencerá para que abandone ese destino rutinario y seguro y retome su puesto como detective de Homicidios para ocuparse de este caso en el que la policía ocultará la muerte de Lexie y harán que Cassie retome ese personaje y entre a ocupar el puesto de la víctima en su entorno habitual para tratar de descubrir quién la mató. Para ello tendrá que descubrir a la mujer que se ocultaba tras la falsa personalidad de Lexie Madison en una doble suplantación de personalidad donde Cassie se hace pasar por una Lexie que era a su vez una impostora. 

En esta investigación, Cassie tabajará a las órdenes de su actual pareja, Sam O'Neill, jefe de la brigada de Homicidios y poco convencido de la idea de exponer a Cassie a los probables riesgos que suponen suplantar a una persona que ha sido asesinada no se sabe por quién ni porqué. Aunque lo cierto es que los principales sospechosos, los compañeros con los que Lexie compartía casa, no parecen, a priori, muy peligrosos ya que se trata de cuatro jóvenes universitarios que han convertido a su reducido grupo de amigos en una suerte de familia alternativa y prácticamente las únicas personas con las que se relacionan.  

El ambiente de la novela es auténticamente irlandés, con su paisaje rural y la vida de un pequeño pueblo bastante cerrado, donde se encuentra el viejo caserón que comparte Lexie con su particular grupo de excéntricos amigos. Estaremos tan entretenidos observando cómo Cassie se infiltra en la vida de Lexie y conociendo a sus peculiares amigos, que a veces nos pasa (y creo que también le ocurre a Cassie) que se nos olvida que para lo que ella está allí es para investigar un asesinato. Esta es una de esas novelas en las que el caso policial no es más que una excusa para retratar a un conjunto de personajes con unas vidas interesantes y diferentes y para indagar en las relaciones personales que se establecen entre ellos. Esa es la esencia de todas las buenas novelas. 

viernes, 27 de noviembre de 2020

El silencio del bosque

Me estreno gracias a este título, "El silencio del bosque", con la serie de Tana French protagonizada por agentes de la Garda (cuerpo de la policía irlandesa). En esta ocasión los dos principales protagonistas son los detectives Ryan y Maddox, destinados en el departamento de homicidios. Al inicio del libro conocemos a Robert Ryan y sobre todo descubrimos el suceso que marcó su infancia: cuando contaba doce años desapareció, junto a otros dos niños, en el bosque donde solían jugar, muy cerca de su urbanización . Tras varias horas de búsqueda el niño fue encontrado en estado de shock, y manchado de sangre. Sus dos amigos nunca aparecieron y tampoco regresaron jamás los recuerdos de lo sucedido aquel día.

Iremos descubriendo también la estrecha y peculiar relación no sólo profesional sino también de amistad que une a Ryan con Cassie Maddox, su compañera de trabajo con la que conforma una atractiva pareja de investigadores. Como va a ser habitual en las novelas de la autora, el caso que les toque investigar va a tener una estrecha relación con las propias vidas de los detectives. Así, el caso que centra la acción en esta ocasión arranca con la aparición del cadáver de una niña en Knocknaree, zona residencial al sur Dublín que resulta ser el lugar donde Ryan vivió en su infancia y a donde no había vuelto desde que todo aquello ocurrió. El regreso al escenario de aquellos hechos y algunas similitudes entre ambos casos provocan que Ryan trate de recordar algo de lo que les ocurrió a él y a sus amigos hace ya tantos años en el mismo bosque, pero su cerebro parece que borró por completo todo aquello como un sistema de defensa contra el horror vivido, lo que dificulta el tratar de determinar si ambos casos tienen alguna relación más allá de la coincidencia geográfica y el tener a unos niños como víctimas.

Me ha sorprendido gratamente la forma en que la autora relata los hechos, alejada de la frialdad e imparcialidad con la que se supone que los detectives de homicidios analizan sus casos. A todo lo largo del relato vamos adentrándonos en los más profundos sentimientos de Ryan que narra el caso en primera persona y resulta muy cercano y sincero en la expresión de sus temores y sensaciones. Se logra humanizar el trabajo policial mientras asistimos a su lucha personal contra el trauma causado en su infancia que le impide recordar los hechos que protagonizó y sus sentimientos al aproximarse a las víctimas sin poder evitar sentir empatía por los niños que han pasado por situaciones y pérdidas por las que él también pasó. Igualmente, resultan interesantes sus opiniones y su posición frente a temas como la muerte y la forma en la que esta se afronta en la sociedad actual, sus reflexiones sobre la infancia, el origen de la maldad y la bondad, el debate sobre si los criminales lo son por naturaleza o meras víctimas del sistema y la sociedad, su indignación en relación con la corrupción política de su país o las complicadas relaciones entre ingleses e irlandeses. Sin duda esta es una novela que merece mucho la pena leer, más allá de la pura trama policial que supone el centro de su argumento, pero que también nos hará disfrutar de un amplio repertorio de temas paralelos, personajes atractivos y mucha acción acompañada de interesantes reflexiones. Una lectura bastante completa como podrán comprobar todos aquellos que se decidan a disfrutarla.