Alfonso VI de León para niños
Datos para niños Alfonso VI de León |
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Rey de León, de Galicia, de Castilla Imperator totius Hispaniae |
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Alfonso VI en una miniatura del siglo XII en la Catedral de Santiago de Compostela.
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Rey de León | ||||||||||||||||||||||||||
1065-1072 | ||||||||||||||||||||||||||
Predecesor | Fernando I | |||||||||||||||||||||||||
Sucesor | Sancho II | |||||||||||||||||||||||||
1072-1109 | ||||||||||||||||||||||||||
Predecesor | Sancho II | |||||||||||||||||||||||||
Sucesor | Urraca I | |||||||||||||||||||||||||
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Información personal | ||||||||||||||||||||||||||
Nacimiento | 1040/41 |
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Fallecimiento | 1 de julio de 1109 Toledo, Reino de León |
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Sepultura | Monasterio Real de San Benito (Sahagún) | |||||||||||||||||||||||||
Familia | ||||||||||||||||||||||||||
Dinastía | Jimena | |||||||||||||||||||||||||
Padre | Fernando I | |||||||||||||||||||||||||
Madre | Sancha de León | |||||||||||||||||||||||||
Consorte |
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Hijos | Véase descendencia | |||||||||||||||||||||||||
Alfonso VI de León, conocido como «el Bravo», nació entre 1040 y 1041 y falleció en Toledo el 1 de julio de 1109. Fue hijo de Fernando I de León y Sancha. Alfonso VI fue rey de León en dos periodos (1065-1072 y 1072-1109), rey de Galicia (1071-1072 y 1072-1109), y rey de Castilla (1072-1109). Por todo esto, fue llamado emperador de Hispania.
Durante su reinado, se lograron importantes conquistas como la de Madrid (1079) y Toledo (1085). Sin embargo, también hubo derrotas significativas en batallas como Sagrajas (1086) y Uclés (1108). En la batalla de Uclés, falleció el príncipe Sancho Alfónsez, el heredero del rey.
Contenido
¿Quién fue Alfonso VI?
Sus primeros años y familia
Alfonso VI fue el segundo hijo varón del rey Fernando I y la reina Sancha de León. Su familia tenía raíces en Navarra, Castilla y León. Sus abuelos paternos fueron Sancho Garcés III de Pamplona, rey de Pamplona, y la reina Muniadona de Castilla. Sus abuelos maternos fueron el rey Alfonso V de León y la reina Elvira Menéndez.
No se sabe con exactitud el año de su nacimiento. Un escritor de la época, que conoció al rey, dijo que Alfonso falleció a los 62 años y había reinado durante 44. Esto sugiere que nació entre 1047 y 1048. Sin embargo, otros estudiosos creen que pudo haber nacido antes, alrededor de 1040 o 1041.
Alfonso tuvo cuatro hermanos: Urraca, Sancho, Elvira y García. Todos los hijos del rey Fernando recibieron una buena educación. Los varones, además, aprendieron sobre armas, caballería y caza. Un clérigo llamado Raimundo fue el maestro de Alfonso en letras. Más tarde, Alfonso lo nombró obispo de Palencia.
¿Cómo llegó Alfonso al trono?
Como segundo hijo, Alfonso no estaba destinado a heredar el trono. A finales de 1063, su padre, Fernando I, reunió a los nobles en León para anunciar cómo repartiría sus territorios entre sus hijos después de su muerte.
- A Alfonso le tocó el Reino de León, que era la parte más grande e importante. Incluía ciudades como Oviedo y León, y también recibía tributos de la taifa de Toledo.
- Su hermano mayor, Sancho, recibió el Reino de Castilla y tributos del reino taifa de Zaragoza.
- Su hermano menor, García, recibió toda la región de Galicia, que se convirtió en un reino, y tributos de los reinos de Badajoz y Sevilla.
- Sus hermanas Urraca y Elvira recibieron el "infantazgo", que eran las rentas de los monasterios reales, con la condición de no casarse.
Esta división del reino llevó a conflictos entre los hermanos por el poder, que duraron siete años.
El Reinado de Alfonso VI
Primeros años de reinado (1065-1072): Afianzando su poder
Alfonso fue coronado rey en León en enero de 1066. Pronto tuvo que enfrentar a su hermano Sancho, quien, por ser el mayor, creía que debía heredar todos los reinos de su padre. Los problemas comenzaron cuando su madre, la reina Sancha, falleció en 1067.
El 19 de julio de 1068, Alfonso y Sancho se enfrentaron en Llantada. Acordaron que el ganador se quedaría con el reino del perdedor. Aunque Sancho ganó, Alfonso no cumplió el acuerdo. A pesar de esto, en 1069, Alfonso asistió a la boda de Sancho. Allí, ambos hermanos decidieron unirse para repartirse el reino de Galicia, que le había tocado a su hermano menor, García.
En 1071, Sancho, con la ayuda de Alfonso, invadió Galicia. Derrotó a García, lo capturó y lo encarceló. Después, García fue enviado al exilio. Alfonso y Sancho se proclamaron reyes de Galicia y firmaron una tregua.
La tregua se rompió en 1072 con la batalla de Golpejera. Las tropas de Sancho ganaron, y Alfonso fue hecho prisionero y llevado a Burgos. Luego fue trasladado a un monasterio, donde se le obligó a vestirse como monje. Gracias a la ayuda de su hermana Urraca, Alfonso pudo refugiarse en la taifa de Toledo, bajo la protección del rey Al-Mamún.
Desde Toledo, Alfonso consiguió el apoyo de su hermana Urraca y de los nobles de León. Urraca se hizo fuerte en la ciudad de Zamora, que Alfonso le había dado. Sancho sitió Zamora en 1072 para someterla. Durante este asedio, el rey Sancho falleció en octubre de ese año. La historia cuenta que un noble llamado Vellido Dolfos se acercó al rey y, con la excusa de mostrarle los puntos débiles de las murallas, lo separó de su guardia y lo atacó. La muerte de Sancho, que no tuvo hijos, permitió a Alfonso recuperar su trono y reclamar también Castilla y Galicia.
Aunque Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como El Cid, estaba en el sitio de Zamora, no se sabe qué hizo. No hay pruebas de que Alfonso, que estaba exiliado, estuviera involucrado en la muerte de su hermano. Sin embargo, las leyendas y romances de la época crearon historias sobre este evento.
Una de estas leyendas es la Jura de Santa Gadea, donde El Cid hizo jurar a Alfonso en la iglesia de Santa Gadea de Burgos que no había participado en la muerte de su hermano. Aunque esta historia es muy conocida, la mayoría de los historiadores actuales creen que no ocurrió en realidad.
La muerte de Sancho también permitió a García recuperar su trono en Galicia. Pero en 1073, Alfonso lo llamó a una reunión, lo capturó y lo encarceló de por vida en el castillo de Luna, donde falleció en 1090. Con sus dos hermanos fuera del camino, Alfonso no tuvo problemas para conseguir la lealtad de la iglesia y los nobles de sus territorios.
Expansión territorial (1072-1086): Un reino más grande
Una vez afianzado en el trono, Alfonso VI, con el título de emperador, dedicó los siguientes catorce años a expandir sus territorios. Se tituló "rey de España" desde 1072.
Alfonso contó con el apoyo de nobles importantes como Pedro Ansúrez, su cuñado Martín Alfonso, y otros. En 1076, tras la muerte del rey de Navarra, Alfonso VI y Sancho Ramírez de Aragón invadieron el reino. Acordaron que Sancho Ramírez sería rey de Navarra, y Alfonso se quedó con territorios como Álava, Vizcaya y La Rioja. En 1077, Alfonso adoptó el título de Imperator totius Hispaniae (Emperador de toda España).
Su mayor expansión fue a costa de los reinos taifas musulmanes. Alfonso continuó cobrando "parias" (tributos) a la mayoría de estos reinos, y también los presionaba militarmente. En 1074, recuperó el pago de tributos de Toledo y atacó las tierras de Granada, que también empezó a pagarle. En 1076, el emir de Zaragoza acordó pagar tributos para que Alfonso no interfiriera en sus planes. En 1079, Alfonso tomó la ciudad de Coria.
Una de sus iniciativas, conocida como la "traición de Rueda", terminó en fracaso. En 1083, Alfonso recibió noticias de que el gobernador del castillo de Rueda de Jalón, que pertenecía al reino taifa de Zaragoza, quería rendirse. Pero las tropas de Alfonso fueron emboscadas al entrar en el castillo, y muchos de sus nobles importantes fallecieron.
En 1074, el rey de la taifa de Toledo, Al-Mamún, falleció de forma inesperada. Su nieto, Al-Qádir, lo sucedió. En 1084, Al-Qádir pidió ayuda a Alfonso por un levantamiento en su contra. Alfonso aprovechó esto para sitiar Toledo, que cayó el 25 de mayo de 1085. Al-Qádir fue enviado a Valencia como rey, bajo la protección de Álvar Fáñez.
Después de conquistar Toledo, Alfonso se tituló "emperador de las dos religiones". Prometió respetar las propiedades y la mezquita mayor de los musulmanes en la ciudad. Sin embargo, el nuevo arzobispo de Toledo, Bernardo de Sedirac, aprovechó una ausencia del rey para transformar la mezquita en catedral.
La toma de Toledo permitió a Alfonso VI añadir el título de rey de Toledo a los que ya tenía. También tomó ciudades como Talavera y Maŷriṭ (Madrid) en 1085 sin resistencia. El control de la zona entre el Sistema Central y el río Tajo le sirvió como base para atacar los reinos taifas del sur.
La llegada de los almorávides (1086-1109)
La conquista de Toledo y el control de Valencia preocuparon a los reyes musulmanes de la península. La presión militar y económica de Alfonso hizo que los reyes de Sevilla, Granada, Badajoz y Almería pidieran ayuda a los almorávides. A finales de julio de 1086, los almorávides, liderados por el emir Yúsuf ibn Tasufín, cruzaron el estrecho de Gibraltar y desembarcaron en Algeciras.
En Sevilla, el ejército almorávide se unió a las tropas de los reinos taifas. El 23 de octubre de 1086, se enfrentaron a las tropas de Alfonso VI en la batalla de Zalaca. Alfonso había tenido que dejar el sitio de Zaragoza para ir a la batalla. Las tropas cristianas fueron derrotadas y regresaron a Toledo. El emir almorávide no aprovechó la victoria y regresó a África por la muerte de su hijo. Esta batalla marcó el inicio de una nueva etapa, donde los almorávides tomaron la iniciativa militar. El reino de Alfonso tuvo que defenderse, pero logró mantener Toledo.
Alfonso pidió ayuda a los reinos cristianos de Europa para organizar una cruzada contra los almorávides. Para fortalecer su posición, se reconcilió con El Cid. Debido a la derrota, los reinos musulmanes dejaron de pagarle tributos, lo que afectó los fondos militares de Alfonso. Por esta razón, el rey tuvo que confiar la defensa de la frontera a grandes señores como El Cid y Álvar Fáñez.
Aunque la cruzada no se organizó, llegaron muchos cruzados a la península. Entre ellos estaban Raimundo de Borgoña y Enrique de Borgoña, quienes se casaron con dos hijas de Alfonso: Urraca (1090) y Teresa (1094). Esto dio origen a la dinastía borgoñona en los reinos peninsulares.
En 1088, Yusuf ibn Tasufin cruzó el estrecho por segunda vez, pero fue derrotado en el sitio de Aledo. Muchos reyes taifas musulmanes lo abandonaron. Esto hizo que el emir decidiera destituirlos a todos y convertirse en el único rey de al-Ándalus. Alfonso aprovechó el fracaso almorávide para reanudar el cobro de tributos. Durante los siguientes cinco años, Alfonso se presentó como defensor de la independencia de los reinos taifas frente a los almorávides.
En junio de 1090, los almorávides realizaron un tercer desembarco. Conquistaron Granada, Córdoba y Sevilla, enviando a sus reyes al exilio. Su asedio a Toledo no tuvo éxito. Alfonso sufrió reveses en varios frentes. La única buena noticia fue que El Cid logró recuperar Valencia en junio de 1094 y vencer al ejército almorávide en la batalla de Cuarte.
En 1093, Raimundo recibió el gobierno de amplios territorios en Galicia y Portugal. Sin embargo, el nacimiento de Sancho Alfónsez ese año y la muerte de la reina Constanza afectaron las ambiciones de Raimundo. Alfonso decidió casarse con Berta, una mujer de Lombardía, para reducir la influencia borgoñona. En 1095, el rey descubrió una conspiración de sus yernos Raimundo y Enrique, que querían repartirse el reino a su muerte. Para separarlos, Alfonso casó a su hija Teresa con Enrique en 1096 y les dio el gobierno del condado de Portugal.
Alfonso mantuvo buenas relaciones con el Papa, lo que le ayudó a mantener su autoridad. En 1097, hubo un cuarto desembarco almorávide. El objetivo era Toledo. Las tropas cristianas fueron derrotadas en la batalla de Consuegra. Aunque hubo derrotas, no se perdieron territorios importantes.
En 1099, los almorávides conquistaron muchos castillos que defendían Toledo, y en 1100 intentaron tomar la ciudad sin éxito. La campaña de 1099 significó la pérdida de la mitad sur de la taifa de Toledo, dejando la ciudad en una posición vulnerable.
En 1102, Alfonso envió tropas para ayudar a Valencia contra los almorávides. La batalla en Cullera no tuvo un ganador claro, pero Valencia cayó en manos almorávides porque era muy costoso para Alfonso defenderla. La pérdida de Valencia amenazaba la frontera oriental del reino. Para proteger la zona sur del Duero, Alfonso nombró un obispo para Osma en 1102 y tomó Medinaceli en 1104, una plaza clave.
En 1108, las tropas almorávides, lideradas por Tamim, hijo de Yúsuf ibn Tasufín, atacaron Uclés. Alfonso, ya mayor y con una herida, no pudo ir. El ejército fue liderado por Álvar Fáñez y el príncipe heredero Sancho Alfónsez. En la batalla de Uclés, las tropas cristianas sufrieron una dura derrota, y el príncipe Sancho falleció. Esto causó un parón de treinta años en la reconquista y llevó a la independencia del condado portugués.
Familia de Alfonso VI
Sus matrimonios y descendencia
En 1067, se negoció su matrimonio con Ágata de Normandía, hija del rey Guillermo I de Inglaterra, pero ella falleció antes de la boda.
Según el obispo Pelayo de Oviedo, que vivió en la misma época que el rey, Alfonso VI tuvo cinco esposas y dos compañeras nobles. Las esposas fueron Inés, Constanza, Berta, Isabel y Beatriz. Sus compañeras fueron Jimena Muñoz y Zaida.
Inés de Aquitania
En 1069, se acordó su matrimonio con Inés de Aquitania, hija del duque Guido Guillermo VIII. Inés tenía solo diez años, así que la boda se celebró a finales de 1073 o principios de 1074, cuando ella cumplió catorce. Inés falleció el 6 de junio de 1078. Algunos historiadores sugieren que el matrimonio pudo haber sido anulado por falta de hijos, pero no hay pruebas claras de ello.
Jimena Muñoz
Después de la muerte de Inés, el rey tuvo una unión con Jimena Muñoz, de la cual nacieron dos hijas entre 1078 y 1080:
- Elvira Alfónsez (c. 1079-1157), se casó con Raimundo IV de Tolosa y luego con el conde Fernando Fernández de Carrión.
- Teresa Alfónsez. Fue condesa de Portugal y se casó con Enrique de Borgoña. Su hijo, Alfonso I Enríquez, fue el primer rey de Portugal.
Constanza de Borgoña
Alfonso se casó por segunda vez a finales de 1079 con Constanza de Borgoña. Ella era viuda y no tenía hijos. Era hija de Roberto el Viejo y sobrina del abad Hugo de Cluny. El rey quería fortalecer sus lazos con la poderosa abadía de Cluny, por eso se casó con ella.
De este matrimonio, que duró hasta la muerte de Constanza en 1093, nació una hija que sobrevivió:
- Urraca I de León (1081-1126), quien sucedió a su padre en el trono. Se casó dos veces, con Raimundo de Borgoña y con Alfonso el Batallador. Su hijo con Raimundo de Borgoña, Alfonso VII el Emperador, la sucedió.
Zaida
El obispo Pelayo de Oviedo menciona a Zaida como una de las compañeras del rey. Zaida era en realidad la nuera del rey Al-Mu'támid de Sevilla, casada con su hijo. En 1091, los almorávides sitiaron Córdoba, y el esposo de Zaida falleció. Zaida y sus hijos buscaron protección en la corte de Alfonso VI, se convirtieron al cristianismo y ella fue bautizada como Isabel. Se convirtió en compañera del rey.
De esta unión nació entre 1091 y 1095, posiblemente en 1094:
- Sancho Alfónsez (c. 1094-1108), su único hijo varón y heredero del trono. Su fallecimiento en la batalla de Uclés afectó mucho al rey.
Algunos historiadores creen que Alfonso VI se casó con Zaida, legitimando así a su hijo Sancho. Sin embargo, otros historiadores no están de acuerdo y creen que Zaida e Isabel (la cuarta esposa del rey) eran personas diferentes.
Berta
El 25 de noviembre de 1093, Alfonso se casó por tercera vez con Berta. Parece que el rey la eligió para limitar la influencia de la familia de Borgoña en el reino. Berta falleció entre finales de 1099 y principios de 1100. No tuvieron hijos.
Isabel
Su penúltimo matrimonio fue a principios de 1100 con Isabel. Se ha debatido mucho si esta Isabel era la misma persona que Zaida. Ambos aparecen juntos por primera vez en documentos en 1100. Isabel falleció a mediados de 1107.
De este matrimonio nacieron dos hijas:
- Sancha Alfónsez (c. 1102-c. 1125), se casó con Rodrigo González de Lara.
- Elvira Alfónsez (c. 1103-1135), se casó en 1117 con Roger II, rey de Sicilia.
Beatriz
El rey Alfonso se casó por quinta y última vez, posiblemente a principios de 1108, con Beatriz. Aparecen juntos en documentos hasta abril de 1109, unos tres meses antes de la muerte del rey. Según el obispo Pelayo de Oviedo, Beatriz regresó a su país después de la muerte de Alfonso. No tuvieron hijos.
La sucesión al trono
Alfonso, ya mayor, tuvo que enfrentar el problema de quién lo sucedería. Berta había fallecido sin darle un heredero. Aunque Alfonso tuvo dos hijas con Isabel, no tuvo más hijos varones. En 1105, nació Alfonso Raimúndez, nieto del rey e hijo de Urraca y Raimundo. Este era un posible candidato al trono.
Para complicar las cosas, el hijo del rey con Zaida, Sancho, también era un posible heredero. En mayo de 1107, Alfonso hizo que se reconociera a Sancho como su heredero, a pesar del posible descontento de sus hijas y yernos. La situación cambió con la muerte de Raimundo en septiembre de 1107. Pocos meses después, a principios de 1108, falleció la esposa de Alfonso. A pesar de su edad, el rey se casó de nuevo con Beatriz, pero no tuvieron hijos. La derrota en Uclés y la muerte de Sancho Alfónsez, el heredero, revivieron el problema de la sucesión.
Para asegurar quién lo sucedería, Alfonso eligió a su hija Urraca. Decidió casarla con el famoso guerrero Alfonso I de Aragón a finales de 1108. Aunque algunos nobles sugerían que Urraca se casara con un noble castellano, el rey eligió al rey aragonés. El matrimonio se celebró a finales del año siguiente, pero no trajo estabilidad, sino una larga guerra civil que duró ocho años.
Fallecimiento y lugar de descanso
Alfonso VI falleció en Toledo el 1 de julio de 1109. Había ido a la ciudad para defenderla de un ataque almorávide y para proclamar a Urraca como su heredera. Su muerte ocurrió después de la proclamación y alteró los planes militares.
Su cuerpo fue llevado a Sahagún, en León, y fue sepultado en el Monasterio de San Benito de Sahagún, cumpliendo su deseo. Sus restos fueron colocados en un sepulcro de piedra. Este sepulcro fue destruido en 1810 durante un incendio en el monasterio.
Los restos del rey y de varias de sus esposas fueron recogidos y guardados. En la actualidad, los restos de Alfonso VI el Bravo descansan en el monasterio de las monjas benedictinas de Sahagún, en un sepulcro de mármol. En un sepulcro cercano, están los restos de algunas de sus esposas. Tras la muerte de Alfonso, su hija Urraca subió al trono de León.
El legado de Alfonso VI
En el ámbito cultural, Alfonso VI mejoró la seguridad del Camino de Santiago y apoyó la introducción de la reforma cluniacense en los monasterios de Galicia, León y Castilla.
El rey también cambió la liturgia mozárabe (o toledana) por la romana. Una leyenda popular cuenta que Alfonso arrojó al fuego un libro de cada liturgia. Como solo ardió el romano, el rey volvió a arrojar el mozárabe al fuego, imponiendo así el rito romano. De esta historia podría venir el dicho: "Allá van las leyes, do quieran los reyes".
Alfonso VI, el conquistador de Toledo y un rey que abrió su reino a influencias europeas, vio cómo su gran obra política se debilitaba al final de su reinado debido al avance almorávide y problemas internos. Alfonso VI adoptó la idea de un imperio leonés y, por su contacto con Europa, conoció las prácticas feudales. Esto explica por qué dio el gobierno de los condados de Galicia y Portugal a sus dos yernos de Borgoña, Raimundo y Enrique. De esta decisión, años después, surgió la independencia de Portugal y la posibilidad de una Galicia independiente.
Galería de imágenes
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Fachada del monasterio de las monjas benedictinas de Sahagún, donde yacen los restos de Alfonso VI de León