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Sarampión para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Sarampión
Morbillivirus measles infection.jpg
Piel con signos de sarampión.
Especialidad infectología
Síntomas Fiebre, tos, secreción nasal, ojos inflamados, sarpullido
Complicaciones Neumonía, convulsiones, encefalitis, panencefalitis esclerosante subaguda, inmunosupresión, diarrea, pérdida de audición, ceguera.
Prevención Vacuna contra el sarampión

El sarampión es una enfermedad infecciosa que causa manchas rojas en la piel, como la rubeola o la varicela. Es bastante común, sobre todo en niños. Esta enfermedad es causada por un virus de la familia Paramyxoviridae, del género Morbillivirus.

Antes de que comenzara la vacunación en 1980, el sarampión causaba la muerte de 2.6 millones de personas cada año en el mundo. Los casos más graves suelen ocurrir en niños pequeños que no están bien alimentados o que tienen defensas bajas. En lugares sin buena atención médica, puede causar la muerte en el 10% de los casos.

El sarampión se reconoce por la aparición de manchas rojas en la piel (llamadas exantema), fiebre y una sensación general de debilidad. La tos siempre está presente porque las vías respiratorias se inflaman. Las complicaciones más serias son la neumonía (infección en los pulmones) y la encefalitis (inflamación del cerebro), que pueden ser muy peligrosas.

El tiempo desde que una persona se contagia hasta que aparecen los primeros síntomas se llama período de incubación y dura entre 4 y 12 días. Durante este tiempo, no hay síntomas. Las personas infectadas pueden contagiar a otros desde que aparecen los primeros síntomas hasta 3 o 5 días después de que les sale el sarpullido.

Para saber si alguien tiene sarampión, los médicos observan los síntomas y buscan anticuerpos del virus en la sangre. No hay un tratamiento específico para curar la enfermedad, pero se puede prevenir con la vacuna contra el sarampión. La vacuna triple vírica (conocida como SPR) ha logrado reducir mucho el número de infecciones. En la mayoría de los países, es obligatorio informar a las autoridades de salud si alguien tiene sarampión.

¿Qué causa el sarampión?

Sarampión
Measles virus.JPG
Virus del sarampión
Taxonomía
Dominio: Riboviria
Reino: Orthornavirae
Filo: Negarnaviricota
Subfilo: Haploviricotina
Clase: Monjiviricetes
Orden: Mononegavirales
Familia: Paramyxoviridae
Subfamilia: Orthoparamyxovirinae
Género: Morbillivirus
Especie: Virus del sarampión
Clasificación de Baltimore
Grupo: V (Virus ARN monocatenario negativo)

El ser humano es el único ser vivo que puede ser afectado por el virus del sarampión. Este virus es muy pequeño, mide entre 120 y 140 nanómetros, y pertenece a la familia de los paramixovirus.

En la superficie del virus hay dos tipos de proteínas: la proteína H y la proteína F. Estas proteínas son las que permiten que el virus se una a las células de nuestro cuerpo y entre en ellas. La vacuna contra el sarampión ayuda a nuestro cuerpo a crear defensas (anticuerpos) que atacan estas proteínas del virus, especialmente la proteína H.

La OMS ha identificado 23 tipos diferentes de este virus, agrupados en ocho categorías (A-H). El virus no cambia mucho, lo que ayuda a los científicos a saber de dónde viene una infección. Por ejemplo, en Europa Central se han encontrado los tipos C2, D6 y D7. Los brotes de sarampión en Suiza y Baviera en 2006/2007 fueron causados por el tipo D5, que venía de Tailandia o Camboya. Esto permitió seguir el rastro de la infección desde Suiza hasta Austria y Hannover.

El virus del sarampión es muy sensible al calor, a la luz ultravioleta y a muchos desinfectantes comunes, como los que contienen lejía o alcohol. Fuera del cuerpo, puede seguir siendo contagioso por hasta dos horas.

¿Cómo se transmite el sarampión?

El sarampión se transmite fácilmente por el aire. Una persona enferma puede contagiar a otras al toser o estornudar, liberando pequeñas gotas con el virus. La persona enferma es contagiosa desde unos días antes de que aparezcan las manchas en la piel hasta unos días después.

El virus entra al cuerpo por la nariz o la boca, o a veces por los ojos. Rápidamente llega a los tejidos de defensa del cuerpo, como las amígdalas y el bazo. Allí se reproduce y se extiende por la sangre. Después de unos 5 a 7 días, el virus llega a la piel y a las vías respiratorias, causando las manchas y otros síntomas.

Cuando el virus entra en el cuerpo, debilita temporalmente el sistema de defensas. Esto puede hacer que la persona sea más propensa a otras infecciones durante unas cuatro a seis semanas.

Nuestro cuerpo se defiende del sarampión con células especiales llamadas linfocitos T y células asesinas naturales. Las personas con defensas bajas tienen un mayor riesgo de sufrir sarampión grave. Una vez que aparecen las manchas, el cuerpo empieza a producir anticuerpos para combatir el virus.

¿Cuáles son los síntomas del sarampión?

El período de incubación, sin síntomas, dura entre 4 y 12 días. El primer síntoma suele ser fiebre alta, que dura al menos tres días, junto con tos, secreción nasal y conjuntivitis (ojos rojos). La fiebre puede llegar a los 40 °C.

Un signo muy claro del sarampión son las manchas de Koplik, que aparecen dentro de la boca. Son como pequeños puntos blancos rodeados de un área roja. Estas manchas son una señal segura de sarampión, pero desaparecen en unas 24 horas.

El exantema o sarpullido es otro síntoma importante. Aparece tres o cuatro días después de que empieza la fiebre. Son manchas rojizas en la piel que al principio desaparecen si las presionas con el dedo. El sarpullido del sarampión es generalizado y comienza detrás de las orejas. Luego se extiende por la frente, mejillas, cuello, pecho, espalda, brazos y, finalmente, por las piernas. Por eso se dice que el sarpullido va de la cabeza a los pies. Puede causar un poco de picor.

Al tercer día, el sarpullido se vuelve más claro; al cuarto, se pone de un color marrón y ya no desaparece al presionarlo. La piel tiende a pelarse. El sarpullido desaparece en el mismo orden en que apareció. Por eso, se dice que el sarpullido "se mancha", cambiando de rojo a café oscuro antes de desaparecer.

La tos siempre está presente debido a la inflamación de las mucosas de las vías respiratorias superiores (nariz, garganta, laringe). Por eso, un dicho común en medicina es: "No hay sarampión sin tos".

El sarpullido y la fiebre van desapareciendo poco a poco entre el séptimo y el décimo día. Los últimos rastros del sarpullido suelen desaparecer a los 14 días, con una notable descamación de la piel.

¿Cómo se diagnostica y se trata el sarampión?

Para diagnosticar el sarampión, los médicos buscan una fiebre de al menos tres días seguidos junto con otros síntomas. Ver las manchas de Koplik también ayuda a confirmar el diagnóstico.

En el laboratorio, se puede diagnosticar el sarampión buscando anticuerpos específicos en la sangre o encontrando el virus en muestras respiratorias.

Si se sabe que la persona estuvo en contacto con alguien que tenía sarampión, esto facilita el diagnóstico.

No hay un tratamiento específico para el sarampión. La mayoría de las personas se recuperan sin problemas con descanso y cuidados generales.

Algunas personas pueden desarrollar neumonía como complicación del sarampión. Una vez que una persona ha tenido sarampión o ha recibido la vacuna, adquiere una protección duradera contra la enfermedad.

Es importante diferenciar el sarampión de otras enfermedades con síntomas parecidos, como la fiebre de Zika.

Complicaciones del sarampión

Archivo:Morbillo
Células infectadas por el virus del sarampión

Las complicaciones del sarampión son bastante comunes. Pueden ir desde una diarrea leve hasta problemas más serios como neumonía (infección pulmonar), encefalitis (inflamación del cerebro) o úlceras en los ojos que pueden dañar la vista. Las complicaciones suelen ser más graves en adultos que se contagian.

Aproximadamente una de cada mil personas que contraen sarampión puede fallecer. En países en desarrollo, donde la malnutrición y los servicios de salud son limitados, la cantidad de fallecimientos puede ser del 10%. En personas con el sistema de defensas muy débil, este porcentaje puede subir hasta el 30%.

Una complicación muy rara, pero extremadamente grave, es la panencefalitis esclerosante subaguda (PEES). Ocurre en unos 7 de cada 1000 casos de sarampión. Aunque es muy poco común en países desarrollados, suele aparecer unos 7 años después de haber tenido sarampión, y es más frecuente en niños que se contagiaron antes de los 2 años. Esta complicación ocurre cuando un virus defectuoso permanece en las células del cerebro. Sus síntomas incluyen cambios de personalidad, problemas de comportamiento y memoria, seguidos de movimientos bruscos y ceguera. Generalmente, es mortal.

Vacunación y salud pública

El sarampión es una enfermedad infecciosa importante porque, aunque las complicaciones no son siempre graves, es tan contagiosa que un brote entre personas no vacunadas podría llenar rápidamente los hospitales. Si la cantidad de personas vacunadas disminuye, el riesgo de un brote de sarampión aumenta.

En muchos países, la mayoría de los niños reciben la vacuna contra el sarampión a los 12 meses de edad. Esta vacuna suele ser parte de la vacuna triplevírica SPR (sarampión, paperas y rubéola). La vacunación no se aplica antes porque los bebés menores de 12 meses aún tienen defensas (anticuerpos) que les pasó su madre durante el embarazo. Se recomienda una dosis de refuerzo de la vacuna entre los cuatro y los cinco años. Gracias a las altas tasas de vacunación, el sarampión se ha vuelto poco común.

Las poblaciones que no están vacunadas corren un riesgo constante de contraer la enfermedad. Por ejemplo, en el norte de Nigeria, a principios de los años 2000, el número de casos de sarampión aumentó mucho y cientos de niños murieron porque la vacunación disminuyó. En 2005, un brote de sarampión en Indiana se atribuyó a niños cuyos padres no quisieron vacunarlos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el sarampión una de las principales causas de muerte en niños pequeños.

A nivel mundial, la cantidad de muertes por sarampión ha disminuido mucho gracias a la Iniciativa Sarampión, formada por organizaciones como la Cruz Roja Americana, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las muertes por sarampión bajaron un 60% entre 1999 y 2005. África, por ejemplo, logró una reducción del 75% en solo cinco años.

Las campañas de vacunación contra el sarampión también ayudan a reducir las muertes infantiles por otras causas. Se han usado para entregar otros elementos importantes, como mosquiteros para proteger contra la malaria y suplementos de vitamina A. Esto contribuye a un objetivo global de reducir las muertes infantiles.

Una vez que una persona ha tenido sarampión y se ha recuperado, su cuerpo adquiere una protección duradera contra la enfermedad.

Esfuerzos para eliminar el sarampión y su reaparición

En 2007, Japón tuvo un número récord de casos de sarampión, y muchas universidades e instituciones cerraron para intentar detener el brote.

En la década de 1990, los gobiernos de América y la Organización Panamericana de la Salud lanzaron un plan para eliminar el sarampión, las paperas y la rubéola de la región.

El sarampión que se originaba en América fue eliminado; el último caso se reportó el 12 de noviembre de 2002. En 2016, el continente americano fue el primero en el mundo en eliminar la enfermedad.

Sin embargo, siguen apareciendo brotes cuando el virus del sarampión llega de otras partes del mundo. Por ejemplo, en junio de 2006, hubo un brote en Boston causado por una persona que había viajado a la India. En 2005, otro brote en Indiana e Illinois fue transmitido por una niña que visitó Rumania sin estar vacunada.

En agosto de 2010, se reportaron casos de sarampión en Argentina, que se cree que se contagiaron por personas que asistieron a la Copa Mundial de Fútbol de Sudáfrica 2010. En 2018, el sarampión reapareció en Argentina después de 18 años.

En agosto de 2018, en Ecuador, después de más de ocho años sin casos, reaparecieron 19 casos, todos traídos por personas que llegaron de otros países.

En agosto y septiembre de 2011, se confirmaron siete casos en Barranquilla, Colombia, después de muchos años sin brotes. El gobierno colombiano inició un plan de vacunación masiva. Se cree que se debió al paso de extranjeros por la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Colombia 2011.

A finales de diciembre de 2014, comenzó un brote de sarampión en los Estados Unidos. Se estima que empezó cuando cinco personas se enfermaron después de visitar el parque Disneyland. La empresa Disney informó que al menos cinco empleados también se enfermaron. Esta epidemia fue la peor en 15 años. Aunque la enfermedad había sido eliminada de Estados Unidos en el año 2000, desde el brote en Disneylandia se diagnosticaron 644 casos en 27 estados. Esto llevó al entonces presidente, Barack Obama, a pedir a la población que vacunara a sus hijos.

¿Por qué hay grupos que se oponen a las vacunas?

Desde que las vacunas comenzaron a usarse a finales del siglo XVIII, algunas personas se han opuesto a ellas. Han dicho que las vacunas no funcionan, que son peligrosas, que es mejor enfocarse en la higiene personal o que las vacunas obligatorias violan los derechos individuales o las creencias religiosas.

Es difícil saberlo con certeza, pero la reaparición de casos de sarampión en países como Estados Unidos, Italia, Reino Unido e Irlanda hace pensar que la falta de vacunación, impulsada por grupos que se oponen a ellas, ha contribuido a esta situación.

El sarampión volvió a aparecer en 2019 en Estados Unidos. Desde enero, 22 estados sumaron un total de 695 casos de sarampión, una enfermedad que se creía eliminada hace casi más de dos décadas.

La aparición del sarampión se ha atribuido a que las personas no se vacunaban. La enfermedad se está extendiendo en Estados Unidos y sus alrededores, con casos en Nueva York, Washington, Nueva Jersey, California y Míchigan.

Las personas que no se vacunan contra esta enfermedad ponen en riesgo su salud y la de quienes les rodean. Según Unicef, el sarampión es más contagioso que el ébola, la tuberculosis o la gripe. El contagio es muy rápido, puede ocurrir hasta dos horas después de estar en contacto con una persona infectada. Además, se propaga por el aire e infecta el sistema respiratorio. Si el sarampión se combina con otros problemas de salud, como la desnutrición, puede ser mortal para los niños o bebés sin vacunar. Una vez que ocurre el contagio, no hay un tratamiento específico para curarlo, por lo que la vacunación es fundamental para proteger a las personas de esta enfermedad, especialmente a los niños.

Entre 2010 y 2017, los cinco países con más personas sin vacunar contra el sarampión fueron: Estados Unidos (2.593.000 personas), Francia (608.000), Reino Unido (527.000), Argentina (438.000) e Italia (435.000).

En 2019, la Organización Mundial de la Salud clasificó a estos grupos que se oponen a las vacunas como una de las principales amenazas para la salud mundial.

En 2020, surgieron brotes de sarampión en México.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Measles Facts for Kids

  • vacuna antisarampión

Galería de imágenes

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