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Todos los libros de los que aquí hablamos han sido comprados y leídos en papel o ebook en español o en inglés. Este NO es un blog de descarga de libros. Las críticas y/o reseñas que aquí se pueden leer son opiniones personales, nada más, y no pretenden ser otra cosa. Reseñamos principalmente novelas románticas, pero también, de vez en cuando, damos nuestra opinión sobre novelas pertenecientes a otros géneros.



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jueves, 13 de agosto de 2009

Recuerdos prestados de Cecelia Ahern


Tras sufrir un accidente que casi le cuesta la vida, Joyce Conway abandona el hospital con la certeza de no ser la misma. No es sólo la experiencia vivida al borde de la muerte la que la lleva a tal convicción, sino una sensación inenarrable que nace de su interior. Cuando despierta en la cama de un hospital, en su soledad y dolor, acepta por fin que el suyo es un matrimonio sin amor. En consecuencia toma la decisión de separarse de Connor, su marido.
Al mismo tiempo que se recupera de su convalecencia, comienza a recordar lugares, ciudades que nunca ha visitado, a hablar idiomas que no conoce, a cambiar de gustos y aptitudes sin explicación alguna. Todas las noches sueña con una niña rubia de la que no conoce su identidad y a la que está segura no haber visto jamás.

Justin Hitchcock es un americano que tras su divorcio se muda a Londres donde vive su ex-mujer para poder estar cerca de su hija adolescente. Solo e inquieto, anda un tanto a la deriva mientras se habitúa a su estado de soltería. Viaja periódicamente a Dublín para impartir un seminario en el Trinity College sobre y arte y arquitectura. En la ciudad irlandesa conoce a una atractiva doctora que lo convence para que done sangre. En principio Justin se niega, tiene pánico a las agujas y no se considera altruista en absoluto, pero finalmente accede a hacer algo que, según su punto de vista, es lo primero que sale de su corazón en mucho tiempo.

Mientras se replantea que hacer con su vida, Joyce se muda a la casa de su anciano padre sin que esa sensación constante de dejà vu la abandone, sin que los sueños dejen de repetirse noche tras noche.
Los caminos de Joyce y Justin se cruzan puede que por obra del destino pero, desde el primer encuentro, sin que ni uno ni otro puedan dar razones lógicas de ello, sienten una atracción y un nexo especial, mágico, casi... como si estuvieran predestinados.
Pero... ¿puedes conocer a alguien que en realidad nunca has visto antes?

Descubrí a Cecelia Ahern con Postdata: te quiero, novela que de algún modo me marcó como lectora romántica, ya que si bien me pareció una historia agridulce, casi hermosa en su tristeza, sé a ciencia cierta que probablemente no sea un libro que relea mucho, ni siquiera en un futuro próximo. Por ello, aún deslumbrada por la pluma e ingenio creativo de esta autora, tenía muchos recelos en leer Recuerdos prestados pero el tema que trataba me llamaba mucho y, tras leerla, puedo asegurar que esta novela me parece deliciosa, delicada, entrañable... mágica y, con toda seguridad, sí la releeré en un futuro próximo.

Como cabe esperar en una novela de Cecelia Ahern no estamos ante una novela romántica al uso, sino que a través de unos protagonistas, en este caso Joyce y Justin, vivimos la madurez emocional que sufren a lo largo del libro mientras en el proceso -o como resultado- encuentra el amor.
Joyce es una mujer de treinta y tres años que, en el momento que se inicia la novela, no estaba satisfecha con su vida ni era feliz en su matrimonio. Sin embargo tiene la oportunidad de dar un sentido a su vida pero, desgraciadamente, eso se trunca y, en el proceso, casi pierde la vida. La experiencia la lleva a replantearse el sentido de su existencia. ¿Quiere seguir atada a un hombre al que no ama y del que se siente cada día más distanciada?

No obstante, más allá de eso, siente que algo más ha cambiado dentro de ella. No puede explicar el qué, pero es capaz de recordar vivencias de alguien que no conoce y a través de éstas se siente cada día más unida a esa persona.
Mientras eso sucede coincide en repetidas ocasiones con Justin Hitchcock y, poco tarda en descubrir, que es a él a quien se siente unida, son suyos los recuerdos que llenan su cabeza y sus sueños.

Tras su divorcio Justin cree que ha llegado el momento de rehacer su vida, el problema radica en que no hay ninguna mujer que despierte en él interés alguno. Por Sarah, la doctora que lo incita a donar sangre, siente una pasajera atracción que se volatiliza cuando se encuentra con Joyce. Joyce comienza a obsesionarlo, se encuentran en repetidas ocasiones de un modo que parece obra del destino. Pero, dentro de él, subyace la curiosidad que lo persigue desde que donó sangre y se pregunta quién será el receptor de su sangre. ¿Serviría para salvar la vida a alguien? ¿A quién?

El argumento de Recuerdos prestados es bastante sencillo y, hasta cierto punto, previsible, pero la historia me ha calado muy hondo, de un modo especial que me ha dejado con mariposillas en el estómago. No sólo por la pareja protagonista, especialmente Joyce, sino por los personajes secundarios.
Me ha conmovido especialmente Henry Conway, el padre de Joyce, a las puertas de la senilidad; un anciano entrañable que arranca sonrisas y lágrimas por igual. Me he reído y sentido cómplice de Frankie y Kate, las mejores amigas de Joyce, que son el contrapunto perfecto para ésta: una profesional feminista una, madre y esposa abnegada la otra, y que tienen una visión opuesta de la vida y de los consejos que dan a Joyce, a menudo peleando entre sí, pero dan lugar a escenas desternillantes, tanto como Henry. Al y Doris Hitchcock, el hermano y cuñada de Justin ofrecen una visión alocada y muy divertida del desbarajuste en que se ha convertido la vida de Justin y, por último, Bea, la hija de Justin, con la que la autora no presenta una faceta paternal-filial con un punto cómico inolvidable.

En líneas generales la novela contiene un poco de todo: ternura, amor, risas, algunas lágrimas, en cierto modo magia y mucho sentimientos. En mi opinión todos los personajes son muy entrañables, especialmente la relación entre Joyce y su padre que me ha conmovido mucho.
En cuanto a la historia de amor entre Joyce y Justin debo remarcar que estamos ante una novela sentimental donde la relación entre ambos queda enlazada a infinidad de facetas de la trama, con un punto alocado y hasta de comedia romántica.
No se trata de una relación física así si buscáis ese tipo de historias aquí no las encontraréis, sino que es más bien un buscarse continuamente, una lucha entre la razón y el corazón, la necesidad de entender cómo es posible que sientan que se conocen cuando apenas se han visto.
Y como lectora, igual que Justin y Joyce te encuentras ante su disyuntiva... ¿fue el destino o fue la sangre lo que los unió?

Recuerdos prestados no es una historia de pasión -todo lo contrario- ni de grandes interrogantes. Sólo habla de sentimientos y muestra a una protagonista que quiere rehacer su vida, encontrarse a sí misma, y lo hace con una novela que, en mi opinión, tiene una trama pausada, tierna y esperanzadora.
Yo creo que si os gustan las novelas que arrancan risas, que emocionan, que te hacen creer en el destino y por qué no hasta en la magia, estáis ante una historia que os puede reportar un rato muy agradable. No sé si depende del momento en que la leas pero a mí, desde luego, como su título indica, la lectura me ha regalado un puñado de recuerdos entrañables y la sensación de que siempre hay un final feliz a pesar de todo.




jueves, 16 de abril de 2009

Posdata: te quiero de Cecelia Ahern


A diferencia de la mayoría de novelas románticas, Postdata: te quiero no nos relata la habitual historia de amor en que los dos protagonistas se conocen, se enamoran, se casan y nos imaginamos una larga y dichosa vida juntos.
Esta novela es más cruda porque al iniciarse nos encontramos con una historia un tanto diferente: uno de sus protagonistas ha muerto.
Aunque Gerry y Holly se conocieron durante el instituto, se enamoraron, se casaron, su historia de amor tiene un dramático fin cuando a Gerry se le diagnostica un tumor cerebral. Pese a su lucha y el apoyo constante de Holly, Gerry fallece.
Así, la vida que habían soñado construir juntos se desmorona y Holly se encuentra ante la dura y amarga situación de tener que aprender a vivir sin él.

Poco después del funeral de Gerry recibe un voluminoso sobre que contiene diez cartas: una para cada uno de los meses siguientes. En ellas, Gerry le da un mensaje para ayudarla a mitigar el dolor de su muerte y hacer frente a su nueva vida. Cada una de ellas está firmada con Postdata: te quiero, el título de esta novela.
A través de esas esperadas cartas de Gerry, Holly tiene la oportunidad de permanecer junto a él, aún después de su muerte, y de ir despidiéndose poco a poco, pese a que no se sienta preparada para ello. ¿Cómo decir adiós al amor de su vida, al hombre con el que esperaba compartirla durante muchos más años?

Arropada por su familia y amigos, debe ir enfrentándose al día a día, a la soledad, al vacío y a la tristeza que la inundan a menudo, así como a las nuevas experiencias y emociones que surgen en su vida.

Postdata: te quiero es una novela sentimental que, como digo antes, lejos está de otras tantas del género romántico. Por la temática que aborda, he sido durante mucho tiempo reticente a leerla, no porque quiera desmerecer tal género o trama, sino por la profunda e intensa carga emocional que conlleva, y el propio desgaste emocional que causa.
Creo que es imposible no emocionarse o llorar -y mucho- ante un libro como éste. La historia es dura, cruel y triste -como la vida en ocasiones- ,pero transmite tanto amor, tanta confianza y ternura que es una lectura tristemente preciosa.

La historia de amor de Gerry y Holly es sin duda una que perdurará siempre en mi memoria por todos los sentimientos encontrados que ha suscitado en mí, por las emociones que despierta y, por qué negarlo, por las lágrimas que me ha hecho derramar.
Pero pese a todo, no me arrepiento de haber leído esta novela, porque he descubierto una historia preciosa y una narradora maravillosa en Cecelia Ahern.

Los personajes están retratados de tal forma que, sin percatarte, sientes como si los conocieras de toda la vida, incluso a Gerry, a quien conocemos a través de sus breves cartas.
El personaje de Holly es entrañable. Una mujer que sólo desea esconderse y llorar, maldecir el destino que le ha tocado, pero que gracias a Gerry lucha por salir adelante.
La familia de Holly: sus padres, sus hermanos, sus dos mejores amigas Sharon y Denise, y John, el mejor amigo de Gerry, están presentes en esa evolución y madurez de Holly. Pero inevitablemente, siguen con sus vidas, y mientras Holly es testigo de ello, debe reconstruir la suya… pero sin Gerry.
En fin, que es una novela triste, imposible decir que no es así, pero entremezcla pinceladas de humor, ternura y esperanza de un modo cautivador.

Es una novela que habla sobre el drástico cambio que la muerte de una pareja conlleva al que lo sobrevive. A través de los ojos de Holly, somos testigos de cómo ésta pasa de ser parte de una pareja, a verse obligada a seguir viviendo como una única persona. Nos plantea una situación lamentablemente real: al formar parte de una pareja, pasas a ser parte de un conjunto y, tras la muerte de Gerry, Holly debe aprender a ser simplemente Holly, y pierde con su marido una parte de sí misma.
A través de la lectura de cada carta, de cada mes que transcurre observamos el cambio lento pero paulatino de Holly: cómo se enfrenta a los conocidos, a su trabajo, amigos, cómo surgen nuevos retos y responsabilidades, cómo redescubre a personas de su entorno a quien antes veía con otros ojos… pero el dolor aunque la debilita, también la hace más fuerte.
Es una evolución constante, una lucha diaria con un triste pero esperanzador mensaje de fondo al lector.

Postdata: te quiero es un libro que te hace reflexionar, te emociona por la potencia de los sentimientos que despierta, te entristece y … desde luego, casi inevitablemente, te hace llorar.
Pese a tan lacrimógeno panorama, es una novela intensa y cautivadora, un libro repleto de emociones, miedos y esperanza, un libro precioso que os recomiendo.
Eso sí, os aconsejo que ante tal lectura os equipéis con un buen surtido de pañuelos… porque los necesitaréis.