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Todos los libros de los que aquí hablamos han sido comprados y leídos en papel o ebook en español o en inglés. Este NO es un blog de descarga de libros. Las críticas y/o reseñas que aquí se pueden leer son opiniones personales, nada más, y no pretenden ser otra cosa. Reseñamos principalmente novelas románticas, pero también, de vez en cuando, damos nuestra opinión sobre novelas pertenecientes a otros géneros.



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jueves, 30 de abril de 2020

Hielo, Erika Gael

Esta es la historia de un sueño y de la lucha por conseguirlo, aunque para ello haya que caer y levantarse mil veces; es la historia de una maduración y de un crecimiento personal; y es la historia de un amor, no una historia romántica. En definitiva, una historia maravillosa que rebosa sentimiento.

Nos encontramos en Rusia, donde nuestra protagonista se desplaza desde Canadá en busca de una pareja con la que cumplir su sueño de ganar el oro en patinaje sobre hielo por parejas. La ambientación es maravillosa y extraordinariamente bien cuidada, desde palabras en ruso, nombres de las calles, descripción de lugares... pero no es solo eso, también sientes la mordedura del frío crudo del invierno, hueles los vapores fritos de los "vareniki", oyes el ruido chirriante de las cuchillas de los patines al cortar el hielo. La autora nos sumerge en el ambiente de tal manera que estás allí mismo.

La figura protagonista es, sin duda, Suzanne, la joven patinadora canadiense. A través de la narración en primera persona, nos vamos enterando de su historia, tal como la va viviendo, y de los sentimientos que la acompañan. A lo largo del libro vemos su complejo proceso de maduración, de crecimiento, entretejido de sueños, ilusiones, miedos e inseguridades. A través de ella conocemos al resto de los personajes: Kolya, un joven patinador ruso que será el eje en torno al cual se mueva su vida desde su llegada a Rusia; Zenya, su entrenadora, una mujer maternal y optimista; sus amigos EX y Asia... Todos los vemos a través de sus ojos y de su corazón.

La relación entre Suzanne y Kolya resulta preciosa por su misma sencillez; porque él me ha parecido un personaje especial, a pesar de su introversión y con esa carga de sufrimiento que lleva a sus espaldas. Es el compañero perfecto para Suzanne.

El estilo de la autora va combinando frases cortas con otras más largas, creando tensión en los momentos adecuados, otorgando profundidad a la expresión de los sentimientos de la protagonista. Este libro te hace sentir. He sufrido con los protagonistas cada una de caídas y derrotas, cada una de sus malas decisiones, cada uno de sus logros y de sus sueños rotos. Quizás podría parecer agobiante si no fuera por el maravilloso acierto de la autora de introducir píldoras de esperanza que miran hacia el futuro. De vez en cuando, Suzanne nos adelanta su propio futuro no como una ilusión, sino como un hecho consumado, ofreciéndonoslo como una droga tranquilizante que nos hace suspirar con la seguridad de que todo va a salir bien.

Sinceramente, me hubiera encantado que la novela siguiera, que contase más de ese segundo reencuentro entre Suzanne y Kolya después del viaje interior de la primera, pero supongo que tendré que conformarme con ese final.

Es una historia que me ha encantado y que la recomiendo enormemente!!

Marta Luján

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domingo, 23 de marzo de 2014

Noche de Tentación, de Érika Gael

¿Y yo por dónde empiezo a explicar todo lo que esta nueva novela de Érika Gael me ha hecho sentir?

Es difícil hablar de un libro sin desvelar nada de la trama, pero es que no quisiera contar ni siquiera un poquito porque me gustaría mucho que todo aquel que lea la novela se dé de sopetón con lo que hay y se sorprenda y se emocione como yo.

Digamos, como ya lo hace la sinopsis, que esta es una historia de amor de segundas oportunidades. Pero no es una historia de amor cualquiera, sino la que se da entre un ángel y un demonio. Una historia de amor y odio, de rencor, desconfianza, traición y malentendidos que viene durando ya 6000 años.

Hace falta escribir tan estupendamente como solo Érika sabe hacerlo, para conseguir que casi 400 páginas de novela se conviertan en la necesidad perentoria de bebértelas sin apenas respirar. La imposibilidad (por las obligaciones, obviamente) de poder leer la novela del tirón, me obligaron a dejar el libro bien entrada la madrugada. Mi primer pensamiento según abrí los ojos a la mañana siguiente, fue para él. Algo así solo me pasa con novelas que son fantásticas y que me obsesionan de tal forma con su historia, con saber cómo sigue, con saber cómo acaba, que no hay manera de quitármelas de la cabeza.

Cualquiera que haya leído una novela de Érika Gael, asegurará, como lo hago yo, que desborda imaginación. Pero su mayor logro, su mayor don en cuanto a su capacidad para fabricar ilusiones se refiere, es que consigue hacer verosímil el mundo que crea. No debería haberme pillado de sorpresa, pues con Noche de Mardi Gras ya lo viví, sin embargo, en Noche de Tentación otra vez ha vuelto a dejarme con la boca abierta.

En cuanto a sus protagonistas, os cuento que Angélica es un ángel, claro, pero es también una mujer. Una mujer con su fuerza y sus debilidades, con sus sueños y sus anhelos, y con un corazón roto y vacío a fuerza de traición y desconfianza. Una mujer que amó con la inocencia de una niña y que con la confianza de una criatura, se dejó convencer cuando le contaron que su amor la engañó. Una mujer a la que le cortaron las alas sin darle opción a decidir ni pensar por sí misma. Angélica es, por tanto, buena y dulce, sensata y tranquila, formal, confiada y responsable y nunca, nunca, nunca se salta las normas establecidas.

Asmodeus es... Asmodeus es un diablo, uno de los ángeles caídos. Pero también es el hombre que estuvo enamorado hasta el tuétano de una fría y calculadora mujer que no solo le engañó a él, sino que también lo hizo con todos sus compañeros. Asmodeus sufrió desgarradoramente no solo por la traición de Angélica, sino por la crueldad a la que se vio sometido cuando fue expulsado de su hogar. Y está muy dolido y muy cabreado y muy amargado, y ni quiere ni puede ni le da la gana perdonar. Ni olvidar.

Angélica tiene que cumplir una misión en la tierra, en París, para ser más exactos. Asmodeus, que está hasta el tridente del Infierno, decide darse un garbeo por París... precisamente.

Y en París, una ciudad que adoro y que con solo decir su nombre se me calienta el alma, transcurre esta apasionada, trepidante y emocionante novela confeccionada con sensibilidad, inteligencia y mimo. Un libro cargado de matices en el que hay momentos que no puedes por menos que echarte a reír porque tiene unos golpes brillantes, y ocasiones en las que el corazón se sobrecoge de dolor y angustia. Un escenario fantástico para contar la historia de un amor apasionado, ardiente, impetuoso, arrollador.

Los diálogos entre la pareja son buenísimos y los momentos íntimos... los momentos íntimos... Asmodeus es el pecado de la lujuria, así que, ¿vosotras qué pensáis? Pues imaginad lo que queráis y seguro que os quedáis cortas. ¡Alucinantes!

Mención especial a la ambientación, al París en el que transcurre la historia, a esa documentación exhaustiva que sin duda ha tenido que realizar la autora, porque leyendo la novela te das cuenta de que no ha dejado nada al azar. Porque el París que nos enseña no es el convencional. Incluso el Sena tiene su merecido, dulce y romántico protagonismo.

Y matrícula de honor para la forma en la que está estructurada la novela, la manera en la que está planteada para contar el ayer, el antes y el ahora de cada uno de los protagonistas y de los dos juntos. Por la valentía de elegir al malo de la novela (¡qué genial y qué buena la explicación del por qué!). Por escribir como los ángeles, por mimar el lenguaje, por respetarlo, por cuidar hasta el último detalle y hacerlo tan maravillosamente bien.

Me pasó con Noche de Mardi Gras y me ha vuelto a pasar con Noche de Tentación. Me he quedado enganchada al Infierno y a sus Príncipes, y suplico a su autora (a la que también estoy enganchada sin remedio) que nos cuente más de ellos.

¡Estupenda novela!

 

martes, 21 de mayo de 2013

Noche de Mardi Gras de Erika Gael

A las puertas de un nuevo Apocalipsis, el demonio Astaroth, Archiduque del Infierno de Occidente, se encapricha con un viaje de placer a la Tierra, una visita que pondrá fin a casi seis mil años de condena. Sin embargo, las órdenes de Lucifer son claras; tiene dos meses para resarcirse y después deberá volver al hogar. Dispuesto a no dejar pasar la ocasión, Astaroth hace las maletas y se planta en Nueva Orleans con una nueva identidad y un deseo irrefrenable de hacer de las suyas.

Cincuenta días después, en la misma ciudad aterrizan por error seis universitarios españoles en su viaje de fin de carrera. Entre ellos se encuentra Carlota, una joven escéptica e independiente que aprenderá a ver el carnaval más salvaje y alocado del mundo con otros ojos cuando el hombre de sus sueños se cruza en su camino.

Es difícil resistirse a la tentación, sobre todo si ésta cobra la forma del hombre perfecto y parece estar dispuesta a hacer realidad cada uno de sus secretos anhelos. Sin poder remediarlo, algo en el halo de misterio que desprende el encantador David White atrae a Carlota como un imán, pero lo que no sabe es que su propia frescura es la trampa que se cierne sobre el oscuro corazón de Astaroth.

Pero, igual que a todo carnaval le sigue una cuaresma y a todo sueño una vigilia, cuando unos sentimientos desconocidos e impensables para ambos exploten, una muchacha de provincias y un cínico demonio deberán enfrentarse juntos a la lucha por su felicidad, especialmente la de un alma que ya tiene dueño. El Mal.

No sé si voy a ser capaz de hacer una crítica de este libro. Quienes acostumbráis a leer las críticas que hago sobre algunas novelas, sabéis que no soy dada a contar el argumento sino, más bien, a explicar los sentimientos y las sensaciones que producen en mí los libros. En base a ellos hago mi valoración positiva o negativamente.

Con Noche de Mardi Gras me he quedado literalmente sin palabras. No sé por dónde empezar.

Conocí a esta autora de pura casualidad trasteando una vez por Internet. Como tantas otras escritoras, Érika tenía un blog donde iba colgando sus escritos, críticas de novelas y comentarios varios. Quedé impresionada con su forma de expresarse. Con su manera limpia, sencilla, clara y envolvente de contar las cosas. Y volví una y otra vez a leerla. Érika se convirtió en una adicción para mí.

Vi cómo se iba fraguando esta novela. Las vicisitudes por las que fue pasando mientras la escribía. Cómo se documentaba y cómo su ordenador le jugaba una mala pasada y perdía toda la información que tenía almacenada sobre la novela. Sentí su frustración en el post que puso al efecto y también noté cómo nada le impedía volver a juntar todas las piezas y seguir adelante. Eso me hizo formarme una idea de esta joven autora y supe que alguna vez triunfaría.

Tenía unas ganas locas de leer Noche de Mardi Gras aun sabiendo que la novela es paranormal, un tema que aunque no me importa leer, no es precisamente santo de mi devoción. Por fin he podido leerla y, ¡oh, Dios mío, es infinitamente mejor de lo que nunca pude imaginar! Kenyon que me cautivó con sus primeros (he dicho primeros ¿eh?) Dark Hunters por su imaginación y su estilo, ha bajado un montón de escalones al lado de Érica Gael. Lo que ha inventado esta autora es mil veces superior. Una vez que abres el libro no puedes parar. Su obra rebosa imaginación, pero también ternura, ingenio, fuerza y sentimiento (¡cuánto sentimiento!).

Si prácticamente he abandonado la novela paranormal es porque, en mor de la fantasía y en favor del sexo cada vez más explícito, la mayoría de las autoras se olvidan de lo que yo y muchas lectoras del género queremos encontrar en una novela romántica: además de una historia consistente queremos seducción, amor, pasión y, claro, sí, sexo. Y por este orden a poder ser. La novela de Érika Gael tiene todo eso, y te bebes sus páginas sin sentir que pasa el tiempo, con el corazón en un puño y admirada por lo que vas leyendo. Y no puedes parar hasta el final. Quedas atrapada en una tela de araña de la que no puedes ni quieres despegarte. Los últimos capítulos son de infarto.

Las escenas están descritas con un realismo que palpas. Los escenarios en donde se desarrolla la trama están perfectamente dibujados. Se nota que Érika ha invertido horas y más horas en documentarse. Sin embargo, no cae en la memez (desde mi punto de vista, por supuesto) que cometen otros autores de hacerte tragar toda su documentación y aburrirte con datos que a ti te importan un pimiento. Érika simplemente te sitúa dondequiera que sea, con unos pocos toques magistrales, sin abrumarte y, lo más importarte, sin apartarte de la trama ni un solo segundo.

Y es que Érika escribe bien. Muy bien. Maravillosamente bien. Su narrativa es exquisita. Es fluida y amena. Su manera de contar la historia te envuelve y te apasiona. Los diálogos de los personajes son naturales y nada forzados. Tiene toques de humor e ironía. Hay escenas que te ponen la piel de gallina. Hay párrafos que te hacen saltar las lágrimas. Hay momentos de amor de infinita ternura. Y no quiero contaros cómo describe el sexo…

Si me hubieran dicho que esta autora lleva detrás de ella unas cuantas novelas publicadas, me lo hubiera creído. Es una obra madura, pensada y trabajada. Es un libro cuidado, escrito con cariño, respeto y mimo. Es el trabajo de una mujer que sabe lo que hace y que adora escribir. Y eso se nota. Érika Gael me ha devuelto la fe en la novela paranormal de AMOR.

Noche de Mardi Gras es una fabulosa historia, la primera de una serie sobre Los Ángeles caídos. ¡Menudo tema! ¡Qué riesgo! ¡Y qué magistral manera de resolverlo!

Nunca imaginé que el Infierno, y en concreto uno de sus habitantes, fuera a despertar veneración en mí. Estoy condenada, lo sé, pero quiero seguir leyendo la serie. 

  

viernes, 16 de abril de 2010

Faery - Érika Gael


Hace mucho, mucho tiempo, cuando la naturaleza regía las leyes humanas y los dioses y las hadas gobernaban sobre ella... Uno de esos dioses, y una de esas hadas se vieron obligados a dejar atrás el rencor para luchar juntos contra los romanos.

Pero hay misiones que no son tan fáciles como parecen... Porque ni todos los dioses son piadosos, ni todas las hadas son seres dulces y adorables...

Un hada castigada por sus travesuras en el mundo mortal...

Un dios forzado a expiar las culpas de los demás...

Un pueblo que sólo busca seguir con vida...

Pasión. Lucha. Rencor. Remordimientos. Venganza. Magia. Diversión... Y sobre todo, AMOR.

Creo que ésta va a ser la crítica más difícil que he hecho en siete años, porque describir Faery, o los sentimientos que me ha transmitido esta novela, es casi imposible. Faery es fantasía, es color, vida, pasión, humor, pero por encima de todo es una historia épica de amor de esas en las que los dos protagonistas son de armas tomar y te enamoran.

Érika Gael es una escritora que me tiene en una nube. No me importa decir a los cuatro vientos que se ha convertido en mi escritora favorita de novela romántica paranormal o de fantasía, que para mí ha desbancado a Sherrilyn Kenyon, la que era mi favorita hasta el momento. Pero claro, es mi opinión de lectora como otra cualquiera, y comprendo que hay mucha gente que no va a entender lo que quiero decir. Para entenderlo, hay que leerla.

E. Gael ha creado un mundo de fantasía y mitología donde las hadas, duendes y dioses conviven, donde viajar en el tiempo es algo común, y donde el sol cada mañana da luz gracias a un Dios con apariencia a lo Gerard Butler. Un reino de magia, donde un hada con el pelo de un peculiar tono rojizo, es castigada por culpa de sus travesuras y es enviada a realizar una misión muy importante para poder ser perdonada.

Xesa es un hada muy especial. No es un hada dulce y sumisa... tiene apariencia de mujer y posee mucho caracter. Traviesa y pasional, no duda en hacer cualquier cosa para salirse con la suya. Pero guarda en su corazón un motivo por el que no quiere volver a entregarle su confianza a nadie. Y aunque os pueda parecer un ser caprichoso y voluble... no lo es. De hecho se ha convertido en mi personaje femenino favorito de la novela romántica. La he llegado a querer tanto, que al terminar la novela la eché de menos como si fuera una querida amiga. Xesa es divertida, espontánea, ácida, inocente (a veces), caprichosa (a ratos)... y si tienes corazón, consigue atrapártelo.

Lugh... uff, para Lugh no tengo palabras. Pues eso, tenéis que leer Faery para descubrir a este pedazo de dios del sol, que quita el sentido.

Algo que destaco de las novelas de Érika es que consigue lo que no consiguen todas las escritoras románticas y que para mí es fundamental: me conmueve con una simple mirada entre los protagonistas. Consigue transmitir con un pequeño gesto toda la pasión que otras autoras no logran trasmitir ni con una escena de cama de 20 páginas.

¡Y cómo narra las escenas de pasión...! Agrrr, se me pone la piel de gallina.

En fin, a mí me tiene a su pies, y con ella me voy hasta el fin del mundo, con tal de poder seguir leyendo novelas como Faery. Gracias Érika Gael por devolverme la ilusión por la novela romántica.