Una primavera para pecar de Jo Goodman

Londres 1815. El vizconde Sheridan debe enfrentarse a un ladrón. Al descubrir que es una mujer, ahora gravemente herida, toma a la ladrona pelirroja bajo su protección. Está claro que su invitada, Lily Sterling es una dama. ¿Cómo se ha convertido en ladrona? Él se siente traído por Lily y decide descubrir su secreto.
Los cinco años transcurridos desde que abandonó el convento francés han sido una pesadilla para Lily. Sus secretos son peligrosos, al igual que los del poderoso hombre dispuesto a encontrarla. Incluso el apuesto vizconde tiene sus secretos, pero quedarse con él supone la diferencia entre la vida y la muerte.

Puede contener spoilers


La historia empieza en un convento francés, al que acude un poderoso hombre buscando institutriz para sus hijos. Elige a una muchacha llamada Lilith, pero una de las monjas consigue quitarle la idea porque sabe que es un ser nada recomendable. Después de su visita, la joven ya no se encuentra segura en el convento, por lo que decide escaparse.

Cinco años después, Alexander Henry Grantham, vizconde de Sheridan , acompañado de una amiga, pasea por Covern Garden. Es asaltado, hay una refriega, y el supuesto ladrón acaba con una puñalada en el costado. Pero no hay arresto porque antes de que nadie pueda reaccionar, sus compinches se lo llevan y desaparece.
Las habladurías giran alrededor de Sheridan y se rumorea que él ha sido quien ha herido al asaltante defendiéndose valerosamente. Pero él sabe que no es cierto y está preocupado por el ladrón, de manera que investiga por los bajos fondos y ofrece dinero a quien le conozca: para un médico, si sigue vivo, o para su entierro, si ha muerto.

Esto le lleva a conocer a tres golfillos: Pinch, Dash y el pequeño Midge. Tres muchachitos que se gana la vida robando o trabajando para un fullero y que viven en un lugar apestoso de los bajos fondos. Y a través de ellos conoce a la señorita Rose, como ellos llaman a Lily, quien les cuida y les enseña cuanto sabe.

El vizconde lleva a los cuatro a su casa después de conseguir la recuperación de la joven, porque se entera de que ella se ha interpuesto y ha recibido una puñalada que iba destinada a él.

En esta novela he encontrado que las conversaciones son poco fluidas, algunas veces me perdía porque la autora nos da muchas vueltas para decir cualquier cosa. Y también me he encontrado con situaciones algo extrañas que no entendía (aunque luego se nos van aclarando).

Desde luego no es una novela para personas a las que les desagraden los malos tratos, la prostitución y las humillaciones a una mujer (felaciones, violaciones o entrega a otros hombres). Porque tiene de todo eso. Lily ha estado sometida a un odioso personaje durante varios años y la autora nos lo cuenta (ella se lo cuenta al protagonista masculino) con todo lujo de detalles. Eso sí, mezclado con el amor que surge entre los protagonistas y que suaviza en parte las situaciones escabrosas.

Lily se nos presenta como una mujer fuerte, que intenta rehacer su vida después de lo que ha sufrido, pero que tiene miedo a las consecuencias de enamorarse del vizconde. Alexander se muestra como un personaje igualmente fuerte, capaz de enfrentarse a todo por el amor de Lily y empecinado en averiguar quién es el desalmado que la maltrató y la prostituyó. Los personajes más tiernos son los tres chiquillos, que se convierten en inseparables del vizconde y hasta hacen sonreír con sus travesuras y sus hurtos. Y la tía de Lily es un personaje clave en el final de la historia.

Lo mejor, que las escenas calientes, para mí, están escritas con mucha clase.

Amante y canalla de Jo Goodman

Un hombre que ella no aguantaba.

Decían que su padre había muerto, pero Rennie Dennehy se negaba a creerlo. Jurando descubrir la verdad sobre su extraña desaparición, Rennie se encaminó hacia los tierras remotas de colorado, y en busca del único hombre que podía ayudarlo. El cazarecompensas Jarret Sullivan era un pícaro con una sonrisa tan odiosa como irresistible… Si bien compartieron un pasado que ella preferiría olvidar, verlo de nuevo le reavivó las llamas de un deseo que no podía resistir, y enseguida, Rennie se vió de nuevo rindiéndose a su dulce y salvaje amor otra y otra vez.

Una mujer que él no podía ignorar.

La última mujer que Jarret Sullivan esperaba ver otra vez era Rennie Dennehy. Un hombre puede hacer un montón de cosas por diez dólares, pero enredarse con una belleza salvaje irlandesa no era una de ellas. Durante meses había estado intentando olvidarla, pero los recuerdos de la pasión que una vez compartieron aún le embrujaban. Ahora tenía una segunda oportunidad de tomarla entre sus brazos y amarla de la manera que se merecía: con beso-s de puro fuego fundidor y pasión ardiente. Jarret no se planteaba perderla de nuevo. Esta vez no solo la cautivaría a ella, sino también a su corazón.


Amable y canalla es la segunda entrega de la serie de las hermanas Dennehy. Familia tan original en el planteamiento, como en la composición de sus miembros.

Cinco hermanas bastardas, nacidas de la unión de un hombre protestante, casado, extremadamente rico y presidente de una compañía de ferrocarriles, con la que en su día fue su católica e irlandesa criada. El hecho de reconocer que el amor entre sus padres es sincero y profundo, no consigue anular su espíritu crítico, con lo que la relación entre el progenitor y sus atípicas hijas es cariñosamente tensa y sirve como marco para la presentación y desarrollo de las protagonistas femeninas de la saga.

La primera parte de esta novela coincide en el tiempo con la última de la primera entrega. Volveremos pues a vivir los mismos acontecimientos pero desde la perspectiva de personajes distintos. Un hombre y una mujer tan diametralmente opuestos como atractivos.

Rennie está a punto de casarse con un hombre, que bien sabe no es el de su vida. Ante las críticas de su familia por la que suponen una unión abocada al fracaso y basada en una obsesión, se mantiene ciega y sorda en su empeño. La preocupación es común a todos los miembros, pero es el padre el que decide dar un paso mas.

Con el fin de por lo menos intentar un aplazamiento de lo que considera será para su hija una condena, propone una lucrativa asistencia a Jarret Sullivan, el amigo cazarecompensas de Ethan (protagonista de la primera novela). Este emplea la técnica de la persuasión monetaria con el flamante novio, firmemente respaldada eso si, por la fuerza de la culata de su revolver. No nos ha de extrañar que resulte pues tan valiosa como efectiva, aunque ante el desconocimiento de los hechos en toda su medida, nuestra heroína no descarte la consecución del matrimonio fallido para más adelante.

Dado el riesgo cierto que enfrentan las dos hermanas al ser gemelas, por los acontecimientos narrados en la primera entrega, se decide encomendar la seguridad de Rennie a Jarret. La lucha por cumplir lo que cada uno considera su deber, provoca una serie de situaciones que a la gran mayoría de lectoras de romántica nos hace suspirar. Que si te cargo a la espalda escaleras para arriba, pues yo te intento drogar. Que si mira quien acabo de bella durmiente pues ya te darás la vuelta y me podré escapar. Que no te sirvió de escarmiento atarte a la pata de la cama, pues ahora encerradita te vas a quedar. En fin, que entre “cuando tú vas, yo vuelvo” y la forzada intimidad, surge la pasión. La resolución de la trama de la primera novela y las consecuencias personales que sufre Jarret en sus habilidades, termina en lo que ellos creen su definitiva separación.

Los meses que están distanciados provocan el cambio de registro de los protagonistas. El descarado, alegre, pícaro y decidido galán se transforma en un duro, amargado y arruinado hombre del oeste. Cuando la desaparición del padre lleva a Rennie en su búsqueda, poco queda del atractivo personaje salvo su tentador físico. Vuelven lo tira y afloja. Las decisiones arriesgadas de imprevisibles consecuencias que desembocan en una casi obligada colaboración. Tendrán que luchar por su supervivencia, enfrentando traumas y compartiendo miserias, antes de poder entregarse plena y conscientemente a su furor. El éxito de su empresa y el reconocimiento de su amor, no convergen en el esperado final feliz como podríamos pensar. Con una nueva vuelta de tuerca por parte de la autora, iniciamos la resolución de hechos pasados que saltan al presente, con la amenaza de destrozar su futuro y el de toda la familia Dennehy.

Personajes

Voy a centrarme exclusivamente en los protagonistas, ya que al pertenecer esta novela a una saga, los secundarios se nos van ofreciendo en retazos que culminaran en su propio relato. o si no es el caso, su descubrimiento bien podría hacernos perder totalmente la intriga de la novela.

Mary Renee, Rennie para familiares y amigos, es la hija que de alguna forma siempre ha deseado y necesitado la elogiosa aceptación del padre, que sin embargo no duda en criticar. Por ello se formó como ingeniera, con el coste emocional que supone ser pionera en un campo que por entonces era territorio exclusivo de hombres, con el estigma social añadido de su bastardía, y la extraña relación que viven sus progenitores.
Pese a la cobardía que reconoce sufre en su fuero interno, ante el mundo se presenta firme, inteligente, decidida y valiente. En su juventud apenas encuentra otra forma de enfrentar a la sociedad, que la que pueda reportarle el matrimonio. Mas, si es con un hombre de cierto atractivo y que tiene la confianza de su progenitor en materia laboral. Es tal su temor a un futuro, que repita los esquemas que conforman su pasado, que no duda enfrentar la oposición de su familia y a la postre, cometer el mayor error de su vida. Un error que le podría condenar a la pérdida definitiva del único hombre capaz de derribar sus defensas.

Jarret Sullivan: Descarado espécimen masculino al que no se le ponen prendas para ejercer su dominio. Perfecto representante del hombre del oeste con su largo y polvoriento guardapolvo tras el que esconde un Colt que descansa en su cadera. Si en un primer momento acelera los latidos de nuestro corazón con su aparente despreocupada existencia y el empeño que pone en su “trabajo”, es para conseguir ralentizarlos con sus penas y desengaños, terminando de pararlo en seco con su entrega. Sencillamente un buen y entretenido ejemplar con el que soñar.

Nota: Para las ávidas lectoras interesadas en el desarrollo del arrebato pasional, contiene unas magnificas escenas hot con las que nos podemos deleitar.

Conclusión:
Desde su sencillez es una estupenda historia muy por encima de su predecesora. Una atractiva propuesta para adentrarte en el fascinante mundo del lejano oeste.
En ferrocarril, a caballo o a pie; comiendo polvo, pasando frío o quitando nieve; con Jarret Sullivan segurito que no te arrepientes. Bueno o esa es mi humilde y subjetiva opinión.

Eternamente mío de Jo Goodman

Dividida entre la devoción y un deseo secreto de aventuras, Mary Frances Dennehy toma la decisión más difícil de su vida. Sorprendiendo a su familia y a todos los que la conocen, deja el convento y parte al oeste en busca de una nueva vida. Para una mujer sola, el oeste americano es un lugar hostil y lleno de peligros. Aunque nadie es más peligroso que el irresistible Ryder McKay.


Leal a los Apaches que lo criaron, y sentenciado a la horca por un crimen que no cometió, Ryder aprovecha la oportunidad que se le presenta para huir: toma a Mary Dennehy como rehén y escapa con ella a las montañas que tan bien conoce. Lo que nunca hubiera podido imaginar es que la compasiva mujer que fue a visitarlo a su celda para consolarlo en sus últimas horas, sea en realidad una mujer con un ansia de vida y de libertad tan grandes como los espacios abiertos de Arizona.

No sé por qué razón siempre que empieza una saga, casi independientemente de que me guste o no la primera entrega, me quedo enganchada a un personaje que, indefectiblemente, acaba siendo el o la protagonista de la novela que cierra la serie.

Eternamente mío nos narra la historia de Mary Francis, la hermana mayor de las Dennehy, monja para más señas, y dada su anómala condición, la que desde el principio abrió mi apetito. Era de prever, en mi caso, que fuera ella la que pusiera el broche final a la serie, como efectivamente ha sido.

Me ha gustado la Sra. Goodman en esta serie. Muy sencilla a la hora de recrear la ambientación del lejano oeste pero no por ello deja de estar perfectamente definida. Dota a sus personajes de distintas personalidades, pero sobre todo los humaniza, ya que nos los muestra con sus virtudes, pero no se olvida de sus defectos. Sus historias están perfectamente argumentadas y sus tramas fluyen al compás de la pequeña intriga que teje para desarrollarlas. Resumiendo: Sabe su oficio, que luego nos guste más o menos, ya entra dentro de los gustos particulares de cada cual.

Eternamente mío es una novela “de personajes” ya que el peso recae sobre ellos. Me sorprendió Mary Francis, ha sido una gozada bucear en su pasado, sus deseos, dudas y temores. Entender por qué tomó el hábito, las razones por las que lo cuelga y como marcará ese hecho su existencia. Es una mujer leal, inteligente, decidida, con fuerte carácter, y al mismo tiempo suavemente femenina. Sabe lo que quiere y se entrega a ello, para bien o para mal, pero sobre todo guarda una inmensa capacidad de amar. Claro que enamorarse de Ryder es fácil. Nuestro protagonista es tremendamente masculino: imaginarlo con el taparrabos, la melena negra y los ojos escarcha encendidos de deseo; curtido: de los de a otro perro con ese hueso y donde las dan las toman; noble, fiel a sus principios, a su gente y sus tradiciones. Ryder no pierde el dominio de su voluntad, y es tan protector, tierno y amante como sólo puede ser un verdadero hombre. Pero además es un superviviente que arrastra un justificado traumático pasado que a mí me entristeció y emocionó. En fin es uno de esos “héroes” que tanto nos gustan.

La trama es relativamente sencilla y constituye la excusa para “encerrar” y enfrentar a los protagonistas, dándoles tiempo a conocerse, enamorarse, desearse….y catarse. No está mal, aunque no importe demasiado y sea predecible en exceso, ya comento que es meramente un pretexto.

En conclusión: Quizá usar el “eternamente” en el título, sea reflejo de la antigua condición de Mary Francis, pero aun siendo yo mucho más terrenal también lo emplearía, sobre todo por el “mío” que le acompaña. Ha sido una lectura agradable, entretenida y emotiva. Puede que no alcance el paroxismo, pero a mí me mereció la pena, y siempre guardaré un grato recuerdo de la monjita y su apache reconvertido.