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viernes, 6 de noviembre de 2020

Un desafío de honor – Julia Justiss

Ella era la única mujer que podría apartarlo de sus malas costumbres...

Lord Anthony Nelthorpe había cometido muchos pecados entre los que se incluía seducir a la distinguida Jenna Montague Fairchild. Pero habían pasado tres años desde entonces y después de Waterloo, él, que tanto se había burlado del honor, se encontró bajo los cuidados de la misma mujer a la que había ofendido. Iba a curarlo a él después de no haber podido salvar a su propio esposo. De vuelta en Londres, Tony aprovechó la oportunidad de sacar a la joven viuda de su espantosa apatía, aunque sabía que era la última persona a la que ella deseaba ver. Pero la convencería de que era la única mujer capaz de convertirlo en un hombre mejor...

Dado que la sinopsis lo dice casi todo, intentaré explicar lo que me ha aportado esta novela de Julia Justiss.

Tony, vizconde de Nelthorpe, es un hombre que siempre ha vivido a caballo entre el libertinaje y la inconsciencia. No había mujer que no le interesara seducir. Es uno de esos personajes que nada más verle en el libro sabes ya que va a dar juego. Porque es atractivo, porque es un calavera, porque nos gustan ese tipo de hombres malillos que después resultan ser un pedazo de pan y que acaban resultando los mejores maridos del mundo, tal vez porque han corrido las juegas antes de caer rendidos ante el verdadero amor.

Es, además, un hombre que madura y que cuando regresa de la guerra tiene otros principios y otra moralidad. Un ser que se ha burlado de todo, incluso del honor de las mujeres, pero que vuelve a Londres con nuevas ideas, mucho más serio, dándose cuenta de que todo no es la diversión. Su mala cabeza le había puesto en una situación denigrante, casi a las puertas de la cárcel por deudas. En el ejército crece y se estabilizada. Consigue convertirse en un hombre respetable al que sus compañeros admiran.

Jenna, Lady Fairchild, una, mujer inteligente, fuerte y decidida, capaz de valerse por sí misma. Tiene un pasado, como todos, y en ese pasado está Anthony, al que desprecia con todas sus fuerzas. Pero todo ha cambiado, la guerra ha cambiado todos, incluso a ellos dos. Ya no son unos jóvenes alocados y, sobre todo, Tony no parece el mismo sujeto al que conoció. Él había intentado seducirla pero ella, que lo consideraba un impresentable, le desestimó y se casó con Garreth. Pero su esposo ha muerto, ella está embarazada, y Tony regresa a Londres inválido de una pierna.

Consiguió hacerme un nudo en la garganta cuando ella pierde al hijo que espera y es casualmente Anthony el que la consuela, el que la acompaña, el que intenta fortalecer su espíritu y que olvide el dolor para volver a vivir. Para sacarla del estado en que se encuentra le propone que le ayude en un proyecto que intenta socorrer a los que han dejado el ejército y a sus familias.

En esta novela me he encontrado de todo. Sentimientos, dudas, odios, romance, y misterio. Sí, porque el accidente de la protagonista cuando pierde el hijo no parece ser un simple accidente.

Los personajes me han parecido estupendos, bien explicados. Sus sentimientos me han conseguido llegar al corazón, he sufrido con ellos, me he sonreído con ellos, he evolucionado con ellos. En resumen, que me he metido en la historia como si formara parte de la misma, y la he disfrutado a tope.

Totalmente recomendable según mi modesta opinión.


Mailo




Romántica

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lunes, 2 de noviembre de 2020

El honor de mi dama – Julia Justiss

¿Quién era aquella mujer? ¿Un doncella recatada... o una descarada aventurera?

Al conocer a la joven dama que había deslumbrado a su mejor amigo, Gilen de Mowbry vio algo sorprendentemente familiar en ella. Pero tan recatada señorita no podía ser la gitana de ojos violetas que había bailado para él a la luz de una hoguera... y que desde entonces se había hecho dueña de sus sueños...

Desesperada por huir junto a su hermano de los malévolos planes de su primo, Gwennor Southford había aprovechado la ocasión de marcharse con una caravana de gitanos. Sólo una cosa se interpondría después entre ella y la seguridad de un matrimonio perfecto: los inolvidables momentos que había pasado junto a Gilen de Mowbry...

Empiezo a hacerme un lío con los títulos de las novelas románticas. Yo juraría que ya me he leído un par de ellas con este título o uno tan similar que se me cruzan los cables. El honor de mi dama, El honor de una dama, El honor de la dama… Digo yo que no parece muy complicado poner a las novelas, sobre todo a las romántica, un título que no se repita con otras, porque como además las lanzan en distintas ediciones y cambian la portada, al final acabamos comprando el libro repetido. Particularmente me sienta como un tiro gastarme el dinero y luego ver que ya lo tengo. Al final tendremos que ir al Corte Inglés con una lista, como cuando vamos al super, para o traer azúcar cuando ya tenemos seis kilos en casa.

Bueno, al margen de mis elucubraciones, como no me acababa de sonar el argumento decidí leerla. Menos mal, ésta no la había leído.

Aunque ya han caído en mis manos novelas en que la protagonista se fuga con gitanos para escapar de algún problema y se da de narices con un libertino y encantador aristócrata, la novela no me ha defraudado. Eso sí, me ha fastidiado que se la confunda durante buena parte de la novela con una perdida.

A la protagonista están a punto de casarla con un hombre al que no ama, bastante mayor que ella. No la ilusiona, desde luego, la situación, pero piensa en su hermano, con dificultades, y que podrá tener un hogar decente. Luego descubre que no es tan buena la idea como parece, que se va a meter en un jaleo del que no podrá salir porque estará atada de por vida, y que su hermano no va a estar mejor, por eso escapan decididos a llegar a casa de un familiar en Harrowgate. Como no les cabe duda de que su deleznable primo va a seguirles la pista, la única solución que ven Gwen y Parry, su hermano, es viajar en una caravana de gitanos.

Gilen de Mowbry es el vizconde de San Abrams. Una noche, acompaña a sus amigos a un campamento gitano con el fin de pasar un rato divertido, flirtear con las mozas y, si la cosa sale bien, retozar con alguna. Son los típicos aristócratas aburridos de todo que buscan diversión donde la encuentren.

Hasta aquí, la novela me ha recordado otras ya leídas.

Gilen conoce a la protagonista. Ella es hermosa, altanera, decidida y violenta. Sin poder remediarlo se siente enormemente atraído por esa mujer que le quita el aliento y a la que consigue besar. Digamos que se queda fascinado por ella pero cuando va a buscarla de nuevo ha desaparecido. La caravana ha partido y con ella la bella muchacha que le ha enamorado. Por descontado, i se imagina quién es y mucho menos que ha emprendido viaje para ir a casa de su tía Alice.

Gwen es una protagonista realista. Una vez establecidos en Arrógate se da cuenta de que su única salida es encontrar a un hombre que quiera desposarla. Pero no quiere a cualquiera, pide al menos que sea una persona respetable y galante, no un mezquino acaparador que reste su libertad.

Aquí es donde entra otro personaje que tiene cierta importancia en la historia. Jeffrey Masterson. A Gwen le parece adecuado, es joven y atractivo y parece buena persona. Lo que ella no sabe es que este hombre es amigo personal del que la robó un beso aquella noche, Gilen.

Por fortuna o desgracia, Gilen la reconoce cuando se reúne con su camarada.

Es esclarecedor ver que el protagonista, con la excusa de proteger a su amigo de aquella zorra sin corazón, porque está convencido de que no es otra cosa más que una aprovechada, intenta separarla de él, pero con sus propios fines. Hasta la amenaza de contarlo todo. Gilen se convierte en una pesada carga para Gwen, pero así y todo no puede evitar sentirse atraída por él.

Sí, es posible que la historia esté algo trillada, qe ya hayamos visto a unas cuantas chicas de buena familia que se esconden entre los gitanos, que hayamos encontrado también muchos aristócratas embelesados con ellas y que al final averiguan que no son lo que parecen y que se han confundido en sus apreciaciones. Pero esta autora narra los sentimientos de un modo inmejorable y eso la hace distinta.

Es una novela de anhelos, de dudas y de romance. Todo lo que se pide enana historia de este género. Posiblemente hay demasiados encontronazos entre los protagonistas, pero a fin de cuentas es lo que agrada, al menos a mí, que haya tensión en la novela, que discutan, que incluso se alcen la voz, porque so demuestra que están locos el uno por el otro y que ambos quieren mantener su independencia como personas. Francamente, cuando un protagonista se deja amilanar por el otro me resulta poco creíble, es posible que yo tenga mal genio y me meta demasiado en la novela. Como yo no me dejaría anular, ni creo que haya que anular al contrario, tampoco me gusta verlo reflejado en las novelas.

No la pondría un 10, pero hace pasar un buen rato, no decae la historia, te mantiene entretenida y pendiente de cómo va a solucionarse el enredo. Yo no pido mucho más cuando leo romántica, simplemente pasar unas oras de entretenimiento, soñar y que esté bien escrita.

Mailo



jueves, 29 de octubre de 2020

Comprometido con otra, Julia Justiss

Desheredada, pero profundamente enamorada, Emily Spenser huyó a la Península con su apuesto y joven capitán. Seis años después, la viudedad la impulsó a regresar a Inglaterra... y a arrojarse a los brazos de Evan Mansfield, el irresistible conde de Cheverley. Evan le entregó su corazón... pero nunca podría darle su apellido. Profunda y eterna, así era la pasión que Emily Spenser inspiraba en Evan Mansfield. Aquella mujer era su destino, el amor de su vida, pese a no pertenecer a la nobleza. Pero el honor, y una promesa a su mejor amigo, exigían que se desposara con otra... y abandonara la única dicha que había conocido.

Tengo que empezar diciendo que el título de esta novela me parece simplemente horroroso. No sé cual sería el original, pero desde luego traducido te quita las ganas. Tengo que reconocer que no había leído nada, creo yo, de esta autora, pero bueno siempre es interesante conocer a alguna distinta de las que siempre leemos.

El personaje de la protagonista femenina, Emily, se nos aparece como una mujer viuda. Estuvo casada con un militar y lo amaba, pero de pronto se ve sin ese respaldo y se lleva a matar con su suegro que, por todos los medios, intenta hacer valer su fuerza para controlar a su nieto. Emily es una mujer fuerte y se resiste a dejarse dominar por ese hombre y mucho menos a que domine al niño. Hasta renuncia a todo por mantener su independencia y emprende la agotadora iniciativa de montar una tienda de sombreros. Digo agotadora porque alguien intenta hacerle la vida imposible y pone en peligro su negocio y por tanto el su sustento y el de su hijo.

El personaje masculino nos viene dado por la figura de Evan Mansfield, conde de Cheverley. Conoce a Emily por casualidad, porque su madre le ha hecho el encargo de recoger un sombrero de la tienda de ella. Sin poder impedirlo es testigo del modo en que se extorsiona a la muchacha y le ofrece su desinteresada ayuda. Tampoco puede remediar sentirse atraído por esa mujer que demuestra valentía ante el acoso.

Aquí ya empieza el toma y daca. Ella intuye que, viniendo de un hombre de su clase y tan atractivo, su ofrecimiento puede traer consecuencias. Pero ¿cómo no aceptar su ayuda? Se encuentra en una situación penosa y además él es muy guapo. Presiente sin embargo que no va a ser nada serio para ese hombre y que, como mucho, querrá tenerla como amante.

Me resultó curioso que él no sea el que le pide directamente a la protagonista que mantengan un romance, sino que es ella la que toma el control.

Al principio, el relato me ha parecido demasiado rápido, como si todo fuera muy aprisa. Luego se calma un poco y la narrativa asume un ritmo más lento que hace saborear mejor la historia.

Tanto él como ella se comportan de una forma que no acabas de entender pero que gusta. Por un lado, Evans empieza a darse cuenta de que la ama, y Emily se comporta como si no fuera más que su amante, aunque sus sentimientos por él son muy fuertes. Uno y otro empiezan la relación estando convencidos de que será algo pasajero, un escarceo y los dos perderán interés. Se confunden del todo, por descontado, porque su atracción crece y se convierte en un amor profundo que me ha gustado.

Como fondo tenemos la promesa que Evans ha hecho a un amigo y por la que debe desposarse con otra mujer. No quiere a esa, sino a Emily, pero se encuentra entre la espada y la pared, no puede faltar a su promesa pero tampoco se siente capaz de abandonar a nuestra heroína.

No es de lo mejorcito que he leído, no puedo negarlo, y la forma final en la que la autora acaba la historia no me ha parecido con el impacto que seguramente ella quería causar. Pero su lectura me ha resultado entretenida, fácil de seguir su argumento y me han agradado los personajes.

Se puede pasar un buen rato con ella.


Mailo



Romántica

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lunes, 26 de octubre de 2009

El jugador y la doncella de Julia Justiss


Sinopsis:
El azar unió a dos amigos, Nicholas Stanhope y Sarah Wellinford, en un matrimonio de conveniencia. Así, Nicholas salvaría a Sarah de tener que casarse con un rico, pero pervertido villano, para que su familia no quedara en la indigencia, y Sarah daría a Nicholas el heredero que necesitaba sin correr el riesgo de que le destrozaran el corazón como había hecho su infiel difunta esposa.Sin embargo, cuando el antiguo amor de Sarah, Sinjin, regresó de España, donde había estado luchando contra Napoleón, y su despechado pretendiente, sir James Findley, intentó malograr su matrimonio, aquella pragmática pareja descubrió que si se juega la partida del matrimonio, ¡el amor tiene todas las cartas de la baraja!
Opinión:
Me gusta esta autora, sus historias son dulces pero poseen la medida de pasión necesaria para no hacerlas empalagosas. En este caso, y en mi humilde opinión, el título y la sinopsis de esta obra no están a la altura de la bonita historia que habita entre sus páginas, incluso pienso que pueden inducir a error. Cierto, que nuestros protagonistas se embarcan en un matrimonio de conveniencia buscando un heredero en el caso de él y salir de la ruina en el de ella. Cierto, que el pretendiente es un villano y que el antiguo amor regresa. Pero el azar no unió a dos amigos. El azar unió a dos personas que congeniaron, y se embarcaron en un matrimonio pensando, que su reciente amistad, les ayudaría a sobrellevarlo.
Nicholas Stanhope, viudo y con la obligación de proveer de un heredero a su título, busca esposa. Su elección recae sobre una de las bellezas de la temporada, que a la postre resulta ser una muchacha cuanto menos caprichosa. En uno de sus femeninos y habituales arrebatos conoce a la tranquila, sensata y eficiente Sarah, las comparaciones son odiosas, pero determinan que nuestro hombre se las ingenie para cambiar una novia por otra -la difícil situación que atraviesa Sarah contribuye aún mas a decidirse a ello-. Así que tenemos un guapo, rico, buen hijo, desengañado y responsable hombre pidiéndole matrimonio a una no menos responsable mujer. Los dos entran en el matrimonio con los ojos abiertos, sabiendo perfectamente lo que el otro espera de ellos, pero como es de suponer sin conocer realmente como son: su pasado, su forma de reaccionar, sus miedos, sus pasiones... Y ahí, en el descubrimiento de quien y como es Nicholas y quien y como es Sarah, se encuentra la piedra angular que sustenta la trama y hace de esta novela una obra a tener en cuenta. Sin duda otros personajes, como el antiguo amor o la amante de él, contribuyen a desvelarnos la calidad humana y los sentimientos que mueven a nuestros protagonistas. Pero con todo lo necesarios que son, en realidad funcionan como mera comparsa.
La historia de Nicholas y Sarah va calando en nosotras al ritmo que marca la evolución de los personajes. Desde el primer instante creemos en ellos, poco a poco vivimos sus dudas, sus razones, el porqué de sus reacciones. Entendemos o no, pero les seguimos en sus vicisitudes. Consiguen arrancarnos una sonrisa cómplice o una pequeña reflexión, pero por encima de todo nos permiten empaparnos de una historia, que no por predecible carece de profundidad. En los tiempos que vivimos en la literatura romántica, encontrar una, aparentemente, sencilla pero hermosa historia constituye todo un lujo. Es verdad que su extensión limita mucho, cuando algo nos gusta siempre se nos hace escaso, y a mí particularmente me hubiera gustado que contara con mas páginas para recrearme a gusto. Sin embargo me doy por satisfecha: El jugador y la doncella es una novela corta pero intensa. Es la historia de como el amor nace del conocimiento y la aceptación.