
Con España entera cociéndose en el verano más caluroso desde que se tienen registros, en Asturias seguíamos sufriendo uno de los meses de julio con menos horas de sol que yo recuerde. Las nubes no se limitaban al fondo de los valles y alcanzaban las cumbres de la vertiente norte, por lo que la escapada exprés programada junto a Pancho, exigiría cruzar el puerto. Una oportunidad de oro para tachar otro incunable de la montaña leonesa, uno de esos cartuchos guardados precisamente para un día así, el Fontún o Machacáo, cuya ascensión haríamos por la ruta más habitual si bien para el descenso improvisaríamos una alternativa muy interesante.