Amaneceres Del Husar
El lenguaje es una herramienta y como tal hemos de usarla, no como algo puesto y dispuesto, sino como una masa que podemos moldear, que podemos crear, recrear y volver a moldear a nuestro gusto o disgusto. Eso es lo que muchos autores, dedicados a revaluar el lugar del lenguaje, nos dicen y repiten: hay que jugar con el lenguaje, con las palabras, con el sentido y el sinsentido. Todo lo que vemos, escuchamos, decimos, tocamos, es susceptible a ser colocado en una historia y como tal debemos hacerlo, pero el lenguaje nos ayuda a darle nuevas perspectivas a todo ello. Así es como Eduardo Casar nos muestra en «Amaneceres Del Husar» .