Forjadores del desarrollo de la matemática en Colombia
Clara Helena Sánchez B., Universidad Nacional de Colombia
La comunidad se estanca sin el impulso del individuo; el impulso muere sin la simpatía de la comunidad.
Con la anterior frase de William James quisiera resaltar el sentido de una agrupación como la Sociedad Colombiana de Matemáticas, fundada con el fin de estimular el desarrollo de la matemática en Colombia, encauzando esos impulsos individuales que con la llegada de los profesores Carlo Federici y Juan Horváth comienzan a surgir en nuestro país en los años cincuenta. Una asociación voluntaria como la nuestra se asemeja a una familia en la cual el individuo se forma y se orienta; la pertenencia a un grupo reconocido socialmente y que tiene unos intereses similares a los suyos le permite alcanzar sus fines.
Como familia la Sociedad también tiene sus padres, los socios fundadores, que sentaron las bases para dar a la Sociedad un perfil determinado desde los puntos de vista científico, legal, de proyección social y de relaciones humanas.
Los fundadores tuvieron que trabajar arduamente, para sacar adelante un proyecto que iba más allá de sus intereses personales, y, por qué no decirlo, de los intereses científicos y educativos del país. Este proyecto hoy continua vigente gracias al esfuerzo de los presidentes y sus equipos de colaboradores.
La matemática era el fuerte de los ingenieros formados en la Facultad de Matemáticas e Ingeniería, creada en 1867 conjuntamente con la Universidad Nacional. En ella los dos primeros años estaban dedicados al estudio de las matemáticas y los tres siguientes a la ingeniería propiamente dicha. Sin embargo, la matemática que allí se hacía era una matemática que desconocía muchos de los avances del siglo XIX y luego los de principios del siglo XX.
La llegada de esos dos extranjeros al país cambió por completo el rumbo de la matemática en Colombia. Federici y Horváth, encontraron en la Universidad Nacional el ambiente propicio para que la matemática comenzara a estudiarse como disciplina básica, enseñando lo que actualmente se conoce como matemática moderna.
Federici, llegó al país en 1948, a la antigua Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional y fue el gestor en ella de la carrera de matemáticas y del Departamento de Matemáticas y Estadística. Horváth, quien llegó en 1951 como director del Departamento de Matemáticas de la recién creada Universidad de los Andes, fundó la primera revista especializada en matemáticas, la Revista de Matemáticas Elementales. Estos importantes acontecimientos se dieron gracias al apoyo de un selecto grupo de ingenieros, convencidos de la necesidad del cambio, y de un pequeño grupo de estudiantes, conquistados por Federici, decididos a dedicarse al estudio y enseñanza de las matemáticas «superiores».
De esta manera se fue preparando el ambiente propicio para que el 10 de agosto de 1955, a las 7 de la noche, se creara la Sociedad Colombiana de Matemáticas en casa de don Julio Carrizosa Valenzuela, quizás el más entusiasta de esos ingenieros, profesores de matemáticas en la Universidad Nacional, conscientes de la necesidad de dar a la matemática un espacio propio para poder desarrollarse en nuestro país.
Así leemos en los primeros estatutos:
Artículo 1o. Organizase por medio de los presentes estatutos la “Sociedad Colombiana de Matemáticas” con sede en la ciudad de Bogotá, que tendrá por objeto primordial estimular y mantener el interés por las matemáticas y por la enseñanza e investigación en este ramo de la ciencia.
Artículo 2o. Atendiendo a sus objetivos la Sociedad promoverá la realización de conferencias, reuniones y congresos, así como la publicación de libros, revistas y monografías.
Justo es, entonces, hacer en esta ocasión un reconocimiento a ese pequeño grupo que dio nacimiento a la comunidad matemática colombiana.