Para Mirta
Mis recuerdos poco tienen que ver con el aspecto profesional, pero así fue.
En 1982 me presenté en Cadman Plaza East en Brooklyn, N.Y., era mi primera experiencia como intérprete en un tribunal Federal post certificación. Ya en sí una fecha memorable.
Al final de mi primer día en los Tribunales Federales de Brooklyn, me preguntaste si quería ser tu asistente, me sentí halagada. Habíamos simpatizado de inmediato pero igual fue algo inesperado. Intrigada te pregunté: ¿Por qué yo, recién llegada, novata en estas lides?, debe haber alguien más, dije; siempre llana me respondiste: "Sí, hay otra chica pero siempre que la llamo está ocupada en Manhattan, se llama Nancy". (Sí, Nancy Festinger, cotizada desde siempre).
Ese día de verano, en un cuartito de archivar documentos empezó una alianza. Por muy poco tiempo fui tu asistente, pero amigas todavía.
En tus años al lado de Dagoberto descollaste, siempre un portento de creatividad, pero ahora por dos.
Unos meses antes de irte te dije: "¿Sabés que ustedes dos son famosos?", te reíste entre dientes suavemente, mi orgullo te divertía...
Amainaban tus fuerzas pero las llamadas tendrían que servir. Serán consuelo y oportunidad atesorada, que nos permitieron actualizarnos y sí, también despedirnos a nuestras anchas sin decirlo.
Hace años me escribiste en una carta, "quisiera que volvieras a Nueva York, por razones meramente egoístas claro está". Hoy yo te digo, quisiera que estuvieras en Nueva York... por razones meramente egoístas claro está.
28 de Marzo 2005, 28 de Marzo 2006, 28 de Marzo 2007...