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28.2.20

21.12.2019 Elsa

La llegada de una borrasca profunda, con las precauciones debidas, es un aliciente para los observadores de aves marinas. Los fuertes vientos asociados arrastran a las aves marinas más pelágicas a las proximidades de la costa, incluso, pudiéndolas empuiar tierra adentro.

En esta ocasión la borrasca Elsa motivó que en la mañana del sábado 21 de diciembre me acercara, como otros años, a la ciudad de Cádiz a ver que suerte corría. Los puntos o tramos estratégicos y propicios en estas condiciones son el Campo del Sur, Paseo Fernando Quiñones y Castillo de San Sebastián, playa de la Caleta y Paseo por las Murallas de la Alameda de Apodaca y Parque Genovés.

El cielo estaba cubierto sin amenaza de lluvia y el viento soplaba fuerte de suroeste, la mar de fondo generaba fuerte oleaje con bravas acometidas de las olas sobre las escolleras de las murallas. Así, con todo, este ambiente perfecto no fue del todo generoso con las especies objetivo.


Entorno al Campo del Sur,  lo más destacado un Paíño boreal Oceanodroma leucorhoa tristemente documentado y una Gaviota tridáctila Rissa tridactyla sin posibilidad de foto.

 

Mientras, en los muros del paseo, vuelvepiedras y gaviotas patiamarillas.


Junto al Busto de Paco Alba, una lavandera blanca inglesa o pía Motacilla alba yarrellii se afanaba en acaparar pequeños insectos.

Tras avisarles, poco después me acompañaron Chema Lubián y Manuel Jiménez el resto de la mañana. Aunque no hubo suerte con las pelágicas sí la hubo al decidir acercarnos a la punta de San Felipe.







Después de muchos años se volvieron a citar los correlimos oscuros Calidris maritima en este enclave. Fueron dos aves que se alimentaban en los bloques de la escollera al otro lado del Muelle Reina Sofía.

21.2.19

16/02/2019 Correlimos oscuros


Tras el fiasco de no localizar los correlimos oscuros Calidris maritima en la Punta de San García en Algeciras la semana pasada, me animé a intenatrlo en la Caleta de Cádiz la mañana del sábado 16 de febrero. Los correlimos oscuros son aves invernantes irregulares y escasas en el sur peninsular por lo que su visita es anhelada todos los años en las localidades costeras por los observadores de aves. Tenía de mi parte el que días antes, el miércoles 13, Manuel Jiménez alertara de tres aves durmiendo junto a los vuelvepiedras en uno de los muros del Castillo de San Sebastián durante la pleamar.




Dos de estas aves fueron localizadas el 18 de diciembre de 2018 por Antonio Toledo, mientras que Emilio Muñoz, conocedor de la cita, fotografió una de ellas, cuatro días después, el 22 de diciembre de 2018.




Si vas a pajarear a la costa siempre es bueno saber el estado de la marea y, en esta ocasión, con más motivos al tener poco margen de observación estando el Castillo en obras, sin poder acceder. Leí que la pleamar era a las 12:30 más o menos, así que llegar sobre las 9 de la mañana me daría margen para tener rocas aún emergidas donde vuelvepiedras, chorlitejos grandes y los, deseados, correlimos oscuros podrían estar aún comiendo antes de disponerse a sestear en las paredes del Castillo de San Sebastián.


El día empezó bien. Recorrer, desesperado, un sábado a primera hora la Alameda Apodaca, el Paseo de Carlos III, la Avda. Dr. Gómez Ulla buscando un hueco donde aparcar a izquierda o derecha y encontralo en la Calle Campo de las balas metros antes de entrar en el Parking Santa Catalina no tiene precio.




Bajé a la playa de la Caleta por una de sus rampas, no sin antes hacer una parada mientras un paisano daba de comer a las palomas y, por ende y sin querer, a las gaviotas "caleteras"; todas ellas patiamarillas y sombrías con ausencias de aves anilladas.



Tomé el Paseo Fernándo Quiñones, la marea aún permitía tener a la vista zonas rocosas emergidas donde se alimentaban vuelvepiedras y chorlitejos grandes. Hacía paradas tras unos metros para cotejar bien las aves, tanto las más cercanas como las más lejanas e intentar dar con los correlimos oscuros. Conforme iba avanzando la marea en su ascenso iba reduciendo las zonas visbles de rocas y los grupos de vuelvepiedras comenzaban a volar hacia las proximidades del Castillo. Aprovechaba también para divisar el mar abierto y localizar aves marinas en una mañana con el mar picado por las rachas de viento que iban in crescendo. Págalos grandes, un págalo parásito y varios alcatraces atlánticos se dejaron ver a buenas distancias.






Traspasado el mareógrafo y alcanzado el último tramo del paseo tomé la escalerilla dispuesta a la izquierda del mismo para acceder a la plataforma rocosa no muy amplia pero a buena altura que permite que la marea la cubra en sus postrimerías y poder así alargar la observación de las aves. Fue desde aquí cuando localicé al trío de correlimos oscuros. No estaban muy lejos. Adaptados a desenvolverse en rocas de fuertes rompientes no les suponía esfuerzo alguno el jugar con las idas y venidas de las olas en su afan por seguir alimentándose.



Mientras, yo, procuraba montar el equipo de observación bajo para evitar males mayores, a la vez que
bajaba el punto de mira para mejorar la perspectiva de las fotografías. Dieron mucho juego los correlimos tanto para digiscoping como para la fotografía convencional con la Bridge sin apenas moverme del sitio. Incluso, algunos vuelvepiedras, se mostraron "celosos" y se pasearon a mis pies buscando su protagonismo.


Poco a poco los vuelvepiedras, algo más de 150, iban terminando de ocupar el tramo de muro del Castillo que les sirve de refugio mientras descansan o duermen sobre los salientes de sus sillares erosionados. Los correlimos oscuros en último lugar, algo indecisos, y de uno en uno fueron emprendiendo el vuelo para acomodarse en la parte baja del grupo de vuelvepiedras no muy alejados entre si.


Ya ubicados vuelvepiedras y correlimos pudieron verlos Chema Lubián, Chari Braza y Javier Salcedo que llegaron minutos después.

23.2.13

23.02.2013 Pajareando en Cádiz

Aprovechando los coletazos del temporal y que había quedado con Manuel Jiménez y Dani Maza para realizar el seguimiento de la población de Cotorras Argentinas Myiopsitta monachus Monk Parakeet en la ciudad de Cádiz me acerqué a la Caleta para realizar avistamiento de marinas.

La fuerza del viento reinante de componente Norte embravecía con grandes olas el estado de la mar. Pese a buscar con insitencia, a lo largo de la mañana, paíños y falaropos no se dejaron ver, tampoco alcas y pardelas, sí págalos parásitos y grandes. Los alcatraces lo hacían en la lejanía siendo pocos los que volaban próximos a la costa como hacían charranes patinegros. entre lo más singular un bando de algo más de una treintena de ánades rabudos Anas acuta Pintail. Todas las aves hacia el norte.

Ánades rabudos © Rafa García


Con unas horas por delante, mientras la marea va subiendo, descubro un trío de correlimos oscuros Calidris maitima Purple Sandpiper comiendo en las rocas mientras a mis espaldas escucho el reclamo del bisbita costero sin llegar a poder localizarlo en vuelo. 

Correlimos oscuro © Rafa García

Correlimos oscuro © Rafa García

Correlimos oscuro © Rafa García

Correlimos oscuro © Rafa García

Correlimos oscuro © Rafa García

Correlimos oscuro © Rafa García

Aún siendo de agradecer la distancia de confianza que muestran los correlimos oscuros la fuerza del viento no permitía muchas florituras a la hora de fotografiarlos.


Cotorra argentina © Rafa García

Durante el seguimiento de las cotorras argentinas tuvimos ocasión de localizar un ejemplar de Cotorra de Kramer Psittacula krameri Rose-ringed Parakeet, fue su sonoro reclamo quein nos puso en alerta antes de localizarla algo nerviosa en un árbol ante la presencia de un gato.

Cotorra de Kramer ♂ © Rafa García

Cotorra de Kramer ♂ © Dani Maza

Cotorra de Kramer ♂ © Dani Maza

Cotorra de Kramer ♂ © Rafa García
Las aves aguantaron en la zona para que Manuel Jiménez pudiera disfrutarlas antes de que la marea los alejara a rocas más protegidas.


Tórtola turca © Rafa García

Tórtola turca © Rafa García
Otras especies pudieron ser oídas o vistas durante el recorrido por el Parque Genovés y Alameda Apodaca: mirlo común, tórtola turca, petirrojo, curruca capirotada, gorrión común,... mientras gaviotas patiamarillas y sombrías planeaban como cometas sobre la arboleda y entre las que el ojo de Manuel pudo descubrir la presencia de un halcón peregrino Falco peregrinus Peregrine Falcon que por su tonalidad blanquecina pudiera corresponder a un ave norteña de la ssp. calidus.

Halcón peregrino ssp. calidus © Dani Maza
De regreso, nuevo paseo por la Caleta y repaso a los vuelvepiedras Arenaria interpres Turnstone

Vuelvepiedras © Rafa García

Vuelvepiedras © Rafa García



Hasta cuatro aves anilladas del proyecto vuercapiedra de finales de 2010 aquerenciadas en la playa de la Caleta:


Vuelvepiedras AV A © Dani Maza

Vuelvepiedras BA N © Dani Maza
Este segundo vuelvepiedras ha perdido la anilla del tarso derecho, en este caso, de color negro.

Vuelvepiedras A NV © Dani Maza
y vuelvepiedras NB N, no fotografiado.