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domingo, 9 de enero de 2011

SNUFF KILLER, LA MORTE IN DIRETTA / SNUFF TRAP

El ya fallecido Bruno Mattei arrastró a lo largo de su carrera muy mala prensa. Su condición de exploiter/plagiador indiscriminado hizo que incluso sus propios compañeros de profesión echaran pestes de él. El mismo Lucio Fulci, que no se puede decir que sea el rey de la originalidad y de las intenciones honestas (a fin de cuentas toda su fama empezó con una falsa secuela no oficial, "Zombi 2"), rajó del pobre Mattei cuando este le sustituyó en el rodaje de la infecta "Zombi 3". Ridículo.
Sin embargo, y por muy mierdosas que puedan ser algunas de sus pelis, o por mucha jeta que se gaste, el Sr.Mattei fue el único cineasta de su generación, y su especialidad, que a pesar de la caída en picado del cine de género italiano de segunda y tercera fila, siguió en la brecha, haciendo lo mismo y con idéntica mentalidad. Mattei comprendió la fama que tenía, y que el "exploit" italiano de los 80 había ganado fans con los años. Así que decidió sacarle partido. ¿Cómo?, rodando en formato vídeo (ole tus huevos!) y tocando aquellos subgéneros indiscutiblemente de su tierra. Los zombies a la fetuccini, el erotismo rancio y, más importante si cabe, el cine de caníbales (en breve caerá reseñada una de estas). ¿Fascinante, no?.
Dentro de esta admirable y prolífica dinámica (en el 2005 rodó cinco películas!!), Bruno Mattei, echando mano de su pseudónimo más afamado, Vincent Dawn (que verás estampado en los créditos de flipadas del calibre de "Apocalípsis Caníbal", "Cop Game", "Strike Commando", "Serpiente Sam", el falso "Terminator 2" o la horrible "Doble Objetivo") -aunque en según qué mercados, viene firmada por otro de sus falsos nombres, este más vinculado al erotismo, Pierre Le Blanc-, rodó este "Snuff Killer, la morte in diretta" (o "Snuff Trap") que es su plagio oficial de la estimable "Asesinato en 8mm". Y cuando digo plagio, como es siempre el caso con el amigo Bruno, no lo digo porque sí.
La historia arranca con los créditos más feos que recuerdo haber visto nunca en una pantalla. Resulta que una niña que está riquísima es secuestrada por una panda de cabrones que se ganan la vida rodando pelis snuff... ya sabéis, de esas en las que se mata peña de verdad. Su madre, una cuarentona de bastante buen ver, decide buscarla y, of course, introducirse en el submundo del porno más extremo. A diferencia del amigo Nicolas Cage, nuestra heroína se introduce literalmente, actuando en algunas pelis y comiendo las pollas adecuadas. Finalmente dará con el malo que, como en la de Joel Schumacher, es un director extravagante y demente... solo que aquí, igual que con la protagonista, le cambian el sexo. Vamos, que es una pava.
La cantidad de escenas, nombres, frases y resoluciones robadas de "Asesinato en 8mm" son tan numerosas, descaradas y asombrosas como siempre en su realizador. El mercado clandestino, el misterioso vendedor sentado en una mesa jugando al solitario, los traficantes de porno extremo que reaccionan violentamente cuando les preguntan por las "snuff movies", la peli falsa en la que la misma actriz muere dos veces, y más, mucho más. Todo ello con un look de peli porno a la que han cortado las secuencias más gráficas. Sí, hay teta, sí, hay violencia... pero la verdad, menos de la que cabría esperar de un veterano del exploitation. Mattei lo "estiliza" tanto todo que pierde la capacidad de resultar sórdido e inquietante. Aquí lo único sórdido e inquietante son los putos paseos interminables que se marca la prota en plan vídeo turístico.
En fin, un rollazo de puta madre. Solo se la recomiendo a completistas del realizador italiano. Al resto, les animo a que vean "Asesinato en 8mm", que es lo mismo pero mejor. También pueden ir mas allá y agenciarse la peli de la que Schumacher tomó buena nota, "Hardcore: mundo oculto".

martes, 6 de septiembre de 2011

OJOS SIN CARA

Hay ocasiones en las que uno tiene que hacer... lo que tiene que hacer. Por mucho que le pueda pesar. Cuando encuentras una peli italiana sobre un asesino que basa sus crímenes en tebeos dirigida nada menos que por Bruno Mattei en los funestos años 90... pues oye, toca hacer de tripas corazón y VERLA, a pesar de que sepas de antemano de que va a ser una tortura.
El mentado personaje de viñetas se hace llamar "Doctor Oscuro", lleva una máscara negra, un sombrero y gabardina y su especialidad es masacrar niñeras. Es un "fumetto nero" de gran éxito en su tierra, a pesar de que sirve de inspiración a un asesino real que viste y mata igual. Encima, se ha encaprichado en acosar a la dibujanta y creadora, a quien regala los ojos que arranca a sus víctimas.
Una trama deliciosa y muy "pulp" repleta de nostálgicas miradas a la cultura popular italiana. Por un lado, el inevitable regusto a "giallo" de la obra con el aspecto del asesino y su ritual modo de actuar. Por otro, la referencia a los tebeos de terror y misterio tan propios de allí y que tanto éxito cosecharon en su tiempo, destacando, cómo no, al legendario "Diabolik", también vestido de negro, también asesino y también creado/dibujado por una fémina (en realidad dos). Para mayor escarnio, el primer crimen del film incluye una extracción de ojo muy gráfica y en primerísimo primer plano que, inevitablemente, nos recuerda a los mejores tiempos del espagueti-horror de los 80.
Pero claro, ¿quién has dicho que era el director?, pues Bruno Mattei, que para la ocasión aparca su habitual "Vincent Dawn" y se calza el de "Herik Montgomery". Suya es la culpa de que en el mundo existan películas como "Apocalipsis caníbal", "Strike Commando", "Robowar" o la infame "Terminator 2/Shocking Dark", así que poco bueno podemos esperar de este, en apariencia prometedor, film. Mediocridad absoluta es la palabra adecuada. Buenas ideas desaprovechadas, tempo pesado y cansino, actores horribilis (destacando entre todos ellos la mujer protagonista, especialmente divertida cuando finge estar histérica o cuando folla) y una notable decepción: la gráfica y sangrienta extracción de ojo era un gancho, ya que solo sale al principio, el resto de la peli está a nivel casi cero en ese sentido. Eso sí, al menos no estamos ante un plagio de nada, lo que ya es raro viniendo de su director.
Una curiosidad: Uno de los personajes tiene su dormitorio plagado de posters de films de horror, concretamente los de "Creepshow", "Los ojos del diablo" (poster italiano) y "Dawn of the dead", peli expoliada por el mismo Mattei en su época (sí, con "Apocalipsis Caníbal"). ¿Tres de George A. Romero (la del medio co-dirigida por Dario Argento)?. ¿Era Bruno fan del de Pittsburgh... o no era fan de nada y es puta casualidad?. Misterio.
En España se llama "Ojos sin cara", en italia "Gli occhi dentro", internacionalmente "Madness" y no se sabe ande "Eyes Without a Face".
Solo recomendada a completistas y a gente que se aburra mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho y no tenga otra cosa para ver.

jueves, 17 de febrero de 2011

NELLA TERRA DEI CANNIBALI

En el año 2003 el entrañable cabronazo de Bruno Mattei se encargó de recuperar un subgénero al que ya creíamos muerto: las películas de caníbales (es curioso que mientras la mayoría de cineastas originarios reniegan de ellas, Mattei tuvo el morro de hacerlas en unos tiempos tan políticamente correctos como los nuestros).
A la “espera” del anunciado return de Ruggero Deodato al tema que –para bien o para mal- le dio la inmortalidad, podemos "disfrutar" de la que fuera primera aportación al asunto según papá Bruno (esta vez bajo el alias de Martin Miller), "Nella terra dei cannibali". Luego vendría "Mondo cannibale".
¿Para que perder el tiempo divagando?, la peli no es más que una mezcla de "Holocausto Caníbal" (ideas directamente robadas, como el aborto a pedradas) y "Depredador" (sin monstruo). Un comando de garrulos -tan del gusto de Mattei- se interna en una selva repleta de caníbales afilipinados (deberían hacer en Filipinas un monumento al director italiano, ya que se pasó más años de su vida allí que en la tierra que le vio nacer). Naturalmente los aguerridos muchachos van siendo testigos de las atrocidades acometidas por los devora-hombres para luego, y por tandas, ir cayendo bajo sus zarpas.
Todos los tópicos del cine de caníbales desfilan por esta peli, pero, no nos engañemos, lo hacen de un modo extremadamente light, soso y nada imaginativo. La sangre parece vino de tetrabreak, en ningún momento vemos la mutilación frente a la cámara y, mucho menos, si es sexual (vamos, que ni castraciones, ni senos agujereados por ganchos...). Lo único, la siempre criticable muerte de un animal filmada sin truco ni cartón, en este caso un jabalí.
Resumiendo, que Mattei se ha quedado en la superficie y, en lugar de sacarle partido al video (por sus posibilidades de dotar de verismo a las imágenes) se limita a usarlo como si fuera un formato fotográfico al uso. Los caníbales del nuevo milenio nada tienen de la crudeza, el feísmo intencionado, la violencia gratuita y la moralidad dudosa de sus precedentes setenteros (y ochenteros)... ¡ya nos extrañaba a nosotros! (eso si, gritan mucho, muuucho, se pasan la película berreando como locos... si te vale con eso, adelante).
Pero esa carencia de mala folla tiene sentido. El italiano, vil mercachifle antes que cineasta, sabe que un producto excesivamente desagradable tampoco sería fácilmente vendible. ¿Coherente a su manera, no?.

jueves, 15 de septiembre de 2011

¡SCALPS!, VENGANZA INDIA

¿Un western hispano-italiano producido en 1987 y con el rey del plagio Bruno Mattei a los mandos?... pero, pero, ¿ma cosa succede?. Y cuando digo UN western, digo DOS, porque este se hizo back-to-back (supongo que aprovechando material, escenarios y personal) con otro también de Mattei y del mismo año, "Apache Kid". Pues sí, por marciano que suene, este film existe, lo vi ayer noche y, todavía más marciano si cabe, el caso es que no es tan horrible como parece.
Un grupo de confederados en plena huida de la derrota acuden a un pueblo indio para hacerse con la hija del jefe, o la hijastra o yo que sé. Naturalmente el hombre se niega, así que los soldados arrasan con todo/s y se llevan a la moza. Esta logrará huir y, con la ayuda de un granjero ex-confederado, se vengará.
Aún caliente el visionado, y a pesar de no comprender muy bien el motivo de su existencia viniendo de alguien tan oportunista como Mattei, es evidente que "¡Scalps!, venganza india" (no confundir con el soporífero "Scalps" de Fred Olen Ray) chupa de unas cuantas fuentes. La más notable es la de "Soldado Azul" (lo que aún enrarece más el asunto, ya que este film data del año 1970), un popular -en su época- hippie-western pro-indios que se hizo famoso sobre todo por el clímax final, que incluía una chocante y gráfica matanza ultra-violenta que Mattei copia, aunque rebajando el nivel de sangre (y es que a lo largo de "¡Scalps!, venganza india" hay algo de gore... pero tampoco mucho). Evidentemente no es el único material que espolia, hay más, de la misma "Soldado Azul" y de otras producciones como "Un hombre llamado caballo" y, ojo al parche, ¡"Rambo"!, en concreto una espectacular muerte que resuelve casi igual que en la peli de Stallone. Todo ello bastante bien acabado técnicamente, aunque no exento de sus momentos chaposos. Sin embargo, esta vez menos de lo que nos tiene acostumbrados el italiano y, en fin, que la cosa se deja ver bastante bien. Ponen la guinda cierto -inevitable- tono de spegueti-western, reforzado por un tema musical final de tufo morriconiano.
Según Imdb, Clyde "Troll 2" Anderson co-dirigió el film junto a Mattei utilizando el pseudónimo de Werner Knox (¡muy western!). Sin embargo, en la peli figura este único nombre como director y Anderson como "asistente", así que es posible que Imdb se equivoque. Sea como sea, les acompaña José María Cunillés en tareas de guión (cosa que también hiciera en la infame "Apocalipsis canibal"). En el reparto destaca la guapísima Mapi Galán, Lola Forner y Emilio Linder (lo has visto en "Slugs, muerte viscosa" de J.P.Simón o "Lilian, la virgen pervertida" de Jess Franco, entre muchas otras... además de presentando el programa "De película" en los 80), que en los créditos figura como ¡LindNer!.
Podría haber buscado la imagen del poster en Google, pero me ha hecho más ilusión escanear y recuperar este pre-cartel publicado en un número de la revista francesa "Impact" datado en 1986.

martes, 15 de marzo de 2011

EL DÍA DEL COBRA / CRUEL JAWS

Ayer noche me zampé dos italianadas, back to back. Dado que ninguna me hizo vibrar especialmente pero que, al mismo tiempo, tienen los antecedentes necesarios para ser parte de este blog, he decidido comentarlas juntas. Así mato dos pájaros de un cuesco.
La primera es "El día del cobra", thriller con tufo al policiaco americano de los 70 (recuerda muy levemente al rollo "French Connection") dirigido por el mítico Enzo G. Castellari y con protagonismo absoluto del carismático Franco Nero, acompañado de una atractiva Sybil Danning faciendo de disc-jockey y William Berger en un rol escueto. La cosa va de un poli obsesionado en cazar a un mafioso (gay, para más señas) y sus trifulcas para lograrlo. En el proceso, muere su hijo (es padre soltero), lo que le dará más motivos para ser duro con los pillastres. Pues sí, puro italiano de la época (1980) en su estética y su forma (aunque a Castellari no le tiraba tanto el zoom como a sus colegas). Las secuencias de Franco Nero con su retoño son babosas y ridículamente tiernas, muy italiano

todo. Acción hay menos de la que cabría esperar, aunque cuando se deja ver, convence (sobre todo el final, con Nero usando un pico para aplicar justicia a falta de revólver. Un pico de picar piedra, digo). Pero vamos, que en general le sobra diálogo y le faltan hostias y sangre. Visible nomás.
La siguiente fue "Cruel Jaws", tardía (1995) aportación -televisiva!- de Bruno Mattei al subgénero de tiburones asesinos. Aunque, según se mire, y dado cómo este tira hoy en el video-club y la tele por cable, podríamos decir que el italiano fue visionario.
En fin, la historia es lo de siempre, rutina pura. En realidad esta peli es una gran mierda, pero si me he animado a comentarla es por un factor muy curioso: Todas las secuencias de ataque de tiburón están extraídas del "Tiburón 3" del amigo -otra vez- Castellari. Todas. Desde el helicóptero devorado hasta los surfistas atacados. Aquí no falta nada. Y claro, da que pensar... oiga, si "Tiburón 3" (es decir, "L´ultimo squalo") fue una de las estafas más sonadas de su época, aquí podemos decir que nos hallamos ante la estafa de la estafa. Robar a un ladrón, vendría a ser el caso. Joder, si hasta reutiliza las imágenes de archivo de escualos reales de las que se valió Castellari, y comete exactamente los mismos fallos de raccord!!!!. Esas cosas solo podía/sabía/osaba hacerlas Bruno Mattei (que aquí no firma como Vincent Dawn, sino como William Snyder), rodar una peli de tiburón asesino, ¡casi sin mojarse!. Ole sus mediterráneos y enterrados huevos.

martes, 29 de mayo de 2012

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (17): SECUELAS BASTARDAS Y ABSURDAS

Hacía tiempo que no nos dábamos un garbeo por el maravilloso y espeluznante mundo de las caratulas horribles y rastreras y, miren por dónde, hoy me apetece.
Antes, un pequeño inciso: Si tuviera que hablar aquí de "secuelas absurdas o falsas", en fin, podría pasarme varias horas dando la vara porque es un tema extenso. Resumámoslo en que el boom de tan discutible -pero entrañable- estratagema se dio en los años 80 de la mano del mercado Bé italiano, siempre tan atento a los éxitos del momento. Claro que no eran los únicos, en España muchos distribuidores, aprovechando el ignominioso y caótico mercado del vídeo, lanzaban falsas secuelas por su puta cara, y a las -siguientes- pruebas me remito (luego hay ejemplos mayores como el mítico tercer "Tiburón" de Castellari por obra y gracia de José Frade, pero eso ya lo tratamos en nuestro "Malas pero divertidas", así que si quieren saber de qué va, cómprenlo).
Hoy día, con todo el mamoneo legal de copyrights y demás, resulta casi imposible usar tales trucajes... salvo que tires de nombres y personajes de dominio público como  hizo Asylum con "Titanic"... pero vamos, que son hechos aislados... y si no, miren el caso del simpático pestiño "Aliens vs. Avatars" que por exigencias legales de la productora "major" de turno tuvo que mutarse en "Alien vs. Alien" (título este ya explotado por otro film previo).



Recuerdo haber tenido esta peli en las manos, con esta misma caratula, siendo jovenzuelo y no fiarme un pelo. En aquellos tiempos ya me conocía el percal y estaba convencido que tras esta supuesta segunda parte del estupendo clásico de John Boorman se escondía un truñón. Efectivamente, años después logré visionarla y a día de hoy la considero el peor y más aburrido engendro etiquetable de "survival".
En v.o. esta cosa se hace llamar "Rituals" (tal y como figura en la misma caratula, debajo del título falso). El director, Peter Carter, es también culpable de la telefílmica e insufrible imitación de "Alien", "El intruso" (con estupenda caratula, eso sí). ¿Estamos ante el Bruno Mattei yankee?.


No deja de resultar curioso que esta falsa tercera entrega de la famosa (y sobrevalorada) saga del cine hispánico "Perros Callejeros" sea un exploit italiano... lo que ocurre es que, por una vez, la intención de su director, el mítico Enzo G. Castellari, no era copiar de Jose Antonio De La Loma, sino del boom del cine policiaco yankee de tirón crudo y violento impuesto por títulos del calibre de "Harry el sucio", "El justiciero de la ciudad" o "French Connection". Una tendencia que los expertos llaman "polizesco" y que tanto se dio en los 70. Concretamente este "Perros Callejeros 3" se parió en 1974, tres años antes que el primer "Perros Callejeros"... una paradoja de lo más graciosa. En realidad su título original es el que en la caratula aparece como subtítulo, "El ciudadano se rebela". Lo de "Anonimo Giustiziere" que figura más abajo no se de dónde se lo han sacado, es la traducción italiana del título que el film recibió en Brasil, nada menos.
No es un caso tan marciano, en Inglaterra se lanzó en vídeo como la segunda parte del famoso "Vigilante" de William Lustig quien, a su vez, citaba la obra de Castellari como influencia del suyo. ¡¡Vaya culebrón!!.
Sea como sea, ni tan siquiera he visto este "Perros Callejeros 3", pero no me importaría, dado que pertenece a uno de mis subgéneros predilectos (justicieros, ¡polla!).


Los mismos golferas que lanzaron "Perros Callejeros 3" se atrevieron con un "El Pico 3" de mentirijillas. El cine quinqui "exploiteado" al completo, amigos. Se trata de otro "polizesco" parido en pleno boom del subgénero allí en italia (1974, ¡9 años antes que el primer "Pico"!) y que gasta tropecientos títulos. Según los créditos en la parte inferior de la caratula se titula "Un hombre, una ciudad" (traducción del original) y también "Vicio en la ciudad" (título español).
No la he visto, y tampoco me corre prisa hacerlo.


Este es un pseudo-clásico del todo inevitable. Y es que con Bruno Mattei/Vincent Dawn detrás, ¿¿qué podríamos esperar??. El título en realidad es cosa del distribuidor (no fue el único caso, hubo muchos otros a lo largo y ancho de Europa que actuaron igual), quien lanzó la peli justo cuando la auténtica del amigo Arnold estaba en los cines. Seguro que algún pringao picó, y eso que en aquella época estábamos ya todos bastante escarmentados.
En realidad el film nació como "Alien 3", pero una advertencia de la "major" con los derechos de la saga original hizo que los italianos se lo pensaran dos veces y lo cambiaron por "Shocking Dark", a pesar de que su trama seguía siendo un remedo chusquero del "Aliens" de James Cameron (en los USA fue lanzada como "Aliens 2" !!!) con unas muy discretas gotas de "Terminator" hacia el final. Verla es un auténtico tormento. "Century International Films" intentó repetir la jugada con un bastardo (e intragable) "Re-Animator 2" también italiano.

miércoles, 13 de abril de 2022

GALERÍA DE ESCANEOS BONITOS 8 (ZETISMOS)

Imágenes extraídas de las fermosas páginas de "Mad Movies", "L´Ecran Fantastique" y otras revistas franchutes que me alegraron la adolescencia por ahí los años 80/90....


Fabulosa imagen que rezuma exploitation por
todos sus poros. Tetas (y además vaya par!! para censurarlas
-ya saben, blogger y sus tonteridas- hemos tenido que fabricar
dos roscas negras enormes, así que imaginen el tamaño de los 
pezones!). Violencia. Y Al Adamson como responsable de todo ello.




Más exploitation y más astros de la negación. En
este caso hablamos del gran Tim Kincaid y de su
película "Breeders" o "La muerte ataca en Nueva York".
No hay mucho que decir, salvo que esa mugre blanca en la que se
pringan/bañas las mozas se supone líquido extraterrestre... aunque es 
evidente a qué recuerda realmente.


Y para negaciones y mugre, nada como recurrir
a la Troma y tres de esas pelis mierdosas que
solían pillar para distribuir y a las que fabricaban
carteles llamativos, coloristas y acojonantes. Vamos, la
especialidad de la casa. El de arriba es "Maniac Nurses
Find Ecstasy" y no, no la he visto. Ni creo que lo haga.


"Curse of the cannibal confederates" estaba considerada en su
día por el mismísimo Sr. Lloyd Kaufman como LO PEOR de su catálogo.
¡¡Madre mía, como tendría que ser!!  No muy estupenda, según he
leído 
(no obstante, y coherente con la mentalidad mercantilista
de esta peña, fíjense en la frase publicitaria arriba del cartel,
bien positiva y firmada por... como no... ¡"Troma Times"!, el folleto
publicitario que editaban entonces. Y, también, la única "prensa escrita"
dispuesta a tal hazaña). Sin embargo, tal y como anda el patio
actualmente (especialmente 
en los "headquarters" de Troma) seguro
que la película ya ha sido superada en cuanto a negación.
Y con honores.


A diferencia de las anteriores, "La venganza de Daphne" sí la
alquilé y vi en su día. O, mejor dicho, la sufrí. Ya saben la
cantinela, entonces nos pensábamos que todo lo que llevaba el
sello Troma era como "El vengador Tóxico" o "Mutantes en la
universidad
". ¡¡Juas!!. Aún así, miren lo que les digo, no
me importaría volver a deglutirla... ni que sea por 
morbosa curiosidad. ¿Osaré dar tan fatídico paso?.
Veremos...
(Sí, lo dí)



Otros que tal, los chavales de Empire, especialmente
en lo que se refiere a su división de carroña dura, la
"Beyond Infinity Films". En este caso estamos ante dos imágenes
de "Psychos in Love", que Víctor reseñó sabiamente en su momento.
El tipo tumbado en el suelo es el legendario Carmine Capobianco (RIP).

Reflexión: Que nos obliguen a censurar bonitas ubres, pero permitan
publicar imágenes tan brutas como la arriba expuesta, es algo que
perturba y preocupa bastante, la verdad.


Y para tipos legendarios...
Y negados...
Y carroñeros....
Bruno Mattei! Lo que tenemos aquí es el
precioso cartel de su nada preciosa "Shocking Dark", es
decir "Terminator 2" según la distri española.
Ninguna queja al respecto. Después de todo, de eso va el zetismo
y la explotación, de engañarnos con carteles bien chulos.
Y para muestra, un botón... y de los grasientos...



Aunque no podría jurarlo, diría que este
fabuloso cartel de un supuesto "Alien 3" cortesía del 
amigo Mattei pertenece a cuando la arriba mentada
"Shocking Dark" solo era un proyecto encima de la mesa.
Coinciden intenciones argumentales (no olvidemos que aquella es
más "Aliens" que "Terminator"), director y responsables de
los efectos especiales (los hermanos Paolocci). Sin embargo, que la Fox
se enterara y les amenazara con una demanda -así es como fue- empujó
a que Mattei y "Flora Films" al completo decidieran cambiar el título del
proyecto... pero mantuviesen intacta su esencia plagiadora. ¡¡Bravissssimi!!.

jueves, 6 de agosto de 2009

ZOMBI 3

Esta cosa se lanzó en su día como la vuelta a terreno conocido de Lucio Fulci (no olvidemos que el hombre se hizo especialmente famoso entre los devotos del horror con su "Zombi 2", es decir, "Nueva York bajo el terror de los zombi" en las españas). Ya en su momento se olía que había gato encerrado. Nunca me he tomado muy en serio a Fulci, ni creo que sea un genio o algo así... pero era/es evidente que las formas de "Zombi 3" eran/son mucho más zetosas que a las que el director de "Miedo en la ciudad de los muertos vivientes" nos tenía acostumbrados. Y es que, como muchos de ustedes sabrán, en realidad Fulci solo rodó unas escenas antes de abandonar el rodaje, que recayó en manos de Bruno Mattei y el guionista Claudio Fragasso, Vincent Dawn y Clyde Anderson a la hora del té (sin embargo, ¡¡no noto la más mínima diferencia!!).
Y lo que estos dos se curraron dista mucho de ser soportable. "Zombi 3" tiene el look y huele igual de mal que todas las producciones "Flora" de la época, y todas las pelis de Mattei (y Fragasso). Rodada en las inevitables -y económicas- Filipinas, narra los avatares de una serie de personajes en medio de una invasión zombie propiciada por un virus, o algo así, inventado por unos científicos con tendencia a sobreactuar.
Lo que más llama la atención de esta peli son, precisamente, los no muertos. La variedad es inmensa. Los hay que caminan lentamente, y los hay que van hiper-follaos (atención al de la gasolinera), algunos hablan, otros meditan sus pasos y hasta los hay bromistas que empujan a las chicas desde la ventana para que caigan a una piscina. También tenemos cabezas-zombie que vuelan en el aire y te muerden o fetos-zombie con manos de adulto...... eso sí, todos con su pijama roído (parece que sea un uniforme obligatorio para formar parte de las hordas de devoradores de carne humana)... vamos, que flipas. La guinda la pone uno que incluso es DJ en una radio.
Todo esto sería perdonable, y hasta efectivo, si la peli resultante no fuese tan jodidamente mala y aburrida (porque pa no tener, casi no tiene ni gore), enfocada por sus autores más como "de acción" que epopeya terrorífica. Ya pueden meter toda la niebla y los focos verdes que quieran, que "Zombi 3" en ningún momento deja de ser una gran mierda.
Uno de los casos más extraños del film lo tenemos en su protagonista, Deran Sarafian. Lo crean o no, fue actor en "Al filo de la medianoche" (con Charles Bronson), director de "Alien Predator" (producción Española de la mano de Carlos Aured) y, poco después, pasó a primera fila como máximo responsable de "Velocidad Terminal", la peli esa de acción con Charlie Sheen. Desde hace unos años, Sarafian lleva las riendas de series tan respetadas como "CSI" y "House".
Por su cuenta, Fragasso parió un "Zombi 4" (el mismo año que la tres) y la infamemente famosa "Troll 2".
Mattei está muerto, pero eso ya lo saben.

miércoles, 15 de febrero de 2012

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (12): EL MONSTRUO PLURIEMPLEADO

Todos recordamos "Apocalipsis Caníbal", el infra-clásico de Bruno Mattei, bajo su habitual alias de Vincent Dawn, en el que se daba un repaso de pe a pa al "Dawn of the dead" de George Romero, con algunas goticas de "mondo" en su trama y estética. Bien, que duda cabe que la caratula más famosa con la que identificar a semejante joya del cutrismo era esta (maravillosa, añado):


Sin embargo, el film fue reeditado unos años después por otro sello que tuvo la desgracia de currarse una caratula mucho menos llamativa, menos coherente con el título hispano y bastante más engañosa, esta (que por algunos extraños motivos, hay incluso gente a quien le gusta):


Cuando digo engañosa no lo digo porque sí. Si no, dejando de lado que nos recuerda mucho a la caratula de "Exterminador 2", háganse esta pregunta: ¿En qué parte de "Apocalipsis Canibal" sale ese monstruo de ojos amarillos situado en la parte superior de la ilustración?. Yo se lo digo: En ninguna. Es decir, en ninguna que pertenezca al film de Mattei, pero... sí en otra película... ¿cual?, la que sigue:


"Class of Nuke´em High", uno de los mejores (¿o el mejor?) film de la Troma, que naturalmente nada tiene que ver con "Apocalipsis Canibal" (salvo por lo de la fuga tóxica que todo lo joroba), incluida aquí la aparición de semejante monstruo antideluviano. Este se dejaba ver también, aunque más tímidamente, en la caratula española, sabiamente bautizada como "Mutantes en la universidad", ahí va la prueba:


El maravilloso mundo del "jetismo caratulil" nunca dejará de sorprendernos, ¿verdad?.

martes, 14 de agosto de 2007

HILLSIDE CANNIBALS

En una sociedad tan macro-mediatizada como la nuestra, lograr destacar un poco entre la ingente masa de cabecillas con intenciones es todo un logro, aunque para ello haya que acarrear una poco honrosa etiqueta. Por ejemplo, ahí tenemos a Uwe Boll, que con el cuento de ser considerado uno de los peores directores del cine moderno (cuestión esta muy discutible), cada vez es más y más popular. En el caso que nos ocupa tenemos a The Asylum, productora que se va granjeando un reconocimiento gracias a una particularidad, su especialidad en plagiar descaradamente, y pocos días antes de que se estrenen, supuestos éxitos de taquilla de mayor presupuesto y entidad. El juego de las comparaciones es harto divertido (a "Serpientes en el avión" le precedió "Serpientes en el tren", a "El código DaVinci", "El tesoro DaVinci", a "Transformers", "Transmorphers" y al futuro "I am a legend" de Will Smith, "I am omega" -no olvidemos que la versión anterior de la novela que adapta el film, protagonizada por Charlton Heston, se tituló "Omega Man"-). Resulta casi un juego malicioso esperar a cada gran estreno para ver qué idea chusca se saca de la manga Asylum un par de semanas antes.
Tenía mucha curiosidad de ver qué eran capaces de hacer estos individuos, así que opté por el camino más fácil, agenciarme su versión del remake de "Las colinas tienen ojos", "Hillside Cannibals", supuestamente basada en la historia real (la de Sawney Beane) que inspiró el film de Craven y, de rebote, el de Aja. Si al director francés le hubiera dado por centrarse en la rutina diaria del clan caníbal, en lugar de su lucha con la "familia normal" atrapada en el desierto, el resultado hubiese sido este "Hillside Cannibals". Poco menos de 70 minutos (!) de mamoneos entre los antropófagos, sus peleas por agenciarse comida o demás, y si tenemos en cuenta que no hablan, solo gruñen, dispondremos de un guión escueto y no demasiado difícil de rodar.
La rapidez que los cineastas se dieron en acabar el film con el fin de estrenarlo antes de "Las colinas tienen ojos" salta a la vista... un par de escenarios, pocos personajes, menos diálogos (lo que decía arriba de los gruñidos), escenas sin sentido ni necesidad alargadas al máximo y, muy chocante esto, secuencias que se cortan unos segundos más tarde de lo que deberían (es decir, un personaje se levanta y se va, y la cámara se queda filmando el fondo sin que ocurra nada, lo suficiente para que nos preguntemos "¿Y?"), lo que, a base de sumar y sumar, le añaden algunos minutos a la escasísima hora y quince que dura la peli. Un auténtico caso de saqueo desesperado que deja en pañales la jeta que gastaba el gran Bruno Mattei.
Eso si... ALGO hay que hacer para compensar tanto NADA... ese algo es gore, no excesivo, pero si cuantioso y pretendidamente ofensivo, aunque su cutrismo lo desprende de toda capacidad de molestar. Especial atención merece el jefe del clan caníbal, cuyo careto con pinta de máscara carnavalera resulta que se supone es su rostro real.
Como ejercicio de morbosidad mola... como película, es una basura sin nombre.

sábado, 13 de agosto de 2022

CALÍGULA

Por lo que a mi respecta, "Calígula" representa el epítome de la libertad y osadía del cine típicamente setentero. Solo en ese periodo tan fascinante podría haberse concebido semejante locura. Una película histórica sobre los desmanes de un emperador romano, producida por una revista para pajilleros ("Penthouse"), con un pastizal invertido en su creación (incluidos decorados enormes y barrocos), actores de categoría y un contenido hasta las trancas de sexo explícito, violencia y mucha mucha sordidez. Unas maneras ya no imposibles de ver una década previa, o
posterior (más enfocada al espectáculo despreocupado destinado a complacer al espectador), directamente impensable en los tiempos que corren. Solo por eso, merece considerarse... lo que no quiere decir, ni por el forramen, que estemos ante una obra de arte o algo así.
Obviamente, por todo ello, las historias en torno a la confección de "Calígula" son cientos. Podría pasarme horas desgranándolas aquí, pero no tengo ganas. Busquen en Imdb o cualquier fuente afín y podrán empaparse. Baste resumirlo en que, una vez terminada, algunos de sus actores, su director original (Tinto Brass), el autor del supuesto texto adaptado (el mega-reputado Gore Vidal), los críticos (Roger Ebert se piró del cine a media peli, cabreadísimo, ¡¡ja!!) e incluso parte del público (iba para exitazo, pero fue retirada de las salas en medio del subidón. Todavía sigue prohibida en algún lugar) echaron incontables pestes de ella, renegaron de su mera existencia, soñaban con desvincularse y salían por la tele pidiendo que nadie fuese a verla. Un super-escándalo.
Narrativamente la cosa no tiene mucho truco. Asistimos al ascenso y caída de Calígula como emperador. Entre medias, unas pocas intrigas palaciegas, muchas judiadas por la espalda, algo de truculencia y sexo, sobre todo muuuucho sexo. Tetas, coños, culos y una incontable cantidad de pollas. Pero hasta hartar. "Calígula" es pura lascivia. Desde el primer al último fotograma. Y repito, no solo hablo de erotismo, hablo de explícita pornografía. Vemos mamadas y comidas de coño (incluidas de naturaleza gay), corridas, alguna penetración y hasta una meada. Sin medias tintas. Todo ello envuelto en un aire como a peli de mucha categoría, incluso artística (con una bonita banda sonora, destacando el tema romántico y el que abre el film, de procedencia clásica). Claro, la mezcla es tremenda e irresistible para aquellos que adoren la rareza, el fruto prohibido, la arqueología de tiempos que no volverán. Por lo demás, no les voy a engañar, es un tostón. Larga, lenta y aburrida. Únicamente nos mantiene despiertos el elemento "sleaze". La acumulación de barrabasadas e instantes shock (donde también asistimos a un parto totalmente real), a cada cual más cafre. Aquellos estrictamente pornográficos fueron rodados e insertados por el mecenas de "Penthouse" a espaldas del reparto. De ahí los lógicos mosqueos. Este viene compuesto por nombres tan sorprendentes como los de Peter O´Toole o John Gielgud. Malcom McDowell haciendo del personaje titular, e ideal, teniendo en cuenta su habitual tendencia a interpretar tíos raros y chungos (razón por la que, justo después, aceptó un rol tan opuesto en la estupenda "Los pasajeros del tiempo"). La hermosa Helen Mirren, aireando sus dos enormes tetazas. Y en el apartado curiosidades, John Steiner, al que luego veríamos en chorromil exploitations italianos.
Naturalmente, tanta mandanga sensacionalista solo podía atraer a las moscas igual que lo hace la caca. Y en este caso fueron un puñado de cineastas de baja estofa y mentalidad explotativa que comenzaron a producir sucedáneos semi-pajeros con el nombre de "Calígula" en el título o, en su defecto, ambientación romana de tirón sexy, valga como ejemplo "Calígula y Mesalina" o "Roma: Orgía imperial" del inevitable Bruno Mattei, "Una virgen para Calígula" del "especialista" Jaime J. Puig -suyas son las dos entregas de "Bacanales Romanas", de donde "Una virgen para Calígula" recicla parte del material-, o "Roma. L'antica chiave dei sensi" del especialista en cine pajero Lorenzo Onorati, usando el nombre de Lawrence Webber. Tal vez el más destacado sea Aristide Massaccesi, que bajo el alias de David Hills se sacó de la manga "Caligola: La storia mai raccontata", 
titulada en España por José Frade muy sabiamente como "Calígula 3: la historia jamás contada" (lo que nunca he sabido es donde anda "Calígula 2", posiblemente se refiera a "Calígula y Mesalina", que era la más descarada del pack -incluso en su cartel, donde podemos hablar de plagio puro-) Pal caso, al emperador loco lo interpreta David Brandon, el histriónico director de teatro orejudo en "Aquarius". Y, justamente, el responsable directo de aquella, el gran Michele Soavi, se marca un papelito y, además, fue "secretario de montaje" durante su confección. Casiná.
Hoy se dice, se comenta, que toda la mala prensa acarreada por Calígula -el emperador romano, no la película- podría ser mentira. Que caía gordo al senado y, tras su muerte, se dedicó a escribir las trolas más enfermizas y despiadadas con intención de pintarlo como un monstruo de cara a la historia. Hicieron un buen trabajo, la verdad. Nunca sabremos si estaba así de pillao, pero desde luego resulta mucho más divertido pensar que sí. Tal ha sido su peso que incluso inspiró la creación de uno de los villanos más míticos de los tebeos de "Juez Dredd" -de cuando eran buenos- un juez supremo rubio, medio psicópata y que otorga un puesto de responsabilidad a un pez, igual que, se supone, Calígula hizo con un caballo al que nombró cónsul y sacerdote. Aquel personaje respondía al ingenioso nombre de "Juez Cal". Tampoco podemos pasar por alto la simpática canción que los "Dickies" le dedicaron en 1989.
Mi anécdota personal en torno a "Calígula" se sitúa a finales de los ochenta, estudiando primero de BUP. Eventualmente organizábamos pases de películas interesantes para el alumnado. Al ser yo responsable de seleccionarlas, cayeron "Curso 1984" y, obvio, la reseñada. Les aseguro que aquel pase fue un éxito de asistencia. Vinieron hasta los profesores. Y nadie habló ni, casi casi, se marchó durante el visionado. Me senté en primera fila, orgulloso de mi victoria, y a ratos echaba la vista atrás para inspeccionar las caras de asombro del personal. En un momento dado, una chica exclamó "¿Pero quién es el pervertido que ha puesto esto?" Supongo que algún profesor sería abroncado porque nunca hubo más proyecciones. ¿Se imaginan repetir tal hazaña en 2022?

domingo, 1 de diciembre de 2013

STRIKER

No se muy bien por qué, pero en la época de su lanzamiento tenía la sensación de que "Striker" era un plagio tardío -italiano, of corze- de "Rambo", que llegó a los video-clubs cuando la moda de los tíos mazas contra ejércitos estaba ya algo gastada y Bruno Mattei había dado buena cuenta de ello con sus subproductos, tales como "Strike Commando" o "Doble Objetivo". Curiosamente, esta última aterrizó en nuestras estanterías gracias a "Films Cuatro", la misma distribuidora de "Striker", la diferencia es que mientras en aquella la caratula era lo más sosa imaginable, pal caso que nos ocupa fueron un poco más listos, despertando al enfermo que había/hay en mí.
Así de lejos, "Striker" (no confundir con el "Stryker" de Cirio H. Santiago, únicamente unidas por un punto en común, su condición de exploit) parece una película de lo más peculiar incluso pa las de su poco lustrosa ralea. ¿Qué hace el héroe en la portada con un tirachinas?, ¿es guasa?. ¿Y eso de "Melany Rodgers como top "Ramba""? (algo a lo que en ningún momento se hace alusión en la peli, y además, si se fijan, en la parte inferior de la caratula aparece como Melonee Rodgers). Estos detalles le conferían un aura peculiar que la hacía sumamente y equivocadamente atractiva.
Solo dos años separan al film comentado de "Rambo", entonces, ¿por qué esa sensación de producto atrasado (¿retrasado?) a su tiempo?. No me hagan mucho caso, porque cuando me la puse a ver el otro día, lo hice convencido de que era terreno virgen para mi... hasta que reconocí un plano concreto que me reveló la dolorosa verdad, ¡¡ya la había visto!!. ¿Extraño?, sí, pero no. En esos tiempos me comía estas mierdas con la misma facilidad que me encerraba en el lavabo a masturbarme. Y es que, para un fan del "trash" como ya era yo, "Striker" iba cargadita de muchos alicientes: El director oculto tras ese cantoso "Stephen M. Andrews" era nada menos que Enzo G. Castellari. Como co-guionista teníamos a otro anti-clásico, el infame Umberto Lenzi. Y en tareas de interpretación un puñado de supervivientes de la escuela italiana (John Philip Law, John Steiner y Werner Pochath) además de todo un "action hero" de tercera que terminaría convertido en icono del cine de acción videoclubero, Frank Zagarino. Hablemos de él. Su curriculum resulta envidiable. A finales de los 80, además de su papel en "Striker", trabajó para otro italiano ilustre, Giannetto De Rossi -que dejaba un rato de lado el látex pa ponerse a dirigir- en "Cy-Warrior, especial combat unit" (cuya caratula trae cola). Por cierto, es horrible. De ahí pasó al mercado yankee, donde protagonizó una ralea de productos videocluberos casi delirante, con "Terminator" siempre como fuente de expolio, por citar algunos: "Operación Cyborg" (y secuelas), "Cyborg Cop 3" o "Perdidos en el tiempo", que en inglés suena mejor, "Alien Chaser". Pero Frank Zagarino guarda un as en la manga, cuando nadie conocía aún su faz (es decir, unos pocos menos de los que la conocen ahora) compartió plató con Charles Bronson en "El guardaespaldas de la primera dama". ¡Chúpate esa!.
En el film que nos ocupa, el rubiales interpreta a un héroe con pinta de... héroe, actitud de héroe y nombre de héroe, "John Slade". Es sacado de un posible encierro por la inteligencia de los USA para que vaya a Nicaragua y libere a un periodista compatriota y amigo que ha sido secuestrado. Allí se junta con una muchacha de buen ver y rescatan al reportero Tribulete. Pero luego hay una traición por medio y vuelven a caer en manos de los malos. Entonces "Slade" se difraza de "John Matrix" y se lo pasa pipa enseñando las tetas, sudando, poniendo cara de cabreo y sacando armas de debajo de las piedras con las que exterminar al reparto de extras. Todo muy italiano ello, muy torpón, cutre, mediocremente fotografiado y extremadamente aburrido. Ya saben cómo era la acción del cine "trash" italiano, como ver una telenovela a la hora de la siesta.
En fin, decía al principio de esta reseña que la caratula de "Striker" hacía suponer que aquello era más de lo mismo, pero no exactamente igual. Sin embargo, ahora puedo afirmar que mi joven e ingenua percepción fue un espejismo. Esta peli es pura fórmula, de cabo a rabo, sin sorpresas ni estridencias. Previsible hasta lo denunciable. Un desvergonzado rip-off de la de Stallone. Vamos, que Lenzi no se lo curró ni pizca cuando se puso al teclado, porque, encima, los diálogos son realmente propios de un retarded. De tebeo malo. Y vienen cargados de ese ultra-patriotismo yankee totalmente absurdo, especialmente idiota siendo como son fetuccinis sus perpetradores. Es la interpretación gran guiñolesca de lo que un italiano cree que es un estadounidense amante de la bandera (o el desesperado deseo de complacer a esa parte de la audiencia). Obviamente, los malos son un puñado de Sandinistas comandados por un Ruso cabronísimo que odia la barras y estrellas y es puro histrionismo barriobajero.
Junto a los actores citados, encontramos toda una bizarrada, Pierre Agostino (oculto tras el alias de Peter Gold). Este señor tiene un curriculum de lo más peculiar ya que, además de repetir con Castellari en "Hammerhead", actuó para don N.G.Mount en "Operación: Las Vegas", para dos monstruos del "trash" como Ted V. Mikels y Ray Dennis Steckler en "War Cat" (conocida en España como "Ángel de la venganza", básicamente una "Rambo" con tetas) y para este último en un par de sus películas improvisadas, "Las Vegas Serial Killer" y "The Hollywood Strangler Meets the Skid Row Slasher". Más mareante resulta descubrir que Agostino también se marcó roles en films de Charles Nizet quien, a su vez, tenía papelillo en la misma "Operación: Las Vegas" de N.G.Mount... el mundillo del "trash" es un pañuelo chorreante de mucosidades.
Y como guinda, el bueno de Daniel Greene marcándose un cameo al final de la peli. Joder, si lo sé, no vengo.
Dato enfermizo: En 1991, y dentro del mercado norteamericano, Zagarino protagoniza junto a David Carradine una cosa titulada "Project Eliminator" donde interpreta a un soldado de las fuerzas especiales que responde al nombre de "John Striker Slade" (o "John Salde" a secas, según donde leas el dato) y no hay indicios de que ambos films vayan conectados más allá de la presencia del mazas... ¿¿es una segunda parte de la peli de Castellari??.... ¡¡¡RARO, RARO!!!.
"Striker" es entrañable a su manera... sin dejar de ser pura caca maloliente.

domingo, 7 de marzo de 2010

DOBLE OBJETIVO

Otra de las innumerables simpáticas ponzoñicas del antimaestro Bruno Mattei (aquí, de nuevo, Vincent Dawn), especialmente obsesionado con dos cosas, el plagio y las "rambadas" (de "Rambo"). La diferencia con, por ejemplo, su clásico indiscutible dentro del subgénero, "Strike Commando", es que "Doble Objetivo" tiene menos gracia... es más insípida, rutinaria... y por supuesto, menos divertida por los motivos equivocados. Es decir, el efecto ridículo está bien presente, pero en un grado menor comparándola a la otra. Yo la vi en tres sesiones, incapaz de soportarla de un tirón (algo que hice en su momento con el "Stalker" de Tarkovsky, ¡ahí es nada!) y luego necesité una dosis de cine "mainstream" para limpiar mi alma.
El gran Miles O´Keefe (más conocido como el "Tarzán" de Bo Derek o el "Ator" de Joe D´Amato y Al Bradley) interpreta a un "John Rambo" de pacotilla, obsesionado en recuperar a su hijo. El gobierno de los USA le hace un trato, lo manda al Vietnam a cumplir no se que misión y, a cambio, podrá llevarse al puto crío a su país. Lo que no sabe Miles, y a nosotros nos la sopla, es que además de vietnamitas, también están metidos los rusos, muy malos ellos.
A ver, lo dicho, aburrimiento total y absoluto. Que sí, que hay momentos para el regocijo... como el saltito que pega un soldado antes de morir por efecto de una granada.... la muerte del malo (cae desde el helicóptero al agua, a una distancia más que prudente, y se supone que palma).. y sobre todo, la aparición de un tiburón que primero ayuda al "Rambito" comiéndose a dos vigilantes y luego le ataca. Esta secuencia, absurda y sin sentido aparente, destaca también porque el 90% de las imágenes del bicho son robadas. Por un lado tenemos el mismo material de archivo que Enzo Castellari usó para su infame "Tiburón 3" y por otro... ¿extractos del mismo "Tiburón 3"?... y si no es de esa, de alguna otra del estilo, fijo.
Completan el reparto Donald Pleasence (¡¡cargante!!), Bo Svenson y algunos de esos actores yankis afincados en Filipinas y que solían prestar cara y músculos a todos los "exploitations" rodados allí, como Mike Monty.
El ahora ya legendario -por las razones equivocadas- Claudio Fragasso ejerce de co-guionista, entre otras tareas.
Produce, como no, "Flora Film"... especialista en que todas sus pelis hagan gala del mismo "look" acartonado y marronoso.
La caratula española es horrible... pero ya que la tengo, la pongo.

sábado, 18 de julio de 2009

EL ÚLTIMO CAZADOR

Nadie pone en duda la calidad de films como "El Cazador" (aunque la secuencia de la boda sea una chapa) y "Apocalypse Now". Sin embargo, en esencia, lo que más marcó de ambas fue el modo crudo, sucio, traumático, feísta y nada heroico de retratar lo que se coció en la guerra del Vietnam. Ahora ya es algo muy manido gracias a la fiebre de pelis del tema que vivimos a partir de "Platoon", pero en aquel entonces todas esas imágenes eran novedosas y dejaron huella. Es normal pues que dichos films, sometidos a las leyes del "exploitation" más puro, quedaran reducidas, precisamente, a todas las secuencias escabrosas y efectistas de guerra, dejando a un lado los elementos humanos, filosóficos o incluso pretenciosos. Si a todo eso añadimos que de tal menester se encargaron los Italianos, que por aquel entonces vivían su época dorada en cuanto a "serie B" / plagio se refiere, el resultado es este "El último cazador", firmado en 1980 por todo un especialista en películas de género, Antonio Margheriti o, para el caso, Anthony M. Dawson.
En esencia, "El último cazador" es una peli de acción, de aventuras incluso, con la guerra del Vietnam como telón. Claro, si estuviésemos justo en pleno subidón de la moda "Rambo" (cuyo "start" fue a partir de 1985), la peli resultante hubiese sido algo parecido a, no se, pongamos por caso "Strike Commando" de Vincent Dawn / Bruno Mattei. Pero no, lo que molaba entonces era el rollo Coppola / Cimino, y Dawson se esfuerza en que su historia de un militar enviado a la jungla a destruir una emisora de radio desde la que una voz femenina americana lanza proclamas anti-belicistas para desanimar a los combatientes llegados de los USA, tenga una pátina como falsamente deprimente, en la que todos sueltan "amargos" discursos sobre lo puta que es la guerra, en la que los soldados, hastiados y sobreactuados, se matan entre ellos y con el sacrificio final -y sin sentido (aunque menos lo tiene la absurda supuesta sorpresa de quién locuciona los discursos por antena)- del anti-héroe de la función.
El guión es de ese astro de las letras con fines cinematográficos llamado Dardano Sacchetti (suyos son los libretos de muuuuchos de los clásicos del exploit italiano) y, como suele pasar en este tipo de films, está repleto de encantadoras ingenuidades, "yankiladas" de esas que soltábamos de chavales jugando a detectives a la hora del patio porque "así hablan los americanos en sus películas". El resultado, muy típico de su momento (todo el "exploitation" llegado de esas tierras, y enclavado en ésa década, era prácticamente idéntico), se soporta bien... cuesta, no diré que no, a ratos el ritmo se torna farragoso, y los clichés sacan de quicio, pero se consigue llegar al "Fine" y se disfruta con nostalgia de un invento al que el encanto le sobra. Y que no falte la canción seudo-de autor-neo hippie al final propia del cine anti-belicista de entonces (aunque dicha "denuncia" no exista, y su supuesto mensaje viene en realidad del material plagiado... como parte de uno de los elementos que "tienen que estar" en un film de este estilo. No porque sí "El último cazador" en su país de origen apunto estuvo de titularse ¡¡¡"El Cazador 2"!!!).
El reparto, cómo no, también está plagado de nombres indivisibles de ese periodo, tales como el simpático David Warbeck ("El mas allá", "Los aventureros del tesoro perdido", imitación Dawsoniana de "En busca del arca perdida"), Tisa Farrow ("Nueva York bajo el terror de los zombi", "Gomia, terror en el mar Egeo"), Bobby Rhodes (el negrazo de "Demons 1 y 2"), Margit Evelyn Newton ("Apocalipsis Caníbal") y John Steiner ("Shock", "Tenebre" o "El arca del dios Sol", el otro seudo-"Indiana Jones" perpetrado por Margheriti).

viernes, 23 de diciembre de 2011

ENCANTADORA NOSTALGIA

Esta misma mañana los astros Alex Salgado y Norman Llorente, junto a un servidor (otro astro, claro que sí), nos hemos pasado por los famosos "Encants" de Barcelona City. Lo más llamativo de la experiencia ha sido una paradita (osea, un señor con mierda en el suelo) repleta de cintas de vídeo de los "good old days". Vamos, de los 80. La mala noticia es que todo era formato Video 2000. Y que estaban a tres euros por cinta, algo bastante caro dados los estándares de los "Encants" y dado que, después de todo, pagas por la carátula y su caja. La verdad es que, teniendo en cuenta el abuso de vídeo noventero que hay allí, toparse súbitamente con un material a priori tan jugoso nos ha puesto palotes. Luego, bajón... pero para el recuerdo hemos querido sacar algunas fotillos (cortesía de Norman) del material que allí tenían, parte de el realmente sabroso. Veamos pues...

Un vistazo en plan general al material... ideal para ampliar la foto y correrse de guszto...

Un servidor sobreexcitado sujetando una peli de Bruno Mattei

El amigo Norman inspeccionando

Pinículas y cabestros

"La montaña del dios caníbal" de Sergio Martino

¿Sabían que la secuela del "The Blob" original fue editada en las Españas en vídeo?... y
como era de ley, se resaltaba la presencia delante y DETRÁS de las cámaras
del entonces popular J.R. de la serie "Dallas"

Esta es la única que he comprado (luego me he pillado un VHS en otra
parada, aunque ese lo pondré en otro momento), pero es para un
colega completista de Jesús Franco

Esta le mola a Víctor y va incluida en nuestro libro "Malas pero divertidas"

Estas son las que me hubiera pillado... incluidas aquí el primer "Mad Mission" y "Superman 3"

Seguidamente, y para rematar la faena, nos hemos ido a los llamados "Encants Nous", la versión más "modenna" de los viejos "Encants". Allí el friquismo se reduce a material impreso... ¡¡pero que material!!. Personalmente me han tocado la fibra la versión en fotonovela de la peli "Mazinger Z, el robot de las estrellas" (que ha adquirido Mr.Salgado... esperemos que me ceda imágenes en breve), un número de la revista "Jauja" con portada dedicada a "E.T. El Extraterrestre" y la joya de la corona, la revista "Pif". Había olvidado por completo la existencia de una publicación que de chaval me tenía fascinado, por su contenido y por los divertidos juguetes que regalaban para que te los montaras tú mismo. Esto último realmente ha sido un puñetazo a mi nostalgia. Casi me emociono y todo. Un entrañable viaje en el tiempo que he gozado como una furcia. Gracias amigos!!!.

lunes, 18 de octubre de 2010

SHARKTOPUS

Podría soltar aquí la trola de que me he zampado "Sharktopus" en Sitges 2010, presentada por su flamante productor, Roger Corman. Pero no, la verdad es que solo es coincidencia que la haya visionado justo ahora, aún calentito su pase por el festival (by the way... si me equivoco que me corrijan, pero en teoría Corman -maestro- y Joe Dante -pupilo- se han encontrado este año en Sitges, ¿nadie lo ha documentado?, ¿nadie dice nada?, ¿acaso hay mal rollo entre ambos?... AVT, la prensa rosa del fandom!). De todos modos, lo realmente interesante de este películo no está en sí mismo, sino en lo que representa, lo que le rodea, lo que significa.
Es evidente que el mercado del cine de género de bajo presupuesto, llámenle serie B o Z, está repleto de buitres. Buitres con corbata que esperan la mínima oportunidad para beneficiarse. Para sacar tajada. Si todo dios echaba pestes de "The Asylum" porque plagiaban a los grandes -y no tan grandes- estudios, las tornas dieron un giro completo cuando estos tuvieron un HIT con la cacareada "Megashark vs Giant Octpus". A partir de ese instante, todas las compañías de parecido nivel adquisitivo se percataron de que, si producir caspillas de tiburones y otros bichos agigantados ya era beneficioso, más lo sería adornarlas con una buena dosis de delirio. Exagerando el tono al máximo. Así pues, al poco de que el mega-tiburón y el pulpo gigante la armaran en el media, comenzaron a surgir una imparable ralea de films de temática parecida, todos ellos con títulos igual de llamativos y rimbombantes y con el padre de los exploiters modernos a la sombra, Roger Corman (más?, "Dinoshark", "Dinocroc vs. Supergator", etc...).
Así pues, "Sharktopus" nos presenta la historia de un tiburón creado genéticamente cuya mitad son los tentáculos de un pulpo. El bicho, controlado desde un ordenador por sus padres, se libera del encierro y se las pira a la playa de México, donde es barato rodar y hay un montón de bañistas dispuestos a ser devorados (aunque la peli tiene sus dosis de gore, este resulta altamente artificial -ese CGI!- e inofensivo). La hija del científico -noooo!- y el guaperas de turno -noooo!- le harán frente. Pongan a un rostro tan televisivo como el de Eric Roberts en el reparto y, ¡alehop!, tienen el plato perfecto.
Todo es típico de una producción Syfy Channel en "Sharktopus", su estética plana, sus efectos especiales informáticos ultra-cutres y cagadas varias (chica que grita con la boca cerrada!!). Hay un cameo impagable del mismo Corman, en el que le vemos observando el culo a una bañista. Esta, que previamente ha encontrado una vieja moneda con un detector de metales, es devorada por sharktopus... ¿y que hace el amigo Roger?, mirar tranquilamente cómo se la zampan, coger la moneda, morderla y guardársela todo feliz, ¡ja ja ja!, maravillosa auto-coña, que, como pasaba en su cameo de "Aullidos", vuelve a jugar con su fama de pesetero. Ahí tenemos una de las cosas buenas de "Sharktopus", que no se toma en serio a si misma, sin por ello recurrir al humor fácil y obvio. El director intenta dotar a su peli de mucho colorido, alegría y ritmo, y aunque apunto está de conseguirlo, finalmente se queda en "una más"... aunque, eso sí, quizás un pelín menos aburrida que de costumbre.
Detalle fricoso: Accidentalmente he descubierto a Brent Huff en un papel minúsculo. Este señor, a finales de los 80, protagonizó algunas películas de Vincent Dawn/Bruno Mattei, tales como "Cop Game" o "Serpiente Sam", ¡ahí es nada!.
En su pase por Sitges 2010, hubo dos cosas que llamaron mi atención. La propia organización del festival, mediante su periódico oficial, ortogaba a "Sharktopus" unos atributos auto-paródicos y delirantemente conscientes que, opino yo, no tenían sentido (aparte de que es evidente que productos de esta calaña no suelen pasarse a lo grande por festivales de cine, y en este caso hicieron una excepción por la presencia de Corman, porque de otro modo "Sharktopus" hubiese ido directo a "Brigadoon", el apartado vídeo del festival). Sí es verdad que, como decía antes, hay cierto sentido del humor y que Corman sabe donde se mete, pero el modo en que lo hace/n queda bien lejos de los guiños, auto-homenajes o referencias "cool" propias de, por ejemplo, Tarantino/Rodriguez. Porque, antes que satisfacer egos o a una audiencia selecta de fans, el verdadero interés de los perpetradores de "Sharktopus" es contentar al público más básico, más masivo, y sacar tajada en el proceso. No se intenta regalar los ojos al aficionado a las cult-movies, sino al señor que pone "Sharktopus" como podría haber puesto cualquier otra cosa, y al que le dan igual Corman, las monster movies de los 50 o si los efectos son CGI o no. Es decir, no estamos ante cineastas que juegan a ser directores de serie B y exploitation, estamos antes cineastas genuinamente de serie B y exploitation que ni pueden, ni quieren, perder tiempo con homenajes o referencias, van a lo que van.
Esto me lleva a la "otra cosa" que llamó mi atención durante el festival, y es que un chaval, un aficionado al cine de terror y etc, se quejaba de que la peli era aburrida y que le hubiera gustado ver, al menos, un tentáculo de goma, algún elemento camp o retro. Por un lado decirle al colega que la próxima vez se fije más, porque, aunque los FX en la peli son un 95% de ordenador, sí hay leves apariciones del elemento látex. Por otro, animarle a que vea más productos del estilo y se percate de que TODOS SON ASÍ. Podemos aplicar a esto la misma teoría antes expuesta. A ningún productor moderno le interesa recurrir al efecto camp retro-cutre del monstruo que huele a disfraz de caucho, él busca el máximo parecido posible -con sus medios- a los efectos que se gastan en Hollywood. Es decir, la exacta filosofía que tenían esos mismos perpetradores de B-Movies en los años 50. Es el paso del tiempo y la frivolidad de la platea moderna la que otorga a esa clase de cine su rollo socarrón, entrañable y risible, pero en aquellos tiempos, como ocurre hoy día, los productores de segunda/tercera no buscan el chascarrillo referencial y el guiño de complicidad aposta. Son más honestos y peseteros que eso.
¿A que nunca hubieráis pensado que un film como "Sharktopus" diera para deliberar tanto?... esa es la grandeza de AVT, amiguitos.
Por cierto, que podéis verla si no tenéis nada mejor que hacer... pero vamos, sin prisas.