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jueves, 11 de julio de 2013

Cómo sobrevivir a los hijos en verano y no morir en el intento

Y yo que pensaba que el problema sería bajar a la playa con un bebé a punto de andar y un terremoto de 3 años a mi cargo...


Me preguntaba cómo me las apañaría, cómo haría para llevar todos los trastos yo sola, para bañarme con las dos a la vez, para vigilar a las dos a la vez…  Sinceramente nunca pensé que fuera tan “fácil”.



El carro es un gran aliado: cargo la bolsa panera con mil cosas útiles, que si las cremas, que si toallitas, que si pañales, que si bañadores secos, que si agua termal, llaves, cámara, móvil… y así hasta que está a reventar. Aparte llevo una pequeña neverita con agua, zumos, picoteo o la propia comida los días que nos hemos quedado a comer. Dejo la noche antes una botella de agua en el congelador. Así se va derritiendo durante el día de playa y me evito paseos al chiringuito. Porque, seamos sinceros, mover toda esa infraestructura sólo para tomar algo se me antoja prácticamente imposible. En el manillar del carro cargo las toallas y al hombro me cuelgo la sombrilla. Me quedan dos manos: una para llevar el carro y la otra para llevar una silla. Y oye, yo tan feliz porque de paso hago un poco de bíceps. Podría parecer caprichoso llevar la tumbona  a la playa pero creedme que en esta situación no es fácil aguantar todo el día sentada sobre una toalla porque de tomar el sol de la forma tradicional nos olvidamos, por supuesto. Mil ojos son pocos.


 Os preguntaréis si Carlota va sola. No. Por suerte aparcamos bastante cerca de la playa pero aún así hay un caminito de unos 4 o 5 minutos y pasan bastantes coches, así que le pido que se agarre fuerte al carro y así lo hace. Además lleva su propia bolsita con el cubo y la pala. Cuando quiere es bien responsable.


Por el caminito las caras de la gente son un poema: noto en sus miradas ternura, compasión y hasta pena. Muchos, muchísimos, se ofrecen a ayudarme, lo cual me reafirma en la idea de que todavía queda gente buena en el mundo.

Pero a lo que íbamos… Llegamos a la playa. Elijo una zona fácilmente accesible, con pasarela  de madera casi hasta la orilla. Los 20 metros que me separan del mar los recorro en dos tandas.


Carlota se lo pasa bomba haciendo castillos…


Por suerte, le tiene mucho respeto al mar y no es de esos niños que se meten al agua sin avisar.

 

Por cierto, no sé a vosotras pero a mí este bañador me parece el más bonito de la Historia de los bañadores...


Es de Rachel Riley, una diseñadora londinense que tiene, como yo, gusto por lo retro... 

 

Parece sacada directamente de los años '50, verdad? y el estampado de corales me parece impresionante...




De Tiziana a veces me olvido de que existe. Pobre… Es más buena...


Si yo no la saco del carro, puede quedarse horas mirando el panorama y sin rechistar…


 Los vestiditos marineros que llevan son de Zara. Los había también en amarillo y en rojo. Las cangrejeras son de Hello Kitty.


Mi mayor agobio antes de llegar era cómo podría bañarme con las dos a la vez pero es que realmente eso casi nunca lo hago. Cuando Carlota se quiere bañar, dejo a Tiziana sola y le pido a algún alma caritativa que me la vigile un minuto –todos sabemos a quién podemos pedir estas cosas- Aún así yo la observo desde el mar. Los baños de Carlota son breves, prefiere estar en la arena.  Cuando quiero bañarme con Tiziana me la pongo en la tonga –gran invento- y le digo a Carlota que se esté quietecita en la arena, y  asunto solucionado. Lo que no puedo es bañarme sola aunque lo he llegado a hacer gracias a una de esas almas caritativas de las que os hablo, una madre que me vio en situación y me dijo que me bañara tranquila. Yo tranquila no estaba. Me bañé sólo un par de minutos pero me supieron a gloria.

Pero, como os iba diciendo, contrariamente a lo que pensaba, el mayor problema no es bajar con las niñas a la playa, es quedarse en casa. Ha habido un par de días que no hemos bajado. ¡En qué momento, Dios mío! A pesar de ir a la piscina, de dar paseítos… nada les cansa tanto como la playa. Si no van están histéricas, eufóricas, speedicas… y un sinfín de adjetivos, todos de lo más agotadores.  Pero, claro, en algún momento hay que limpiar la casa (y más cuando me la han prestado mis padres) en algún momento hay que hacer las comidas, poner lavadoras, tender la ropa, planchar, etc, etc, etc

Después de esta enriquecedora y cansada experiencia, aquí os dejo mis consejos para unas buenas vacaciones para madres o padres que, como yo, no tienen otra que quedarse solos a cargo de varios hijos:

1. CANSARLES HASTA LA EXTENUACIÓN. EL MEJOR INVENTO DEL MUNDO: LA PLAYA.

2. DESPUÉS DE UN DÍA DE PLAYA, PASAR POR LA PISCI: NO SÓLO LOS CANSARÁ MÁS TODAVÍA SINO QUE LES QUITARÁ UNA PARTE DE LAS TONELADAS DE ARENA QUE TENDRÁN ACUMULADA EN ROPA, PELO, ETC

3. SI ES POSIBLE, QUE NO DUERMAN SIESTA: CAERÁN COMO MOSCAS POR LA NOCHE.

4. HAZ LA COMPRA POR INTERNET PARA QUE TE LA LLEVEN A TU CASA EL DÍA QUE LLEGAS. IMPOSIBLE LLEVAR CON UNA MANO EL CARRO DE LA COMPRA Y CON LA OTRA, EL CARRO DEL BEBÉ.

5. PREPARA EL PRIMER DÍA COMIDAS Y PAPILLAS, Y CONGELAR EN TUPPERS INDIVIDUALES. YO ME HE TRAÍDO LA THERMOMIX, GRAN ALIADA.

6. SI TIENES POSIBILIDAD, CONTRATA A ALGUIEN QUE TE AYUDE CON LA LIMPIEZA DE LA CASA O UNA CANGURO PARA QUE DE VEZ EN CUANDO PUEDAS DISFRUTAR DE UNA HORITA PARA TI MISMO/A –yo no lo he hecho porque no conozco a nadie de confianza por aquí, por desgracia, que si no, ¡no lo dudaba!-

7. USA EL CARRITO DEL BEBÉ PARA CARGAR TODO LO QUE HAGA FALTA.

8. POR ÚLTIMO, Y NO MENOS IMPORTANTE…  ¡DISFRUTA! LOS NIÑOS SE CONTAGIAN MUY FÁCILMENTE DE NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO. SI NOS VEN ALEGRES Y ENTUSIASMADOS, ELLOS TAMBIÉN LO ESTARÁN. SI NOS VEN NERVIOSOS Y AGOBIADOS SE PONDRÁN MÁS PESADOS.

Espero que a alguien le haya sido útil. A muchos les parecerá una tontería pero yo tenía miles de preguntas antes de venirme y la gente sólo me respondía de una de estas formas: o que era una valiente o que seguro que me las apañaría. Pero yo le daba mil vueltas a pequeños detalles como… si Carlota tiene ganas de ir al baño mientras estamos en la playa ¿qué hacemos? Pues nada, se le pone un pañal y luego se limpia, y listo. Pero son cosas que hasta que no las vives no te pones en situación.

En fin… ¡seguiremos informando! Si veis que no publico vuestros comentarios es porque desde el móvil no me deja hacerlo pero sí los voy leyendo y la próxima vez que os escriba os contestaré una por una, como hago siempre.

¡Besos y gracias por estar ahí!