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domingo, 21 de abril de 2013

EL VERANO


 

 
“El verano pasó como lo hace una estrella fugaz por el techo de nuestro mundo.
En el río ya no se oyen los chapuzones y las risas adornadas con besos de ternura.
Sin embargo, en el árbol, sigue anclado el corazón y dos letras que un día tallaron entre lágrimas y promesas.”

 
Él diecisiete, ella dieciséis.
Empezaron sin saber…
Terminaron graduados…

 
Es lo que tiene el amor; echa chispas en los lugares más extraños. En los rincones donde piensas que el aburrimiento será tu pareja de baile. En los caminos que crees equivocados y te sorprenden, cuando encuentras la flor más bonita del planeta en el solar más inesperado.
Es lo que tiene una mirada; Choca contra tus ojos y convierte tu respirar en un ciclón de suspiros que provocan  un pinchazo en tu alma imposible de frenar.
Es lo que tiene una voz; Se cuela en tus oídos, despoja los sentidos, abraza tu vacío y lo recarga de mil hechizos. Esa voz es tu alimento y olvidas hasta la dieta, por un manjar gigantesco que comienza en los ribetes de su boca.

Antes del último día, pasaron amaneceres y madrugadas pintando el cielo azul con la luz de sus ojos, contando estrellas y deseos a la par…Y dejando que el susurro del mar fuese la banda sonora de cada caricia y sonrisa compartida.
En ocasiones eran reprendidos por sus padres, pues a veces llegaban a altas horas de la noche con una alegría exagerada. Pero es que el amor, tiende a derrotar al tiempo y te sumerge en un mundo donde lo único que cuenta son los besos, los abrazos y los te quiero.

Cuando llegaban los últimos días del verano, la tristeza iba aumentando y, aunque eran dos jóvenes que apuraban cualquier sensación, cada vez había más momentos de silencio y pensamientos perdidos.
La despedida fue dura; ella, un manto de lágrimas, él cayó rendido a su cuerpo sin querer separarse nunca más y en ese abrazo, palabras que sellaron con un juramento:

 
—Prométeme que me escribirás, que esto no va acabar aquí—Dijo ella entre sollozos—.
—Te lo prometo—dijo él—No te olvidaré e iré a por ti, te lo juro—Contestó con firmeza—.

 
Los padres la acomodaron al coche entre el consuelo y la fuerza. Cerraron las puertas y arrancaron el motor. Mientras, ella golpeaba el cristal trasero, lloraba, gritaba y negaba con la cabeza. Poco a poco el vehículo se iba alejando del pueblo, de la playa, del árbol, de él…hasta que desapareció por completo.

 

"Han pasado cincuenta y seis años y precisamente hoy, ha pasado una estrella fugaz por el cielo. El verano está a punto de llegar y por la aldea dos personas caminan tranquilamente."

 
— ¿Cuánto tiempo sin venir por aquí, verdad?—Dijo ella—Bueno, yo más que tú, obviamente.

—Pues sí, dos años menos que tú. Los que tarde en reunir el dinero, cumplir dieciocho años e ir a por mi amada. —Replicó él—.

Ella sonrío, lo besó dulcemente y dijo:

    Mira, sigue intacto el corazón y nuestras dos iniciales. — dijo ella con entusiasmo.
      Sí—contesto él, pellizcándole la nariz— Ese árbol es eterno, como nuestro amor.

 .
La noche llegó y con ella, otra estrella pasó por encima de sus cabezas.

jueves, 6 de diciembre de 2012

EL ASCENSOR


 

 

Había dejado su firma y con ella, la mitad de sus bienes.
Cuando salió del abogado retuvo la ira en sus mandíbulas, caminó sin pensar por la calles del barrio sin pensar más que en la injusticia y en el mal de amores.
Pensó que necesitaba una ducha, el agua se llevaría los rencores y las heridas y el desagüe sería el sumidero para olvido.
En su portal, la vecina del cuarto salía con el carro de la compra y el jubilado del quinto, regaba las flores que él mismo había sembrado en el jardín de la comunidad.
Esperaba el ascensor y negaba con la cabeza en soledad…
Soledad, repitió en voz alta y un aluvión de lágrimas se apiló en sus ojos, a la espera de que al primer pestañeo, un mar de tristeza resbalará por su piel y desbaratará de un plumazo, esa fortaleza que había forjado cuando él estaba a su vera para romper el destino…y su corazón.

Se abrieron las puertas del ascensor y de allí no salió nadie.
No chocó nadie contra ella, nadie que dijera: > Te he dejado la comida preparada y una nota en la cocina, que cuenta lo que vamos hacer esta noche…>
Las puertas se cerraron y sintió un escalofrío, como si una guillotina cortará su alma en dos partes. Apretó el botón y comenzó a subir en ese pequeño habitáculo donde la agonía parecía engrandecerse alrededor de ella. A mitad de trayecto, mientras rebuscaba en el bolsillo de su chaqueta las llaves, el ascensor se paró de repente. En medio del hormigón y sin un resquicio de cristal ni de luz externa.
Miró hacia arriba, como si la salida estuviera en el techo.
Empujó las paredes del ascensor como si hubiera una puerta secreta.
Luego, gritó, pulsó el botón de emergencia y por último cayó de rodillas en el suelo.

A la media hora, unos golpes la despertaron de su ensimismamiento.
Se incorporó y se acomodó los vaqueros y la camisa, sabía que en breves momentos iba a salir de ese maldito espacio reducido.
Y así fue, los bomberos lograron abrir esta lata que estaba desgastando sus pensamientos. Que estaba torturando cruelmente sus emociones con la imagen de aquel que se convirtió de príncipe a villano de un día para otro.

Cuando llegó a casa se desplomó en el sofá y escudriñó el salón.
Las fotos seguían engañando al presente.
Las flores siempre habían sido de plástico.
Las notas en el frigorífico eran frías.
Las llaves, inservibles para abrir las puertas del amor.

Se levantó y a medida que iba caminando para la ducha, iba desvistiéndose y tirando la ropa por el suelo. Desnuda frente al espejo, quiso colar su mirada en sus ojos…
Después, suspiró y dándose la vuelta pensó de nuevo, que el agua se llevaría los rencores y las heridas y el desagüe sería el sumidero para el olvido.

 

 

 

lunes, 9 de abril de 2012

IRENE



 “Hay caminos que no tienen atajos, ni llanuras ni flores de colores. Hay caminos que aunque ya no quieras caminar, cuando menos te lo esperas ya estás otra vez, dentro y caminando…”

Era muy joven cuando cayó envuelta en las caricias de sus manos, por el azul cielo de sus ojos y por unos besos que prometían vivir en un cuento de hadas para el resto de sus vidas. Palabras que juraban fidelidad y silencios que arropaban noches, entre sus cuerpos y el placer de una sola vez. No sé lo pensó, arriesgó sin mirar atrás a la inocencia y a los sabios consejos que veían demonios donde ella retrataba al príncipe, castillo y jardín.
Al principio, como todos los principios, los días vestían de seda y primaveras; una flor en el pelo, una nota del querer al despertar, carantoñas al anochecer y sueños que se amontonaban frente a frente.
Pero todos los principios son breves, cuando la verdad es un tupido velo que abriga a la mentira. Cuando la sonrisa es nebulosa y esconde la crueldad, cuando sus manos no son manos y sí garras afiladas y cuando, el verso de su boca, cae por la monotonía y enseña la realidad del monstruoso ser que yace bajo su piel.

Irene, que así se llamaba ella, comprobó en tiempo record como se pasó del cielo al infierno, desde un beso a un puñetazo, de un dime lo que quieras a un cállate puta y de compartir cocina, sueños y lechos, a convivir con la soledad, las pesadillas y el forcejeo. En su casa ya se respiraba otro ambiente, la paz y la tranquilidad había dado paso a los gritos, golpes… y al terror de una sombra que nacía en el sonido de unas llaves al abrir la puerta.
El tiempo enseñó a Irene que las oportunidades eran respondidas por alguna vejaría y que las súplicas, sólo eran oídas por sus propios oídos entre llantos y amargura.
A veces, entre tanta tormenta, amanecía un día sin lluvia y aunque no saliese el sol, ella agradecía con la voz del miedo no tener el labio partido o el ojo morado. En esos momentos, la bestia la llamaba por su nombre, e incluso su mirada desprendía un atisbo del azul que la enamoró y que ahora, era de un gris frío y profundo.
Irene, ya no quería vivir y las amenazas borraban cualquier intento de ayuda entre su familia y amigos. Se había apartado de los suyos y aunque sus padres, lograban de vez en cuando hablar con ella, siempre pintaba un mundo opuesto al que estaba viviendo. Cuando colgaba el teléfono después de un adiós compungido, su cara era un manto de lágrimas mientras las heridas nunca terminaban por supurar.
En muchas ocasiones, sobre todo al conversar con sus padres, buscaba en las reservas de su alma, fuerzas para intentar salir de ese camino sombrío, cruel y sin salida. Pero cuando el diablo aparecía con su tridente e identidad alcohólica, abortaba cualquier resquicio de fuga con algún regalo o la promesa de que todo va cambiar.
Después, otra vez más de lo mismo…cuando pensaba que salía de ese maldito camino, volvía a estar dentro caminando sin pies, sin sentido…sin norte.
Engullida, empequeñecida, secuestrada…Irene.
Sola, sin amor, sin ganas e ilusión…Irene.
Irene…o lo que queda de ella.

“Hay caminos que caminas con los andares de otros, con el vestido del pánico y con la soledad como compañera. Caminos que pisaste con decisión un día porque pensaste que allí no había engaños ni dolor. Muchas mujeres como Irene, siguen sumidas en ese camino pensando que alguna vez podrán invertir el ogro en ángel, el mal al bien…la enfermedad a la cura, la locura a la cordura. “

Por ellas...

domingo, 25 de septiembre de 2011

EL ABRAZO

 




Llegue a la hora exacta y tú ya estabas esperando, sentada  y entrecruzando los dedos de una forma rápida y nerviosa. Dos besos y el desplome....
Al rato, después de recargar fuerza diste un trago de agua y entonces....
Tu voz se pronunció y  el tono de tus palabras me hizo comprender la importancia de la cita.
Comenzaste hablar, también sonreías y seguidamente, llorabas mezclando una carcajada. Intentabas disfrazar la herida que supuraba entre tus palabras y mi silencio.
En el transcurso de la conversación había momentos para todo; me agarrabas de la mano, te levantabas y andabas sin pensar, gritabas y de pronto susurrabas angustiada....

Me contaste el ataque de pánico que sentiste cuando quedaste encerrada en el ascensor,  la compra detallada del supermercado, el tira y afloja con la compañía telefónica, la programación televisiva compuesta por basura y vicios, la cena solitaria y la temperatura invernal que tienen tus sábanas cada noche al acostarte.....
Has convertido la cruz del carpintero en una equis para tachar...
Por las noches, sigue estando en tu habitación la manzana mordida por aquella boca que antes recorría tu piel...
Ahora eres creyente de la incredulidad y de que la confianza sólo existe en los ilusos....
Me hablaste de cómo el hombre de tus sueños se transformo en el ogro de tu pesadilla....

Mientras tanto, seguía a tu vera escuchando tus lamentos.....
Comentaste algo sobre una dantesca conspiración del destino, la mala suerte y la injusticia contra ti. Te quejabas de la lluvia.... o de tus lágrimas, la tormenta con tu actitud....el viento con tus alaridos.....Un tsunami en tus pensamientos.
Sí sentías, el tiempo destrozaba tu sentimiento y del encanto al desencanto....
Sí te levantabas con ganas de todo, tu mente daba un tripe salto mortal y te lanzaba al mundo de la ansiedad.....tantas vueltas y vueltas para acabar llorando y no encontrar la salida en el laberinto de la desorientación.
Hubo gente que se acercaba y ofrecía ayuda y consejos, pero tú respondías que no deseabas psicólogos ni personas con el don del optimismo ....Que hay heridas que tumbadas en un sofá o en el foso de un café, sólo hacen que abrirse para desembarcar la histeria de una loca  ciega en el dolor y sorda por el desamor.
Tras el largo monólogo de sensaciones, dejaste el corazón exhausto y la debilidad suplantó a tu rabia. Llegó la calma y el silencio trajo la tranquilidad, que la verdad, venían como anillo al dedo. Por fin pudiste controlar tu respiración, tus latidos y tus lágrimas....

 Por otro lado, yo que estaba sujetando emociones, había estado a punto de llorar contigo e incluso, tuve el impulso de salir a la calle y buscar a ese bastardo para hacer dios sabe qué....
Ahora que el sosiego reinaba y tú habías acabado de desahogarte, volviste a dirigirte a mí y mirándome fijamente a los ojos, de una forma sorprendida y curiosa me preguntaste:

-  Has guardado silencio en todo momento y nos has abierto la boca. ¿No vas a decirme nada? Se supone que eres mi amigo....
Entonces, me levanté y me senté justo a tú vera.
Te miré, retiré tu cabello de la cara y abrí mis brazos....
Mi abrazo te hundió en mi cuerpo....
El abrazo era justo lo que necesitabas...
Nada más y nada menos.....
Así, hasta que perdimos la noción del tiempo....

domingo, 3 de julio de 2011

POR FUERA, POR DENTRO




Eran las tres de la madrugada cuando el bar cerró y tuvieron que echarlo a empujones.
El olor a alcohol y su caminar delataban su estado.
Por fuera, un borracho más.....
Por dentro, un hombre roto por el desamor....
Entre idas y venidas llegó a casa. Claro, no había nadie....sólo la soledad esperando a que se derrumbara para susurrarle su poco orgullo y su cobardía.
Hace tiempo que perdió su caballo y su espada....
Su cabello destiñó y el azul fue suplido por el blanco....
Ahora ya no queda casi nada de aquel héroe que llegaba con un ramo de rosas.
Con él se han instalado las espinas, las arrugas, las preguntas....ya no hay guerra por la que luchar que tenga una princesa como ella.
Por fuera, la gente no tiene su mirada ni su voz....
Por dentro, nadie tiene ese amor que tenia ella....
Hace tiempo que tiró los galones y arrastrado en el recuerdo se hunde derrotado....
Después de los lamentos, pensó que hizo mal....
Vaciar el alma en sus manos y llenar de esperanza sus heridas.
Alicatar el tiempo de hermosos sueños en su pensamiento y derrocar monstruos creados por el miedo al fracaso. Besarla como nadie en este mundo, deshacer su piel en su cuerpo y crear primaveras en inviernos, luceros en abismos y flores en desiertos.... ¿Eso está mal?

Por fuera....
Por dentro...
Un borracho más...
Un hombre roto por desamor....


Una vez que la soledad lo castigó recriminándole sus debilidades, decidió comer algo y darse una ducha pensando que el dolor se lo llevaría el agua por el desagüe. Nada, cuando salió seguía con las huellas de la decepción pegadas a su piel....incrustadas a su mente....pero debía salir a la calle y dar la cara, tenía pendientes unos pagos y visitar al abogado.
En las afueras de esa prisión, el sol lucía colgado en el firmamento, los niños correteaban en el parque y los abuelos sonreían viendo las andanzas de sus nietos.
Caminó sin sentido aunque en la dirección correcta.


Contempló como un niño comenzaba a dar sus primeros pasos; el pequeño caía una y otra vez, pero siempre se levantaba buscando el equilibrio hasta conseguirlo.
El anciano andaba con parsimonia, lentamente pero en lugar de perder la paciencia, encontraba la belleza de su sencillo viaje....y al final, llegaba donde quería.
También vio como un dulce pajarillo que revoloteaba en el parque, picoteaba un gran trozo de pan. Cuando pudo dejarlo en pequeños pedazos pudo comer....el esfuerzo dio su fruto. Después voló tan alto que parecía que iba a traspasar el cielo.
Antes de llegar al banco reflexionó sobre ese niño, ese anciano, ese pajarillo....
Estaba sobrio, en silencio, parado a las puertas de la vida.
Se peinó el pelo con sus manos en el reflejo de un escaparate. Sé acomodó la camisa al pantalón y se miró durante unos segundos. Apretó los puños y al instante, una pequeña sonrisa nació en su cara...

Allí mismo se enfundó la espada.
Allí mismo subió a su caballo....
Desde el lomo del animal escudriñó sus alrededores....
El parque, la gente, el banco.....y el bar.
Tiró de las riendas y gritó: ¡Vamos!
Cabalgó por las calles; a más velocidad su cabello se teñía de azul. El bar se evaporaba y las espinas clavadas en su alma iban cayendo como caen las hojas de los árboles en otoño.
Por fuera, la resurrección de un héroe....
Por dentro, un hombre con mucho amor por dar....

lunes, 4 de abril de 2011

El RITUAL DE SU CONCIENCIA

A solas, sentado en el sofá, clavó sus ojos en la televisión. Pensó que era un buen momento....que ya no podía más disimular y esconder sus infiernos a sí mismo. Entonces.....
Decidió comenzar el análisis y reflexionar sobre lo que reflejaba la pantalla.
Estaba ya cansado de esperar y esperar.....que ante tanta espera pudiera llegar el desespero y engullirle a pesar de los latidos.
Fijó la mirada y lo primero que vio fue la bandera blanca de la rendición.
- Cobarde – Pensó mientras negaba con la cabeza.
Recordó entonces a aquella mujer que siempre dibujaba corazones de tiza con sus nombres dentro... que en su día fue princesa de su cuento.....
Aquella mujer, que marchó con la maleta cargada de soledad porque él perdió el norte en el sur de los bares.....Aquella mujer que después dibujó con carbón y se convirtió en la villana de su pesadilla.....


Siguió contemplando la televisión y la guerra azotó fuertemente su conciencia.
No pudo frenar las emociones, rompió a llorar por lo que estaba viendo en el espejo de su destino. - Lo siento, ahora cambiaría la calavera por el verde esperanza, el golpe por una conversación... dando mi vida por la tuya... - Susurró suavemente y casi sin aliento....y esta vez, lloró desconsoladamente mientras los recuerdos arremetían sin piedad a su alma.


Después de caer hasta las profundidades de sus pecados, recargó energía y se propuso seguir el ritual de su conciencia contemplando el televisor que tenía a unos metros.
Esta vez observó después de unos segundos y en un silencio sepulcral, los disfraces que venden a precio de mentira y que todos colgamos en el armario de las apariencias....
- Dichoso armario, es inmenso...- Meditó, esta vez en silencio.....y luego dijo en voz alta:
- Políticos enlatados, empresarios engominados, gente pobre con aroma de caviar.....coches lujosos y neveras vacías, ropa de marca y marcas por hambre....Drogadicto del a vanidad es mi disfraz, por chutarme lo que no soy delante de los que no importan..... ¡Nunca más! Quiero ser lo que soy y que me quieran como tal.....


Tras rasgarse el disfraz, se incorporó del sofá y un rayo del sol que se coló por la ventana ilumino su cara. Estiró las piernas y escudriño el salón.
Suspiró y sintió como si se hubiese quitado treinta kilos de encima.....
Sonrió y sintió la grata sensación de bienestar que produce la sonrisa....
Caminó unos pasos, bajó la cortina y a medida que se oscurecía su casa el reflejo de su cara se fue diluyendo de la televisión hasta que desapareció por completo.
Entonces, encendió la televisión.


En el telediario, los titulares:
Guerras, violencia, desamores, hurtos, mentiras.....etc.
De nuevo la apagó y de nuevo subió la cortina.
Miro el sofá y ahí lo dejó.
Entró al balcón e hinchando los pulmones de aire comprobó que hacia un día maravilloso.
Un día para empezar de cero....
Un día para crear nuevas oportunidades....





viernes, 4 de marzo de 2011

UNA MANO TENDIDA

En aquellos tiempos, bajé a los suburbios del suicidio emocional y con el alma en los huesos dejé que el corazón se deshidratara en los desiertos de la soledad.
Cada noche era un suplicio; tantas estrellas dando la espalda y una luna nueva que cuanto más la miraba más envejecía....
Al amanecer no amanecía, porque la resaca de la tormenta machacaba mi dignidad y me hacia recordar recuerdos vergonzosos. Entonces, el cielo oscurecía en el fondo de mis ojos y la lluvia comenzaba intentando depurar los pecados de mi locura transitoria.
En aquellos momentos, caminé por los infiernos de una pesadilla envuelta en sueño y creyendo ser un héroe, sólo fui un vulgar estafador a caballo entre la mentira y la traición.
Vagaba sin pensar, sonreía sin saber.....
Andaba sin andar, suspiraba sin latir....
Miraba sin mirar, hablaba sin decir....

Me entregué en cuerpo y alma a los diablos que vendían humo y carroña...
Desnude sentimientos hasta vaciarlos en el cuenco de los vicios....
Tiré de mala manera la ilusión al vertedero de las desgracias.....
Maltraté a las horas que se burlaban de mi cobardía, y dejaba que la mirada se perdiera en los angustiosos techos que ahogaban mi respirar.
La cabeza vueltas y más vueltas; dragones, ventiscas, espinas, abismos.....
No podía más....iba a reventar, a caer en las profundidades de la miseria....
Elegí cerrar todas las puertas y vivir como un muerto en vida hasta que llegará la muerte...
Una, otra y otra....hasta que llegué a una que por mucho que empujaba, no había manera de cerrarla. Quedó entreabierta y vislumbré luz ......un halo de luz.
Miré aterrorizado, me sudaban las manos y no sabía qué hacer.
De repente, la puerta se abrió completamente y detrás de esos rayos luminosos, apareció una mano tendida, prolongación de un hermoso cuerpo.

En aquel instante no sabía quién eras.....ahora eres tú.
En aquel lugar no entendía nada.....ahora lo eres todo.
En aquel momento temblé de miedo y ahora lo hago de amor....

Me agarré a su mano y pasé.
Me besó y me susurró algo:
- Te quiero por todo lo que eres. Me da igual si fracasas o te   equivocas.
  Porque todo lo que haces eres tú y nada más que tú.....
  Y tú eres puro corazón y con eso me basta...

Tras ella, llego más gente.
Gente que quiero, gente que me aceptan...
Gente al fin al cabo , como yo.....

miércoles, 13 de octubre de 2010

EN EL ÚLTIMO BANCO DEL PARQUE


A la misma hora de siempre llegaron Juan y Carmen y se sentaron en el último banco del parque.
En silencio se acurrucaron y contemplaron como el sol ya marchaba y dejaba el cielo anaranjado como un momento imborrable del día.
Entrelazaron sus manos,  mientras el viento jugaba a crear remolinos con hojas que no aguantaron la embestida de su fuerza en el árbol.
Dos suspiros cuando chocaron sus miradas y en sus ojos la transparencia del amor más profundo y sincero.
Juan acarició su cara y ella pellizco su pierna.
Él sonrío y ella se dejo mimar.
Después, acercaron su labios lentamente y se besaron como lo hacen los pájaros cuando saben que son los únicos capaces de volar y hacernos soñar.

Para ellos la tarde transcurría como siempre; única, especial, maravillosa....
Siempre hacían lo mismo, caminaban durante un tiempo....hablaban de sus recuerdos y terminaban en el banco entregándose por completo.
A veces, a ella se le caía alguna lágrima por sentir un amor tan grande por su marido y entonces, antes de que cayera al suelo, él con sus manos rozaba su cara y la besaba con una ternura descomunal. Un suspiro y un quejío.....y un susurro que decía: Te quiero.
No necesitaban nada más que ese banco y el retrato del horizonte.
Muchas veces dejaban que el silencio reinara mientras la oscuridad iba pintando el firmamento. En esos momentos los pensamientos volaban y seguidamente empezaban a compartir recuerdos y anécdotas.
En la tierra Juan dibujaba un corazón con el nombre de ella dentro.
En el aire Carmen dejaba palabras que sólo el amor sabe que existen.
Antes de marchar, siempre se abrazaban y perdían la noción del tiempo durante un buen rato.
Las emociones se desbordaban y los besos se acumulaban......
El sentimiento quedaba en cueros y los achuchones reflejaban la complicidad....
El querer se rendía ante ellos y la admiración se vestía con sus actitudes.....
Se levantan, se agarran de la mano y se besan de nuevo.....luego, se marchan para casa.

Juan, tiene 84 años.
Carmen, 82.
Llevan juntos toda una vida.
Un amor incondicional.

En el parque ya no queda nadie.
La noche hace acto de presencia y los grillos comienzan su rito.
La luna queda dibujada en el agua del estanque y la brisa se cuela entre las ramas de los árboles inventando un suave sonido aterciopelado.
De repente, comienza a llover....
Supongo que hasta que mañana llegue Juan y Carmen......












martes, 27 de julio de 2010

SIN ESTRELLAS Y CON ESQUINAS

" La dignidad nació con este mundo y con cualquier ser viviente......ahora sólo tenemos que dejarla en paz para que se quede eternamente,  aunque nosotros nos vayamos para siempre "




Treinta y tantos años, alta , rubia pero morena, pelo largo postizo, pelo corto suyo....
Una sonrisa por cliente y una lágrima al terminar...
Un jadeo laboral, un alarido de verdad....
Fría y arrogante cuando llega la oscuridad....
Tierna y risueña en las horas de sol....
Puta y maltratada de noche....
Mujer y madre de día.....

El invierno estaba siendo cruel, aunque ella seguía vistiendo ropa de verano.
Unos cuantos kilos de maquillaje, falda corta....muy corta, un escote vertiginoso directo al pecado, medías a mitad de pierna y tacones de punta fina. 
La noche, sin estrellas y con esquinas, nacía delante de su estampa para regalarle la espera y el desespero.
Los coches paraban a su lado y dentro había todo tipo de personajes;  Un señor de avanzada edad con un fajo de billetes dispuesto a gastarlo para vencer a la soledad, un joven con la intención de estrenarse no sea que su novia lo dejará por torpe e inocente, un grupo de chicos que llegaban para curiosear, jalear, reír y salir por patas, el señor de traje y gomina con actitud de hielo....luego en casa se derretía y lloraba porque no escuchaba sus latidos.....
Hombres de una sola vez, jóvenes de par en par, ostias sin venir a cuento y cuentos que luego eran pesadillas...
Voces suaves y a más excitación clavaban el acento en su alma...
Manos que acariciaban y a más sexualidad la tensión rompía sus huesos...


Cada noche cruzaba los dedos para que cuando tuviera que descruzar las piernas tuviera enfrente el respeto y la educación.
Cada noche pensaba en dejarlo y cada vez que lo intentaba llegaba a casa con la piel amoratada y los labios partidos.
Cada noche soñaba escapar de ese infierno y cada vez que despertaba sentía una palmadita en el trasero y el aliento del alcohol.

Al terminar su turno, aparecía el monstruo y hacía el recuento mientras la sobaba, unos cuantos billetes para ella y el desprecio y una amenaza como despedida. 
Llegaba a casa con el cuerpo roto, los músculos doloridos y la cara reflejaba agotamiento y pena. Mucha pena.
Se lavó la cara y se miró en el espejo en silencio.
Suspiró y se toco la piel....suavemente.
Ya en la ducha, frotó la esponja con fuerza contra su piel y entonces se desplomaba y dejaba ir toda su impotencia entre el agua y la pintura.
Salió del cuarto de baño y se acomodó en el sofá.
Observó la peluca y la ropa tirada en el suelo.
Cogió el teléfono y marcó un número........y respondieron.

- Hola, mamá.

































martes, 18 de mayo de 2010

UNA VIDA DE RETRASO

" El tren llegó con una vida de retraso y cuando él marchó de la estación, el amor lloró sin consuelo alguno. Entonces, ella bajó y sus ojos comenzaron a buscar lo que llevaba tiempo dentro de su corazón. Pero ya no estaba, sólo vio la soledad del andén y una pancarta que decía: El destino es extraño si no te dejas que te conozca. "


Aquella tarde en las afueras del bar, el sol escapó antes de hora, asumiendo que entre los dos había tanta luz como para iluminar la noche y la madrugada.
Cuando llegó la luna, ellos ya estaban explorando los misterios del alma y de la vida. 
El bar estaba repleto de gente y la música invitaba a que la magia se desperezará.
Las palabras salían sin parar y había sed. Mucha sed.
A medida que el tiempo pasaba la complicidad se agigantaba, las sonrisas se multiplicaban y las miradas decían todo aquello que no se dice con la voz.
Cuando cayeron dos cervezas más ya estaba uno a la vera del otro.
Manos con manos.
Suspiros con silencios.
Silencios con besos.
Besos que hacían temblar.....
Temblores directos a la pasión....

De repente nació la belleza en los ribetes de los labios de ella....
Al momento surgió el deseo en los dedos de él......
Los ojos cargados de transparencia...
El aliento de sinceridad.....

Todo era mágico y el sentimiento apareció entre los dos.
Barrió cualquier pensamiento racional, se alió a la locura y tejió una historia imborrable para el resto de los restos.
Vaciaron corazones, desgastaron emociones, alquilaron calendarios y se entregaron sin esperar nada a cambio. 
Pero el destino aguardaba cruelmente su momento entre el miedo y la razón..... 
Sabía que él era el norte y ella el sur....
Que él era camino y ella andares del viento....
Que el era un sueño y ella el despertar de la realidad....
Sabían, que por mucho que querían, el cuento ya tenía escrito un final antes que el principio. 
Cuando él llegó quiso pero no pudo....y rompió a llorar.
Cuando ella lo intento ya se ahogaba en su mar....



"  Ella volvió a subirse al vagón tras leer la pancarta. Al cabo de unos segundos, el tren desapareció por el túnel dejando de nuevo a la soledad en el andén. Unos instantes después, él volvió con la última gota de esperanza pero ella ya había marchado. "


Y el amor, lloró sin consuelo alguno.

 

 



















viernes, 12 de marzo de 2010

LA FAROLA Y LA VENTANA

Esta vez llegó unos minutos antes de lo previsto, sin embargo, la luz ya se dejaba ver por la ventana.
Se apoyó en su farola favorita y espero a que la sombra diera paso a la mujer.
Apareció sólo unos momentos, pero para él ya era suficiente.
Sabía que estaba bien, que seguía guapa y que un día más había vencido al destino.

Desde esa farola la contemplaba todas las noches, a unos metros y desde la otra acera.
Nunca había hablado con ella , pero cada día que pasaba más la quería.
Ni siquiera ella sabía de su existencia, pero él sólo deseaba que no dejará de existir.
Todas las noches seguía sus rituales; Ensimismado en su sonrisa, en su forma de tocarse el pelo, en su mirada perdída en el horizonte de la calle.....
A veces llegaba con una rosa en la mano que dejaba a pies del portal, porque pensaba que hasta la flor más bonita del jardín debía inclinarse ante tanta belleza.
En otras ocasiones, recitaba algún poema mirando a la ventana y, cuando terminaba, el papel estaba mojado por su lágrimas y arrugado por la impotencia.
Después, en el instante que la luz dejaba de iluminar, vagaba entre la oscuridad intentando expulsar de sus pensamientos el miedo y el rezo. Esperando a mañana, a que todo fuese como hoy.
Esperando a no sentir la sirena de una ambulancia a las puertas de su gran amor.
Suplicando a no verla agarrada del brazo de su madre por su extrema debilidad., cuando andaba desde el hospital a su domicilio.
Los días pasaban y él nunca fallaba a su cita.
Hiciese frío, viento, lluvia....él cada noche permanecía en su farola.
Esos pocos minutos enriquecían su corazón.
Alguna vez había estado a punto de dirigirle la palabra, pero su voz quedaba ronca justo cuando pasaba a su vera. Entonces, el corazón empujaba a su pecho, la garganta entraba en sequía y los labios comenzaban a bailar a través de los nervios.
Durante todo este tiempo, un par de miradas, el roce del cuerpo al cruzar la calle y una preciosa sonrisa.....
Con esas sensaciones, se sintió enamorado, exultante y enérgico, por mucho que las heridas resuciten al amanecer y te devuelvan a la cruda realidad.
A pesar de todo....
Sabía que su camino  no tenía luz para regalarle....
Comprendía que si daba un paso hacia delante podría llegar de repente, otro paso hacía atrás con el sufrimiento y el dolor que acarrea una muerte anunciada.
Entendía que ésta guerra no podía ganarla porque aunque le diese por luchar, los dos frentes eran víctimas de una historia triste e injusta.
Tal vez ella, detrás de su frágil vestido de piel , fuese una guerrera capaz de vencer cualquier adversidad.
Pero él no, no estaba preparado y siempre escondía  a ese voraz monstruo bajo su gorra y su ropas, para que nadie viera su cabeza rapada, su piel quemada y sus ojos de cristal.
 Y cuando olvidaba el papel de soñador se desmoronaba...y gritaba:
-  Para qué enamorarse de mi sí eso sólo le va a causar más sufrimiento!!
- Ella tiene fortaleza para derrotar lo que tiene , pero yo no!!
- ¿Amarme para qué? Yo no puedo, pero ella sí.....yo sólo quiero desde mi farola ver como se asoma por la ventana y saber que está bien, que está guapa y que otra vez ha vencido al destino!!

Al cabo de unas semanas y por primera vez en mucho tiempo, la farola dejó de tener compañia y  quedó para alumbrar una simple calle solitaria huérfana de un hombre enamorado.
Nunca más habría rosas.
Ni poemas.....
Una horas después, la ambulancia irrumpió con velocidad en el portal de la joven.
Mientras la incorporaron a la camilla, ella soltó un leve susurro:
- Por favor, dejen la luz de mi habitación encendida.....por favor...

Cuando llegó al hospital ya había fallecido....
Fue entonces cuando en el cielo comenzaron a brillar dos estrellas con una fuerza inusual.
Dos hermosos luceros de una belleza cautivadora.....
Diamantes electrizantes....

En la tierra, el viento soplaba cada vez con más ímpetu y violencia....
Como cuando alguien grita desde el fondo del alma para reventar emociones.
Empezó a llover, suavemente....
Como cuando alguien llora después de aguantar miles de lágrimas.

En ese instante, la farola se apagó.
Y seguidamente, la ventana oscureció.











sábado, 5 de septiembre de 2009

EL EJECUTOR CON CARA DE NOVATO




Hacía mucha calor y la árida tierra jugaba a los remolinos.
En el descampado, a unos metros, dos personas esperaban el juicio final. Atados y vendados por sus verdugos sólo imploraban al cielo que todo acabará ya. Tenían sed, mucha sed....y el llanto de la mujer era lo único húmedo que llegaba a sus labios. Su marido, jadeaba y en algunos instantes gritaba contra los asesinos.

El ejecutor con cara de novato, vestía uniforme militar que le daba un toque terrorífico.
Sudaban sus manos y sus ojos desorbitados miraban hacia sus víctimas y a su jefe una y otra vez.. La duda embargó por un momento el proceso de entrenamiento que había tenido durante un tiempo, aunque de repente y, con una sola indicación, volvió a ser esa máquina sin sentimientos hecha para matar.
Agarró el fusil y en posición vertical casi era más alto que él.
El soldado acababa de cumplir doce años y ahora su rostro desprendía frialdad y odio.
Recargó el arma , se la acomodó y apuntó esperando la orden de disparo.
Enfrente , el matrimonio susurraba palabras de amor y promesas contra el olvido.
Fidelidades más allá de la muerte y oraciones que iban a ese tal Dios.

La orden fue dada y el niño convertido en monstruo disparó una ráfaga de plomo que terminaron con sus vidas. Rápido , sin concesiones al arrepentimiento.
Al instante, el soldado recibió la recompensa ; unos cuantos dolares, un paquete de tabaco y un trago de whisky.

Antes de marchar de la escena del crimen, otros soldados apartarón los cuerpos a un lado , donde pronto llegarían los buitres y las hienas.
En ese momento el niño fijo su mirada en los cadáveres y recordó que en el pasado esas personas fueron sus padres y que ahora en el presente sólo eran enemigos que fueron pillados por robar dos diamantes que yacían entre el barro.
Escupió, se encendió un cigarro y se perdió con su regimiento por los caminos de esos pueblos de Sierra Leona que sufren tantas injusticias, asesinatos y abusos políticos.



lunes, 3 de agosto de 2009

ESE RINCÓN INVISIBLE AL MUNDO




Abrió los ojos.
Contempló el cielo y dejó que la brisa acariciará su piel.
Las estrellas iban a caer en cualquier momento huyendo de la inmensidad nocturna y él , tumbado, boca arriba y respirando profundamente, esperaba que la fusión con los luceros se hiciera realidad.
Escuchó el sonido de pasos y se preguntaba qué destino tendrían.
Sintió un escalofrío y pensó que el invierno aún no ha llegado. Cuando llegue.....
El motor de un coche rugía muy cerca y el olor del asfalto era fuerte.
La gente hablaba en la esquina y escuchaba conversaciones de temas diferentes; con ganas de contestar, sus palabras se quedaban siempre al filo de su boca cuando recordaba que su vida tal vez sólo es una sombra en un adoquín.

Las horas pasaban y siempre pasaba los mismo. Nada.
Los errores golpeaban sus arrugas en ese rincón invisible al mundo.
Ya no sabía si los días eran una muerte anunciada y lenta o el nacimiento de la nueva esperanza.
Cada noche buscaba algún sentido para que cada latido tuviera razón de ser.
Al amanecer seguía latiendo y pensaba que el sentido había enloquecido al corazón.
Cuando el sol asomó decidió levantarse.
La mañana era tan húmeda que los cartones estaban mojados. Los dobló y los escondió entre dos contenedores. Su lecho.....
Se desperezó estirando los brazos, tocando su barba , frotando sus ojos, gritando hacia adentro.
Hinchó los pulmones de aire y comenzó a vagar de un lado a otro , porque para él la orientación no tiene importancia , ni el norte ni el sur....ni el horizonte.
Así toda la mañana, la tarde y la noche.
Así varios días, semanas , meses.
Así media vida, recordando dónde fue la otra media.

En la madrugada y acobijado en los cartones, los coches vuelven a rugir y la gente a hablar.
Los pasos van hacia un destino y el frío va creciendo por los huesos de su cuerpo.
Arriba , en el techo del mundo, las estrellas siguen colgadas y agasajadas de deseos.
Y de nuevo parecen que van a caer encima, para fusionarse y llevarlo allá donde no hay diferencias, ni hombros más altos , ni miradas ciegas , ni lamentos fugaces.....
Pero no caen y todo sigue igual.
Entonces, tumbado y boca arriba, respiró profundamente.
Luego, cerró los ojos.

- Hasta mañana - susurró entre la soledad y las lágrimas.