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jueves, 24 de mayo de 2012
En el camino. Jack Kerouac
" Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida, mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas."
Hoy estaba leyendo las noticias, buscando la zona de Cannes y me tropecé por fin con la opinión sobre una adaptación cinematográfica a la que tenía ganas. Parece ser que ha resultado un fiasco total... aunque no me importa demasiado ya que sigo teniendo intención de ir a verla. Lo que si ha provocado es que eche un vistazo por encima a un par de fragmentos del libro, por eso hoy lo traigo a mi estantería virtual. Hoy traigo, En el camino.
Conocemos a Sal, a Moriarty... o ya en las últimas ediciones en las que podemos disfrutar de sus verdaderos nombres, conocemos a Kerouac, a Cassady y Burroughs y los seguimos en un viaje sin rumbo definido por Norteamérica. Una aventura de talante desordenado que nos muestra una reflexión sobre la insatisfacción.
Hay mucho de leyenda ya sobre la forma en que se escribió esta novela. El autor fue recogiendo vivencias en unos cuadernos que luego utilizaría para formar el libro, y ahora muchos gustan decir que el libro lo construyó en una noche. Sin embargo parece ser que tardó tres semanas, las que pasó en su apartamento mecanografiando en un rollo de papel sin ayuda de ningún tipo de drogas, y que le dió por llamarlo el rollo. O tal vez también sea esto una leyenda.
El caso es que estamos ante el indiscutible rey de la generación Beat. Una generación que se siente golpeada por un sistema injusto que los lleva al desencanto y que así lo transmiten en su obra, en el caso de Kerouac a ritmo de jazz.
Nueva Yok, México, Dénver o San Francisco son algunos de los destinos de este grupo de amigos que deambulan por la Ruta 66 con unas ganas tremendas de experimentar y sentirse vivos. Sus locuras, sus contactos con las drogas, el sexo, el alcohol, la búsqueda de ser diferentes y transgredir, de emociones.. es una constante en este relato de viajes.
Un libro que ha influído en generaciones, que ha sido libro de cabecera y lo sigue siendo para muchas personas es muy difícil de exponer en apenas un puñado de frases. No por falta de criterio, sino por pérdida de significado. Y digo esto porque para mí hay dos libros. El primero es el que se conserva envasado en el momento que se escribió, finales de los años cincuenta. En ese momento es un libro transgresor, una forma literaria diferente ya que no busca ser una novela, ni siquiera vemos una introducción y un nudo, no lo necesita el autor para relatarnos su historia, su búsqueda de un sentido, de una emoción. Y ahí es un libro magnífico.
Pero, ¿qué pasa si lo leemos ahora y no nos vemos capaces de situarlo? En ese caso nos perdemos la parte buena. Seguimos teniendo un libro, sí, y un viaje. Pero ahora se nos antoja algo habitual, las aventuras de estos jóvenes se nos llegan a antojar repetitivas incluso y nos cuesta comprender la revolución que causó. Nos quedamos con la parte anecdótica de la última versión en la que los nombres no aparecen camuflados haciendo que el libro se convierta en otra cosa diferente a su concepción.
Y esa es la tragedia, no ya de este libro, sino de muchos. Dijo Manuel Rivas en el título de una de sus obras que Los libros arden mal, yo apunto que envejecen con dificultades. Y más aquellos cuya fuerza principal es un contexto porque es ahí cuando ganan mensaje, cuando no nos quedamos sólo con las letras sino que somos capaces de recoger lo que el autor estaba diciendo a gritos entre líneas. Y haciendo eso, hay que reconocer a Kerouac como un maestro.
Y a vosotros, ¿os parece que influye el paso del tiempo en nuestra percepción de los libros?
Gracias
PD: Si uno de los compañeros de viaje de Kerouac fue Neal Cassady, hay que decir que su esposa, Carolyn, escribió a su vez el libro Off the road, en el que cuenta entre múltiples imágenes, su versión de los años en el camino.
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