Es una gran cosa esto de los blogs. Te permiten decir cosas y que te escuchen. No importa que sean los pensamientos más íntimos o más estúpidos los escribes y ya está, a esperar comentarios de tus seguidores o no. Es una terapia religiosa. Te engancha.
Si embargo tienen un fallo: si suprimes el blog todo se pierde. Es muy fácil, si ya sé que es una facultad que te permite desdecirte y borrar toda huella en el universo virtual, pero es triste, y definitivo, es como si nunca hubieras existido.
Hay veces que entro en mi cuenta y me dice que no existe, me da un temblor, no tengo otro sitio donde haya recopilado todo lo que he escrito, no sé si se puede hacer, y me da miedo, luego vuelvo a iniciar y aparece, respiro tranquilo, ahí está ese mundomioestupidoparanoico, no se ha perdido.
Lo mismo ocurre cuando vas a entrar en un blog que sigues y te dice aquello de que ese blog se ha borrado, sientes un vacío y no sabes que hacer. Te deseperas, no es justo que te priven de leer historias que solo están en un mundo que puede desaparecer tan fácilmente, incluso por azar o accidente.
Os advierto: si vais a cerrar vuestros blogues, avisad y pedidnos permiso, no os pertenecen sólo a vosotros, son nuestros, de todos... y tenemos nuestros derechos.