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jueves, 20 de mayo de 2010

A mi novia no la viene la regla (monólogo)


"A mi novia no le viene la regla...

¿Alguna vez han oído decir que cuando estás a punto de morir te pasa toda tu vida por delante? Pues no es el único momento... El otro día mi novia me dijo:
- Cariño, no me viene la regla...
Y yo les aseguro que en ese momento, todo, ¿eh?, pero el pasado y el futuro...
Me vi en una ranchera con cuatro niños yendo al híper. Ya sé que estas cosas pasan... ¡Pero que me pase a mí! ¡A mí!, que cuando me decían:
- Paco se ha casado de penalti.
Exclamaba:
- ¡Será gilipollas! ¡Con la cantidad de cosas que hay para que no te pase esto!

Sin ir más lejos la marcha atrás. Es mi método. Ya sé que me envidian. Yo es que soy partidario de lo natural, naturópata, vamos. Soy el Carlos Sainz de la marcha atrás. Un control, una pericia, una concentración... Lo que pasa es que hace dos semanas iba yo a mi marcha... Suave, suave, haciendo la tabla del diecisiete: "Diecisiete por uno diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro...". ¡Claro!, ¡lo que sea antes que la eyaculación precoz!

Yo tengo una técnica infalible para esto: si veo que voy muy deprisa pienso: "Karmele, Karmele, Karmele..." Y me relajo. Y si veo que la cosa baja pienso: "Claudia Schiffer, Claudia Schiffer, Claudia Schiffer...". Y oye, ¡da gloria verme!

Bueno, como decía, iba yo a mi marcha, diecisiete por una diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro y me llevo tres... Y en el momento clave a ella le dio la tos, y claro, empezó a agitarse y me rompió el ritmo. Yo controlo, ¡pero si ella se pone a improvisar! De todas maneras tiene que ser un retraso. Como mucho se me pudo escapar un espermatozoide, ¡dos todo lo más! ¡También sería casualidad que encontrasen el camino, con la oscuridad que tiene que haber allí!

El caso es que cuando ella te confiesa: "Todavía no me ha venido", te acojonas. Te acojonas tanto que no dices más que tonterías:
- A lo mejor te ha venido y no te has dado cuenta.
- A lo mejor tú te has vuelto imbécil y tampoco lo sabes.
En esas situaciones es cuando se demuestra que los tíos no tenemos ni idea. Nosotros confundimos el método Ogino, con el índice Nikkei:
- Oye tú estás segura de que has contado bien los días, mira que este año es bisiesto.
- Ya, en febrero, pero es que estamos en octubre.
- A lo mejor lo llevas arrastrando desde entonces.
- A ti sí que te arrastraban los huevos, que te da todo igual.
- Huy, qué borde estás. ¡Eso es que te va a venir!

Pero no le viene. Y tu vida cambia. Por la calle no ves más que embarazadas. Bueno, te cambia hasta el humor. Antes, cuando salían en televisión anuncios de compresas, hacías bromas. Ahora no. Ahora se hace un silencio en el salón, una tensión, un mal rollo... Sólo se oye: "Tun, tun, tun, tun, tun, tun, tun... uuuu iiii... ¿A qué huelen las nubes...?". ¿A qué huelen las nubes? ¡A Dodotis!

Estás tan nervioso que no puedes ni trabajar. La llamas cada cinco minutos:
- ¿Ya?
- ¡No! Y deja de llamar que me pones nerviosa.

Así es que te metes en Internet a buscar información. "A ver, regla punto com". Y te sale la Cofradía de la Virgen de la Regla con Rocío Jurado a la cabeza. "No, vamos a probar otra cosa... Retraso punto es". Y te sale Iberia. "Joder, cada vez vamos peor...". Y cuando desesperado pones "Penalti punto com" y te sale José María García... lo dejas. Y es que en Internet no se navega, se naufraga, porque nunca encuentras nada. Y la vuelves a llamar:
- ¿Ya?
- Que noooo, pesao.

Así es que te compras la revista "Ragazza", que has visto que viene un artículo que se llama "La regla, tu mejor amiga". "Vaya, por fin algo científico". Y lees: "El estrés y los nervios pueden retrasar la regla". "Pues ya está, voy a tranquilizarla", te dices. Y la llamas:
- ¿Dígame?
- Ommmmm...
- ¿Quién es?
- Te pesan los párpados...
- Pero tío, ¿tú estás tonto?
- Ommmmm... Imagínate una pradera, con pajaritos... pío, pío, pío... "¡Coño, me ha colgado! ¿Así como le va a venir la regla?... Si es que no colabora". Ya no sabes qué hacer.

Cuando llega a casa y llama a la puerta antes de abrirle le dices por el telefonillo:
- Cariño, ¿ya?, cariño, ¿ya?, cariño, ¿ya?
- ¡Quieres abrirme!
Cuando entras en casa con el Predictor en la mano, ella brama:
- Como salga el circulito, te la corto... ¡Carlos Sainz!
Por cierto ¿por qué se llama Predictor el Predictor? ¡Si no predice nada! Cuando sale el circulito ella ya está embarazada! Si fuese Predictor tendría que haberme avisado antes. Yo creo que en vez de Predictor se debería llamar Terminator.

¿Y lo lento que es? En esos diez minutos te acuerdas de todos los circulitos que han marcado tu vida: los ceros de Matemáticas, las albóndigas de la mili, el Círculo de Lectores, el condón que no te pusiste... Llega un momento en que estás tan nervioso que no quieres ni verlo, y te vas al salón a intentar relajarte: "Diecisiete por uno diecisiete, diecisiete por dos treinta y cuatro... Ommmm, pío, pío, pío... ¡Karmele, Karmele, Karmele!".

Menos mal que no salió el circulito. Y claro, con la alegría del momento... Nos liamos, nos liamos... Pero después del susto lo hicimos con condón. Porque, según el prospecto, un condón es muy seguro, tiene un 97 por cien de fiabilidad. Así que no hay problema, cuando lleve 97 kikis me lo cambio y ya está."

Espero haberte sacado una sonrisa y no haber aburrido.
besos!!!

jueves, 31 de diciembre de 2009

Nochevieja


Dentro de nada… Nochevieja, ¿eh? ¡Qué estrés! Yo en Nochevieja me siento… me siento… no sé…, me siento… como un toro, ¿no? Cuando llega la fiesta miro alrededor y me da la sensación de que todo el mundo se lo está pasando bien, menos yo.

El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix: tienes que llevar calzoncillos rojos, tener algo de oro para meterlo en la copa, preparar las doce uvas… Y contarlas varias veces, porque, como son todas iguales, te equivocas: Una, dos, tres, cuatro… una, dos, tres, cuatro, cinco, seis… Ésta pocha ya la he contado… Una, dos… siete, ocho… ¡Joder, las doce menos veinte! ¡Chavalín, trae el Rotring, que las voy a numerar, como en el Bingo!

Y tu madre: “¿Queréis venir, que se enfrían las gambas? ”

Que ésa es otra: te tienes que comer todo lo que está en la mesa… ¡antes de las doce! Que, con las prisas, más que pelar gambas, parece que estás desactivando una bomba. “¡Coño, las doce menos diez! ¡Mamá, no me da tiempo! ¡Hazme un sándwich con el cochinillo, que ya está terminando Cruz y Raya!”

Y no eres el único que está agobiado, ¿eh? No hay más que ver la tele. Allí están Ana Obregón y Ramón García, explicando a toda España cómo funciona un reloj. Acojonados por si se equivocan: “Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también… serán las doce”. ¡Coño, como todas las noches! “Y entonces bajará la bola y… luego vienen los cuartos, ¡no vayan a empezar a comerse las uvas, ¿eh?” Vamos a ver: ¿por qué nos explican mil veces que no nos comamos las uvas en los cuartos, y nadie nos explica por qué coño tiene que bajar una bola? ¿Qué clase de reloj es ése?

Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo:

Cla, cla, cla, cla… – Eso es la bola: cla, cla, cla…

Din -¡GLUP! -don… – ¡Ah no, que son los cuartos!

Din-don… – ¡Escupid que son los cuartos!

Din-don… – Pfbbbbbbbb…

- ¿Qué son qué?

Din-don… – Los cuartos.

Ton… – ¡Ahora, ahora!

Ton… – ¡Una!

- ¡Que no, que vamos por la segunda!

Ton… – Pues me meto dos…

Ton… – Seis…

- ¿Cómo que seis?

Ton… – A mí ya no me caben más, ¿eh?

Ton… – ¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón!

Ton… – ¡Es que se me ha caído una al suelo!

Ton… – Bgrfds…

Ton… – Bggggdffffff…

Ton… – A mí ya no me quedan…

Ton… – ¡Pues a mí me sobran cuatro!

Ton… – ¡Mamá, el abuelo está morado!

Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena de babas, a darse besos:

- Fffffelifsz año, eeeeeeeeeh, felifzcidadef, grfdddfd…

Y suena el teléfono: ¡Riiiiiiiiiing!

- ¡Pero, coño! ¿Ya están llamando? ¿No se pueden esperar?

- Pues a mí todavía me sobran dos…

- ¡Champán, que alguien abra el champán!

Pero, bueno, vamos a ver, ¿a vosotros os parece lógico empezar el año así? ¡Qué estrés, de verdad! Pero como es Nochevieja… tienes la obligación de divertirte. Así que después te vas a un fiestorro a un sitio en el que, si caben mil personas, el dueño ha decidido meter a cinco mil doscientas. ¡Muy bien! ¡Cuatro mil doscientas más de las que caben! ¡Quédate en la calle si te apetece, con la pelona que está cayendo! Porque en Nochevieja siempre hace un frío que pela.

Así que entras. Lo bueno que tiene ir a un sitio así es que te puede pasar cualquier cosa. A mí el año pasado me ocurrió de todo. Yo estaba tan tranquilo, tomándome mi cubatita de garrafón, cuando de repente un tío me cogió por detrás y me dijo: ¡¡¡¡COOOOOOOOONGAAAAA!!!!! Y, claro, ¿qué vas a hacer?, pues te pones a bailar… ¡Eso te lo hace un tío en el autobús y le partes la cara! Pero como es Nochevieja… ¡Pues, hala! Y de repente te das la vuelta y llevas cien personas enganchadas a tu culo. ¡A ver cómo escapas de ésta! Porque una conga es como una secta: entrar es muy fácil, pero salir es muy jodido. Porque en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla… Bueno, pues iba yo conduciendo mi conga… por mi derecha, cuando, de pronto, me veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante conducida por un gordo con casco de vikingo. Yo le iba a hacer ráfagas, pero como las congas no llevan ni luces ni nada… pues, para evitar la colisión, di un giro brusco a la derecha… ¡Y me tragué entera una columna de espejitos! ¡Siniestro total! Doce heridos leves y una columna de espejitos destrozada. Y yo, con una ceja abierta tirado en el suelo, pensaba: “Joder, como me hagan soplar ahora, la hemos cagao”. Y en ésas, me desmayé. Al despertar estaba en la sala de urgencias, rodeado por todos los de mi conga. Algunos todavía no se habían desenganchado; habían venido corriendo detrás de la ambulancia.

Bueno, las urgencias en Nochevieja, hay que vivirlas. Si en la sala caben cincuenta personas, el dueño ha metido a ciento cincuenta… Como el de la discoteca. Y como allí también es Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la enfermera un collar de hawaiana, y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡que te da una confianza…! El

tío te dice:

- ¿Qué ha sido? ¿Con una moto?

- No, con una conga.

- ¡Ay!, si es que van como locos con las congas…

Cuando salí de allí me quería ir a mi casa, pero como era Nochevieja,

acabé a las ocho de la mañana, con la ceja grapada, en un bareto…

- Oiga, póngame un chocolate con churros a ese módico precio de 4 Euros de ná.

- Pues sólo nos queda Nesquick y algunos dónuses… Es que los últimos churros se los han tomado los de una conga, ¡traían un cachondeo…!

Había un gordo que llevaba un casco de vikingo. ¡No le digo más! Y es lo que yo le digo a los clientes: si no disfrutas en Nochevieja, ¿cuándo vas a disfrutar?”


Os dejo el vídeo por si lo queréis ver.

¡Buena entrada y salida de año!
Mis mejores deseos para tod@s en el año que va a comenzar
¡Hasta el año que viene!

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Poner el belén

Mañana quiero empezar a poner el belén en mi casa, y, como estoy en crisis, antes de hacerlo he decidido llamar a uno de estos consultores para que me asesore sobre como rentabilizar al máximo el tradicional nacimiento. El resultado ha sido sorprendente, y por eso os lo quiero comentar. Las decisiones que voy a tomar son las siguientes:

Pastores. Para nadie es un secreto que en todos los belenes hay más pastores que ovejas, parece absurdo, pero siempre ha sido así. Por supuesto me veo obligado a deshacerme de todos, menos uno. Instalaremos pastores eléctricos (cercas electrificadas) con el fin de controlar a las ovejas, y, una vez instalado, se plantea la posibilidad de sustituir, en breve, al pastor por un perro con experiencia.

Personajes gremiales. Es sorprendente la cantidad de artesanos que puede haber en un belén: el herrero, el panadero, el de la leña, el carpintero (haciendo una desleal competencia a San José que se ha cogido baja paternal), el tendero,... y sin embargo es, también, sorprendente ver los pocos clientes que hay. La decisión que hemos tomado es despedir a todos los artesanos, es duro, pero no ha quedado otro remedio. En su lugar hemos contratado a un chino, que en un pequeño comercio fabricará y venderá todos los objetos que vendían los artesanos. (Si el chino decide subcontratar 15 menores para sacar el trabajo es un tema en el que no nos debemos meter).

Posadero. El chino se hará cargo también de la posada. Además , últimamente habían llegado quejas de atención al cliente por parte de José y María. La posada podría funcionar con el sistema de cama caliente.

Lavanderas. Que manía tienen en los belenes con lavar la ropa, con lo fría que debe estar el agua, con tanta nieve. Se suprimen los trabajos de lavanderas, que además eran ocupados siempre por mujeres. Cada uno se lavará su ropa en los ratos libres, potenciando así la equiparación de sexos en cuestión de tareas domésticas.

Ángel anunciador. Suprimidos casi todos los pastores, no tiene sentido la figura de un ángel anunciador. Se sustituye por un anuncio luminoso, en donde además podremos anunciar las ofertas del chino.

Castillo de Herodes. A Herodes le mantengo en su puesto, no es que haga mucho, pero manda, y no es cuestión de ponerse a despedir directivos. Soldados, me quedo con dos por razones de seguridad, (que bastante calentita está la zona) pero los externalizo. Los contrataré por medio de Prosegur Castillos, para que me presten servicio como guardas de seguridad. Ahorro en costes fijos y gano en flexibilidad.

Paseantes varios. Es sorprendente ver la cantidad de personajes que abundan en un belén sin hacer nada, absolutamente nada. Todos despedidos. Esto lo teníamos que haber hecho hace tiempo.

Paseantes con obsequios. He observado que otro grupo de paseantes, algo menos ociosos, pero no mucho más productivos, se dirige hacia el portal con la más variada cantidad de objetos. Uno con una gallina, otro con una oveja, otro con una cesta, otro con un hatillo (¿qué llevará el misterioso personaje del hatillo?),...

Puesto que todos tienen el mismo destino, organizaremos un servicio de logística, para rentabilizar el proceso. Despediremos a todos los paseantes, uno de ellos se quedará con nosotros por medio de ETT y con ayuda de un animal de carga recogerá las viandas cada tres días y las acercará al portal.

Reyes Magos. Por supuesto con un solo rey es más que suficiente, para llevar el oro, el incienso y la mirra. Eliminamos dos reyes, dos camellos y los pajes. Posiblemente nos quedemos con el rey negro para no ser acusados de racistas, además es posible que quiera trabajar sin que le demos de alta. Tengo que estudiar, también, la posibilidad de dejar tan solo el incienso y vender el oro y la mirra a otra compañía, ya que debemos de reducir al máximo la inversión en regalos de empresa.

Mula y Buey. La única función de estos animales es dar calor. Esta función será desempeñada por una hoguera, que gasta menos combustible. Realizaremos un assessment center con los dos animales, y el que lo superé trabajará como animal de carga en el servicio de logística antes citado.

San José y la Virgen María. Está más que demostrado que el trabajo que hacen ambos en el portal puede ser desempeñado por una sola persona, y evitamos dos bajas de maternidad/paternidad. Por razones de paridad nos quedamos con la Virgen María y, lamentablemente, tenemos que despedir a San José (con lo que había tragado el hombre en esta empresa).

El niño Jesús. A pesar de su juventud tiene mucho potencial, y además parece ser que su padre es un pez gordo. Le mantenemos como becario con un sueldo de mierda, hasta que demuestre su valía.

El Belén queda pues de la siguiente forma: Un pastor, con ovejas en un cercado, un chino con un comercio/posada de 24 horas, Herodes y dos guardas subcontratados, un paseante,por ETT, con la mula (o el buey) haciendo repartos, el rey negro (ilegal), la virgen y el niño.

Va a ser mas soso que otros años, pero me he ahorrado una pasta...

El amante

Un ama de casa recibe a su amante durante el día, mientras su esposo está en el trabajo.
Sin ella saberlo, su hijo de 9 años se esconde en el armario.
Inesperadamente, su esposo llega a casa y ella esconde al tipo en el armario.

El niño ahora tiene compañía y se produce el siguiente diálogo:

El niño:'Está oscuro'
El amante:'Sí lo está'
El niño:'Tengo un tubo de pelotas de tenis'
El amante:'Qué bien'
El niño:'¿Me las quieres comprar?'
El amante:'No gracias'
El niño:'Mi papá está afuera'
El amante:'Está bien, ¿cuánto quieres?'
El niño:'250 euros '

Semanas después ocurre lo mismo, y el niño está en el armario otra vez con
el amante:

El niño:'Está oscuro'
El amante:'Sí lo está'
El niño: 'Tengo una raqueta de tenis'
El amante: '¿Cuánto quieres?'
El niño:'750 euros '
El amante:'Ni de pedo niño, gracias'
El niño:'Mi papá esta afuera, ¿pagas ó grito?'
El amante: 'Está bien? Pero quédate calladito'

Días después, el papá le dice al niño:
'Agarra la raqueta y pelotas, que vamos a jugar al tenis.'

El niño:'No puedo papi. Las vendí.'
El papá:'Pero? ¿Cómo?? ¿Y por cuánto las vendiste??'
El niño:'1000 euros '
El papá: 'Eso es terrible, no debes de cobrar de más a tus amigos.
Eso es más de lo que esas cosas valen. Te voy a llevar para la iglesia para
que te confieses.'

Van para la iglesia y el papá le explica al sacerdote lo que pasó y manda al
niño para el confesionario y cierra la puerta.

El niño:'Está oscuro'.
El cura: 'No empieces otra vez'