SINOPSIS: RUMBO A NINGUNA PARTE
El pasado de Aurora no ha sido un camino de rosas, y por si fuera poco, sabe que la estancia en el internado de Suiza tarde o temprano le pasará factura. Su padre nunca regala nada. Durante mucho tiempo se ha escondido de los demás, y ahora más que nunca, su carácter ha cambiado, y su habilidad para enmascarar lo que siente ha mejorado en muchos sentidos.
La vida de Bruno podría definirse con una palabra: desenfreno. Carreras ilegales de moto, chicas, amigos, fiestas... Ahora debe abandonar Madrid y viajar a Suiza con su hermana para alejarse de esa vida. Su carácter impulsivo y con tendencias a rebasar los límites de lo prohibido, su chulería y la seguridad en sí mismo no harán que la toma de decisiones acerca de su futuro sea algo sencillo.
El primer encuentro entre Bruno y Aurora será como un choque de trenes. Él es irritantemente grosero y soez. Ella estirada e inalcanzable. Pero la chispa saltará desde el primer instante, y pese a que ella tiene prohibido enamorarse, los designios del corazón no se pueden cambiar.
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Me tocó este libro en un sorteo que hizo
la editorial hace algunos meses. Y como este año no quiero dejar de lado las
novelas que me tocan, comencé con esta.
Aurora, huye de un pasado que cada vez
la tiene más encrucijada, su madre la insta a irse a Suiza a un internado,
quizá poniendo tierra de por medio y contándole sus problemas a profesionales,
consiga salir del agujero de tristeza y desesperación en el que se ve enterrada.
Aurora es una joven tímida y arisca, los golpes que le han ido dando en la vida
le han provocado daños colaterales bastantes duros como son: ser antisociable,
no creer en las buenas intenciones de las personas, desconfiar de todo lo que
hay a su alrededor… En Suiza, conoce a Emma, una chica que viene de una familia
acomodada, bastante presumida que dará a su vida un toque de aire fresco,
aunque al principio se muestre reacia a ello.
Emma es la hermana de Bruno, nuestro
protagonista, un chico malote, de esos que gusta a cualquier chica, motorista y
acostumbrado a salirse con la suya. No habitúa a aceptar un NO por respuesta, y
en su radar se encuentra una estirada y desesperante Aurora.
El dicho de ni contigo ni sin ti, viene
como anillo al dedo a esta relación. Una relación que va fraguándose poco a
poco y sobre todo con mucha paciencia, porque ambos tienen mucho que esconder y
les será muy difícil continuar en la tarea de la sinceridad si no dejan a un
lado su orgullo y se dejan llevar por lo que sienten. ¿Lo conseguirán?