El viernes 3 de junio, a las 20:00, se inauguró la exposición fotográfica Las miradas del amor del mercurial Ramón Simón, en la Casa del libro de Sevilla, cuya sala de presentaciones estaba prácticamente llena. Entre los asistentes, además de la familia del protagonista (sus hijas, su madre y Carmela, su prometida), el pintor Paco Broca; el catedrático de Literatura de la Hsipalense, don Rogelio Reyes; la exteniente de alcalde del ayuntamiento de Sevilla, María del Mar Calderón; su marido, el ilustre abogado José Murciano; los poetas Víctor Jiménez, Jesús Tortajada, Enrique Barrero y una nutrtida representación de la tertulia Los Mercuriales, con sus respectivas mujeres en la mayoría de los casos.
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| Vista de la sala, con el pintor Paco Broca y Rogelo Reyes entre los presentes |
El acto fue presentado por el también mercurial Julio Ariza, que puso de manifiesto las virtudes del poeta fotógrafo, tanto profesionales como personales. Sus palabras fueron divertidas y emotivas a partes iguales y especialmente brillante fue el cierre de su presentación, con una paráfrasis del "Autorretrato" de Pablo Neruda dirigida a Ramón.
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| Julio y Ramón: las miradas del amor |
A continuación tomó la palabra Ramón Simón para explicar su proceso de creación (artística, en general) y definir qué entendía por "miradas de amor", con una serie de ejemplos referidos a varios de los allí presentes (especialemente emocionantes fueron las palabras dedicadas a su prometida, Carmela, o a sus hijas). Ramón estaba a gusto, lo cual hizo que su locuacidad connatural aumentase. Contribuyó, asimismo, a crear un ambiente familiar y distendido, aunque no por ello desprovisto de profundidad, antes al contrario.
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| Ramón Simón, el locuaz |
Tras las palabras del protagonista de la noche, el turno fue para los Mercuriales allí presentes (echamos en falta a José Miguel Ridao, que excusó convenientemente su presencia). Cada uno fue leyendo el texto que había compuesto para acompañar las distintas fotos de Ramón, expuestas en la Casa del Libro.
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| De arriba abajo y de derecha a izquierda, los Mercuriales José María Jurado, Jesús Cotta, Juan Antonio González, José Manuel Gómez, Fernando Moral, Alejandro Muñoz y Alonso Coca, en sus respectivas intervenciones |
A continuación fue el turno del poeta sevillano Víctor Jiménez, que se sumó al acto con la lectura de un poema dedicado a la Semana Santa en su barrio, San Bernardo.
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| Víctor Jiménez |
Nuevas lecturas de Ramón (un poema y un relato que también acompañan a la exposición) cerraron brillantemente la primera parte de la velada.
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| Ramón Simón, transido de amor |
Tras el cierre de la presentación, muchos de los allí presentes continuamos la jornada, fieles a nuestra particular costumbre, en la bodega Barbiana, donde dimos cuenta de no pocas cervezas y de algunos manjares dignos de los mejores elogios.
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| En el Barbiana, en una tarde-noche espléndida |
El buen ambiente siguió siendo la nota dominante el resto de la noche y las conversaciones -no podía ser de otro modo- iban pasando de lo más liviano a lo más trascendente, sin solución de continuidad.
Terminado el turno de comidas, aún quedaba tiempo para la penúltima copa, en la azotea de un céntrico hotel sevillano, con unas vistas espectaculares ya a la medianoche.
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| Vista de la catedral desde el hotel Vinci La Rábida |
Allí cayó la última infusión combinada, en un ambiente más que bucólico, en el que no faltaron dos espontáneas que por allí rondaban celebrando sus respectivas despedidas de soltera, sin miedo ni vergüenza, a tenor de sus curiosos atuendos.
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| Los mercuriales más persistentes, al filo de la medianoche |
Tras la copa, la Plaza Nueva fue el lugar de la despedida, cada uno rumbo a sus casas. Hubo algún que otro intento de prolongar aún una copa más, pero no llegó a fructificar. También fue el momento de las últimas bromas, Juanito, tú adónde vas, Yo a mí casa, "Po" llévate esta...
También la Giralda, ahora más cerca, estaba allí. Y también sonreía.
Fotografías de Fernando Moral
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