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Juan Blanco
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Juan Pedro Blanco Rodríguez (Mariel, 29 de junio de 1919 - La Habana, 10 de junio del 2008) fue un compositor cubano de vanguardia. Pionero de la música electroacústica en Cuba. Realizó más de 200 trabajos que incluyen música para coros, música electroacústica y por computadora en todas sus modalidades, espectáculos de multimedia y diferentes ciclos de obras que comprenden música para la danza, el teatro, el cine y la gimnástica.
Sumario
Síntesis biográfica
Vida estudiantil
En su provincia natal realiza sus primeros estudios musicales para después cursar las disciplinas de Armonía, Contrapunto y Composición, esta última en el Conservatorio Municipal de La Habana.
Graduado de Derecho Civil en la Universidad de La Habana en 1942, año al que también corresponde la presentación, en el Registro de Marcas y Patentes, de la memoria descriptiva y la información gráfica de un instrumento musical de su invención al que denominó “multiórgano”.
Se estableció desde muy joven como uno de los defensores de la música académica (“música clásica”) más experimental, sin abandonar la sensibilidad de lo autóctono. Discípulo de José Ardévol y Harold Gramatges en el Conservatorio de La Habana, se definió como heredero del legado cubano y moderno de compositores nacionales como Alejandro García Caturla y Amadeo Roldán.
Trayectoria laboral
Muchos e importantes momentos de la historia musical cubana del siglo XX están relacionados con su labor fundacional y las diferentes responsabilidades que desempeñó en los campos de la música y la cultura artística en general. Miembro fundador de la sociedad cultural Nuestro Tiempo, en 1959, y miembro fundador de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) y presidente de su Sección de Música, en 1961.
A ese año pertenecen el inicio de su importante etapa como profesor de Historia de la Música en el conservatorio Alejandro García Caturla, y su nombramiento como director de la Banda del Estado Mayor del Ejército Rebelde de Cuba. Organizador de la brigada Hermanos Saíz, fue durante más de un lustro crítico musical de la sección “Arte y Literatura” de la revista Bohemia.
En 1979 funda el Taller ICAP de Música Electroacústica, actual Laboratorio Nacional de Música Electroacústica, institución muy activa en el actual desarrollo de este tipo de manifestación en Cuba.
Dictó conferencias e impartió cursos y clases magistrales en universidades y centros musicales de Cuba, Brasil, Canadá, China, Costa Rica, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Hungría, Italia, México, Países Bajos, Polonia, Puerto Rico, Rusia, Suecia, Venezuela.
A partir de 1981 organizó y presidió el Festival Internacional de Música Electroacústica “Primavera en Varadero” el cual continúa celebrándose bienalmente en la ciudad de La Habana. Durante etapas sucesivas se desempeñó como director nacional de música del Consejo Nacional de Cultura, asesor musical del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), asesor musical de la Casa de las Américas, guionista y conductor de un programa sobre música contemporánea en la emisora radial CMBF, vicepresidente de la sección cubana del Consejo Internacional de la Música (CIM-UNESCO) y jurado en varias ediciones del Concurso Internacional de Música Electroacústica del GMEB de Bourges, Francia, para el que compuso, en 1983, la obra Suite de los niños.
Vida profesional
La obra de Blanco puede dividirse en varias etapas: la primera, 1944-1948, él la considera no profesional; desarrolló una expresión espontánea, aunque sus canciones tienen forma de lied y las obras para piano están tratadas como las de Frank Schubert, Johannes Brahms y Federico Chopin.
El instrumento que sirvió de pauta al compositor en esta etapa fue el piano, pues aún no tenía los conocimientos necesarios de instrumentación y orquestación. En este período formativo, Blanco se nutrió con elementos de la música popular, lo que le proporcionó la necesaria experiencia auditiva, y le permitió orientarse, entre 1948 y 1959, hacia lo que sería su etapa nacionalista:
Al Quinteto núm. 1 (para flauta, oboe, clarinete, fagot y violonchelo) lo despoja de cierta solemnidad que se le quería dar ―no en la expresión sino en el manejo de los medios― al introducir en el tema de su segundo movimiento un pregón que trabajó en la primera etapa; y al llevar a un primer plano, en el tercer movimiento, el timbre de la orquesta Aragón, utilizando para ello el violoncello en una función distinta a como tradicionalmente suele desempeñarse, destaca el papel rítmico por encima del melódico.
La elegía (homenaje a los caídos en la lucha revolucionaria), para orquesta sinfónica, la concibe a partir de una microestructura del cinquillo cubano [...][1] no obstante ser una obra eminentemente dramática.
Tríptico coral, Cantata de la paz, Son para turistas y Divertimento, son obras en las que el autor busca un nuevo modo de expresarse. La música creada durante ese segundo período es sólo para ser ejecutada en salas de concierto. Presenta diversidad de formas, en tanto se percibe la necesidad de estructurar libremente más que aferrarse a estructuras preestablecidas o a leyes académicas formuladas. La ausencia de un trabajo armónico propiamente dicho (no le interesa enlazar los acordes a la manera de la armonía tradicional) es también un elemento que caracteriza a esta etapa, así como la utilización extrema de acordes de cuartas aumentadas y quintas disminuidas, que eran “acordes prohibidos” en las clases de composición de entonces (que enseñaban Historia de la composición hasta el siglo XVIII).
Aparece el compositor comprometido, por una parte, con los principios de una determinada escuela de composición y, por otra, con elementos extramusicales. Así, estamos en presencia del músico inquieto, enfrascado en que sus melodías “digan” lo que él quiere, sin detenerse a analizar si determinados acordes son o no los mejores para una idea temática o si está escapando a algunas de las leyes aprendidas. Porque como él mismo afirma: “Cuando estoy trabajando no me detengo a pensar a quién debo seguir ni a quién debo esquivar”, concepción que constituye una forma de hacer, típica de su tercer momento creativo.
Las inquietudes estéticas del compositor llegan a su máxima expresión en la tercera etapa, 1959-1989, en que después de unos inicios de lenta exploración y maduración del nuevo universo sonoro, emerge un Juan Blanco con dominio de nuevos recursos técnicos, que le permiten innovar ad infinitum.
En 1959, Alejo Carpentier puso en contacto a Blanco con las tendencias musicales de la vanguardia europea; en París, lo enfrenta a las audiciones de obras de Pierre Boulez, Pierre Schaeffer, Olivier Messiaen y Karlheinz Stockhausen; en el mismo momento en que estos compositores se habían planteado la creación de un nuevo mundo sonoro. Carpentier incitaba, con su información, la imaginación de Juan Blanco, quien ya buscaba, por medios propios, cambiar su lenguaje musical:
Todos estos medios expresivos forman parte de la obra “de un artista atento a todo nuevo modo de hacer y pensar”.
Música para danza (ballet en tres movimientos para banda magnetofónica), de 1961, constituye su primera obra electrónica realizada con un oscilador de radio; Estudio I, Estudio II (1961-1962) fueron las tres obras estrenadas en la primera audición pública de música concreta y electrónica el 5 de febrero de 1964. Con Texturas (1964) se incorpora por vez primera a la música sinfónica procedimientos aleatorios, seriales y sonoridades en la banda magnetofónica.
Con Octogonales (1971), Blanco inicia la composición de lo que después se incluyó en una serie que ha llamado Estímulos para sonar, que constituyen una nueva forma de hacer, pues en ellas no trabaja sólo con la partitura sino con elementos plásticos, estímulos que propician otra alternativa más de hacer música, de decirla.
Visible es el propósito en el comienzo y en las secuencias que dividen entre sí unas intervenciones perfectamente equilibradas de los instrumentos de viento. La colocación de los demás ejecutantes creaba tres focos de sonoridad en triángulo, cuyo vórtice estuviera en el centro del escenario al pie del director de orquesta, y los dos ángulos restantes en palcos del primer balcón, derecha e izquierda del teatro.
Muerte
Muere producto a un paro respiratorio, el 10 de junio del 2008 en el Hospital Hermanos Ameijeiras de la ciudad de La Habana, donde estaba internado para tratarse problemas renales y de hipertensión arterial.
Fuentes
- ↑ El “cinquillo” es un ritmo muy utilizado en la música cubana del siglo XX, parecido al ritmo sincopado de la clave.
No tiene relación con el cinquillo utilizado en la música académica (o música clásica), que es un grupo de valoración especial constituido por cinco notas musicales que pueden equivaler a seis o a cuatro de la misma especie.
El dosillo representa tocar dos notas contra tres pulsos,
el tresillo: tres pulsos contra dos pulsos
el cuatrillo: cuatro pulsos contra tres pulsos,
el cinquillo: cinco pulsos contra cuatro pulsos, y
el seisillo: seis pulsos contra cuatro pulsos.
Los instrumentistas consideran que el cinquillo académico es el grupo de valoración especial más dificil de interpretar, ya que es más fácil tocar tres notas contra dos pulsos que cinco notas contra cuatro.
- Casa de la Cultura del municipio de Mariel (Artemisa).
- Soy Cubano