Elaboración del tabaco
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Elaboración del tabaco. Elaboración del producto conocido como tabaco y que se obtiene de la planta de igual nombre.
Sumario
Proceso de cultivo
Todo comienza en septiembre, con la preparación del terreno y sigue poco después, en octubre, con la siembra de los planteles de tabaco, unas pequeñas plantas de unos 18 cm. de altura. Tras tres meses de continuo crecimiento, la planta llega hasta 1,70 o 1,80 m. como máximo, entonces se poda la yema superior de cada planta para limitar su crecida y fortalecerla.
Posteriormente se aguarda hasta principios de abril a la recolección de la hoja. La recolección es el inicio de una fase que finalizará a los tres años con el torcido. Vamos a verlo a continuación con algo mas de detenimiento. Como se verá, a poco que se profundiza en el conocimiento de este delicado proceso de cultivo y elaboración artesana de un cigarro puro, nos apercibimos del gran esfuerzo que representa; quizá entonces ya no resulte tan caro como pudiera parecer a primera vista la compra de un buen puro habano artesano.
Partes del puro y tipos de hoja de tabaco
Un cigarro puro esta conformado por tres tipos de hojas con características diferentes y por tanto cumplen funciones muy particulares. Dichas hojas, de afuera hacia adentro, reciben los siguientes nombres:
- Capa o envoltura
- Capote o capillo
- Tripa o relleno
Para confeccionar la capa, se usa exclusivamente la hoja tipo corojo. Para confeccionar el capote y la tripa o relleno se usa la hoja tipo criollo.
El corojo
Es una planta de tabaco híbrida que se usa específicamente para capas y toma su nombre de la famosa plantación "el corojo" donde se desarrolló su semilla por un genetista holandés en 1948. Desde entonces a nuestros días se han logrado diversas variedades de tabaco para capa derivadas de la variedad Corojo, como son la habana 2000, que se utilizan en Cuba, Nicaragua, Honduras, Ecuador y República Dominicana (con muy escasa producción, ya que la capa no se da bien en esa isla), la corojo 92, la corojo 98 y la corojo 99, cepas diferentes que han ido mejorando su rendimiento y su resistencia.
Las capas cubanas son descendientes de la variedad corojo, considerada la mejor capa del mundo, sólo la utilizan los cubanos para sus labores (no la venden). Se caracterizan por ser finas y elásticas, de mucho sabor (dulzonas, por lo que combinan perfectamente con el sabor del tabaco para tripa cubano) y con gran variedad de colores, que pueden ir de los claros a los colorados y maduros. La hoja para capa debe ser: de hojas finas y aterciopeladas, de dimensiones nunca menores de 40 X 20 cm., poca nerviación, excelente combustibilidad, color claro y uniforme y alto contenido de aceites esenciales o resina que posibiliten una adecuada elasticidad.
El criollo de sol
Es la planta de tabaco que se usa para confeccionar tanto el capote como la tripa. Se obtiene preferentemente a partir del las hojas cultivadas a plena exposición solar, aunque determinadas hojas del tabaco tapado que no clasifican como capas también son utilizadas con este fin. Del criollo se obtiene 4 de los 5 tipos de hoja que intervienen en la composición de un habano y originan la diversidad de sabores presentes en las distintas marcas; la planta criollo es la única variedad típica del genuino tabaco Cubano.
En función de la altura de la hoja en relación a la base de la planta cambian sus características y así serán usadas para tripa o para capote. Las plantas de criollo poseen 6 o 7 pares de hojas clasificadas en ligeros, secos, volados y capotes; las hojas situadas al pie de la planta ofrecen un sabor más suave, por ser las de más tiempo y las más sombreadas. Más arriba las hojas tienen mayor fortaleza al estar más expuestas a la luz solar. El ligero se obtiene de las hojas superiores y es más aromático; el seco, de las hojas intermedias es más ligero y de aroma más sutil; el volado, de las hojas inferiores de la planta, es menos aromático, siendo su función asegurar que el cigarro arda correctamente.
Para la tripa o relleno
Es necesario un tipo de hoja que aporte las características intrínsecas de un cigarro, por lo tanto se requieren hojas con alta composición química, contenido en nicotina relativamente altos, sabor fuerte y con cuerpo, aroma intenso, contenido de aceites esenciales y resinas, alta elasticidad y buena combustibilidad. La tripa, en los puros de calidad, se forma con largas hojas de tabaco que ocupan la longitud total del puro para que el cigarro tenga el mismo sabor en toda su extensión y su ceniza tenga consistencia, sin embargo en los puros mecanizados, la tripa está formada por hojas cortadas en trozos pequeños.
La tripa es corazón del cigarro y contiene tres tipos diferentes de tabaco: Ligero, procede de la parte alta de la planta, es la hoja que aporta la fortaleza al sabor del puro; Seco, se obtiene del centro de la planta y es el que aporta el aroma al cigarro; Volado son las hojas de la parte baja de la planta, y aportan la combustibilidad al cigarro. La mezcla de estos tipos de tabacos se denomina ligada. Esta combinación de hojas de tabaco para cada puro constituye la llamada receta de los maestros y es la fórmula de la composición de cada cigarro, obtenida según las especificaciones que se fijen por la mezcla de distintas hojas que forman el cigarro, en función de la variedad de planta, piso foliar que ocupa, origen geográfico.
El carácter de un puro depende pues de esta mezcla, que puede incluir tabacos de varios países, cosechas y años diferentes. El objetivo del mezclador es obtener una liga de sabor agradable.
Fases del proceso de cultivo y elaboración
Preparación del suelo
Las raíces de las plantas de tabaco son muy delicadas, por tanto la selección y preparación del suelo para este tipo de cultivo debe ser muy esmerada ya que se deben crear las
condiciones idóneas para que se produzcan mejores condiciones microbiológicas, lograr una buena movilización de los elementos nutritivos y la perfecta acumulación y conservación de la humedad del suelo. Como se requiere suelos sueltos, no se debe plantar en terrenos con pendientes pronunciadas para evitar el arrastre de tierra o semillas.
Siembra y desarrollo de la planta
El diminuto tamaño de la semilla de la planta del tabaco (un gramo de semilla contiene entre 10 y 12 mil semillas) y por tanto la imposibilidad de enterrar las mismas implica que deba plantarse antes en semilleros. Las minúsculas semillas se plantan en septiembre y se cubren con tela o paja para protegerlas de los rayos del sol; a los 5 u 8 días comienza la germinación del tabaco; a los 10 o 12 días de nacida en el semillero, se inicia la aplicación de insecticidas y de fungicidas. Después de 35 días, hacia la segunda quincena de octubre, las plantas de tabaco alcanzan ya unos 15 a 20 cm de alto y se denominan posturas, entonces se procede a su transplante a las vegas definitivas.
Una vez plantada en la vega, cada planta se trabaja regularmente mediante azada, control de las plagas y sobre todo para eliminar sus yemas terminales y axilares para estimular el crecimiento de las hojas, lo que provoca la aparición de hijos o yemas que serán separadas también; a este proceso se le denomina desbotone del tabaco. Esta fase puede durar unos 45 o 50 días, que el periodo necesario para alcanzar la completa madurez de la planta y poder recolectarla.
Recolección
Quizás sea el trabajo mas duro, pues las hojas hay que recogerlas una a una y a mano, y como máximo dos o tres a la vez. Cada planta de corojo tiene 8 o 9 pares de hojas; las hojas están situadas en niveles distintos, recogiéndose por cada nivel de forma independiente cuando están maduras, a intervalos de 6 ó 7 días: el ciclo completo de recolección de una planta dura unos 40 días.
Las hojas de corojo y de criollo, son llevadas a las casas del tabaco para su desecación natural previa a la la fase de fermentación. Las casas se orientan según los puntos cardinales, de este a oeste, a fin de que el sol solo caliente el frente y la trasera al amanecer y al atardecer; la casa del tabaco está cerrada mientras dura la curación de las hojas.
Curación o secado
En las casas del tabaco, los trabajadores deben vigilar la humedad, la temperatura y las lluvias; según varíen estos factores, abren y cierran sus puertas. Uno de los primeras actuaciones que deben realizar es el ensarte; las ensartadoras, con grandes agujas, unenpor pares las hojas y las colocan en largos palos de madera de unos 4 o 5 metros de largo, llamados cujes; estos cujes se suben a unos maderos horizontales llamados barrederas donde se apoyan sus extremos; en cada jornada, se completan unos 100 cujes, por lo general.
El Tabaco se cura o seca al aire, durante unos 50 días; este proceso, largo y natural, se supervisa de forma constante asegurando temperatura y humedad controladas; las hojas ensartadas, se sitúan cerca del suelo y, cuando se van secando, se suben a la parte superior de la casa del tabaco. Primero las hojas se marchitan y van adquiriendo un color amarillo oscuro y luego, gracias al proceso de oxidación y pérdida de la clorofila, toman el color dorado-rojizo que indica que están listas para la 1ª fermentación del tabaco. Tras el proceso de secado se procede al zafado o amarre del tabaco.
Fermentación
El proceso de fermentación se realiza en diferentes momentos y con distintos procedimientos tecnológicos, según el comportamiento de las sustancias químicas presentes en las hojas. Los principales momentos en que se realiza la fermentación son los siguientes:
- En pilones, en la casa de curación.
- Durante la fase de selección o escogida.
- Durante el despalillo.
- Añejamiento.
- En cualquier otro momento que se considere necesario.
Una vez que disponemos de la hoja secada, se procede al zafado o amarre del tabaco; de esta fase depende, en gran parte, la calidad del futuro Habano. Las hojas ensartadas en los cujes (1000 a 1500 por unidad) se bajan. Para el corojo la bajada se realiza por la mañana, cuando no hace mucho calor pues en caso contrario, al manipularlas, la hoja de tabaco puede quebrarse si está demasiado seca; finalmente, el zafador corta el hilo para liberar las hojas.
Una vez curadas, las hojas de tabaco de cada cuje se amarran en mazos llamados gavillas (30 a 50 hojas) y se llevan a las casas de fermentación o curación; las gavillas se colocan en pilones de 0,5 m de alto. La 1ª fermentación comienza con la propia humedad presente en las hojas y puede durar hasta 30 días. Este proceso reduce las resinas en las hojas de tabaco, que toman un color más uniforme, antes de pasar a las labores de escogida. Los pilones se supervisan constantemente para comprobar que mantienen la temperatura adecuada; si la temperatura del tabaco supera los 35º, se deshace el pilón y se sacuden y orean las hojas antes de apilonarlas de nuevo.
Escogida o selección
- Se preseleccionan los manojos de tabaco en rama situados en unos atados llamados matules, con arreglo a un mismo corte.
- Se procede al zafado del tabaco, consistente en sacudir las hojas para despegarlas.
- Se moja para facilitar su manipulación.
- Se seleccionan las hojas de las distintas clases de capa para luego pasar al rezagado donde las capas se clasifican según el tipo de tabaco, considerando su textura, tamaño y grado de defecto.
- Se agrupan las hojas de tabaco por clases, es la fase de picadero.
- Se amarran las hojas, agrupadas por clases, en gavillas o manojos de 40 ó 50 con una cinta por su cabeza, es la fase de engavillado.
- Las hojas engavilladas se meten en una cesta y pasan al manojeador, que toma dos gavillas en cada una de sus manos y las ata por la cabeza, dándoles vueltas con una cinta, es el manojeo. Tras esto, endereza las hojas, las plancha y pasa otra cinta hasta llegar al tope del manojo, donde remata con un nudo.
- Segunda fermentación: Se colocan las oscuras hojas de Tabaco en burros de madera, donde permanecen de 1 a 3 meses según la clase de tabaco; se realizan sistemáticas mediciones térmicas y conocer qué temperatura requiere cada clase para una buena fermentación.
- Se preparan los embalajes o tercios, formados con manojos de tabaco, cerrados en yaguas; esta fase se denomina enterciado.
- Abiertos los tercios, se sacan las gavillas y despegan las hojas que han perdido humedad y están frágiles; es por esta razón por lo que hay que proceder a la moja donde el mojador mete las gavillas en un estanque de agua y las rocía con un atomizador, tras lo cual el sacudidor las sacude con cuidado.
- Tras la moja, las gavillas pasan al cuarto de orear, donde se cuelgan durante cinco horas en un ambiente con 95º de humedad.
- Luego, del oreado, la hojas de capa van al despalillo y, finalizado éste, al rezagado; en los talleres de despalillo se seleccionan las hojas por su tamaño (las rotas van para tripa) y se ponen una sobre otra punta con punta. El despalillo es quitarle la mitad de la vena central a las hojas destinadas a tripa, un cuarto a las destinadas a capote y toda a las elegidas para capa, formando dos bandas. Para el corte se utiliza una pieza de metal en forma de uña, después la vena se hala para no romper la hoja.
- Las hojas de tabaco se colocan en una tabla y se planchan con una prensa; en grupos de 25 medias hojas pasan a la galera para su torcido.
- La hoja para tripa, una vez despalillada, se coloca en tendales o parrillas, que son una especie de bastidores hechos con varillas de madera distanciadas unos 4 o 5 cm. que se viraban cada cierto tiempo para que la hoja perdiera cierta humedad; posteriormente se embarrilaba en grandes barriles de madera bien tapados para dar a la hoja empalme, que significa que la hoja en el barril pierde la melaza natural, quedando mejor curada para su elaboración por el torcedor. Se consigue mejorar la combustión evitando que se apagase con frecuencia sin que el cigarro pierda su aroma.
Proceso de elaboración
Largo y delicado resulta el proceso de elaboración de un buen cigarro puro, desde la plantación hasta el control de calidad, empaquetado, anillado, distribución y almacenamiento en un entorno adecuado de temperatura y humedad, pasando por la elección de las hojas para las distintas partes del cigarro y del propio torcido, llevadas a buen término por personal altamente calificado.
Torcido
El torcido del cigarro se realiza en la galera; la galera de la fábrica suele ser la sala o pieza más clara y amplia del inmueble. El artesano o artífice de este trabajo se llama torcedor y utilizará para ello los siguientes elementos: un tablero, una cuchilla o chaveta, una guillotina, goma vegetal, una prensa y moldes. Los torcedores, clasificados según su destreza, crean las distintas vitolas y marcas de Habanos.
La carrera de un maestro torcedor comienza trabajando al menos dos años de aprendiz; los que superan esta categoría deberán trabajar otros seis años más como mínimo para dominar todas las modalidades existentes. Los criterios de ascenso son muy rigurosos pudiéndose tardar hasta veinte años en alcanzar la categoría de maestro torcedor. Cada torcedor hace entre 60 y 110 habanos diarios, dependiendo del tamaño del puro y se ganan salarios muy superiores al resto de los trabajadores cubanos. Además, reciben dos habanos diarios para su consumo.
Una figura importante en la galera es el lector; en un capítulo específico, un poco mas abajo en esta misma sección, se exponen algunos datos sobre esta curiosa figura de los talleres torcedores. Existen tres métodos distintos para confeccionar los cigarros puros:
- Manual: siguen un proceso totalmente manual.
- Mecanizado: todas las fases del proceso se realizan con máquinas.
- Mixto: una máquina forma la tripa y la cubre con el capote, mientras la capa se tuerce a mano.
El tabaco cubano
Lo más importante para conseguir el mejor cigarro puro es disponer de las mejores hojas de Tabaco. Hoy en día casi es conocido que las mejores tierras para obtenerlas radican en el extremo occidental de la isla de Cuba, en las famosas vegas de Vuelta Abajo, provincia de Pinar del Río, y en particular las de San Luis y San Juan y Martínez.
Todavía sigue siendo un secreto la enorme calidad de los tabacos de esta región única, aunque se supone que radica fundamentalmente en el clima y los suelos ricos en nitratos de esta zona privilegiada por la naturaleza que propician que se den esas características únicas. Incluso en otras zonas de la isla de Cuba se ha intentado imitar las condiciones ambientales mediante invernaderos especiales, se han utilizado semillas de plantas cubanas, se ha llevado tierra de esta zona en camiones para plantarlas sobre ella, pero sin conseguir lo que la naturaleza ha logrado de forma espontánea.
Algunos fumadores afirman que los tabacos de la República Dominicana, cultivados a partir de semillas cubanas por expertos formados también en Cuba, han mejorado tanto en los últimos años que pueden competir hoy con las mejores marcas cubanas; sin embargo, sin dejar de reconocer la gran calidad de los cigarros dominicanos todavía la supremacía del Habano es incuestionable. La hoja tipo connecticut procedente en su mayoría de la República Dominicana y Honduras es de una calidad incuestionable.Los cinco distritos o zonas tabaqueras de cuba son: Vuelta Abajo, Semivuelta, Partidos, Remedios y Oriente. El clima y subsuelo de estas o zonas tabaqueras cubanas es ideal para el cultivo del tabaco; el terreno es profundo, rico en minerales y arenoso.