Tahití (Francia)
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Tahití. La isla más grande de la Polinesia Francesa, un territorio de ultramar francés localizado en las Islas de la Sociedad, al Sur del Océano Pacífico.
Su capital es Papeete y consiste principalmente en dos porciones de tierra conectadas por el istmo de Taravao: Tahiti Nui o Gran Tahití, ubicada al noroeste y Tahiti Iti o Pequeña Tahití, ubicada al sureste. En total el territorio comprende unos 1.042 km² y su punto más alto es el Monte Orohena.
En 2002 la isla tenía 169.674 habitantes, los cuales se dedican principalmente a la industria del turismo. Los idiomas más utilizados son el tahitiano y el francés.
Sumario
Ubicación
Tahití y sus islas se extienden sobre un territorio marítimo de 4 millones de km2, superficie equivalente a la de Europa. Sus tierras emergidas y repartidas en 118 islas ocupan una superficie de 4.000 km2.
En el archipiélago de la Sociedad, se encuentra a 17°32 de latitud Sur y 149°34 de longitud Oeste, y está situada entre California (a 6.200 km.) y Australia (a 5.700 km.).
De Tokio le separan 8.800 km. y 7.500 de Santiago de Chile. Todos estos puntos son puentes de entrada a las islas. De la metrópoli, Francia, están a 17.100 km.
Tradiciones y cultura
Uno de los mayores alicientes de esta tierra reside en sus gentes y en sus tradiciones, de las que podemos ser partícipes en los festivales y competiciones deportivas contempladas anualmente en su calendario. Encuentros como el Heiva i Tahití o el Festival de las Artes Tradicionales de las Islas Marquesas, que se celebra cada cuatro años, son enriquecedoras muestras de la efervescencia cultural isleña.
A semejanza del baile, el tatuaje es un valor cultural enraizado. Están cargados de simbología y adornan la piel tanto de hombres como de mujeres con motivos geométricos, vegetales o animales. Son verdaderos maestros de este arte.
En Raiatea, la isla más espiritual de Tahití y sus islas, se podrá descubrir el mayor y más antiguo marae, templo sagrado, centro del poder religioso y político de los primeros pobladores de las islas. Hoy es un enclave lleno de magia que no hay que dejar de visitar.
Naturaleza
El relieve abrupto y el cauce de los ríos en el interior de las islas permiten practicar todo tipo de deportes al aire libre; entre ellos sumergirse en manantiales naturales o explorar los túneles de lava en la zona de Hitiaa en Tahiti.
Para los amantes de la ornitología, existen excursiones específicas que permiten conocer cada una de las especies locales. Aquellos que compartan pasiones como la botánica o la astronomía encontrarán igual riqueza.
Atracciones
Explorar un universo de 118 islas agrupados en 5 archipiélagos. Entre verde intenso y aguas turquesas, se descubren las Islas de Sociedad de origen volcánico (Bora Bora, Moorea y Raiatea).
Práctica del submarinismo en el archipiélago de las paradisíacas Tuamotu (formado por 76 islas y atolones). Descubrir el punto salvaje de las Marquesas; asistir a la concentración anual de ballenas jorobadas en las islas Australes y explorar las Gambier.
El lujo de la naturaleza. En la búsqueda por lo exclusivo encontramos en Tahití y sus islas excursiones y actividades que son únicas en su especie, auténticas aventuras que no se pueden vivir en ningún otro punto del planeta. Se trata de un extra de emoción, de vivir experiencias diferentes y explorar todos los medios: mar, aire y tierra.
Una Infraestructura turística de más alto nivel. Es fácil desplazarse entre las distintas islas con las ofertas de Air Tahiti y hay un puente aéreo entre Tahití y Moorea (10 minutos con Air Moorea). El “Air Tahiti Airpass” ofrece interesantes ofertas para los combinados entre islas. Air Archipiels posee aviones para exclusivos alquileres privados.
Podrás practicar actividades náuticas, marinas o submarinas en unas condiciones excepcionales y encontrarás unos puertos recreativos magníficamente equipados.
Siempre estarás recibido de forma jovial y abierta, con un servicio impecable por los Tahitianos.
Vista desde el arte
En el siglo XVIII, los explorados mares del Sur ofrecían la última oportunidad de encontrar el paraíso. Pero cuando Louis Antoine de Bougainville zarpó hacia el Pacífico en diciembre de 1766, sus principales motivos eran la exploración, la colonización y la apertura de nuevos mercados. Después de meses de trabesía, Bougainville dio con Tahití, tomando posesión de la isla en nombre del rey de Francia, Luis XV, el 6 de abril de 1768.[1]
Este mito del "paraíso encontrado", atrajo a escritores y artistas como los pintores Paul Guaguin (francés) quien vivió un período en la isla y cuyas representaciones coloridas de la vida tahitiana hicieron de esa tierra un sitio aun más popular, además de que se convirtió en el pintor francés que inspiró a los vanguardistas; y William Hodges (inglés), quien se embarcaría en el segundo viaje de James Cook y se encargaría de realizar las más bellas pinturas de aquellos paisajes exóticos jamás vistos en Europa conservándose sus grabados y lienzos en los decorandos de las paredes de la burguesía británica deseosa de participar del exotismo que impregnaban los viajeros de la época.[2]
Notas y referencias
- ↑ Louis Antoine de Bougainville. Dictionnaire des noms propres. Consultado: 21 de noviembre de 2018.
- ↑ Divulgar con Arte. Por qué James Cook contrató a William Hodges. Ciencia con arte, 10 de agosto de 2017. Consultado: 21 de noviembre de 2018.