El cine ruso se distingue por su escala épica, su profundidad filosófica y su lenguaje visual innovador. A menudo explora la historia, la ideología y la psique humana, con una tradición de realismo psicológico y experimentación artística. El cine ruso contribuyó con teorías revolucionarias sobre la edición y, más tarde, con un enfoque espiritual del lenguaje cinematográfico. Sigue siendo conocido por combinar la experimentación formal con profundas exploraciones sobre la resistencia y las creencias.