Esta ha sido mi primera vez leyendo a Guri Nojiro y solo puedo decir que espero que no sea la última. Aunque aún no han traído ninguno de sus trabajos a nuestras fronteras, he comprobado que hay al menos dos títulos más disponibles en inglés, así que en cuanto pueda les echaré un ojo porque me ha gustado mucho tanto su forma de contar la historia como su estilo artístico.
Uno de los protagonistas de esta historia es Kiri, un director de orquesta que no está atravesando su mejor momento. Laboralmente, ha tenido tiempos mejores y su relación con los compañeros de orquesta va de mal en peor, lo que dificulta aún más su labor. La situación, ya de por sí complicada, se termina de torcer por completo cuando tiene una accidente durante un ensayo y su médico le dice que necesita descanso urgente y dejar de beber. Así, se ve obligado a tomarse unas vacaciones forzosas y a ver cómo otro director lo sustituye, por lo que decide regresar a su pueblo natal.
Allí encontrará a nuestro otro protagonista, Osamu, un chico del pueblo muy jovial y cercano que adora su música y que no cabe en sí de gozo cuando descubre que el dios de todas sus fantasías va a pasar una temporada con ellos en el pueblo. Osamu, por supuesto, tiene su propia historia, muy relacionada con su fascinación por Kiri y su trabajo, así como con su dedicación por su familia. Pero de esto no os voy a contar nada, y os animo a que leáis el manga para descubrirlo.
La relación de ambos es divertida y adorable desde el principio. Kiri y Osamu son totalmente diferentes: mientras que Kiri se siente solo (aunque no quiera admitirlo, ni ante sí mismo) y la única persona que le hizo sentirse realmente querido ya falleció hace años, Osamu es un ser social que ama estar con su familia y ayudar a sus vecinos. Esta oposición de ambos juega muy a favor de la trama, y la autora consigue desarrollar bien su historia, de forma divertida, por lo que vemos cómo Osamu se "impone" a Kiri, impidiendo que se quede encerrado en su casa vacía a lamerse las heridas.
Osamu hará que Kiri recuerde la calidez del amor y la compañía, y que recupere esa chispa que la amargura y la soledad le habían hecho perder. Kiri, a su vez, es clave para que Osamu consiga superar su pasado y mirar hacia el futuro.
Al ser un toma autoconclusivo, no podemos pedir tampoco un margen amplísimo de desarrollo. Pero el resultado es bastante satisfactorio. Me ha gustado el ritmo al que Kiri se va aclimatando a la realidad que supone Osamu y cómo poco a poco va aclimatándose a la calidez que le proporciona. Es adorable ver cómo el acercamiento entre ambos acaba derivando en algo más que Kiri no será capaz (ni querrá) resistir.
Y, como ya he dicho al principio, el arte de Guri es una preciosidad. Me encanta su estilo, y no solo porque sus dibujos sean una preciosidad (que lo son) sino también porque me gusta mucho lo bien que reflejan sus personajes las emociones.
Publicar un comentario
DEVUELVO COMENTARIOS, así que no se admiten enlaces ni ningún tipo de promoción, todo comentario que lo contenga será eliminado.
¡Gracias por comentar! ♥