Miguel I de Portugal
Miguel I de Portugal | ||
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Rey de Portugal | ||
Rey de Portugal | ||
11 de julio de 1828[1]-26 de mayo de 1834 (5 años y 319 días) | ||
Predecesor | María II | |
Sucesor | María II | |
Información personal | ||
Nombre completo | Miguel María del Patrocinio Juan Carlos Francisco de Asís Javier de Paula Pedro de Alcántara Antonio Rafael Gabriel Joaquín José Gonzaga Evaristo | |
Tratamiento | Majestad Fidelísima | |
Nacimiento |
26 de octubre de 1802 Lisboa, Portugal | |
Fallecimiento |
14 de noviembre de 1866 (64 años y 19 días) Karlsruhe, Gran Ducado de Baden | |
Sepultura | Panteón de los Braganza en el Monasterio de San Vicente de Fora | |
Familia | ||
Casa real | Braganza | |
Padre | Juan VI, rey de Portugal | |
Madre | Carlota Joaquina, infanta de España | |
Consorte | Adelaida, princesa de Löwenstein-Wertheim-Rosenberg (matr. 1851) | |
Hijos | ||
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Firma | ||
Miguel I de Portugal, apodado «el Absolutista» (Lisboa, 26 de octubre de 1802-Karlsruhe, 14 de noviembre de 1866) fue rey de Portugal durante la guerra civil portuguesa.
Después de su derrota en las guerras liberales que se desarrollaron entre 1828 y 1834, y su consecuente rendición en Evoramonte, fue despojado de su estatus de miembro de la familia real y los tribunales declararon que el entonces ya exinfante Miguel y todos sus descendientes estuvieran siempre excluidos en la sucesión al trono portugués y bajo pena de muerte si regresaban a Portugal. La Ley de Expulsión de la rama miguelista también fue promulgada por la República Portuguesa.
Biografía
[editar]Era el segundo hijo del rey Juan VI de Portugal y fue rey de Portugal entre 1828 y 1834 durante la guerra civil portuguesa.
Miguel no estaba destinado a ser rey de Portugal, pero su hermano mayor, el príncipe Pedro de Braganza, renunció a la sucesión para proclamar la independencia de Brasil, al cual separó políticamente de Portugal en 1822, fundando Pedro el Imperio de Brasil como estado autónomo. Ante ello, la sucesión al trono lusitano recayó en la sobrina del conservador príncipe Miguel y él fue llamado a ser regente durante su minoría de edad.
Miguel de Braganza era un admirador del canciller Metternich de Austria y políticamente un conservador que creía en la monarquía absoluta y que rechazaba todo intento de otorgar poder político a la población al alegar que la ignorancia de las masas hacía conveniente un rey de poderes omnímodos que asegurase la estabilidad del país.
Lideró dos revoluciones contra su padre en la década de 1820, la Vilafrancada en 1823, con la cual consiguió que las Cortes liberales de 1820 fueran disueltas y se devolviera a su padre el poder real absoluto; pocos meses después el príncipe Miguel dirigió la fallida Abrilada en 1824 para dominar las decisiones del propio Juan VI en tanto el rey se negaba a derogar la Constitución de 1820 y restablecer el absolutismo, huyendo Miguel al exilio en Austria con esta última sublevación.[2]
Durante su estancia en Austria el príncipe Miguel trabó conocimiento personal con el absolutista canciller austriaco Klemens von Metternich y se adhirió plenamente a sus ideas.[2] Al morir el rey Juan VI en marzo de 1826, el gobierno del reino quedó encargado a un Consejo de Regencia en Portugal presidido por Isabel María de Braganza, hija de Juan VI.[2] El heredero aparente era el emperador de Brasil Pedro I pero este abdicó en su hija de siete años, María, para evitar las pretensiones de su hermano Miguel. Esta abdicación quedó condicionada hasta que fuera aceptada la Carta Constitucional de 1826 y su hija casara con su hermano.[3] Al ser menor de edad, la reina María II, Pedro IV requirió a Miguel asumir la regencia el 3 de julio de 1827, pero antes le pidió jurar lealtad a la Constitución. Miguel aceptó y salió de Viena hacia Lisboa, llegando a la capital portuguesa por mar el 22 de febrero de 1828.[2] Cuando Miguel llegó a Lisboa asumió el rol de lugarteniente general del Reino pero solo con gran dificultad y voz entrecortada participó en el juramento de lealtad a la Constitución cuatro días después, quedando la incógnita de si Miguel aceptó o no ese juramento.
Finalmente, ante las demandas de los aristócratas absolutistas, Miguel disolvió las Cortes el 13 de marzo de 1828,[2] sin convocar otras nuevas, ganando apoyos entre la nobleza absolutista y el clero hasta que el 11 de julio de 1828[1] fue proclamado monarca absoluto, aboliendo la constitución establecida por su hermano Pedro y expulsando del trono a su sobrina María; tras algunos breves combates, Miguel impuso su autoridad en todo el país, salvo la isla de Terceira.
Miguel intentó conseguir ayuda internacional para su régimen, pero el gobierno del duque de Wellington en el Reino Unido cayó en 1830, justo antes de que concediera el reconocimiento oficial a Miguel como monarca. En 1831, Pedro de Braganza abdicó del trono del Imperio de Brasil y se trasladó a las islas Azores, desde donde lanzó ataques navales a Portugal hasta que logró desembarcar una fuerza apreciable e inició una guerra civil entre ambos hermanos. Tras tres años de guerra civil, Miguel perdió gran cantidad de partidarios debido a su régimen excesivamente violento y brutal, además de perseguir a súbditos de Gran Bretaña o Francia por sospechas de liberalismo, lo cual hizo que ambos gobiernos le retirasen su apoyo. Incluso llegó a una alianza informal con el infante Carlos María Isidro de Borbón, que dirigiría las Guerras Carlistas en la vecina España, lo cual le ganó a Miguel la enemistad del gobierno de la reina española Isabel II.
Casi sin apoyos internos o externos, y con varias derrotas militares, Miguel se vio obligado a abdicar el 26 de mayo de 1834 y fue enviado al exilio por el vencedor Pedro.[2]
Matrimonio y descendencia
[editar]En pleno periodo de su reinado, mantuvo una relación duradera con Antonia Francisca Ribeiro do Carmo, una noble portuguesa que vivió entre Portugal e Italia y con quien el rey tuvo su primera hija natural, María Asunción de Braganza, en 1831, reconocida públicamente, años más tarde, en 1839. Debido a que esta niña nació antes de la aplicación de la Ley de Prohibición que, después de las guerras liberales, forzó al exilio el rey y sus descendientes, y con adición de los hechos de que la presente hija natural nació durante el reinado de su padre y fue reconocida por él mismo, ella misma reclamó derechos de sucesión al trono de Portugal.
Más tarde, en 1834, en el último año de su reinado y poco antes de la aplicación de la Ley de Prohibición, el monarca aún tuvo una segunda hija natural, María de Jesús de Braganza, con una mujer de origen humilde residente en Santarém. Esta segunda hija, porque la madre no pertenecía a la nobleza portuguesa, no pudo disfrutar del mismo reconocimiento público como la primera hija natural del monarca; sin embargo, el rey le dio, como a su primera hija, el derecho a utilizar los sobrenombres reales para efectos de registro de bautismo y para semi-legitimación paterna. Esta hija reclamó derechos de sucesión y tuvo descendencia.
Entre los motivos que llevaron a Miguel I para hacer el reconocimiento de sus dos primeras hijas naturales fue su necesidad de hacer valer sus derechos dinásticos perdidos por la Constitución portuguesa de 1838 y para garantizar descendientes en su dinastía.
En el exilio se casó con la princesa Adelaida de Löwenstein-Wertheim-Rosenberg, hija de Constantino José, príncipe heredero de Löwenstein-Wertheim-Rosenberg y de la princesa María Inés Enriqueta de Hohenlohe-Langenburg. De esta unión nacieron siete hijos:[2]
- María de las Nieves (1852-1941), casada con Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este, hijo del pretendiente carlista Juan, conde de Montizón.
- Miguel de Braganza (1853–1927), abuelo del actual pretendiente al trono Eduardo Pío.
- María Teresa (1855-1944), casada con el Archiduque de Carlos Luis de Austria.
- María José (1857-1943), casada con el príncipe Carlos Teodoro, duque de Baviera.
- Adelgunda (1858-1946), casada con Enrique de Borbón-Parma, conde de Bardi.
- María Ana (1861-1942), casada en 1893 con el gran duque Guillermo IV de Luxemburgo.
- María Antonia (1862-1959), casada con el duque de Parma, Roberto, y madre de Zita de Borbón-Parma, última emperatriz austrohúngara.
Miguel vivió el resto de sus días sin poder retornar a Portugal, en tanto Pedro retiraba derechos sucesorios a los descendientes de Miguel, que adoptó en el exilio el título de duque de Braganza. Murió en Alemania el 14 de noviembre de 1866.[2]
Títulos y tratamientos
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Ancestros
[editar]Véase también
[editar]Referencias
[editar]- ↑ a b Fernandes, Paulo Jorge (2023). «A reunião dos «três estados» em 1828». Universidade Nova de Lisboa (en portugués). Lisboa. Consultado el 25 de agosto de 2024.
- ↑ a b c d e f g h «Miguel (D.).». Portugal - Dicionário Histórico, Corográfico, Heráldico, Biográfico, Bibliográfico, Numismático e Artístico (en portugués) IV. pp. 1099-1104. Consultado el 10 de febrero de 2014.
- ↑ Gazeta de Lisboa, Números 152-307. Imprensa Nacional. 1826. p. 645.
- ↑ Se utilizó su título de nacimiento para dejar clara la línea sucesoria, su hermano mayor era el padre de su esposa, Pedro fue rey por el derecho de su esposa
- Birmingham, David (1995). Historia de Portugal. Cambridge: Cambridge University Press.
Enlaces externos
[editar]- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Miguel I de Portugal.
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