Conectados para El Amor
Conectados para El Amor
Conectados para El Amor
LA RELACION ES PRIMERO
Cuando empezamos una relación, queremos ser importantes para nuestra pareja, ser visibles y valiosos.
Queremos saber que nuestros esfuerzos son percibidos y apreciados. Queremos saber que nuestra pareja
considera importante nuestra relación y no la relegará a un segundo o tercer plano por causa de un competidor,
una tarea o alguna otra cosa. Esperamos sentirnos enteros, o creer que encontramos nuestra alma gemela, y
esperamos que esta profunda conexión sostenga nuestra relación.
Está basado en compartir y respeto mutuo. Ninguno espera que el otro sea alguien diferente a sí mismo, y ambos
usan este conocimiento compartido como medio de protección mutua en situaciones públicas y privadas. La
burbuja de pareja es un término que me gusta utilizar para describir la membrana, capullo o matriz construida
mutuamente, que mantiene unida a una pareja y los protege de los elementos externos. Una burbuja de pareja es
un entorno íntimo que los compañeros crean y mantienen juntos.
En la actualidad, muchas parejas comparten ideales sobre las relaciones amorosas, aunque sus relaciones
amorosas previas no correspondan con esos ideales. Ése es el problema, porque el meollo de la historia personal
siempre anula los ideales. Si, por ejemplo, no observamos devoción en el matrimonio de nuestros padres, no
tendremos modelos positivos para amar sobre los cuales basarnos en nuestra vida adulta. Si nunca observamos
interés recíproco, sensibilidad ni sanación en el matrimonio de nuestros padres, es posible que esos valores nos
eludan.
Una razón obvia por la que las personas forman una pareja es la procreación. Si a una edad temprana
experimentamos seguridad y un amor en el que podíamos confiar, llevamos esto con nosotros. Ya como adultos,
somos capaces de formar nuevas relaciones primarias de apego. Nos sentimos capaces de ser fuertes, amorosos y
seguros. Por otra parte, si en una etapa temprana nuestra relación con los cuidadores no fue segura, y el cuidador
parecía no valorar su relación con nosotros sobre todas las cosas, es posible que tengamos miedo o nos preocupe
empezar una relación.
Las influencias tempranas afectan cómo nos sentimos ahora con las relaciones, y si socavan nuestra habilidad
para formar los tipos de lazos que queremos en la vida en estos momentos, podemos trabajar para resolverlas
Hacer el pacto: Colocar el bienestar, autoestima y alivio de tu pareja primero, y también significa que tu
pareja hace lo mismo, entre ustedes se dicen: “Nosotros somos primero”. Las parejas que celebren un
acuerdo de burbuja de pareja tienen que creerlo y poseerlo para apreciarlo en su totalidad. Tienen que
estar comprometidos en todo momento. Cuando los compañeros no honran la burbuja de pareja y se
quejan de que no están siendo bien cuidados, la razón suele ser que reciben justo lo que están dando.
Estamos listos?: Al principio de la relación nos enamoramos perdidamente y nos cautiva la maravillosa
esperanza y admiración mutua que sentimos. Nuestro cerebro se inunda de dopamina y noradrenalina,
dos químicos que aumentan la emoción, concentración y atención. En una nueva relación, estamos muy
emocionados apuntando hacia las estrellas, y asumimos que resolveremos todo una vez que lleguemos.
No obstante, si queremos que la relación tenga posibilidades de llegar a su destino, éste es el momento
justo en que debemos resolverlo.
Manteniendo el acuerdo: Esta carga mutua determina el nivel de gratitud y valoración que ambos pueden
experimentar. Si piensas en ello, cuando el camino se torna difícil, la burbuja de pareja es lo único en lo
que puedes confiar para mantener tu relación. Los dos mantendrán el acuerdo fundamental de “Nosotros
somos primero”.
Las habilidades de supervivencia del cerebro pueden ser contrarias al amor y las relaciones. Las cosas que
hacemos para evitar ser asesinados son exactamente las cosas que nos alejan de empezar o mantener
una relación.
PRIMITIVOS Y EMBAJADORES
Actúan sin tu permiso. Son los primeros en la línea de mando con respecto de los reflejos de
supervivencia, y su función es invalidar todas tus otras necesidades y deseos. Contrario a nuestro cerebro
bélico, ésta funciona como nuestro cerebro amoroso. Podemos decir con seguridad que ha sido
conectado para amar. Los embajadores son la parte racional, social y muy civilizada de nuestro cerebro.
Manteniendo la paz: el vago sagaz: nos ralentiza, parte de nuestro sistema de compromiso social,
a través del cual el cuerpo estimula o socava nuestra habilidad para relacionarnos con el otro.
Manteniendo las cosas claras: el hipocampo: es importante porque se dedica a colocar los
eventos de las relaciones en el tiempo, su secuencia y contexto.
Siempre empático: la ínsula: es un contribuyente vital para sentir empatía. Así, es un embajador
especialmente importante en el gran esquema del amor.
PERMANECIENDO CONECTADO
EL CEREBRO DERECHO: es superior para percibir signos sociales de aflicción y responder a ellos de
manera eficaz, en particular a través de acciones o interacciones no verbales que transmiten
amistad y calidez. Para las parejas, estas cualidades son el mejor antídoto contra la guerra.
LA CORTEZA ORBITOFRONTAL: Gracias a ella somos capaces de sentir curiosidad sobre nuestra
mente y la de los demás
Las parejas pueden hacer el amor y evitar la guerra cuando calman a sus primitivos. Empezar a tener
conciencia de cómo funcionan estos aspectos en tu relación es el primer paso para mantener vivo el amor
La mayoría de los individuos audicionan para sus relaciones sin saber quiénes son y cómo están
conectados para relacionarse en el universo del compromiso de pareja. Durante la fase inicial de la
relación, las parejas quizá se den pistas sobre sus predilecciones básicas con respecto de la proximidad
física, intimidad emocional y preocupaciones que tienen que ver con la seguridad.
Gracias a las buenas relaciones en etapas tempranas de la vida, los niños seguros tienden a contar con
una ínsula y un cerebro derecho bien desarrollados, así que son hábiles para leer expresiones faciales,
voces, emociones y sensaciones corporales, así como captar lo esencial de las cosas. Una relación segura
se caracteriza por contar con jocosidad, interacción, flexibilidad y sensibilidad. Predominan las buenas
sensaciones porque cualquier sentimiento malo que aparezca se alivia pronto.
Se cuidan uno al otro y comprenden que la línea de vida que mantienen entre ellos, 30 su atadura con el
otro, es lo que les da la energía y determinación necesarias para encarar las adversidades diarias y los
retos del mundo real.
Las anclas cuidan bien de sí mismas y de sus relaciones. Esperan que las relaciones comprometidas sean
mutuamente satisfactorias, den apoyo y respeto, y no se molestan con relaciones peligrosas o egoístas.
No se dan por vencidas en una relación si el camino se vuelve hostil o cuando se frustran. No tienen
miedo de admitir sus errores y actúan con rapidez para sanar heridas o aclarar confusiones cuando
aparezcan. Manejan los momentos de cercanía con la misma facilidad que lo hacen con los momentos en
que están alejadas de su pareja. De esta forma, son buenas para enfrentar los retos que surjan en la
relación y que podrían abrumar a quienes no son anclas.
El caso de las parejas, la ola es la que causa una perturbación en la relación al preocuparse con miedo, ira
y ambivalencia sobre permanecer cerca. No pueden ir hacia adelante con decisión porque todavía lidian
con heridas e injusticias del pasado. Estos pensamientos y emociones fluyen como olas reales.
El tercer principio rector de este libro es que las parejas se relacionan principalmente como anclas, islas u
olas. Tu pareja y tú deberían familiarizarse con los estilos de relacionarse de cada uno
1) Descubre a tu pareja.
2) Vive sin reservas.
3) No trates de hacer cambiar a tu pareja.