VIII Concilio de Toledo para niños
El VIII Concilio de Toledo fue una reunión muy importante de líderes religiosos y nobles que se llevó a cabo en la ciudad de Toledo. Comenzó el 16 de diciembre del año 653 en la Iglesia de los Santos Apóstoles.
En esta reunión estuvieron presentes el rey, cincuenta y dos obispos, diez obispos representados por otros, diez abades (líderes de monasterios), el arcipreste y el primicerio de la catedral. Por primera vez, también participaron personas importantes que no eran de la iglesia, como dieciséis condes del palacio, quienes tuvieron voz y voto. Entre los asistentes estaba el obispo Gavinio de Calahorra, que ya había participado en el IV Concilio de Toledo.
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¿Qué temas se trataron en el Concilio?
El rey envió un documento llamado Tomo Regio, donde explicaba los temas que los obispos debían discutir. El rey pidió que se redujeran los castigos para las personas que habían cometido traición. También solicitó que se eliminara un juramento que los nobles y obispos habían hecho en tiempos del rey Chindasvinto.
La ley de Chindasvinto y la traición
La ley de Chindasvinto, del año 653, decía que cualquiera que buscara ayuda de un país extranjero o intentara hacerlo para atacar a los godos, sería condenado a muerte.
Los obispos debatieron mucho sobre esto. Algunos, como Fructuoso de Braga, pensaban que el rey debía ser más comprensivo. El juramento que se había hecho en el 653 impedía a los obispos perdonar a los traidores. Esta ley se había creado para que un rebelde que ganara no pudiera perdonar a sus seguidores. Pero ahora, el propio rey, que había vencido a los culpables, pedía que se les perdonara.
Finalmente, llegaron a un acuerdo: el juramento ya no se aplicaría para la pena de muerte o las mutilaciones físicas. Sin embargo, seguiría siendo válido para el resto de la ley. Esto significaba que quienes habían perdido sus propiedades, que habían sido tomadas por el Tesoro Real, no las recuperarían. Además, los que habían sido enviados al exilio no podrían regresar. Las personas que habían recibido propiedades que antes pertenecían a los rebeldes pudieron conservarlas.
Decisiones sobre las propiedades reales
El concilio también decidió que se crearía un código de leyes. Se estableció que solo los bienes que el rey Chindasvinto tenía antes de ser rey serían propiedad de su hijo Recesvinto o de sus hermanos, y ellos podrían disponer libremente de ellos.
La respuesta del rey Recesvinto
El rey Recesvinto respondió a esto, reconociendo que algunos reyes anteriores habían sido muy ambiciosos y habían tomado propiedades del pueblo para la monarquía. Aunque no dijo directamente que su padre hubiera hecho esto, declaró que todas las propiedades confiscadas desde los tiempos del rey Suintila, y las que los futuros reyes adquirieran, serían propiedad de la corona (del reino), no del rey como persona.
Sin embargo, puso una condición importante: no serían propiedad de la corona los bienes que, aunque no fueran legalmente del rey, habían sido dejados en testamento a sus descendientes o amigos, quienes ya podrían haberlos usado o vendido. En cuanto a los bienes que Chindasvinto había adquirido, Recesvinto se reservó la libertad de decidir. Confirmó que los bienes que su padre tenía antes de ser rey eran personales, y que los bienes heredados por Chindasvinto o cualquier rey durante su reinado también eran privados, como ya lo habían establecido los concilios V y VI.
La ley de Recesvinto no satisfizo del todo a los obispos, pero tuvieron que aceptarla.
¿Cómo se elegía a un rey?
Los obispos añadieron una parte final a la ley: no podría ser rey quien llegara al trono por medio de una conspiración de unos pocos o por un levantamiento de la gente común. La elección del rey debía hacerse en Toledo o, si no era posible, en el lugar donde hubiera fallecido el rey anterior. La elección la harían los obispos y los maiores palatii (los principales nobles del palacio). El rey debía ser un defensor de la fe católica.
Castigos por insultar al rey
El V Concilio de Toledo había establecido que cualquiera que hablara mal del rey sería expulsado de la comunidad religiosa. Ahora, el VIII Concilio, a propuesta de Recesvinto, decidió que cualquier noble, ya fuera de la iglesia o no, que insultara al rey, perdería la mitad de sus bienes y recibiría el castigo que el rey considerara adecuado.
Normas para los clérigos
En cuanto a las reuniones de la iglesia (sínodos), se decidió que sus decisiones eran obligatorias para todos los clérigos (personas de la iglesia). Quien ignorara, criticara o no defendiera estas decisiones perdería su puesto y no podría participar en la comunión.
También se atacó fuertemente la simonía, que era la compra de cargos religiosos, especialmente para ser obispo. Esta práctica no había desaparecido y, al contrario, había crecido. Se decidió que quien comprara un cargo sería castigado severamente, expulsado de la comunidad religiosa y enviado a hacer penitencia en un monasterio para siempre. Quien aceptara el pago sería expulsado de su cargo si era clérigo, o castigado si era una persona común.
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Véase también
En inglés: Eighth Council of Toledo Facts for Kids