En esta acuarela está representado Gonzalo, mi nieto. A él le encantan las estrellas de mar, las caracolas y la arena, como queda reflejado en la imagen.
Mis amigas poetisas se han inspirado en la pintura para dedicarle unos poemas que me emocionan por su sensibilidad y maestría. Ellas son por orden de llegada: Remedios Hierro Moreno, Pilar Cabezas García, Carmen Pacheco y María Román. Gracias a todas ellas por regalarme su amistad.
GONZALO PENSÓ
entre estrellas y caracolas.
Posando su cabeza,
sobre la almohada de arena.
Gonzalo imaginó que soñaba.
Soñó que su cabello lo mecía,
las olas del mar azul.
Y, que el océano pasaba
a través de sus largas pestañas.
Soñó que su cuerpo descansaba,
en un colchón, blandito
hecho de espuma blanca
que lo acunaba.
Gonzalo al abrir los ojos,
en su mirada hacia el infinito.
Descubrió entre caballitos de mar.
Que el Universo...jugaba.
Remedios Hierro Moreno 3/7/2019
LAS ESTRELLAS DE GONZALO
Gonzalo pasa las tardes jugando con las olas del mar,
no tiene barca ni remos, pero le gusta nadar. Nadando
mar adentro,conchas y estrellas se suele encontrar.
Que como tesoro las muestra, ¡Es su botín de capitán!
Disfruta en la arena corriendo, jugando que navega.
Sus galones son las estrellas, que en el mar él mismo cogió.
Pilar Cabezas García 3/7/2019
TRASPASA SU MIRADA
el tiempo de sus mares infinitos...
Nadie inventó un mundo tan hermoso
como las manos de su abuela.
Allí la mágica ilusión de su mirada se funde
entre azules sueños.
Estrellas y caracolas
y un océano...
De amor entre
nanas de olas,
que Gonzalo sortea
con el barquito de papel de su mirada.
El tiempo detenido,
atrapando el espacio de las luces y las sombras
que entre pinceles se hacen mágicas...
En una perfecta conjunción de arte y amor.
Para Gonzalo por esa maravillosa abuela que tiene.
Carmen Pacheco 3/7/2019
GONZALO Y EL MAR
El mar tenía un sueño,
soñaba con su mirada,
abrió una ventana grande
y mientras el mundo dormía,
todas las noches lo llamaba.
Gonzalo cogió escaleras
para bajar hasta el fondo
cuando nadie lo veía,
allí reposaba las horas
y despierto dormía y soñaba.
Caracolas y estrellas
salieron a mirarlo y
todas alegres bailaban
al ver un niño tan lindo
con su carita risueña.
Durante el dia las olas
buscan a Gonzalo que juega
con su cubito y su pala,
plácidamente en la arena
esperando bajar otra vez.
Su pelo dorado alumbra
todas las noches el mar,
la luz en el mar no falta,
ni en sus ojos ni en su cara.
Todos despiertos sueñan.
Maria Román 4/7/2019