1973, tengo 17 años y soy poco amiga de bromas. O para ser más exactos, no me gustan nada y gastarlas tampoco; eso no quita que participe en alguna cuando la ocasión lo requiere (y así evitar ser llamada sosa o algo peor). Tenemos un amigo muy "gracioso" al que le gusta fastidiar continuamente con sus gracias. Hoy es uno de esos días... vamos, que el niño ha venido con ganas de guasa; estamos en la cafetería del faro, en el paseo marítimo, hace un día espléndido pero con mucha humedad y decidimos entrar en lugar de sentarnos en la terraza. Como es habitual las chicas nos sentamos todas juntas y los chicos en otro grupo de mesas, pero casi sin darnos la espalda, no me preguntes cómo lo hacíamos porque era auténtico alarde de diseño. El caso es que el 'guasitas' empezó a lanzar bolitas de papel -de su zona a la nuestra- a ver dónde la colaba o por donde más bien, con el consabido mosqueo nuestro y llamada de atención del camarero.
- yo: espero que tengas la suficiente puntería para que no caiga en mi café, que te bautizo con él, aviso.
Los chicos, evidentemente empezaron a reír y jalear. Yo a lo mío y nosotras en general. De pronto una bolita pasa rozando la taza junto a la mía. Yo a lo mío sin mirar a nadie... sigue la conversación y el 'simpático' con sus bolitas hasta que ¡dentro! El aire se cuaja; las miradas van de mi taza al 'guasitas' que empieza a reír a carcajadas y ponerse rojo como la grana... los demás -sin sonreír- ni le miran, pendientes de mis movimientos que se hacen lentos... cada vez más lentos. Me levanto de la silla. Tomo mi taza entre las manos y, como andando sin gravedad, me voy acercando al 'lanzador de bolitas'. Sin mirarle ni mediar palabra volteo la taza de café en su entrepierna y girándome le pido otro al camarero. Yo le avisé ¿no?
El susodicho no ha vuelto a dirigirme la palabra. La cafetería ya desapareció y mis ganas de bromas siguen 'intactas'.
Este año, Mocedades quedó en 2º lugar del festival de Eurovisión con la maravillosa "Eres tú". Ganó Anne-Marie David que con su carita de niña buena y potente voz nos privó de la victoria con: "Tu Te Reconnaitras". En las votaciones entre mis padres y hermanos habíamos invertido el orden...
Verano del 73: parece el título de una película, pero no...
vuelvo a mis 17 años -que diría Violeta Parra- y con ¡hambre de mundo!
un mundo convulso por el mayo francés -sí aquél del 68- pero con la lentitud que llegan las cosas a este bendito país no nos enteramos hastan bien pasada la fecha y sin saber qué hacer... o para qué...
empiezo a creer que ese mundo es "salvable", sólo necesita mi ayuda, jejeje (típica prepotencia de adolescente). Unos cuantos ilusos creamos un Centro Juvenil Parroquial (en aquellos años todo lo que no era político-militar en España, era eclesial).
Salir de clase y correr al CJP ...¿quién abre hoy?...
teníamos concursos de pintura... poesía... jugábamos ping-pong, ajedrez, hacíamos teatro... fiestas... baile... fiestas... una revista mensual y cada sábado un programa de radio... ¡ahí quería llegar! teníamos un programa de radio para todo el pueblo...
hablábamos de grupos 'satánicos', musicas que muy dificilmente se escuchaban en este país -ya sabéis por qué- mi vena roquera brotó libre, habida cuenta que venía de colegio de monjas, cantar las misas dominicales (también las de latín, claaaaro)... en fin una auténtica metamorfosis (interna) que se mostraba al exterior gracias a Suzi Quatro: ¡¡mi ídola adolescente!! ... ¡cuántas veces he bailado esta canción! ...
por los presentes y ausentes ¡¡¡Bailemos!!!
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... aún hoy ... ¡qué punto de locura más auténtico!