Último día que teníamos para ver Kioto, lo que implicaba algo bastante doloroso: asumir que no daba tiempo a todo y hacer criba. Para ello, viene bien organizar los diferentes puntos turísticos por partes (algo en lo que Kioto es mejor que Tokio en mi opinión es en su urbanismo tan regularizado), de modo que dividiré los lugares que visitamos por puntos cardinales.
KIOTO ESTE
En primer lugar, realizamos el check-out del albergue y comenzamos nuestra visita por el este de Kioto. Desgraciadamente, el Kiyomizudera estaba en obras, y el Ginkakuji demasiado lejos de cualquier red de transporte, de modo que aquí visitamos dos: el Kodaiji y el altar Heian. No obstante, está zona está plagada de templos, altares y parques, siendo necesario un día más sólo para esta zona.
- Kodai-ji: Establecido en 1605 por la aristócrata Kita-no-Mandokoro en memoria de su último marido, Toyotomi Hideyoshi (1536-1598). La construcción de este templo fue financiada por Tokugawa Ieyasu, principal vasallo de Hideyoshi y posterior shogun de Japón. El templo Kodai-ji sufrió una serie de incendios tras 1789, sobreviviendo a ellos unas cinco estructuras.
La entrada son 600 yenes incluyendo el Museo Sho (el que nosotros cogemos) y 900 si además queréis entrar al Entoku-in. Uno de los templos que es necesario ver. Es un paisaje precioso, con amplias casas, hermosos jardines (uno de ellos es un jardín seco o karesansui), una plantación de bambú, lagos... El personal que cuida el lugar a menudo os indicará el sentido de la visita, además de contaros algunos datos de ciertos monumentos.
La entrada son 600 yenes incluyendo el Museo Sho (el que nosotros cogemos) y 900 si además queréis entrar al Entoku-in. Uno de los templos que es necesario ver. Es un paisaje precioso, con amplias casas, hermosos jardines (uno de ellos es un jardín seco o karesansui), una plantación de bambú, lagos... El personal que cuida el lugar a menudo os indicará el sentido de la visita, además de contaros algunos datos de ciertos monumentos.