
He estado haciendo cosas raras.... es decir, cosas que no he hecho antes de un modo tan consciente como ahora he hecho, tanto, que ha sido como descubrir mi cuerpo de nuevo, como cuando tenía unos 3 meses, supongo, y es que en un momento me sorprendí tocándome el globo del ojo sintiendo con suavidad, sintiendo su firmeza que debe ser con una presión equis porque si es más o menos podríamos perder la visión. Es un delicado equilibrio de montones de factores.
También comencé, mientras buscaba un cargador de baterías recargables, a tocarme el pelo, a sentir que era suave y ondulado --y que todavía tengo, por suerte--, y era algo especial, como olvidado y recordado recién. Sentía su calor, su textura, su movimiento de un modo hipersensible, me parece.
Uní esos dos episodios de sentir mi cuerpo de un modo nuevo, para considerar la maravillosa "máquina" que poseemos, que funciona de un modo tan admirable, que es modelo de muchos inventos. Pensemos en la rotación de los brazos y manos, por poner algo fácil de observar.... ¡si es maravilloso como podemos cambiar de postura para usar las manos como una excavadora, una grúa, una pinza, una plancha, un percutor........... todo lo que se nos ocurra! Las limitaciones van más bien por el tamaño de la mano que por su movilidad.
El mundo científico está celebrando a Darwin, y no sé bien por qué, aprovechan de negar la existencia de un Dios Creador, que ordenó toda la materia, antimateria, el tiempo, el espacio y quién sabe qué más que anda dando vueltas por ahí, con un plan que incluye la evolución de las especies. ¿Por qué no, si ni Charles Darwin se hizo sólo a sí mismo ni pudo hacer una tortuga ni evolucionar a un mosquito por su poder? Todo lo que Darwin ha hecho, y es mucho, es observar lo que esa Mente Perfecta y Omnipotente había pensado y hecho funcionar por un poder infinito.
Por suerte mi fe no me impide aceptar la teoría de la Evolución de las Especies, pues es perfectamente compatible con un Dios Creador. Todo fue hecho por Él y las leyes que ha dejado han funcionado como previó, y nosotros --que somos sus criaturas más acabadas en la tierra-- vamos descubriendo sus secretos y debiera ser siempre para bien, y no usarlos para matar, oprimir o depredar, como sucede en la guerra, en la política, en la economía o la medicina, cuando la ciencia es mal usada.
