He caído en la cuenta de que tengo dos categorías para las ciudades: las con "mall" y las que no lo tienen. Y voy más lejos....encuentro que yo podría elegir de vivir en alguna si es que lo poseen, y si es así, que sea lo más equipado y variado posible. Me sorprende a mí misma el descubrimiento.
¿Cuándo me he dado cuenta? pues este último mes, con mi viaje al fin del mundo, en la Patagonia, a Punta Arenas y Coyhaique. Ambas ciudades son ¡preciosas!, en unos enclaves muy diferentes pero como para soñar con pioneros, proyectos en grande, en chico y lo que sea, pero Punta Arenas tiene mall y Coyhaique no, y eso hace que, entre otros motivos menores, yo pudiera elegir la capital de Magallanes y la Antártica Chilena para terminar mis días, y no Coyhaique, capital de Aysén, que no lo tiene.
Pensando en esta "ridiculez" he llegado a la conclusión de que no es tanta, porque el hecho de que sea rentable tener un centro comercial como el que he descrito también hace rentable tener espectáculos culturales de mejor calidad, mejores establecimientos de salud, centros de estudios y mucho más, todo lo que hace agradable vivir en sociedad.
La diferencia la hace la población, amigos, la gente, las personas que habitamos los lugares, o sea los hijos de esta tierra. También se usa traer hijos de otros para que ocupen los lugares que los nuestros han dejado vacantes por no querer tenerlos, como pasa en Europa, que son países en extinción racial y cultural.Las familias más grandes que se ven por esos mundos son extranjeros. Islamitas, por más señas.
Quizás sólo se den cuenta cuando en los congresos sean mayoría e impongan a sus nuevos países las leyes de Mahoma, por poner un ejemplo bien posible y a la vista, pues habrán sido elegidos democráticamente con las leyes del Occidente que alguna vez fue cristiano,
Nos veríamos más o menos así:
Palabra que no quería ni pensé en llegar tan lejos con mis meditaciones en este post, pero ¿qué futuro tiene un país en que haya quienes tienen como LOGRO, que estemos llegando a tasas de natalidad "como la de los países desarrollados"?.
¿Estaremos ciegos? ¿Quién nos embaucó de este modo? ¿Qué hechizo, sino la comodidad y el egoísmo, nos han llevado a confundir tanto las cosas?
elegidos democráticamente con las leyes del Occidente que alguna vez fue cristiano,