tan pobre y mísero estaba
que solo se sustentaba
con las hierbas que cogía.
-¿Habrá otro?- entre sí decía
¿más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió
halló la respuesta
viendo que iba otro sabio cogiendo
las hierbas que él arrojó.
Rescatado de la imperecedera memoria de mi abuela Carmen, de 90 años.
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Aquí os dejo otra de las rimas que me recitó mi abuela estos días atrás. Ella me decía que esto es un consejo moral que deberíamos aplicar siempre; que si la gente tuviera siempre presente cosas como estas todo iría mucho mejor. No me quedó otra alternativa mas que darle la razón.
2 comentarios:
La enseñanza es la misma que la de un eixemplo del COnde Lucanor.
Un saludo,
Cuanta sabiduria puede guardar una persona adulta...
Da incluso vértigo.
Felices fiestas amigo =)
Ojalá todo te esté yendo muy bien.
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