Conner ¿es que nunca te cansas de hablar de Supernatural? No.
Spoilers a partir de aquí...
Bien, pues esta semana la voy a dedicar a hablar de los finales de temporada que he ido viendo estos días y algunos que aún me faltan. Quiero empezar con el de Supernatural que, almenos para mi, es tan importante como el de LOST. ¿Y qué decir? Pues que una vez más nos regalan una temporada mejor que la anterior. Y ojo, porque tiene mérito.
Tiene mérito ya que cuenta con un presupuesto bastante bajo, pensad que hablamos de la cadena CW y creo que ese ha sido, y es, el secreto del éxito de esta serie. Si lo pensáis bien es lo mismo que sucedía con Buffy Cazavampiros, que se tenían que apañar con lo que había, pues aquí ocurre lo mismo. Por no haber no hay ni protagonista femenina y, la verdad, para qué si al final el mensaje central es la familia, el amor entre hermanos.
En esta quinta temporada han ido más allá y nos han traído a Lucifer (más conocido como Jacob en LOST) que hace un papel que te cagas, sus gestos, su "maldad" te ponen los pelos de punta. Y no sólo eso, al resto de los arcángeles y al mismísimo Dios. Porque vamos, en teoría el profeta al final resulta ser Dios ¿no? O eso, o porqué coño desaparece. En fin, a lo que íbamos, que siempre siguiendo la línea argumental hemos podido disfrutar de capítulos tan buenos como en los que se meten con otras series de televisión o momentazos del siglo como aquel en el que Dean se come una pizza con la Muerte. Brutal. Ese memente televisivo pizzero es brutal, ya que el guionista, sin efectos especiales y otras miedas, deja bien claro en tres frases el poder de tal ente y lo que sucede, digno de una mención de honor.
¿Y el final de temporada? Si, voy directo al final porque es que me estaría aquí hablando de toda la temporada y quiero mucho a mis dedos. Ha sido un buen capítulo, un muy buen capítulo donde al final lo que triunfa es el amor de un hermano hacia el otro. La introducción que hace el profeta sobre el Impala es buenísima, haciendo mención del coche durante todo el episodio por algún motivo en concreto, justamente lo que salva a Sam y Dean, finalmente el coche ha sido siempre su hogar y, mira tu por donde, el salvador de la humanidad. Eso sí, el creador tuvo una "idea genial" para una sexta y última temporada, por la que todos han firmado sin rechistar. A ver que nos preparan porque me he quedado de piedra al ver a Sam en la última escena, sobre todo por la duda de: ¿ese es Sam? ¿veremos a Dios?
Lo que tengo claro, una vez más, y no me cansaré de repetirlo es que cuando acabe la serie pienso comprarme las 6 temporadas porque, al igual que sucedía con Buffy, no me canso nunca de verlas.
Spoilers a partir de aquí...
Bien, pues esta semana la voy a dedicar a hablar de los finales de temporada que he ido viendo estos días y algunos que aún me faltan. Quiero empezar con el de Supernatural que, almenos para mi, es tan importante como el de LOST. ¿Y qué decir? Pues que una vez más nos regalan una temporada mejor que la anterior. Y ojo, porque tiene mérito.
En esta quinta temporada han ido más allá y nos han traído a Lucifer (más conocido como Jacob en LOST) que hace un papel que te cagas, sus gestos, su "maldad" te ponen los pelos de punta. Y no sólo eso, al resto de los arcángeles y al mismísimo Dios. Porque vamos, en teoría el profeta al final resulta ser Dios ¿no? O eso, o porqué coño desaparece. En fin, a lo que íbamos, que siempre siguiendo la línea argumental hemos podido disfrutar de capítulos tan buenos como en los que se meten con otras series de televisión o momentazos del siglo como aquel en el que Dean se come una pizza con la Muerte. Brutal. Ese memente televisivo pizzero es brutal, ya que el guionista, sin efectos especiales y otras miedas, deja bien claro en tres frases el poder de tal ente y lo que sucede, digno de una mención de honor.
¿Y el final de temporada? Si, voy directo al final porque es que me estaría aquí hablando de toda la temporada y quiero mucho a mis dedos. Ha sido un buen capítulo, un muy buen capítulo donde al final lo que triunfa es el amor de un hermano hacia el otro. La introducción que hace el profeta sobre el Impala es buenísima, haciendo mención del coche durante todo el episodio por algún motivo en concreto, justamente lo que salva a Sam y Dean, finalmente el coche ha sido siempre su hogar y, mira tu por donde, el salvador de la humanidad. Eso sí, el creador tuvo una "idea genial" para una sexta y última temporada, por la que todos han firmado sin rechistar. A ver que nos preparan porque me he quedado de piedra al ver a Sam en la última escena, sobre todo por la duda de: ¿ese es Sam? ¿veremos a Dios?
Lo que tengo claro, una vez más, y no me cansaré de repetirlo es que cuando acabe la serie pienso comprarme las 6 temporadas porque, al igual que sucedía con Buffy, no me canso nunca de verlas.