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IMM 55#

domingo, 26 de octubre de 2014

"In my mailbox" es una sección nacida en Pop culture Junkie y que se extendió gracias a The story siren. Consiste en mostrar cada cierto tiempo los últimos libros adquiridos, ya sea comprados, regalados o enviados por parte de alguna editorial.




Octubre es el mes de lo extraño. De las brujas, de fantasmas arrastrando cadenas, de espíritus intranquilos tratando de zanjar viejas rencillas y hombres lobo rastreando la ciudad en busca de una manada donde pelear por la supremacía. Octubre es ese mes cuando por fin nos reconciliamos con lo sobrenatural, cuando nuestro monstruo interior comienza a ser socialmente aceptado y el tiempo retrocede para pedir una segunda oportunidad. Sin embargo, este año lo que más miedo me da no es un puñado de críos planteando disyuntivas existenciales de puerta en puerta o encontrarme a un intrépido bromista vestido de payaso en el parque de mi barrio. Este año los libros se me acumulan a velocidad de ultratumba y sus sombras se alargan como tentáculos en busca de un dios primigenio. El volumen de mis últimas adquisiciones es tal (correspondiente a un plazo nada más y nada menos que de tres meses), que me he visto obligado a fraccionar la totalidad de su contenido en varios fascículos de longitud asimilable. Pero no os preocupéis. Paciencia. Las piezas acabarán encajando con el tiempo. Y podréis ver la enorme bestia al completo.



1. El unicornio, Iris Murdoch: Algún día imprimiré en tamaño A1 las portadas que pone Impedimente a sus libros y me haré un póster con ellas. Mientras tanto, toca resignarse y disfrutar en miniatura de esta delicia estética que aúna lo mejor de la tradición gótica y el cuento de hadas en una novela dedicada a ensalzar lo irreal como coyuntura de fantasías frustradas y criaturas legendarias.


2. El paso de la hélice, Santiago Pajares: Un libro que habla sobre libros. El periplo desesperado de un editor en busca del hombre que ha destruido los límites de la narrativa. Una obra que va viajando de mano en mano y cambia la vida de quien la toca. Todo esto y mucho más parece esconder la última novela de Santiago Pajares, un fascinante recorrido por lugares insólitos y extravagantes personajes que apenas tardó en acaparar mi atención y que tengo interés en leer pronto.


3. Una cocina a prueba de ratones, Saira Shah: Gracias al auge de programas culinarios que está padeciendo la parrilla televisiva de nuestro país, parece el momento idóneo de abordar una novela como esta, en la que una pareja decide trasladarse al sur de Francia para hacer frente a un giro inesperado en sus vidas. Porque todo el mundo sabe que en tiempos de crisis, lo mejor que uno puede hacer con las preocupaciones es hornearlas; nada más indicado que un poquito de sal y una pizca de pimienta para aderezar un matrimonio que se está consumiendo a fuego lento. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que acudiendo al lugar donde se establecen los orígenes de la alta cocina? Divertida, mordaz y entrañable, el relato de Saira Shah consta de todos los ingredientes para complacer a los más exquisitos paladares.


4. Una madre, Alejandro Palomas: La percepción familiar de Alejandro Palomas asombra tanto por su entrañable cotidianidad como por sus personajes realistas y cercanos o la maravillosa musicalidad de su prosa. Reunidos alrededor de una mesa navideña a modo de última cena, los miembros de este clan barcelonés desatan sus más íntimas confesiones, homenajeando a la figura materna y emocionando de paso a los lectores que se atrevan con esta recomendable obra. Breve reseña aquí.


5. Vestidos de noche, Yukio Mishima: Mi primer acercamiento a la obra del japonés es una espinita que deja de estar clavada para convertirse en el punzón con el que Mishima aguijonea los entresijos de la alta sociedad nipona; las luces y las sombras de un mundo repleto de contradicciones, que no deja de estar torcido por más que lo inclinemos hacia direcciones opuestas.


6. Red de traiciones, M.K. Hume: Leídos Batalla de reyes y Muerte de un imperio, solo queda conocer el desenlace de una trilogía a medio camino entre la novela de aventuras y la fantasía histórica (puede que este género me lo acabe de inventar ahora mismo) que ha conseguido despertar mi interés en una época antigua dominada por pasiones modernas. Sin duda, este fantástico tríptico protagonizado por un Merlín alejado de la típica caracterización a la que nos tenían acostumbrados me proporcionará buenas tardes de entretenimiento.


7. Ven y enloquece, Fredric Brown: Desde Gigamesh nos llega la reedición de este primer volumen que reúne la Ciencia Ficción Completa de Frederic Brown, un autor cuya extensísima producción breve ha alimentado durante décadas los sueños húmedos de un género que cada día gana más adeptos. ¿Preparado para conocer el lado más rocambolesco de los viajes interplanetarios?


8. La gallina que soñaba con volar, Sun-mi Hwang: Reseñado hace poco en el blog, la curiosa novela de Hwang ofrece nada más y nada menos de lo que promete: una entrañable fábula de crecimiento y superación personal que alecciona sobre los peligros de acatar dócilmente los límites del sistema establecido. Entretenida, ligera y sin ningún tipo de pretensión narrativa, parece una opción bastante adecuada para alternar entre lecturas de mayor calibre.


9. Pandora, Henry James: También reseñada hace tiempo en el blog, esta deliciosa nouvelle de James nos permite medir la distancia entre los continentes americano y europeo durante una época precisamente caracterizada por la ruptura entre dos culturas cada vez más alejadas. Y de entre los resquicios de esa herida abierta surge la mujer misteriosa que da título a tan brillante obra, permitiéndonos descubrir el interesante universo literario de Henry James sin tener que recurrir demasiado pronto a la célebre Retrato de una dama.


10. Nobles y rebeldes, Jessica Mitford: Ay, las hermanas Mitford. Inconformistas, escandalosas y legendarias, ellas hacían de la desobediencia un arte, de la provocación una encantadora seña de identidad. Jessica, la quinta de esas seis hermanas, construye en esta novela autobiográfica editada por Libros del Asteroide una emocionante y sórdida crónica de su infancia en el seno de una peculiar familia aristócrata, descubriéndonos un mundo trepidante, alocado e imprevisible muy diferente de la atmósfera asfixiante que Jessica respiraba en casa.


11. Ritos funerarios, Hannah Kent: Despedirse tras tres meses de ausencia con una novela que trata sobre la muerte no sé hasta que punto es un buen augurio. Sin embargo, la novela de Hannah Kent lleva tanto tiempo acumulando buenas críticas y escalando posiciones en mi exclusivo ranking de prioridades que se ha ganado a pulso una mención honorífica. Basada en la historia real de la última mujer ejecutada en Islandia por el presunto asesinato de dos hombres, Ritos funerarios deja en cueros a esa nueva camada de escritores nórdicos herederos de Stieg Larsson que desconocen el verdadero significado del frío. Aún no he empezado a leerla. Pero desde aquí se le ven las garras. 


Y una vez más, hasta aquí llega el IMM de hoy. ¿Habéis tenido la oportunidad de leer alguno de estos libros? ¿Cuáles son los que más os llaman la atención? Nos vemos en la próxima entrega de In my mailbox.

Reseñas breves [57-60]

jueves, 16 de octubre de 2014

Desolación, Hugh Howey
Minotauro - 576 páginas - ½

Si bien Espejismo, uno de esos -cada vez más frecuentes- fenómenos de la autopublicación que están proliferando gracias a plataformas como Amazon, fue una de las lecturas más intrigantes, enigmáticas y entretenidas del pasado año en el terreno de la ciencia-ficción, Desolación ha ido directamente a consagrar, aunque con matices, ese indeseable dicho popular que reza 'segundas partes nunca fueron (tan) buenas'. Mucho me temía que un escritor como Hugh Howey, habiendo demostrado ser amo y señor de un desenfrenado ritmo narrativo basado en cliffhangers de eficacia demoledora, pocas posibilidades tenía de optar por una continuación directa de la historia narrada en la primera entrega de estas Crónicas del Silo, trilogía de temática post-apocalíptica donde la humanidad se ha visto enclaustrada en gigantescos edificios subterráneos por culpa de una catástrofe medioambiental que ha convertido el aire de la atmósfera en irrespirable. O al menos eso creíamos. Porque, como iba diciendo, lejos de indagar en las consecuencias que podrían tener los acontecimientos sucedidos al final de Espejismo, Howey nos retrotrae a un futuro mucho más cercano con el objetivo de destapar por fin la verdad escondida en el fondo de los Silos. La trama de Desolación, discurriendo paralela a la del primer libro y salpicada de esclarecedores guiños a personajes ya conocidos, no es tanto una expansión del (no se puede negar) atractivo universo creado por Howey sino una caída en picado hacia sus oscuros cimientos, estrategia perfectamente lícita pero que bajo mi punto de vista no justifica una novela de casi 600 páginas. Aunque en ellas desarrolla temas de indudable interés (conspiraciones políticas, nanotecnología, criogenia, aplicaciones médicas para el tratamiento y eliminación de recuerdos) con bastante tino y la agilidad que le caracteriza, me han faltado un buen puñado de alicientes adicionales para recomendar a toda costa su lectura. 


La gallina que soñaba con volar, Sun-mi Hwang
Nube de tinta - 144 páginas - 

Tras más de un año de vida, el único adjetivo que se me viene a la mente para describir la línea editorial de Nube de tinta es 'inclasificable'. Libros como La gallina que soñaba con volar (ya el título es bastante indicativo de que la historia normal, normal... no es) no hacen más que confirmar mi sencilla hipótesis de que en este sello cabe de todo y para todos. A modo de emotiva y esperanzadora fábula infantil, Sun-mi Hwang nos regala una novela breve e inspiradora, pero también cargada de útiles reflexiones, en la que una gallina ponedora se atreve a cumplir un anhelo incontrolable: descubrir el mundo exterior más allá de la jaula en la que vive prisionera. A través de una especie de periplo rural en el que intervendrán representantes varios del reino zoológico, la gallina protagonista emprenderá un camino repleto de autodescubrimiento, reafirmación de la personalidad y oposición firme a lo que es comúnmente aceptado por el sistema. No es que sea el libro más emocionante del mundo, no goza de un estilo digno de recibir muchos méritos y sus variopintos personajes ni siquiera trascienden el mero arquetipo. Sin embargo, La gallina que soñaba con volar (aderezado con un buen puñado de curiosas ilustraciones) cumple perfectamente su papel de metáfora aleccionadora sobre la importancia de marcarse objetivos y tener el valor suficiente de alcanzarlos a pesar de las dificultades que sobrevengan por el camino. Por eso, si estás buscando una lectura ágil, corta y sin grandes pretensiones narrativas, puede que estés ante el libro idóneo.


Despertar, Anna Hope
Literatura Random House - 320 páginas - ½

Puede que el debut literario de Anna Hope no haya terminado de cuajar conmigo, pero si hay una cosa que reconocerle a la escritora británica es la emotiva originalidad de su propuesta. Ambientada en el Londres de la Primera Guerra Mundial un año después del conflicto, Anna Hope da voz a tres mujeres que continúan librando cada una a su manera la guerra más violenta y devastadora de todas: la de las secuelas. Hettie, una joven bailarina que trabaja en un salón donde excombatientes tullidos ahogan la ausencia de extremidades en vasos de alcohol; Ada, una madre que ha perdido a su hijo en la guerra pero cuyo fantasma jamás la abandona; Evelyn, quien trata de recuperar la relación con un hermano que no tiene heridas palpables, pero que guarda una profunda brecha en su interior. Las historias de estas tres mujeres discurren por senderos un tanto turbulentos (especialmente en el caso de Hettie), se entrelazan sutilmente a lo largo de la novela y confluyen de manera sorprendente con la llegada a la ciudad del Soldado Desconocido. Sin embargo, aunque reconozco el talento narrativo de Anna Hope a la hora de capturar a las mil maravillas el momento histórico en el que se enmarca la novela, perfilar personajes, establecer relaciones entre ellos y deslumbrar con su prosa elegante y sobria cuando la ocasión lo requiere, Despertar no es un libro que me haya calado hondo. La excesiva alternancia entre los distintos hilos argumentales y la elevada frecuencia a la que se producen me han impedido disfrutar individualmente de cada protagonista o siquiera empatizar un poco con sus historias personales. Aún así, la novela de Anna Hope no deja de ser una opción sumamente interesante para los amantes del drama histórico o para quienes gusten de leer sobre personajes atormentados, depositarios de peligrosos secretos e inconfesables vicios, siempre a la espera de abrir los ojos, despertar, y que todo haya sido una terrible pesadilla.  


El devorador de calabazas, Penelope Mortimer
Impedimenta - 240 páginas - 

Basado en una popular rima infantil inglesa, el título de esta maravillosa novela adquiere una dimensión mucho más lúcida cuando uno termina de leer el estremecedor relato de Penelope Mortimer y se da cuenta de que estamos en realidad ante la autobiografía novelada de una mujer oprimida hasta el extremo por el papel que le ha tocado desempeñar en una sociedad patriarcal y delirante. La señora Armitage, protagonista de El devorador de calabazas, es una mujer que ha pasado por cuatro matrimonios y que enarbola una maternidad radicalizada quedándose embarazada vez tras vez, trayendo hijos al mundo como quien se dedica a la repostería casera de forma neurótica para enmascarar una aplastante carencia de propósito. A través de las conversaciones que mantiene con su terapeuta, los episodios fragmentados de una adolescencia sexualmente agitada y la tortuosa convivencia con su esposo adúltero iremos profundizando en la complicada psique de la señora Armitage para encajar las piezas que hay a nuestro alcance e intentar comprender el origen de sus patologías. Narrada con deslumbrante brillantez, claridad y franqueza, El devorador de calabazas es una deliciosa a la vez que perversa novela que prácticamente se lee sola; una historia muy recomendable, teñida de humor negro y escenas escandalosamente perturbadoras que consigue aunar la crudeza de una vida entregada a la resignación doméstica y una desquiciante hilaridad empleada como vía de escape, como método de supervivencia. Reír por no llorar, dicen que se llama.   


 
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