El ya fallecido compositor chileno Luis Advis, nacido en el puerto de Iquique, en el norte de Chile, en 1935, inició estudios formales de música recién a los 23 años, cuando decidió tomar clases particulares de composición con Gustavo Becerra y de piano con el profesor Alberto Spikin. Según él mismo contó más de una vez, hasta antes de iniciar los estudios sistemáticos consideraba a la música solo como una afición, a la cual destinaba parte importante de su tiempo, deleitándose con Beethoven y Wagner, de manera casi exclusiva.
 |
Luis Advis (1935 - 2004) |
Por ello, al ingresar a la universidad optó por el Derecho y la Filosofía, licenciándose en esta última en la Universidad de Chile y luego ejerciendo durante muchos años la docencia en diversas instituciones de educación superior. Pero la música lo reclamaba, y justo cuando decidió tomarla en serio, un grupo de amigos le encargó musicalizar una comedia infantil, por cuyo resultado recibió enormes elogios. Años más tarde dirá que esta circunstancia, unida al intercambio creativo con el equipo de actores, fue lo que le abrió definitivamente la puerta al mundo de la música popular, cuyos códigos luego va a combinar con el rigor heredado del universo docto. Esta novedosa amalgama, si bien no del todo inusual en los compositores de formación clásica, la explicaba Advis en pocas y sencillas palabras:
"No es que yo busque ser diverso ni emplear elementos que otros no emplean. Es solo que me acostumbré a tratar la música desde muchos planos."
De ahí en adelante, con base en su gran compromiso con la música clásica, Luis Advis se abocará a tomar elementos de ésta para revitalizar la música folklórica a través de cantatas, suites, sinfonías y otras formas musicales con siglos de historia y desarrollo en el continente europeo.
Entre sus obras más importantes se cuentan la
Suite Latinoamericana (estreno: Santiago, 1994, Orquesta Sinfónica de Chile) y la sinfonía
Los tres tiempos de América (estreno: Mérida, 1998; con el grupo Quilapayún y Paloma San Basilio). La banda sonora de tres o cuatro películas chilenas, entre ellas
Coronación, del cineasta Silvio Caiozzi, pertenece también a su catálogo.
 |
Escuela Domingo Santa María, en Iquique
(alrededor de 1907, según la Wikipedia) |
Pero no hay duda de que su huella en la memoria popular plasmó para siempre a través de la célebre
Cantata Santa María de Iquique, compuesta por Advis como tributo a uno de los hechos históricos más dolorosos para la memoria de Chile: la matanza de alrededor de 3.000 mineros del salitre el 21 de diciembre de 1907 en la Escuela Domingo Santa María, en Iquique, perpetrada por un destacamento de soldados a cargo del general Roberto Silva Renard, durante el gobierno del presidente Pedro Montt. (A ambos los recuerdan, ignominiosamente, sendas calles en Santiago de Chile.)
La obra fue compuesta entre fines de 1969 y marzo de 1970, año en que fue grabada por primera vez, a cargo del grupo
Quilapayún, con la voz del actor Héctor Duvauchelle en los relatos. Está estructurada en dieciocho partes que incluyen cinco relatos, un preludio y tres interludios, dos pregones y siete canciones; los ritmos e instrumentación de estas últimas varían ampliamente para conseguir el énfasis que el tema tratado en cada una de ellas exige.
Los textos se basan en el libro "Reseña histórica de Tarapacá", de donde se extrajo la mayor parte de los datos históricos. Musicalmente, la obra sigue la estructura de las antiguas cantatas populares, sustituyendo el tradicional motivo religioso por uno de contenido social. El estreno oficial de la composición se realizó en agosto de 1970 en el Estadio Chile, hoy Estadio Víctor Jara, convirtiéndose rápidamente en un emblema para los sectores sociales que apoyaban a Salvador Allende, elegido Presidente de Chile en septiembre de ese mismo año.
 |
Mineros del salitre (Norte Grande, Chile) |
Tras el golpe de estado de 1973 que derrocó al presidente Allende y acabó con la democracia en Chile, el conjunto musical que había dado a conocer la obra, Quilapayún, debió permanecer en el exilio en Europa, donde los había sorprendido el golpe, en medio de una gira. Numerosas presentaciones con la Cantata realizó el grupo por casi toda Europa, así como grabaciones en varios idiomas, para lo cual debieron traducirse los textos de los relatos, con el objeto de que la pieza no perdiera carga dramática.
Con ocasión de la grabación en Francia con el actor Jean Louis Barrault en los relatos, y dada la circunstancia de que el escritor argentino Julio Cortázar residía en París, alguien tuvo la disparatada idea de solicitar al escritor alguna mejora en los relatos, a lo que éste accedió gustoso. Las dificultades para la comunicación con Chile durante los años de dictadura, impidieron que Luis Advis fuera informado oportunamente de estas modificaciones. Al compositor, esto no le hizo ninguna gracia: "No me gusta que corrijan mis textos sin preguntarme, además de que en ninguna parte yo uso la palabra pueblo como la usa Cortázar. Estaba tan molesto con ese señor que le iba a escribir una carta, pero no lo hice porque murió al mes siguiente", mencionó alguna vez a la prensa.
En entrevista con la publicación chilena
Punto Final, hace un par de años, el director de Quilapayún relató las circunstancias del desaguisado y sus derivaciones:
"Eso ocurrió en el momento en que estábamos por hacer la versión francesa con Jean Louis Barrault. Pensamos que podía ser el momento de someter el texto a la consideración de un especialista y se la mostramos a Julio Cortázar. Él consideró que había cosas que se podían mejorar y propuso algunos cambios. Lamentablemente, por las dificultades que tenía en ese momento cualquier relación nuestra con Chile, no pudimos discutir esto con Lucho (Advis) [...] Cuando por fin Lucho pudo escuchar esta versión, le pareció todo pésimo y desde ese momento volvimos a la versión original. En realidad nuestra idea era mala y no tenía gran justificación. [...] Felizmente, el mal rato que pasó Lucho con toda esta historia rápidamente quedó olvidado. A él le gustó mucho la versión en DVD de El Reencuentro y fui testigo de su gran emoción cuando lo vimos juntos en mi casa pocos días antes de morir. Creo que ese día se reconcilió con la Cantata, que siempre le penó como una obra que por su éxito extraordinario ocultó el valor del resto de sus obras."
El año 2007, para la conmemoración del centenario de la matanza, se estrenaron varias nuevas versiones de la obra, entre ellas una versión de la banda chilena
Chancho en Piedra, y la versión para cuerdas del cuarteto
Strappa, realizada en Canadá.
Luis Advis, el compositor que fue capaz de superar fronteras musicales logrando vincular las tradiciones clásica y romántica con las expresiones populares latinoamericanas, murió en Santiago de Chile, el 9 de septiembre de 2004.
Estructura de la obra:
•01. Pregón (Señoras y señores, venimos a contar...) - 0:00
•02. Preludio instrumental - 2:09
•03. Relato (Si contemplan la pampa y sus rincones...) - 7:49
•04. Canción (El sol en desierto grande...) - 9:58
•05. Interludio instrumental - 12:17
•06. Relato (Se había acumulado mucho daño...) - 13:49
•07. Canción (Vamos, mujer...) + Interludio instrumental - 15:09
•08. Relato (Del 15 al 21, mes de diciembre...) - 19:02
•09. Interludio cantado (Se han unido con nosotros...) - 20:37
•10. Relato (El sitio al que los llevaban...) - 22:41
•11. Canción (Soy obrero pampino y soy...) - 23:41
•12. Interludio instrumental - 25:24
•13. Relato (Nadie diga palabra...) - 27:18
•14. Canción letanía (Murieron 3 600...) - 29:26
•15. Canción (A los hombres de la pampa...) - 30:59
•16. Pregón (Señoras y señores...) + Canción final (Ustedes que ya escucharon...) -33:53