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miércoles, 19 de octubre de 2011

HELLRAISER: REVELATIONS

Partamos de la base que tampoco tengo la franquicia de "Hellraiser" en muy alta estima. A ver, la primera es la primera, sí, en su época la última muestra de cine de terror crudo y adulto. La vi en pantalla grande, y me gustó, pero no me flipó. En una revisión reciente, localicé su mayor error: el desenlace, atolondrado y zopenco. Pero como digo, la primera es la primera, fue original, rompedora, salvaje (cómo dolían esos garfios hundidos en la carne, ¡ouch!) y creó el estupendo concepto de los cenobitas, con "Pinhead" a la cabeza (llena de clavos). Pero luego están las secuelas. La segunda la vi en vídeo, no me gustó. La tercera en un cine vacío, y me pareció horripilante. Luego le perdí la pista, aunque vi alguna alquilada con resultados dolorosos para el alma. Hasta que me olvidé del tema por completo. Ya les digo... no creo que, salvo por su título de partida, la saga "Hellraiser" merezca un puesto de honor en el catálogo del cine de horror moderno.
Entonces llega la era del remake, y se anuncia uno. Tras varias trifulcas con diferentes directores (franchutes) que abandonan el proyecto por verse impedidos a darle el tono brutal que requiere, le pasan el tema a un español, nuestro Víctor García, especializado en rodar secuelas para DVD más o menos majas. La diferencia es que ahora ya no será un remake, sino una continuación más... aunque el verdadero fin de su parimiento consiste en que "The Weinstein Company" no pierda los derechos de explotación de los que es dueña. Los fans del título original se cabrean. Sale una foto del nuevo "Pinhead", y aún se cabrean más. Sale Clive Barker, padre putativo de la saga, y en su "twitter" condena el film sin tan siquiera verlo. Así no vamos bien. Es pues lógico y normal que "Hellraiser: Revelations" únicamente reciba duros y sangrantes palos... pero mucho me temo que a todas esas críticas malas habrá que quitarles parte de su fiereza, ya que muchas están motivadas por nostalgia mal enfocada. ¿Significa eso que la peli de Víctor García no es tan mala?... vayamos por partes.
Unos chavales hiper-idiotas y salidos se las piran a México a follar y emborracharse. Allí dan con la caja/puzzle clásica de todo "Hellraiser" y uno de ellos, el más malo, queda atrapado en el mundo de los cenobitas. Como pasaba en la primera peli, logra escapar y convence a su colega para que mate putas y le de la sangre con el fin de recuperar su aspecto humano. Todo esto nos lo cuentan a través de flash-backs y mientras los padres de ambos chavales se reúnen para superar el trauma de su inexplicable desaparición. Entonces, entra en escena uno de los dos, pero se comporta raro, ¿será quien dice ser?, ¿estará huyendo de los cenobitas, que irán pallá dispuestos a recuperarlo?. Misterio.
De entrada te asustas cuando los primeros minutos de "Hellraiser: Revelations" están contados rollo "found footage". Y de verdad, aunque la intención es loable en su afán por dotar a la saga de un algo distinto, no le pega nada. Queda fatal. Suerte que solo es un ratillo, pronto vemos las cosas desde un punto de vista cinematográficamente estándar. ¿Y están bien esas cosas?, pues a ver, reconozco que este "Pinhead" no mola demasiado... no tiene carisma. Y que esperaba mucho más gore, la original sigue superándola en cuanto a crueldad y mala hostia. Con el afán de dotar al pack de algo de mal rollito, hay un poco de aparente incesto, y son descubiertos los sucios secretos de una familia "bien". Buen intento, limitados resultados. Sin embargo, y ahí quería yo llegar, "Hellraiser: Revelations" no es PEOR que todas las secuelas del primer "Hellraiser"... de hecho, es muy superior a la tercera, la cuarta... a todas. Técnicamente está muy bien acabada y en general es solvente. No digo que sea una maravilla, ni la entrega que la creación de Clive Barker merece... solo digo que no es tan terrible como la pintan y para un visionado, basta y sobra.
Como dato curioso, decir que el guión corre a cargo de Gary J. Tunnicliffe, que en su faceta de director es responsable de la simpática "Dentro de la roca".

miércoles, 19 de agosto de 2009

BOOK OF BLOOD

Señores, menudo sorpresón que me llevé ayer noche viendo esta reciente producción Británica. Uno de los buenos.
Antes de ponerme a verla, no sabía qué esperar de ella. Se trata de una adaptación de dos relatos escritos por el renombrado Clive Barker (el dire de "Hellraiser" y "Razas de noche") pertenecientes a su mítica serie de "Books of Blood" (de los que, hace ya bastantes años, compré los dos primeros volúmenes de sus ediciones patrias, tituladas "Libros sangrientos"). Desconozco por qué han tardado tanto en ser llevadas a la pantalla, pero viendo los resultados, la espera ha valido la pena.
Es inevitable pensar en todas las experiencias previas de Barker en el cine (como director o como materia adaptada) antes de ponerse con este "Book of Blood" y, salvo el primer "Hellraiser", la cosa está algo flojita. "Rawhead Rex", "El señor de las ilusiones", pssss... tal vez "Midnight Meat Train" que, bueno, se dejaba ver... pero nada que quitara el sueño (añadir que Barker es también productor del film comentado). Así que me senté frente a la pantalla esperando lo contrario a lo que vi, de ahí que imagino me haya llevado una impresión tan positiva.
En realidad "Book of Blood" no es otra cosa que una historia de casas encantadas, pero contada de modo diferente, aunque en algunos aspectos tenga la misma estructura o los mismos tópicos que hasta la más zetosa de las pelis. Y es que, una vez más, y como ya he dicho otras veces, da igual que el material de base lo tengamos más visto que el tebeo; si está bien hecho, es tan efectivo como el más virgen de los terrenos. Y este es el caso.
Una investigadora paranormal se obsesiona en documentar los supuestos fenómenos que ocurren en un viejo caserón en el que murieron un medium y una chavala gótica. Al lugar se lleva a su técnico de audio y vídeo y a un tipo que, se supone, es capaz de conectar con el más allá... o tal vez no.
¿Y qué tiene de especial este argumento tan trillado?, pues todo, la estética de la peli, su fotografía tenebrista, sus personajes creíbles y cómo se relacionan, la falta de humor, los inteligentes diálogos, los muy muy contados excesos (pocos fuegos artificiales y, sí amigos, poco gore... haberlo haylo, pero no esperéis una carnicería continua porque no) y sobre todo, una atmósfera aplastantemente conseguida. "Book of blood" es una peli de terror gótico, clásica... en esencia, una historia de miedo... y, aunque esto sea muy subjetivo, proporciona no pocos escalofríos, algunos gracias a impactantes imágenes de aterradores espectros, sí, pero otros mérito del sonido y/o la música. Todo ello muy "british", pero en el buen sentido.
Curiosa y fantásticamente el director es John Harrison, ex-compositor de bandas sonoras para George A. Romero (suya es el fantabuloso soundtrack de "Creepshow") y, así mismo, director de la simpática "El gato infernal".
"Book of Blood" es uno de esos films que van contra la teoría de que "ya no se hacen pelis de miedo que den miedo". Esta sí da, mucho o poco... pero da.
Una sorpresa muy agradable y recomendable.

martes, 1 de abril de 2025

THE TORTURER

Mediometraje de carácter semi-amateur que, con vestigios de una corriente del cine de horror tan de primeros de siglo como es el “torture porn”, solventa la papeleta a base de iluminación artesanal  y gracejo, y consigue —no se hasta que punto voluntaria o involuntariamente— aspecto, look, formas y maneras de película gore casera de finales de los 80 primeros 90. “The Torturer” parece una más de aquella tanda que, en la época, se pusieron de moda por estos lares y fueron distribuidas vía "Gorgon Vídeo"; me refiero a todas esas películas “redneck” de Leif Jonker, Bookwalter o Jim Van Bebber, solo que, si aquellas fueron rodadas en 8 o 16 mm, esta lo está en impersonal vídeo de alta definición propio de los tiempos que corren. Pero, en esencia, lo que está dentro del cuadro es lo mismo.
Así, “The Torturer” cuenta la historia de un individuo que es arrojado a una oscura habitación en la que un enorme ¿funcionario de prisiones?, le somete a un interrogatorio. No sabemos nada del individuo ni por qué ha sido arrojado a esa habitación, el caso es que no sabe contestar a las preguntas del interrogatorio y, en consecuencia, es torturado por el grandullón que da título a la película de manera muy explícita. No contento con eso, además, en los momentos de máximo éxtasis, se le aparecen otros torturados por el animal este, todos ellos en estado de descomposición, prácticamente zombies…
Todo en el mediometraje es una excusa para, por un lado, colarnos esa iluminación oscura que hace que parezca que la acción transcurre únicamente sobre un fondo negro y, por otro, mostrar el abundante gore, por momentos excesivo e innecesario, que está ahí solo porque quienes andan detrás del mediometraje son un poco hábiles a la hora de aplicar prótesis y efectos especiales "old school". Como ocurría en las pelis noventeras a las que antes he hecho referencia, de lo que va la cosa es de mostrar dichas habilidades, solo que llevadas a cabo por unas gentes más resabiadas que aquellas, simplemente por los 30 años de diferencia existentes.
Como fuere, el principal signo identitario de “The Torturer” es que me ha recordado terriblemente a aquello.
Por otro lado, y pese a que se puede hacer una sinopsis de la película en una línea, esta dice estar basada en un cuento de la colección “Nailbitters” de Paul Kane, asimismo, literatura barata para públicos concretos.
Por supuesto, detrás de todo esto está una pequeña empresa independiente llamada "Little Sparks Films" cuyas filas cuentan con films que van desde lo grotesco a lo posmoderno, además de tener cierta vinculación con la Troma (producen títulos para la infame compañía de Lloyd Kaufman y exhiben en sus plataformas de streaming).
Dirige el amigo Joe Manco (me ahorro el chiste) que posteriormente realizaría el largo “Vicemares” en similar tesitura que este mediometraje y tirando de croma que da gusto, sin mayor relevancia cinematográfica —ni festivalera— que yo sepa.
Y como protagonista tenemos a Paul T. Taylor, popular por ser uno de los actores que reemplazó a Doug Bradley en una de las últimas secuelas de “Hellraiser”, concretamente, “Hellraiser: Judgment” de 2018, y secundario en montones de productos de todo tipo.
Sin más, “The Torturer” es una cosa bastante mediocre, que me ha llamado la atención por, como les he dicho, recordarme artesanalmente a aquellas fruslerías gore que se comercializaron en España con el boom del momento, siendo como es del 2020.

miércoles, 18 de mayo de 2016

LOS FOTOCROMOS DE "HELLRAISER"

Aquí les dejo los fotocromos de otro de los clásicos de los 80, "Hellraiser", la película que puso de moda el rollo de los cenobitas y marcada de paquete de Clive Barker adaptando su propia novela "The Hellbound Heart".
Aunque ya desfasadilla, estaba bien. Por el contrario, las secuelas consiguientes fueron convirtiendo la franquicia en una cosa muy chunguera... y no paran, por cierto.
Sin más, ahí los llevan.
...Y diría que el juego está incompleto.











martes, 14 de septiembre de 2010

LA PUERTA

Hablar de "La Puerta" es, para mi -y en un alarde de habitual nostalgia-, hablar del cine "Continental", a disposición de usuarios en aquellos tiempos (mediados/finales de los 80) en el barrio de Collblanc, Hospitalet, a quince minutos andando de mi casa. Un cine al que acudí a ver muchos títulos míticos ("Rambo", "Hellraiser", "Creepshow 2"...) y actualmente chapado tras una temporada mutado en formato Bingo. De entre todos ellos se erigen algunos que, a pesar de estar paridos con pocos medios y no contar entre sus responsables con nadie famoso, lograron congregar a bastante gente y terminaron convertidos en pequeños e inesperados éxitos. Como, por ejemplo, el "Witchboard" de Kevin S. Tenney (que algún día repasaré para reseñar aquí) o este "La Puerta" de Tibor Takacs.
En "La Puerta" tenemos niños con gorra de beisbol subidos a bicicletas recorriendo suburbios de casitas blancas de dos pisos, tenemos amplios jardines convertidos en micro-cosmos en los que todo ocurre, tenemos monstruos, rayos de colores, luces cegadoras... resumiendo, todas aquellas características que definían el sello Steven Spielberg. El cine del Rey Midas de Hollywood siempre se situaba en idénticos parajes y hacía gala de idénticas virtudes (si no en funciones de director, sí en las de productor). Que todo eso lo veamos en "La Puerta" no es un juego retro-referencial o post-moderno, como sería hoy, es que entonces, en ésa década, aquello era lo típico y normal en cualquier producto pensado para jóvenes. Exactamente como el film que nos ocupa.
En el jardín de casa de nuestro protagonista se forma un extraño agujero. Según su amigo heavy metalero se trata de una puerta a los infiernos. Ni que decir que, por una serie de casualidades, aquella misma noche las criaturas del averno saldrán de las profundidades dispuestas a asustar a los chavales primero, y a invadir el mundo de los vivos después.
Todos los elementos terroríficos e incluso asquerosos (que los hay) están medidos con regla para no ser excesivamente traumáticos ya que, repito, la intención es contentar a un público entre los... hummm, pongamos 15 y 20 años. Los apañados efectos especiales (mucho y jugoso stop motion) son los reyes de la función sobre todo en la segunda mitad de la trama, curiosamente, la más floja del conjunto. La que la precede hace gala de un ritmo más dinámico y resulta notablemente disfrutable. Aún así, y a pesar de ello, "La Puerta" es un pequeño film que funciona notablemente bien a la hora de entretener, y eso ya es mucho.
En el reparto destaca Stephen Dorff (que podría llamarse Stephen Dwarf, ya que parece un puto enano sin cuello) quien, más crecidito, lograría destacar actuando en algunos films de peso.
Como he contado en otras ocasiones, Tibor Takacs dirigió un segundo film ("Lecturas Diabólicas") que, supuestamente, tenía que confirmarle como nuevo talento. Sin embargo, su fracaso le llevó a rodar "La Puerta 2" (reseña en muy breve). Tampoco esta ruló en taquilla como debía, lo que acabó encasillando al cineasta en productos catastróficos o de animales gigantes destinados a la tele por cable. El remake oficial está previsto para el 2011... vamos, que lo de la mediocre "Miedos 3D" es plagio o mera casualidad.
La palabra perfecta para definir "La Puerta" es ENTRAÑABLE.

martes, 6 de noviembre de 2012

SINISTER

Un escritor especializado en literatura morbosa y criminalista anda desesperado buscando un "hit". Ello le lleva hasta una casa donde, años atrás, una familia entera fue asesinada en el jardín. Se instala con su prole (que desconoce el asunto) y comienza a investigar y darle al tarro. Una noche sube al desván y  encuentra una caja con varias pelis de 8 mm y un proyector. Se las pone a mirar y resulta que se trata de los documentos filmados del asesinato de la familia previa y de unas cuantas más. Si dichas imágenes ya son lo bastante escabrosas e inquietantes (especialmente la de la podadora, de impacto), resulta que, a base de estudiarlas, el escritor descubre que en todas ellas aparece de refilón una presencia muy inquietante y un signo de origen brujeril. No hace falta decir que, poco a poco, comenzarán a pasar cosas raras en la casa y al prota le parecerá ver a la aterradora figura de las películas en su propio jardín.
Consumí "Sinister" ayer por la tarde. Primera sesión. Y en la sala estábamos únicamente una señora y yo. La vi en maravilloso y completo silencio. Sin comentarios, móviles, toses ni nada molesto. Una delicia. Y tal vez, también esa semi-soledad y quietud contribuyó a que, durante un cacho de rato, me resultara bastante atemorizante. Y es que la primera hora, o puede que un poquito más, es sencillamente fabulosa. Va repleta de misterio, de suspense, de escalofríos, de atmósfera, es genuinamente buena, buena. El look de toda ella, acorde al título, es muy sombrío. Mucho. La banda sonora de Christopher Young, cojonuda, ideal, especialmente aquellos temas que ponen fondo sonoro a las aterradoras películas que muestran los crímenes. Y estas son, qué duda cabe, lo mejor de todo. Scott Derrickson, director de esta peli y de -curiosamente- "Hellraiser: Inferno", pero también de la normalica "El exorcismo de Emily Rose" y la horriblica "Ultimátum a la tierra" (versión moderna), sabe sacarle todo el jugo imaginable a dicho material, a su grano, a su oscuridad, a sus "mudez", en fin, que aporta mucho elemento acojonable al conjunto... y también algo de fetichismo, aquellos adoradores del viejo celuloide gozarán viendo al prota, Ethan Hawke, usarlo, informarse sobre el, cortar, empalmar película... incluso telecinar caseramente.
Que sí, que hasta aquí "Sinister" está cojonuda. Sin embargo, nada dura eternamente, y poco a poco comienza a desinflarse. Mucho y alarmantemente. Ocurre a medida que el tema sobrenatural se va haciendo notar más y más. De hecho, los niños fantasmas que ilustran el póster español son, sin dudarlo, el punto más flojo. Vamos, que se la cargan. Están mal caracterizados, se mueven sin gracia, y en definitiva no dan el miedo que podrían, y deberían. El desenlace, aunque lo intenta, no impacta, y es bastante retorcido (en el mal sentido), absurdamente prolongado y con un "susto final" absolutamente cutre y gratuito.
Jodeeeeer que puta lástima. Si hay algo que me jode más que una peli mala, es una peli que comenzaba siendo cojonuda y se vuelve mala, más aún si a ello contribuyen los típicos y tópicos "tics" del terror hollywoodiense. Del cine de miedo perpetrado desde el más flagrante "mainstream". En las manos adecuadas "Sinister" hubiera podido ser un film de terror estupendo. Tal y como está, se queda en un producto muy regulín, que se puede ver, pero que no dejará ninguna huella.
Una pequeña tragedia.

sábado, 22 de enero de 2022

CREEPSHOW TV (2ª TEMPORADA)

Asumida la poca naturaleza "Creepshowiana" de esta versión para la caja tonta, y que cualquier intento de mandar un guiño al clásico (como la música de los feísimos créditos iniciales) únicamente incrementa la dolorosa comparativa, me agencio las segunda y tercera temporadas completas. Me las veo (no sin cierta ilusión, lo reconozco) y las reseño. Aquí tienen todos los capítulos de la que hace dos. En breve, la otra.

CAPÍTULO 1 - "Model Kid" / "Public Television of the Dead": Rememoremos la historia que introduce y cierra el "Creepshow" de George A. Romero: un crío abroncado por su severo padre, que le tira los tebeos a la basura, recibirá justa venganza cuando se agencie un muñeco vudú. Bien, esa es la base de este "Model Kid". Cambiamos al padre por el tío. Cambiamos al niño morenito por uno rubito (probablemente alter ego del Greg Nicotero infante). Y al muñeco vudú por una figurita de esas de la marca "Aurora" (no en balde es ese un nombre que sale varias veces a lo largo del capítulo). Se agradecen estas movidas de niños fans del terror marginados por adultos o matones en el colegio, y que se toman la revancha. Pero la verdad es que ya comienza a ser un recurso trillado y cansino. Al villano lo interpreta Kevin Dillon. El guionista, John Esposito, tiene una larga experiencia en el género, aunque tal vez su logro más peculiar sea esa cosa de nefasto recuerdo titulada "La sombra del faraón". En cualquier caso, aquí el efecto comparativo es TOTAL y, obviamente, muy dañino.
La siguiente historia, "Public Television of the Dead", debería fliparme porque es un absoluto tributo a "Evil Dead" (y un poco al Sr.Romero y su recurrente Pittsburgh). El mismo Ted Raimi -haciendo de Ted Raimi- acude a un programa de antigüedades a mostrar el "Necronomicón" (ya que, como aclara, pertenece a su familia desde hace muchos años, ¡¡juas!!). Lo leen en directo y se arma la marimorena. Uno de los encargados de poner orden será un relajado pintor televisivo visiblemente basado en otro real redescubierto y reivindicado recientemente -a través de la bufa, algo muy común hoy día-: Bob Ross. Viene aliñado con unas gotillas a lo Mr.Rogers, para quien Romero curró en su época. Precisamente, otro de los héroes de la función es un cámara y realizador regordete de nombre George. Todo muy familiar. Uno de lo momentos más graciosos consiste en el pintor recreando en un lienzo el escenario al completo de "Terroríficamente muertos". Lo demás, puro manual.
Bien, una característica común en la serie a partir de aquí (y que se extenderá a la tercera temporada) es su obsesión por comerle la polla indiscriminadamente al fan medio a base de guiños, homenajes, tributos y lameculadas. Y funciona, según he podido leer muchos pican. A mi me irrita bastante. Lo veo un modo muy ruin de parapetar la falta de buenas ideas propias. En otras palabras, no van a lograr cegarme por mucha rosca que hagan al fan nostálgico que hay en mí. No me vendo tan fácil.
Dirige ambos capítulos el mismo Greg Nicotero.

CAPÍTULO 2 - "Dead and Breakfast" / "Pesticide": "Dead and Breakfast" gira en torno a los nietos de una vieja asesina psicópata que se mueren por convertir la mansión que aquella usó para sus escabechinas como marco turístico. Y forrarse en el camino, claro. Pero el público la ignora, así que invitan a una youtuber especializada en crímenes reales para que pase allí unos días y la promocione. Lo malo es que la chavala comenzará a poner en duda la veracidad de todo ello. Este capítulo es tan entretenido como interesante. Los personajes gastan carisma, la youtuber es genuinamente odiosa y repugnante y, en fin, ¡sale C.Thomas Howell! (compartiendo protagonismo con Ali Larter, superviviente de algunas entregas de "Destino Final"). El desenlace no decepciona. Parte de ello se lo debemos a los guionistas Erik Sandoval y Michael Rousselet (que repetirán en la temporada 3) y a la señora directora, Axelle Carolyn, responsable de la reciente "La mansión", que no funciona tan bien como su aportación al "Creepshow" televisivo, pero se deja ver.
Por desgracia "Pesticide" no repite la hazaña. La idea de que un tipo contrate a un exterminador de plagas para acabar con unos vagabundos que okupan su fábrica está bien. Pero, a partir de ahí, la cosa se torna un caos, un delirio que no entiendo a donde va ni que pretende, a pesar de contar con unos notables efectos especiales. Lástima. Obviamente las referencias, sobre todo sonoras, a la famosa historia de las cucarachas del "Creepshow" original son unas cuantas. Entre el reparto destacan el Carpenteriano Keith David y Ashley ("Hellraiser") Laurence. Dirige Don Nicotero.

CAPÍTULO 3 - "The Right Snuff" / "Sibling Rivalry": "The right snuff" está un rato chula (aunque, eso sí, el "Creepshowismo" sigue brillando por su ausencia). Protagonizan el culebrón unos astronautas en pleno viaje experimental para probar una máquina capaz de juguetear con la gravedad. El inventor de esta recibe todos los laureles, mientras que el piloto vive acomplejado porque su padre, un astronauta famoso, le hace mucha sombra. Dicho complejo se acrecentará cuando les anuncien que han de entrar en contacto con vida alienígena por primera vez y el elegido sea el inventor. La envidia del otro estalla y, en fin, corre la sangre. Pues sí, para estar todo el episodio ambientado en una nave (a base de decorados y efectos bastante potables) y dos personajes, la cosa se aguanta bien gracias a lo interesante de la trama, científicamente (todo el tema de la gravedad artificial) y humanamente hablando (lo de las envidias y frustraciones. Algo que, viviendo como vivimos en este país, nos cae muy cerquita). El único pero que le pongo es el aspecto de los aliens, un poco chungo. Se agradece que estén hechos a mano y, supongo, gasten unas formas voluntariamente "camp", pero no creo que case bien con el tono del capítulo. Protagonizan Breckin Meyer de "Pesadilla final: La muerte de Freddy" y Ryan Kwanten de "Silencio desde el mal". El dire es el normalmente insufrible Joe Lynch.
La historia que sigue desciende unos peldaños. Arranca como una comedia "teen" de pijas histéricas, lo que justifica la presencia de Molly Ringwald como directora de un instituto a la que una adolescente lerda le cuenta que su hermano ha intentado matarla. Las cosas derivarán por derroteros vampíricos. Lo mejor lo tenemos cuando la adolescente comenta que sus únicas experiencias sexuales compartidas consisten en hacer pajas. Lo demás, extremadamente tontuno y olvidable. Guioniza una tipa. Dirige Rusty Cundieff de "Tales from the hood" o "Fear of a Black Hat".

CAPITULO 4 - "Pipe Screams" / "Within the Walls of Madness": Retomamos la movida del "monstruo usado como arma arrojadiza contra un ser humano detestable" -es decir, la historia del bicho de la caja en el "Creepshow" original- y lo hacemos de la mano de la entrañable Barbara Crampton, que pal caso da vida a una casera despiadada y racista (hay incluso un momento que aparece medio borracha con un vaso en la mano, igual que Adrienne Barbeau). La acompañan Eric Edelstein (uno de los nazis malotes de "Green Room") y un bicho no especialmente mal logrado a base de pelos y suciedad que se oculta en las tuberías. Una historia muy tonta, que no aporta nada, pero tampoco ofende. Dirige Joe Lynch.
Con "Within the Walls of Madness" me perdí un poco, resulta algo liosa, pero digamos que gira en torno a un tipo condenado a muerte por una serie de asesinatos que, dice él, fueron cometidos en realidad por un demonio surgido de una dimensión paralela gracias a los esfuerzos de una científica interpretada por Denise Crosby, de "El Cementerio Viviente". Sin más. Dirige todo un VIP del club "Creepshowiano", John Harrison.
Aprovecho el inciso para comentar que las transiciones animadas de esta segunda temporada molan bastante. Se alejan del tono realista de la anterior (y el film original), y evitan el look "flash" que veremos en la siguiente. Las que nos ocupan tiran de rollo caricaturesco y denotan mucho estilo. Un toque original de la serie que, por raro que suene, funciona.

CAPITULO 5 - "Night of the Living Late Show" : A modo de colofón, Nicotero y los suyos cierran la temporada con un capítulo especial de duración doble, donde retoman el "servicio oral para el fandom" pero, al menos, de un modo más inteligente, integrándolo en la trama sin que irrite excesivamente. Y pal caso, además del inevitable guiño con posterior moratón en el ojo al recurrente Señor Romero y sus zombies, tenemos una referencia constante y sangrante nada menos que a nuestra "Pánico en el Transiberiano". Se lo explico.
Justin Long -al que hemos visto en "Jeepers Creepers" o "Arrástrame al infierno"- da vida al inventor de la máquina de realidad virtual definitiva, una que permite al usuario formar parte de sus películas favoritas. En su caso se trata del clásico dirigido por Eugenio Martín. No solo lo disfruta, además anda enamorado del personaje que interpreta ¡¡¡Silvia Tortosa!!!. De esta manera el inventor huye de su mediocre realidad y, muy especialmente, su señora esposa, con la que se casó por dinero y que, obviamente, no luce tampoco muy apetecible (aunque ni mucho menos es el cayo que nos pretenden vender). La cornuda, harta de desprecios e infidelidades -virtuales-, usará la misma máquina para vengarse.
Lo cierto es que, llegado el momento, comencé a pensar aquello de "Me aburroooo", antes de descubrir que consumía un capítulo más extenso de lo habitual. Pero no está demasiado mal. Las escenas en las que Justin Long entra a formar parte de "Pánico en el Transiberiano" e interactúa con Christopher Lee, Peter Cushing o la misma Tortosa, tienen su gracejo, aunque tampoco es que estén estupendamente facturadas. Llama la atención que se busquen a una doble de la actriz catalana cuyo parecido resulta bastante discutible.
El guion corre a cargo de Dana Gould, todo un personaje mediático ligado a cosas tan distintas y curiosas como "Los Simpson", "Mystery Men" o esa rareza titulada "Me levanté temprano el día de mi muerte". Dirige Greg Nicotero.

viernes, 5 de marzo de 2010

MUERTE ANTES QUE DESHONOR

Inconfundible producción proto-patriótica muy de su época, 1987, un año la mar de inspirado para la "New World Pictures", que en esas mismas fechas también parió / distribuyó títulos tan emblemáticos como "House 2", "Hellraiser" o "Creepshow 2". Eran los tiempos de Reagan en la presidencia, y aún estaba caliente el "hit" de "Rambo" y sus consecuencias, tocaba currarse una de esas pelis en las que ser marine es maravilloso, casi como ir de acampada con los colegas, en las que el universo está plagado de norteamericanos majos y rebosando buenos sentimientos, capaces de dar su vida con tal de salvar al mundo (bueno, primero a su país) de la mano de los malvados terroristas (Árabes, para más señas. De hecho, según "Wikipedo" esta peli está considerada una de las más anti-árabes de toda la historia de Hollywood). Esa clase de productos en los que se muestra la agonía / muerte de jóvenes cadetes, implorando la vuelta al hogar materno entre espasmos y dolores, mientras que los malos... la palman y yastá. Que nadie se equivoque... no soy anti-americano, ¡¡para nada, jamás de los jamases!!, simplemente tampoco soy ciego.
La peli se abre con la impactante escena de una masacre familiar (niños incluidos) por parte de unos terroristas (uno de ellos chica y, encima, ¡medio-lesbi!). De ahí pasamos a la historia en si, en la que un alto rango del ejército militar es secuestrado, lo que obligará al héroe de turno a pasarse las normas por el forro y arrasar medio reparto de extras con tal de efectuar el consabido rescate. Todo ello plagado de explosiones y una violencia que, sin llegar al exceso, nos regala algunos momentos regocijantes (como esa tortura mediante taladro).
En el reparto destacan los rostros de Joanna Pacula, Paul Winfield y la por entonces futura estrella de los vídeo-clubs Sasha Mitchell (sustituto de Van Damme en la saga "Kickboxer"). El prota, Fred Dryer, no acabó convertido en un icono de la acción de la época, no se si por falta de "algo" o por propia decisión. Terry Leonard, reputado coordinador de especialistas que ha currado en pelis de peso, ejerce de director por primera y última vez.
Un film -distribuido en las españas por el mítico José Frade- perfectamente visible para aquellos que busquen un buen rato de entretenimiento sin complicarse demasiado la vida.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

À L´INTÉRIEUR

Horror elegante (excesivamente Europeo… pero eso no es malo) el que nos proponen los directores Alexandre Bustillo y Julien Maury, con À L´INTEIREUR, película que arrasó y con la que Francia se coronó durante un corto espacio de tiempo (gracias también a los trabajos de Alexandre Aja y otros tantos) como la campeona en lo que a cine fantástico europeo, se refiere.
En un accidente de trafico, una embarazada pierde a su marido. Cuando se repone, una extraña mujer se presenta en su casa con la intención de quitarle el todavía no nato bebé. Con un planteamiento así de sencillo, nos encontramos con una de las películas más estimulantes de los últimos años, gracias en parte a una ambientación (en casa de la protagonista) totalmente inquietante. ¿Es À L´INTERIEUR un slasher (no se si meterla en este saco…) donde no hay cabida para el sentido del humor?. En cualquier caso, gasta una seriedad pasmosa, lo que se agradece en productos de este tipo.
Tensión asegurada, sobredosis de hemoglobina, y pocos, muy pocos diálogos en una película imprescindible para todo fan del fantástico que se precie de serlo.
Como era de esperar, sus directores no pasaron inadvertidos en la industria. Fueron fichados por los yankis para rodar el remake de HELLRAISER (como ya ocurriera con su colega Alexandre Aja y LAS COLINAS TIENE OJOS, entre otros muchos ejemplos). Finalmente, no pudo ser.
Quizás estemos ante un pequeño clásico del terror moderno, que hace parecer a gafastas y demás modernillos no enterados, grandes conocedores del género. Obviamente, no es así.

sábado, 14 de diciembre de 2013

THE HIDDEN 2, EL REGRESO

Indudablemente, a la estupenda "Hidden" las cosas le fueron de puta madre a nivel crítico, pero desconozco cómo discurrió la cosa en las taquillas del mundo, aunque algo me dice que lo que no se comió en su paso por las pantallas grandes sí lo hizo, y sobradamente, en los estantes de los video-clubs. Todo ello explicaría la existencia de una segunda parte de tan pocas lustrosas ambiciones, impulsada -como la primera- por la entonces cada vez más en alza "New Line". "The Hidden 2" fue parida siete largos años después de su precedesora (concretamente en 1993, y eso que la acción se sitúa quince por delante, es decir, en 2003. Algo que, obvio, no se nota por ningún lado a nivel tecnológico y estético) y con una inversión de dinero, talentos y capacidades mucho más modesta. Normalmente, las continuaciones cuyo campo de acción es el mercado doméstico suelen aportar menos ingredientes que el film que las originó. "Hidden 2" directamente aporta menos que nada.
Teniendo en cuenta que absolutamente nadie del reparto de la original repite aquí, la pirueta que se montan para lograr atar ambas películas es espectacular. De entrada, nos comemos entero todo el clímax final de "Hidden 1". Lo repiten prácticamente igual, con la diferencia que, hacia el final de los quince minutos que dura, lo mezclan con imágenes de un perro que se cuela en el escenario en el que el marciano malo había sido exterminado, y pilla un cacho que resultará cobrar vida, introduciéndose en el animal con el fin de generar crías. Mientras -recordemos- Kyle MacLachlan (alien güeno) revive al buddy-poli recién muerto trasladándose a sus adentros. Pasan quince largos años. Los productores y guionistas de "Hidden 2" necesitaban poder contar con el actor que interpretó al mentado policía, Michael Nouri, pero este no picó. Entonces, se buscaron un doble que se le pareciera mínimamente, le metieron un puñado de látex entre los pómulos y la barbilla y le filmaron mirándose a un espejo diciendo aquello de "Oh, dios mío, cómo se me ha deformado la cara!". ¡¡Yeah!!. Esto promete. Total, que se entera que el alien malo se ha metido en el cuerpo de un gilipollas, va para allí, se pelean y mueren los dos.
Y aquí es donde realmente arranca "Hidden 2". La hija del poli -ya crecidica- recibe la visita de otro alien bueno y le explica que el chungo todavía sigue por ahí jodiendo la marrana. La convence para que la ayude y juntos parten a por el. Y ya está, en adelante todo lo que veremos será eso, la persecución, nos paramos, nos enamoramos, seguimos la persecución, el alien malo salta de cuerpo en cuerpo y todo termina en un enfrentamiento poco espectacular y bastante deslucido, rematado por un susto final de vergüenza ajena.
"Hidden 2" es, directamente, horrorosa. Se nota que ha sido parida con muchísima menos guita que la primera, lo que no debería ser ni un problema y ni un inconveniente si sus responsables lo compensaran con imaginación y buenas ideas. Pero no van por ahí los tiros. Prácticamente toda se desarrolla entre la pareja chica/alien y el malo. Encima, el escenario más recurrente es una fábrica abandonada donde las crías del marciano se han instalado. Ni tan siquiera tenían dinero para alquilar un Ferrari (que ya saben cuánto le gustaban al bicho malvado que, de hecho, en este film amplía su gustos a otros modelos más asequibles). Todo es tan escaso, que tiran de diálogos y de la poco creíble y ñoña historia de amor entre la hija del poli y el marciano guay. Sí, vale, al menos los efectos especiales son "old school", pero tampoco esperen nada muy espectacular.
El director y guionista del estropicio es un tipo de errática carrera, no demasiado agraciado y con un nombre igual de poco atractivo, Seth Pinsker. Venía de dirigir en los 80 sendos episodios para un par de series (entre ellas "Con ocho basta") y no volvería a ponerse tras una cámara hasta pasados más de 10 años. ¡¿Qué cojones le vieron los productores para encargarle a él el proyecto?!. El caso es que Pinsker nunca jamás volvió a dirigir nada de nada, lo que no me sorprende. Su único crédito posterior es como productor televisivo el año 2004. Nothing more. Claro que igual es el Kubrick de la serie Z y reaparece en 2014 con otra obra de arte, ¡a saber!.
En el reparto únicamente reconozco un careto, el de la prota femenina, Kate Hodge, que en cuestiones cinematográficas debutó nada menos que con "Leatherface, La matanza de Texas 3". Algo que, rápidamente, le otorgó la etiqueta de "reina del grito" y la encasilló en el género. Le siguieron la serie de "Tales from the crypt" y otro producto televisivo en el que interpretaba a una mujer lobo, "She-Wolf of London" y que fue portada de un viejo "Gorezone" en el que la muchacha, ya deseosa de salirse del gueto, decía que no era muy fan del cine de horror. Y sí, pudo aspirar a otra clase de papeles, pero no mucho más lustrosos. Posó junto a Brandon Lee en "Rapid Fire" y de ahí a "Hidden 2", lo que nos indica que su carrera no debería pasar precisamente por un buen momento. El resto son todo series y más series hasta nuestros días. Aunque lo más marciano de su currículum lo encontramos en su desvirgue, un bizarro cortometraje del año 86 titulado "Super Christian 2" de obvio contenido cristiano. El responsable, John Schmidt, es un cineasta especializado en esas temáticas tan pringosas.
No entiendo cómo se les ocurrió a los de "New Line" hacer semejante chapuza, partiendo de un film tan entretenido, vibrante, colorista e inteligente como fue el de Jack Sholder (cuya trayectoria y resultados, hoy por hoy, guardan pocas diferencias con las del amigo Seth Pinsker). Tal vez su intención era producir algo rápido y poco costoso con el único fin de preservar el copyright del título, a saber, pero total para lo que les sirvió...
Que nunca hubiese una tercera parte podría echar un poco de luz sobre el entuerto. ¡¡Malditos años 90!!.
Evitable a toda costa.

NOTA: El amigo-lector Newzombie ha hecho notar que la imagen urbanita de la caratula pertenece en realidad a "Hellraiser 3". Gran observación la suya porque, efectivamente, si se mira con atención, verán a un cenobita ahí de pie, todo chulo él. Gracias al compañero por una info que, yes, hubiese ido de perlas para nuestra sección de... ya saben qué....

domingo, 22 de julio de 2012

DARK POWER

Ahora que ya he returnado de mi aventura por tierras exóticas, y tras un leve aperitivo carente de importancia, es de menester retomar mis pasiones y esencias por la puerta grande, echando mano de un títuo de aquellos genuinamente brutos, ideal para este blog y para devolverle a uno a la cruda realidad cual sopapo. ¿Y hay alguno más adecuado que el mítico -por las razones equívocas- "Dark Power" de Phil Smoot?. ¡No padre!.
Un viejo indio la palma en su cabaña. Dice no se qué paparruchadas de unos parientes malos enterrados vivos en el lugar y con especial afición por la carne humana. Pasan unas semanas y el lugar es alquilado a un grupo de estudiantas, y sus estúpidos colegas, que no tardarán nada en sufrir las iras de los indios zombie. Suerte de la presencia del sheriff, también conocido como "el hombre del látigo", o "el abuelo al que las mozas le tiran los trastos", que salvará la papeleta.
"Dark Power" destruyó muchas neuronas y quemó unas cuantas retinas cuando aterrizó en nuestros video-clubs de la mano de "Tri Star". Una serie Z con todas las de la ley, visiblemente rodada en 16mm y con ciertos, muy sutiles, toques a lo "Posesión Infernal" (cámara subjetiva persiguiendo por los bosques a víctima, mano surgiendo de la tierra cuando un inepto intentaba recuperar un objeto posado en el suelo, zombies pudriéndose al final en grupo). La muy hija de puta tarda hasta 46 minutos en ofrecernos algo mínimamente vistoso y que no se limite a cháchara vacía sin orden, ni concierto, ni interés. Pasados los tempos agónicos, nos metemos de lleno en la "noche del terror", con los indi-zombis de patético y ridículo aspecto atacando a los jóvenes habitantes del caserío. Un poco de gore (en realidad solo hay una secuencia trucu-lenta), muchos efectos de sonido cutre-salchicheros, una música de sintetizador (salvo el tema que acompaña a la aparición del sheriff) genuinamente minimalista y absurda y, lo peor de lo peor, unas gotas de humor voluntario totalmente fuera de lugar y que harían llorar a un infante. Vamos, mierda pura. Mierda puta... pero de la que mola. Sentarse con los colegas a sufrir en piña "Dark Power" (especialmente en toda su parte final) debe ser una experiencia descojonciable y rutilante.
Experiencia esta que debemos a su co-productor, guionista y director de simpático nombre, Phil Smoot. "Dark Power" era su primer lagometraje, al que siguió otro que tiene hasta mejor prensa, "Alien Outlaw", un especie de western de ciencia ficción (también muy zetoso) fechado en el mismo 1985. Además de todo ello, podemos ver el nombre del amigo Smoot en una gran variedad de muestras de cine de segunda haciendo toda clase de currillos, de entre las que destacan la segunda parte de "Los chicos del maiz", la tercera de "Hellraiser" y una cosa mu rara titulada "Hyperspace", una "spoof" de "Star Wars" en la que "Darth Vader" pasa a llamarse "Lord Buckethead". Habrá que dar con ella. El último atentado de Phil Smoot está fechado este 2012, en formato guión y dentro de la comedia, se titula "Off-Ramp to Eden" y... no sabemos absolutamente nada más al respecto (y ni ganas, la verdad).
Otro aspecto curioso de "Dark Power" es el protagonismo del ya fallecido Lash LaRue, habitual actor en añejos westerns de serie B, debería de ser muy colega de Smoot, ya que también intervino en "Alien Outlaw".
Resumiendo: "Dark Power" es un pestiño de mucho cuidado... pero uno que, visto en condiciones, hasta puede ser disfrutable si te lo propones. Únicamente has de cerrar los ojos y desearlo con todas tus fuerzas. 

viernes, 28 de enero de 2011

VAMPIROS A LA SOMBRA

Cuando descubrí esta película hace un par de semanas (porque les aseguro que no tenía ni pajolera de la existencia del producto), pensé en como era posible que no supiera nada de una película sobre vampiros, protagonizada por un Bruce Campbell post-TERRORIFICAMENTE MUERTOS, y David Carradine, que además está dirigida por Anthony Hickox, y que para mas inri, se editó en España. O yo no estoy muy en la onda, o es que la película pasó totalmente inadvertida. Me decanto por lo segundo. Porque sinceramente, la peor película que he visto en los últimos años, probablemente sea esta. Y en el mal sentido. Así que no se dejen engañar por el prometedor, “Cool” y actual cartel, porque esto es una ponzoña insoportable, cosa esta que también intuía por el cartel, y mi total desconocimiento del producto.
Para escapar de la tentación de la sangre humana, un grupo de vampiros se instala en un pueblo a tomar por culo de todo, que se llama Purgatorio. Sobreviven a base de sangre artificial que ellos mismos fabrican, y se protegen del sol con enormes sombreros, gafas de sol y protección solar.
Un día llegan al pueblo una familia humana, que a priori no sabemos a que van, pero el pueblo entero sabe de la existencia de la familia, y mas avanzada la película, llegará un torpe Van Helsing, que ni tan gracioso, ni tan torpe.
Menuda basura inmunda. No hay nada peor que una comedia que se las quiere dar de ingeniosa, y lo único que consigue del espectador son terribles bostezos.
La acción está en “stand by”, hasta ¡¡¡La hora y cuarto de película!!! en la que parece que por fin pasa algo, pero hasta entonces, sub tramas totalmente intrascendentes y un Bruce Campbell totalmente contenido en un personaje que pide desmadre a gritos. Carradine hace las veces de malo de la función, apareciendo también cuando la película está ya mas que avanzada. Es una película totalmente prescindible, porque no tiene nada absolutamente. Nada que podamos salvar.
Una mierda, en definitiva.... y además tiene una factura tecnica impecable... que no los F/X.
Hickox, es el responsable de cosas como MUSEO DE CERA y HELLRAISER III, por decir las mas conocidas.

martes, 24 de febrero de 2009

EL VAGÓN DE LA MUERTE

A esta peli se le dio mucho bombo, como si fuese la resurrección del escritor Clive ("Hellraiser") Barker en lo referente a material de adaptación cinematográfica (además, el tipo ejerce de productor). Lástima que sus artífices no lo creyeran así y, una vez terminada, le dieran una cancha no demasiado generosa. Creo recordar que salió directamente al mercado del dvd. ¿De verdad podemos decir que con este film Barker vuelve a la primera fila?... hombre, no, pero tampoco es del todo desdeñable.
Un fotógrafo obsesionado en ser considerado artista decide hacer una serie de fotos para una importante exposición basadas en el lado más tenebroso de la gran urbe. Ello le conducirá hasta los oscuros recovecos del metro, donde un carnicero ejerce de psicópata cada noche cazando a los pobres pasajeros que por ahí pululan. Sin embargo, todo ello no es más que el preludio a un horror aún mayor.
La historia no es en si misma muy original (y Barker suele tener muy buenas ideas), pero está enfocada de un modo distinto y muy bien llevada por el realizador de extraño nombre, Ryûhei Kitamura. A las inevitables dosis de gore (sustancioso e impactante, aunque en ocasiones lastrado por los puñeteros CGI) le acompañan momentos francamente inquietantes, de los que es prota absoluto el enigmático criminal, un tremendo Vinnie Jones. Completan el reparto una irreconocible Brooke Shields y Ted Raimi en un escueto (y sangriento) papel.
Lo dicho, "El vagón de la muerte" no revolucionará el género, pero entretiene bastante y sacia nuestra sed de sangre y cosas raras. El final, aunque se ve venir, funciona.

miércoles, 18 de junio de 2014

STAGE FRIGHT

Ya han pasado suficientes años como para que “Slashers” post “Scream” como “Leyenda Urbana” o “Se lo que hicisteis el último verano” sean material clásico y sirvan de inspiración y/o precedente para según que generación. Así que desde Canadá, e inspirada en el “Slasher” noventero, llega este “Stage Fright”.
Y el punto de partida intenta, dentro del género, ser novedoso. Se trata de un “Slasher” Musical, con todos sus numeritos musicales,  los tópicos del musical aplicados a conciencia, que se nutre de canciones propias del musical y del heavy metal; el asesino de look molón y ataviado con máscara del teatro Japonés, canta canciones heavy en contraposición al resto de canciones más clásicas. El problema, es que el director no se toma en serio su material y al final lo hace de manera paródica, con lo cual, una buena idea, novedosa, y que tratada con el debido respeto se me antoja valiente, se queda en una chorrada estúpida y carente de interés, máxime cuando ese sériale único punto a favor  de la película, porque de lo demás va limitadita. Y encima con el tonito repelente de un post “Scream”, con todo lo trillado del asunto.
Tras una puesta en escena –mal resuelta- que nos pone en situación, vamos a un campamento de verano para bailarines clásicos y cantantes de ópera, regentado por un director de Broadway venido a menos, en el que los jóvenes que pululan por ahí, andan ensayando una obra musical que estrenarán más adelante, llamada “The Haunting of the Opera”. Independiente de esta obra musical, los protagonistas se marcan numeritos musicales dentro de la ficción. Entre unos y otros, un asesino con máscara perteneciente a la función, irá dando cuenta de alguno de ellos (porque encima se carga pocos), en algunas ocasiones, dentro de un número musical.
Como decía antes, el tomarse a sí misma a cachondeo, es la mayor lacra de la película, amen de tener ese rollo auto referencial tan grimoso que tienen todas las malas películas de última hornada, en esta ocasión, tan reconocible y tan a boleo (mezcla referencias de los  ochenta y los noventa, indistintamente), que me siento, incluso, indignado durante su visionado: “Hellraiser”, “Scream”, “Carrie”, “Leyenda Urbana”, “La matanza de Texas” (“Masacre en Texas 2” para ser más exactos”) y, por supuesto, “Viernes 13” van circulando sin disimulo a lo largo de la película. Unos guiños necesarios para ganarse a su estúpido público, porque está claro que con el elemento natural de la película, no lo va a conseguir.
Por lo demás, poca truculencia,  aburrimiento, humor muy mal introducido e imperceptible  -de ese que está, pero que no notamos porque no hace gracia- y sensación de que le estén tomando el pelo a uno. Pero, sin duda, lo peor, es esa determinación de “Voy a hacer un musical “Slasher”, pero que sea medio en broma, porque no tengo cojones (ni el talento) de hacerlo totalmente en serio”. Una autentica lástima.
En el reparto, un puñado de adolescentes sin carisma y “Crepusculeros” que son ya como fotocopias y protagonismo, casi absoluto, de Meat Loaf que se marca algunos numeritos a una edad en la que ya ha perdido su chorro de voz, y que interpreta al director de ese campamento de teatreros y Minnie Driver, que ya tiene una edad, la mandíbula cada vez más grande, y ya le cuesta que le den papeles mainstream.
Dirige, uno de tantos independientes del cine de terror de la última hornada, pero esta vez, de los que no tienen talento (vamos, que no es Ti West), Jerome Sable, que con un par de cortometrajes del mismo palo, la mayoría de corte, también, musical, debuta en el largo con esta pedazo de mierda, a la que le sigue uno de los capítulos de la aún inédita “The ABC´s of death 2”.
Yo tras verla, la he borrado.

jueves, 21 de marzo de 2013

RETRIBUTION

Otra de aquellas películas que encajan de lleno en la infame categoría de "Cintas que no alquilé ni tan siquiera siendo chaval porque mi sexto sentido me decía que eran una mierda. Muchos años después por fin las consumo y lo confirmo". Vamos, nunca me atrajo "Retribution"... no hasta que hace poco leí en un blog yanki que había una versión censurada. Y donde hay censura, hay algo interesante que ver.
El prota de nuestra historia es un pintor atormentado con un careto muy peculiar. Parece un cruce  entre una anciana, un Vulcano y Christopher Lloyd. Mirarle mucho rato pone nervioso. El caso es que un día intenta quitarse la vida tirándose desde un edificio, pero no la palma, aunque durante la agonía algo raro le pasa. Algo tan raro como que, ya recuperado, se le ponen los ojos verdes y se va cargando a personas que no conoce... pero ellos sí le conocen, o al menos identifican su discurso pre-asesinato. Hay una explicación sobrenatural, claro, pero no la desvelaré, no sea que tengan la insensata intención de verla.
Uno de los muchos problemas de "Retribution" es que en seguida la calas, sabes que todo se va a reducir a crimen tras crimen, en línea recta, y te comienzas a aburrir a los 15 minutos. Y no paras de hacerlo hasta el final. Solo a ratos ocurre algo en la pantalla que llama tu atención, y es ese material censurado que decía, muertes bastantes "gores", destacando la del mecánico, probablemente la más espectacular y salvaje de todas. Pero los veteranos ya saben que eso no compensa el sufrimiento, porque el resto.... tela. Lo más llamativo son los intentos de comedia voluntaria por parte del director, realmente patéticos e inadecuados. Luego, su sentido de la estética, que es así como de un horterismo que espanta. También denota cierta incapacidad para rodar las cosas con normalidad... el ambiente "lumpen" en el que se mueve el prota (enamorado de una puta ataviada en plan "Madonna" pero a lo burro y que, por feo que sea él, le corresponde absurdamente) parece casi de caricatura, exageradamente tebeístico. Y así vamos tirando, pacientemente, entre histrionismos y chunguismos (las escenas de amor son de órdago) hasta un desenlace que, no por resultón, logra el milagro de que nos quede un regusto positivo.
Entre el personal sobresalen nombres propios como los de Kevin Yagher en los efectos de maquillaje (estuvo en algún "Viernes 13", algún "Pesadilla en Elm Street" y lo intentó como director con "Hellraiser 4", de la que terminó renegando), Alan Howarth a la partitura (tiene un curriculum sin desperdicio en el que destacan sus colaboraciones con John Carpenter) y Hoyt Axton, el padre inventor de "Billy Peltzer" en "Gremlins", interpretando a un poli. 
Al prota de cara rara, Dennis Lipscomb, lo había visto en un montón de pelis, como "Juegos de guerra" o "El día después", pero no lo situaba. Y el director, Guy Magar, ha hecho cosas como la tercera de "El Padrastro" y la séptima de "Los chicos del maíz". ¡Guau!.
Perfectamente olvideibol!.

martes, 24 de mayo de 2011

EL HOMBRE LANGOSTA

"El hombre langosta" o "El hombre langosta de Marte", según el título original, juega a un juego muy efectivo y siempre agradecido, la "peli dentro de la peli", lo que permite no solo un montón de cachondeo, si no además muchas referencias a otros títulos del ramo, con lo que de entrada tienes ya asegurada la complicidad de la audiencia.
La trama viene a ser la misma que la de "Los Productores" de Mel Brooks, el derrochador jefazo de una productora hollywoodiense necesita un fracaso de taquilla por motivos fiscales y se agencia una peliculilla amateur de ciencia ficción hecha por un chaval (una idea simpática pero cogida por los pelos, ya que esta hace gala de un acabado bastante superior al de muchas producciones consideradas profesionales) Ni que decir que la peli-dentro-de-la-peli es lo mejor de "El hombre langosta", pues está repleta de efectos especiales voluntariamente cutres (hilos que sujetan naves, maquetas que cantan a la legua, etc), personajes estereotipados y todos los tópicos habituales, además de explícitos guiños a "Robot Monster", "It conquered the world" y tantas otras.
Uno de los aspectos más curiosos es el reparto, destacando a un Tony Curtis que llevaba tiempo cuesta para abajo (algún día os contaré cómo Tony Curtis y yo coincidimos en un lavabo público!!!), la pizpireta Deborah Foreman (a la que pudimos ver junto a Bruce Campbell y Ted Raimi en "Lunaticos" de Josh Becker), al todoterreno Patrick Macnee ("Los Vengadores") y nada menos que a Anthony Hickox, más conocido por ser el director de las dos entregas de "Waxwork", asi como de "Hellraiser 3" o "Sundown".
El resultado final, sin ser nada del otro jueves, entretiene lo suyo.

lunes, 25 de enero de 2021

UNMASKED PART 25

Curiosa serie B británica concebida directamente para su explotación en vídeo y que pretende parodiar y mofarse de  un género tan en boga en los años 80 como lo fue el slasher. Lo curioso del asunto está en que se mofa desde dentro, desde el cine de bajo presupuesto y en los primeros años de decadencia del subgénero, lo cual convierte a esta cinta en una rara avis de la época. Cierto es que el slasher ya fue parodiado previamente y al estilo spoof desde las majors (por ejemplo con “13 asesinatos y medio”), pero este sería un caso bastante raro y distinto.
El caso es que, teniendo todos los elementos para que “Unmasked part. 25” se hubiera convertido con los años en un título a reivindicar y con un culto exagerado (como pasa con muchos de los títulos adscritos al fantástico de la década de marras), lo cierto es que con esta película pasó todo lo contrario; que pasó inadvertida en su lanzamiento, de ahí al olvido, y no cuenta con hordas de fans diciendo memeces acerca de ella en los foros de internet, si bien es cierto que recientemente la gente de Vinegard Syndrome la rescató y remasterizó desde el negativo original para ponerla en su catálogo en una edición en Blu Ray de lujo.
Se trata de la historia de Jackson, un hombre deformado que se dedica a asesinar a la banda ataviado con una máscara de Hockey y con un pasado que nos revela que casi se ahoga en el lago de un campamento de verano (¿les suena?). El caso es que un buen día, cuando está pasando a machete a un gran número de jóvenes nuevaoleros de los suburbios de Londres, se topa con una chica ciega con la que tiene sexo y de la cual se  enamora. A partir de ese momento surge el romance y se planteará de nuevo su vida, harto como está de estar todo el día asesinando a la gente. Al mismo tiempo, resolverá sus problemas y traumas familiares, enfrentándose a su padre borracho, sin mucho éxito.
La principal gracia de la película, en un ejercicio de metacine, radica en que nuestro psicho-killer, afirma ser el verdadero Jason de las películas de “Viernes 13” (“¡Yo soy el que sale en esas películas!”, le dice a su chica en una escena). La otra gracia reside en como se replantea el psycho killer su vida una vez encuentra a alguien dispuesto a no juzgarle por su aspecto —una ciega—.Tiene gracia la cosa. Aunque esta idea de la ciega que se enamora del ser deforme ya la vimos unos años antes en “El Vengador Tóxico”. Muchos acusaron al director de plagio, pero este aseguraba no haber visto el "clásico" de la Troma.
Por otra parte la película comienza de lo más cañera, con toneladas de vistoso y divertido gore para que, una vez  este Jason de todo a 100 encuentra el amor, pase a ser un melodrama (quizás involuntariamente, no como parte de la parodia) en toda regla con conversaciones que parecen no terminar nunca. Así que lo que parece ser un dinámico y sangriento entretenimiento en su parte paródica, se convierte en un coñazo de arte y ensayo un tanto irritante. Suerte que, en el tramo final, y pese a un espantoso gag antes de los créditos, la película vuelve a pillar el ritmo del principio y se medio arregla… aunque en resumidas cuentas, no sé yo si la hora y veinte de duración total se compensa con los cuatro o cinco minutos que tiene verdaderamente buenos.
El gore del que hace gala la película no está hecho por aficionados, ya que viene de parte de Stuart Conran y Cliff Wallace que recientemente habían hecho lo propio con “Hellraiser”. Entonces este gore, grotesco y excesivo, lleno de inventiva, me parece sin duda lo mejor de la película. Y, viéndola, lo cierto es que todo ese festival de vísceras, así como el cómo está rodada, con un montón de planos picados y tiros de cámara imposibles o la ambientación, me recordaron tanto al “Braindead, tu madre se ha comido a mi perro” de Peter Jackson que, puede que sea obra de la casualidad o no, pero yo diría que Peter Jackson vio “Unmasked Part. 25” y tomó buena nota. Jackson multiplica por mil ese ritmo y ese exceso, pero, si me dicen que esta es una película  suya inmediatamente anterior a “Braindead”, me lo creo, del mismo modo que creo en los plagios.
Como fuere, “Unmasked Part. 25”, con todos sus momentos buenos y sus eternas conversaciones en el meridiano es, si no una película finalmente estimable, una curiosidad  por momentos muy simpática y divertida.
Los hombres detrás de este invento son Mark Cutford que produce y  Anders Palm que dirige, cineastas cuyo modus operandi es este de parodiar el cine de terror  desde una óptica que poco o nada tiene que ver con el spoof (es otro tipo de parodia  quizás más sofisticada que no llega a ser cómica del todo. Una cosa muy rara) y que no poseen una carrera demasiado ostentosa, si bien Palm a día de hoy continúa produciendo —que no dirigiendo— toda suerte de films raretes y baratuelos.
Por otro lado, verán que cierta inutilidad acompaña a estos señores de algún modo, ya que, e inspirándose Cutford en un poema de Lord Byron, en los títulos de crédito podemos ver claramente que la película lleva el título de “Hand of death”. Esto es porque, una vez finalizado el montaje, Cutford, decidió cambiarle el título puesto que podía confundirse con una vieja película de Jackie Chan, así que, y con las miras puestas en la comercialidad, mucho mejor titular a la película “Unmasked Part 25”. Pero el título inicial se quedó en los créditos de inicio. Claro, así no se confundirá nadie, no te jode…

viernes, 21 de julio de 2017

PIERNAS LOCAS, LOCAS, LOCAS

“Piernas locas, locas, locas”, es una atípica comedia genuinamente ochentera de aquellas que tras sus estrenos, por norma general, tampoco multitudinarios, pasaban por nuestro país a través del alquiler de los añorados videoclubes. Y en sus estanterías, “Piernas, locas, locas, locas” si resultaba ser un alquiler de lo más habitual.
Una alocada –y cutre- mezcla de comedia deportiva y “Sex Comedy” con ligeros toques de comedia “Spoof”, al menos, en lo referido al estilo de muchos de sus gags ( “- Queremos tomar la ensalada del Chef” “-No va a poder ser, el Chef es un avaricioso”, dicen en una escena). Por estructura y contenidos, una película muy deudora de “Los Albóndigas en remojo”.
Conocida como “Off The Mark”, y también como “Crazy Legs” en sus versiones anglosajonas, “Piernas locas, locas, locas, cuenta la historia de un niño aspirante a alteta (corredor de Triatlón) que tras una jugada de su amiguito ruso, acaba cayéndose de un columpio y queda incapacitado. Le operan, pero el  cirujano avisa a sus progenitores que aunque podrá entrenar, que se olvide de convertirse en un gran atleta; tras la caída y la posterior operación, el niño sufre la enfermedad de las “Piernas Locas”, enfermedad esta que en momentos concretos de estrés o tensión, hará que su cuerpo pierda el control de sus piernas actuando estas autónomamente. Al mismo tiempo, una jovencita con las mismas inquietudes que él, comienza a ganar carreras porque gracias al enorme tamaño de sus pechos, estos llegan segundos antes que ella a la línea de meta, motivo por el que los chicos contra los que compite están molestos, y motivo por el que esos mismos, poco después, se convertirán en sus amantes.
Pasa los años, se encuentran, compatibilizan, y con un tercero en discordia, un negro que ha perdido el alma –un “No-Soul Brother”, entrenaran para la carrera más importante carrera de sus vidas. Todo ello servido en un ambiente juvenil y no exento de juerga, y tetas y culos, y todos los clichés de las populares “Sex Comedies” línea “Screwball” contemporaneo.
Verdaderamente se trata de una cinta un tanto ingenua e infantiloide al que le han metido chistes de contenido sexual y desnudos femeninos para que no resulte tan infantil y atraer culos a las butacas, cosa esta que salió rana, porque al ser claificada “R” en su momento, y tener una exhibición reducida por dicho motivo, finalmente se convirtió en una película ignota y prácticamente desconocida para el público americano.
No obstante, y a pesar de sus momentos más aburridos, los gags, cuando su resultado es eficaz, hacen que bien merezca la pena un visionado.
En el cast principal, como portador de esas piernas locas, locas, locas,  tenemos a Mark Nelly, visto en otras “Screwball Comedies” contemporaneas como puedan ser “Escuela de Azafatas” o “ Harvard, Movida Americana” así como se despediría del mundo de la actuación en 1994 con “Night of the Demons 2”. La dueña de esos suculentos pechos que llegan antes a la meta que el resto tenemos a la bella Terry Farell, a la que hemos visto paseando su palmito por diversas producciones tales como “Regreso a la Escuela” o “Hellraiser III” para acabar con su estructura osea en el mundo de la televisión. Como el negro que ha perdido el alma, tenemos a Clarence Gildyar Jr. que con algo más de suerte, llegó a aparecer en “Top Gun”, “Karate Kid II” o “Jungla de Cristal”, sin llegar a tener ninguno de los tres más roles protagonicos que los de esta película. Segundones de por vida.
No menos que el director de la película, Bill Berry, quien diez años de esta dirigió el “Blaxploitation” “Brotherhood of Death” y luego ya, como dirian los catalanes, se ganó las garrofas como asistente del director de innumerables películas de la más variada índole y el más raro pelaje, a la vez que produjo toda suerte de productos de serie B/Z destacando entre todos “Night of the Demons 2”, “Leprechaun 3” o “Los Chicos del Máiz 666”.
Una carrera de lo más simplona y curiosa, no obstante.
Véanla, se pueden echar alguna que otra risa.

jueves, 7 de febrero de 2008

¡CORTEN!

La pasada noche me propuse hacer algo diferente, ver una película distinta de lo habitual y de tirón extraño, cosa que a inicios de los 90 era lo normal en mi dieta cinéfaga. Hablo de "Tales from the gimli hospital", del reputado autor arty Guy Maddin. Si la elegí fue porque, de toda su filmografía, esa era la que más parecía acercarse a mis intereses. Sin embargo, después de 40 minutos y de entrada cierta simpatía por su aspecto más inquietante (y amateur), tuve que quitarla porque no podía con ella. Igual que le dije a un amigo, ya no tengo el coño para esa clase de cine... me he estandarizado del todo, ¡y me alegro!. El caso es que, decepcionado, busqué entre mis dvd´s un sustituto, y me encontré de bruces con "¡Corten! ("Hack!" en v.o.), film del que únicamente conocía su pertenencia a mi género favorito. Me puse a verla, no sin cierta pereza, y cual fue mi sorpresa al descubrir que me encontraba ante a un jodido slasher. El subidón de adrenalina y la sensación de alegría confirmaron que mi predisposición por esta clase de productos de puro entretenimiento no es forzada, es ASÍ, es natural, es genuina y... es cojonuda.
A ver, que la peli es una mierdecilla, rutina pura, relativo aburrimiento (eso si, menos que la del Sr.Maddin)... pero si he decidido hablar de ella es porque, aparte del buen rollito, estamos ante la que es, seguramente, la peli de terror más auto referencial de cuantas se han hecho, aspecto este muy explotado en los 90 (¡hola "Scream"!) y que parecía ya enterrado. Pues no.
Un grupo de estudiantes universitarios súper-estereotipados (aunque esto, al final, cobra cierto sentido) pasan el finde en una isla, en compañía de una pareja de bohemios, con el fin de hacer prácticas de biología. Obviamente, las cosas se tuercen cuando un psycho-killer aparece para cepillárselos a todos. Hasta aquí, nada especial, lo divertido del caso es que la panda de cretinos protas se pasa media peli hablando de cine (sobre todo de terror, y no se salva nadie, desde "Psicosis" a Rob Zombie), hay personajes que responden a nombres como Argento, King o, directamente, Mary Shelley y al criminal loco le mola recrear material de films clásicos (atención: se disfraza de Leatherface, de payaso, de la niña de "The Ring", imita una secuencia de "El Resplandor", usa pirañas para deshacerse de los cadáveres, y al final, en el inevitable reguero de víctimas colocadas en riguroso orden, gusta de copiar momentos extraídos de "Hellraiser", "13 Fantasmas", "Los Pájaros" o "Saw"). Incluso el director (Matt Flynn) pierde los papeles y convierte esto del rollo referencial en parte de su propia agenda, recreando planos de películas como "Atracción Fatal" o derivados.
A lo largo de la proyección, nos cruzaremos con algunos rostros semi-populares de la gran pantalla, tales como Kane Hodder (en un significativo cameo), Burt Young (el Poly de la saga "Rocky" y al que hemos podido ver en otros films de horror como "Amityville 2" o "Playa Sangrienta"), los ojos saltones de Juliet Landau y los piños separados de William Forshyte.
Total, que la cosa dentro de lo que cabe se aguanta bien, tiene sus dosis de gore (¡sierra mecánica y todo!) y un humor bastante patético, salvo cuando entra en el dichoso juego de las referencias. Para que os hagáis una idea, ahí va uno de los momentos que más me ha hecho reír: Entra en escena un personaje con buenas intenciones. La chica prisionera le pregunta: "¿Quién eres?". El tipo responde: "Soy Willie!" y la moza añade: "Libéranos, Willie". ¿Lo pillan?, pues eso.

viernes, 17 de diciembre de 2010

PROTEUS

Sigue la racha griposa. Otra peli más y mi reseña casi automática. Uno de los beneficios de internet, oiga. Esta peli la conocía porque hace años, haciendo zapping, pillé su desenlace en la tele, con el monstruo de turno en todo su esplendor. Y ya entonces no me desagradó. Seguidamente busqué la correspondiente info y descubrí que se trataba de una monster movie de procedencia british (en 1995, un año en el que el fantástico de esas tierras no vivía su mejor momento, precisamente) dirigida nada menos que por Bob Keen, británico más conocido por su faceta como responsable de efectos especiales. Verás su nombre asociado a los trucajes de títulos tan representativos como "Lifeforce", "Hellraiser", "Waxwork", "Yo compré una moto vampiro", "Hardware, programado para matar", "Horizonte Final", "Candyman" o, más reciente, "Dog Soldiers". Buen currículum.
"Proteus" es como una peli del Syfy Channel (o de Nu Image... o Asylum...) pero en BUENA. Vamos, es que de hecho se adelantó a lo que estas productoras nos ofrecen hoy día directamente en formato televisivo o dvdoso. Un grupo de traficantes (luego resultará que el menos malo de ellos es un poli) naufragan tras ver como su yate estalla. En plena noche neblinosa localizan una plataforma petrolífera que, aparentemente, está abandonada. En realidad se trata de un laboratorio genético secreto cuyo experimento, seeeeh!, ha salido mal. Los recién llegados tendrán que enfrentarse a el.
La deuda con "Alien" y "La Cosa" está ahí (olvídense de "Deep Rising", que es posterior). Es incluso lógica. Pero "Proteus" se salva de la mediocridad por varios motivos: sus actores solventes (entre ellos Doug Bradley, más conocido como "Pinhead", marcándose una aparición especial caracterizado de anciano), su ritmo potable, su buen acabado y, eso sí, unos efectos especiales muy muy notables. Ya os digo que el monstruo del final mola, pero todo lo que le precede, las mutaciones mil, las pringosidades y el gore (aunque mutilaciones humanas casi no las hay), molan más.
Al final uno ha pasado 90 minutos bien entretenidos y se ha regalado los ojos con algunos momentos sustancialmente inspirados. Sí, se puede disfrutar y todo.