Mostrando las entradas con la etiqueta reflexionando. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta reflexionando. Mostrar todas las entradas

...

"Hay sólo dos modos para vivir la vida:
uno es pensar que nada sea un milagro,
el otro, es convencerse que cada momento lo sea."
(Albert Einstein)



Pasó tiempo desde la última vez. Algunos podrían pensar que "mucho", yo creo que simplemente fue -o es- lo que necesité.
Creo firmemente en el disfrutar cada instante, el milagro de ese "ahora" tan efímero, tan escurridizo... aunque aún sucede que me encuentro pensando que podría hacer esto o aquello y de estar perdiendo el tiempo. Por suerte pocos segundos después sonrío sabiéndome tonta, miro a mi alrededor y agradezco. Lo hago por ese Hombre que todavía, pese a todas sus circunstancias, es mi puntal, mi puerto seguro... por mi Ella que hoy son exactamente seis meses hizo mi alma explotar de un amor más que infinito... por Él que me basta mirarlo dormir para serenar mi mente, verlo sonreír para hacerlo yo también... por esas Amigas que dejan todo para ir a buscarte a último momento a un aeropuerto y llevarte a caminar por la playa, sin decir nada, sólo un abrazo y el viento en la cara...
Y no es que los problemas ya no estén o desaparezcan, sino que es otro modo de ponerles cara... porque como dice mi Luna en virgo: "...probablemente todo vaya para la mierda, pero lo que sí es seguro es que estaremos juntas ahí también..."

Soy como esa brisa salina a la orilla del mar, cierra los ojos...


...aún estoy por aquí, aunque no me veas. 

Abrazo

"El nuestro era (es) un abrazo perfecto.
Se puede estar en gran sintonía haciendo el amor
o besarse sin problema alguno,
hasta con ímpetu y pasión.
Pero abrazarse no,
abrazarse de verdad no se logra,
porque es el abrazo
el metro más exacto de la comprensión.
El abrazo no perdona."
(Lorenzo Lincazi)


Yo y los abrazos.
Me cuesta dejarme abrazar, es (mi) verdad.
Porque cuando lo hago, sé que no hay escapatoria, no hay barrera ni coraza que tenga.
En un abrazo soy yo. Plenamente yo. Simplemente yo. Toda yo.
Yo y mis fragilidades. Yo y mis miedos. Yo y mis inseguridades.
Por ello cuando dejo que alguien me abrace, le hago entrega de una confianza absoluta. Le estoy dando una parte de mí misma... la posibilidad, el poder de herirme de forma mortal.

Por eso no me dejo abrazar... porque no puedo, no quiero, dar esa arma a cualquiera.

(Ya han probado a disparar, y me costó mucho curarme para ponerme de pie...)