La música rodea nuestro mundo, nuestra vida, no existe el mundo sin ella. Entonces, ¿por qué no rellenarla con grandes canciones y crear nuestra propia banda sonora? Melómanos sin remedio, bienvenidos.
No había caído hasta hace pocos días en que este año cumplo la edad que corresponde al día de mi cumpleaños, 29 años el 29 de marzo. Una de esas chorradas que, en cierta manera, me hacen sonreír. Más cuando precisamente es un año en el que he decidido no organizar nada especial ni las mil fiestas, cenas y celebraciones que suelo hacer cada año. Empezando la cuenta atrás para el cambio de década, cero traumas, para qué? Eso quedó en la adolescencia.
Si la chiquilla de la foto pudiera ver por una mirilla hacia el futuro lo que iba a ser de ella a esta edad, no sé si sería lo que esperaba o no, quizás esta chiquilla fuera ya por entonces como se manifestaría con los años, sin agobios por el futuro o por hacerse mayor, simplemente dejándose llevar por las oportunidades que surjan y disfrutando de la vida y de lo que le rodea. Muchas cosas, pero, habrán cambiado en ella, sobretodo esa valentía insospechada que con la edad muchos, por suerte, acabamos desarrollando. Algo de lo que estar contenta, algo que te acerca a la libertad verdadera.
Quería celebrar este día con alguna de mis canciones favoritas, con alguno de mis grupos favoritos, sin importarme cuántas veces hubiera aparecido. Y que fuera una canción luminosa, primaveral como estos días, primaveral como siempre ha sido este día durante toda mi vida, yo que nací con la primavera y quizás gracias a ello nunca pierda la sonrisa. Me vino a la cabeza esta preciosidad del fantástico "Long Island EP" de Beirut, una canción que siempre me hace sonreir y pensar en lo afortunada que soy de todo lo bueno que me rodea, aún cuando la vida nunca es de color de rosa. Espero que la disfrutéis.
Menudo año que llevamos de buenos nuevos discos, especialmente de bandas que ya nos gustaban de antes. Iron&Wine, Fleet foxes, Bon Iver, Arctic Monkeys y ahora también Beirut, aunque quizás entre los nombrados sea el regreso más flojo. Pero en su nuevo disco, llamado "The rip tide", encontramos algunos temas bellísimos, en especial este "Goshen" que, en su sencillez, me llegó al alma desde las primeras escuchas.
Deseandito como estoy de que se pasen por Barcelona en algún momento y nos deleiten con su directo, del cual he visto vídeos en youtube y promete, siguen siendo una de mis bandas favoritas. Después de aquel experimento que hicieron hace dos años de dos eps, uno de los cuales era completamente electrónico, parece que se dieron cuenta del error y volvieron a las andadas, a los vientos y las orquestaciones, con esa voz tan característica de Zach Condon y ese tratamiento tan particular de los ritmos, esta vez más cercano a lo que hace Sufjan Stevens.
No me apetecen temas veraniegos estos días, será porque no parece casi verano y porque hasta que no acabe todo lo que tengo estas semanas no volveré a sentirlo. Mi cuerpo parece pedir temas más calmados, tranquilos, relajados, incluso con un punto melancólico, quizás reflejo de mi estado de ánimo. Como este, que quizás en el fondo no sea más que una filia personal. Espero que os guste y que tengáis muy buen fin de semana.
Qué mañana de sábado de verano tan extraña. Al despertar y mirar por la ventana no he visto más que una amalgama de nubes de diferentes colores y formas, algunas de ellas amenazantes de un pequeño chaparrón de verano. En el fondo, tampoco me molesta tanto, será cuestión de tomarse el día con más calma. Y se me antoja muy apetecible esta canción que hacía mucho que no escuchaba.
La formación de Zach Condon es una de mis favoritas, como ya dije hace unos meses cuando apareció por aquí por primera vez. El talento de este joven músico para captar los sonidos tradicionales de todo el mundo que más le llaman la atención y plasmarlos en sus canciones es impresionante. De su primer disco, "Gulag orchestar", del año 2007, sale esta canción. Un disco en el que predominan los sonidos procedentes de la Europa del Este, de manera más intensa que en sus trabajos posteriores, interpretados por una excelente banda y su particular voz. Personalmente es el disco que más me gusta del grupo.
Entre el mar de sonidos de la europa oriental, encontramos esta inspirada maravilla con un cierto aire mediterráneo. Una canción con un toque de melancolía, incluso de nostalgia, reflejado en un precioso vídeo que justo hoy he descubierto. Un vídeo repleto de imágenes de veranos de antaño ajenas, pero con las que más de uno seguro que se siente identificado con algunas, que os recomiendo encarecidamente que echéis un visionado. Espero que os guste y que paséis un buen sábado.
Hoy por fin aparecen en Music rules our world uno de los grupos que más ganas tenía de presentaros un sábado. Si alguien, entre todo aquello que escucho, representa la originalidad, la mezcla y el folk sin complejos ni fronteras, esos sin duda son Beirut.
Esta banda está formada básicamente por el joven Zach Condon, un chavalín norteamericano que se dedica a captar los sonidos folk que le llaman la atención al viajar por el mundo, y plasmarlos después en originales canciones. Acompaña a su personal voz una extensa banda multiinstrumental sin la que su música no sería lo mismo. Su estilo mezcla, en diferentes canciones, principalmente música balcánica y del este de Europa con pop, pero también en ella podemos oir ecos mejicanos, de chanson francesa o sonidos mediterráneos. Una mezcla que ha parido ya tres discos desde el año 2006, aunque en el último cambia en la mitad de él la banda por la electrónica y bueno, personalmente considero que ha sido un error.
De su segundo álbum, "The Flying Club Cup", del año 2007, procede la canción escogida para presentaroslos. Me ha costado mucho escoger una, pero elegí esta porque fue la primera que escuché de ellos y la que me abrió la curiosidad en ellos. Los que no los conozcáis preparaos para escuchar algo un tanto diferente, pero que suena muy bien. Espero que os guste.