Todo buen día comienza con un buen desayuno, y aquí aprovechamos para probar cosas nuevas: pan de melón (que no sabe a melón, pero es un bollo muy rico) y mochi (bollo hecho con pasta de arroz, tremendamente típico de Japón, en este caso relleno de pasta de judía roja, también muy típica, y que es lo que realmente lleva el dorayaki que aparece siempre en Doraemon, no es chocolate).
LA ESTACIÓN DE SHINJUKU
Primero de todo, tuvimos que volver a Shinjuku, a la oficina de Sakura House, para hacer unos trámites. Desde Ikebukuro a Shinjuku apenas hay 5 minutos cogiendo la JR Yamanote, y el trayecto, si no recuerdo mal, son 160 yenes.
Shinjuku es, con sus múltiples accesos y comunicaciones entre metros y JR (Wikipedia menciona concretamente 36 andenes, una galería subterránea y más de 200 salidas), el centro de transporte más activo del mundo, lo que implica ser la estación más transitada que vais a ver. Gente entrando y saliendo sin parar de todos los accesos, por lo que hay gente a la que le puede resultar agobiante. Sin embargo hay que asumirlo e ir en la dirección que queramos sin amedrentarnos, a riesgo de acabar como el pobre Mufasa.
Bromas aparte, os hago una advertencia más con respecto a esto: normalmente (aunque podéis ver estaciones donde da igual) se sube y se baja las escaleras por la izquierda, no por la derecha. Al revés os coméis la marabunta de frente.