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9.8.15
31.12.14
TEZUKA Y LOS MUTANTES DEL PLANETA DE LOS SIMIOS
Ando estos días leyendo y disfrutando de Alabaster, uno de esos mangas de Osamu Tezuka con que nos van alegrando las editoriales, en este caso Astiberri. Pretendo escribir más sobre esta lectura, y algún Tezuka más, los próximos días. Alabaster es una variación sobre el Hombre Invisible con forma de divertidísima aventura pulp con un villano de folletín que también remite a Fantomas y demás genios del crimen. Como es habitual en Tezuka, no contempla el bien y el mal como dos absolutos puros sino que los llena de ambigüedad añadiendo ternura a la maldad o un carácter despiadado en quien se supone del lado del bien, y de fondo un plan maestro que quiere demostrar que la belleza no existe, que todo lo que es bello por fuera oculta fealdad interior.
Pero no venía yo a extenderme en ese aspecto sino anotar un detalle más anecdótico, y es que al llegar a la viñeta en que se muestra el verdadero rostro de Alabaster, cuya invisibilidad sólo afecta a la piel dejando ver músculos y venas, relacione de inmediato esa imagen con los mutantes que habitan el subsuelo de la Zona Prohibida del Planeta de los simios.
Mis lectores veteranos saben que siento fascinación por Regreso al Planeta de los simios, la primera secuela, y quizá eso me lleve a establecer un lazo improbable, y es cierto. De todas formas, tampoco es tan descabellado que Tezuka se inspirara en esos mutantes para dibujar el rostro de Alabaster: por un lado, tenemos que El Plantea de los simios fue todo un éxito en Japón, que su secuela se estrenó, según IMDB, en agosto de 1970 y que Tezuka empezó a publicar Alabaster en diciembre de ese mismo año.
5.12.13
LÍNEA CLARA Y APOCALIPSIS PULP
Vaya título molón que le he puesto a esta entrada. La cosa es que el otro día me leí el nuevo álbum de Blake y Mortimer: El juramento de los cinco lores, y me lo pasé bastante bien. Escribí una reseña para Gencomics que pueden leer aquí. Estos dos aventureros creados por Edgar P. Jacobs en 1946 para la revista Tintín encarnan la quintaesencia línea clara franco-belga en su versión más clásica e incorrupta, entre otras cosas porque son un raro ejemplo de digna continuidad tras la muerte de su autor. De hecho su más célebre aventura, La Marca Amarilla, fue el estandarte bajo el que se unieron las huestes de la Línea Clara en su cruenta batalla contra los bárbaros de la Línea Chunga, un curioso rifirrafe en el que algunos soldados combatían alineados en ambos bandos a la vez.
Edgar P. Jacobs contra Miguel Gallardo
Pero a lo que iba, tras leer el nuevo Blake y Mortimer me entraron ganas de acudir a la fuente original, es decir, a los Blake y Mortimer viejunos. Hacía tiempo, décadas, que no me acercaba e incluso tengo por casa algún álbum que no he leído nunca. Lo cierto es que a veces Jacobs puede dar un poco de pereza porque hay que leer mucho. Sus ladrillos de texto sepultando personajes son famosos entre los aficionados.
Vale, reconozco que es un ejemplo extremo
Ay, qué mala es la pereza. Me puse cómodo (batín, pantuflas), encendí la pipa, seleccioné de entre los volúmenes de mi biblioteca El enigma de la Atlántida (1955), me aposenté en el sillón y acabé disfrutando como un enano. No podía ser de otra manera, es un absoluto locurón en el que Blake y Mortimer se pierden por indómitas grutas, son atacados por pterodáctilos y van a parar a la Atlántida, que sobrevivió al cataclismo y se ha convertido en una subterránea megacivilización hipertecnificada, aunque, eso sí, inmersa en una cruenta guerra civil. Como no podía ser de otra forma, caí rendido a su fabuloso retrofuturismo y a un sentido de la maravilla absolutamente apabullante. Fue entonces cuando me di cuenta de algo de lo que debí haberme percatado ya con La Marca amarilla y su villano de folletín: bajo ese envoltorio de línea clara obsesiva y exquisita se esconde una delicia pulp, un bolsilibro ejemplar y trepidante.
Horror vacui retrofutista en la Atlantida
Mi disfrute fue tan mayúsculo que decidí internarme aún más en las profundidades abisales de Blake y Mortimer, en su aventura fundacional, El secreto del Espadón, realizada justo tras la guerra y tan profusa que siempre se ha publicado cortada en tres álbumes cuando en realidad sólo es un largo serial sin interrupciones. Ya de entrada me encuentro con sus fascinantes villanos, puro canon pulp de la vieja escuelas: la amenaza amarilla, un imbatible ejército oriental que se bautiza así mismo como el Imperio Amarillo y que es una mezcla del pasado peligro japonés y el futuro peligro chino.
Pero más allá de este entrañable detalle, descubro el secreto de Blake y Mortimer, la razón de su eterna juventud, un pacto con el diablo sellado a través de un sacrificio ritual. En las primeras páginas de su primera aventura, Jacobs, Blake y Mortimer destruyeron nuestra civilización y desataron el Apocalipsis.
5.7.13
MONDO MUNDIAL
La realidad supera la ficción es ya una frase hecha o incluso un refrán moderno, porque no todos los refranes nacieron en la Edad Media. Pese a ello, aquí defendemos algo mucho más poderoso, y es el poder de la ficción pOp y la serie bé como fuerza invisible. Hace tiempo que no enlazaba este tipo de noticias, pero las dos que vienen a continuación me han recordado que EL Blog Ausente nació también para recopilarlas.
Esto es tremendo, ciertamente. En Rusia (y los países del Este en general) puede pasar todo el gore del mundo, ya lo explicó Eli Roth en Hostel. Si a eso sumamos la trinidad ADOLESCENTES + RUSAS + BORRACHAS el mito de la bad girl toma derroteros post-industriales muy poderosos. Más adelante la noticia apostilla "Posteriormente, las jóvenes se fueron a casa a dormir." dejando ese "tan tranquilas" tácito y en el aire. La fotografía que la ilustra, esos piés femeninos jugando al fútbol entr eel barro, medio borrosos, conecta con la telerrealidad y el foot-fotage. Así es el mundo y así lo vemos, queridos amigos.
Y esto. ¡Qué me dicen de esto! Lo reúne todo: encapuchados, Ku Klux Klan, Rayos de la muerte (probablemente con tecnología robada de Tesla) y esa tremenda fe en la tecnología que demuestra que se puedan hacer tales cosas "con un simple interruptor". Más allá, destaca el cambio socio-cultural que supone que el Ku Klux Klan se erija, en pleno siglo XXI, en defensor de Israel.
24.11.12
HISTORIA SAGRADA Y APOCALIPSIS POP EN LA ERA ATÓMICA
Antes que nada, debo declarar que una de las iniciativas editoriales que me tiene robados cerebro y corazón lleva el sello de Diábolo Ediciones y se dedica a recuperar, vía Fantagraphics, esa edad más atómica que de oro que sacudió el tebeo norteamericano tras la Segunda Guerra Mundial. Four Color Fear es una gozada imprescindible para cualquier persona interesada en el terror precode más genuino y subterráneo, y lo mismo puede decirse de Strange Suspense, el primer volumen de los Archivos Steve Ditko; bueno, y del segundo también, aunque en sentido contrario, ya que Mundos Inexplorados muestra los efectos primeros de la censura del Comic Code (y es divertidísimo). Luego están, más recientes, los dos tomos dedicados a Alex Toth y Bernard Krigstein, que aún no tengo en mis manos (y mi biblioteca lo nota; ya saben qué regalarme en Navidad).
En realidad, yo venía a hablar del que queda por listar de los seis imprescindibles de Diábolo, pero es que son tebeos tan maravillosos que lo realmente justo sería recomendarlos cada semana. El que quedaba por listar es La Biblia de Wolverton y no es exactamente un cómic sino un libro de ilustraciones, y con La Biblia como tema, claro, pero dejen que les sitúe un poco.
Descubrí a Basil Wolverton muy pequeño, casi sin querer y sin saber quién era realmente a través de unas pocas y esparcidas historietas de ciencia-ficción y horror de los 50 publicadas como complemento en los tebeos de Vértice.
No puede resistirme a escanear El ojo de la Muerte, por ejemplo, o compilar las primeras viñetas de muchas de ellas. Eran escasas y te topabas con ellas de vez en cuando, y establecí conexión entre ellas no sólo porque aunque no se acreditaba su firma estaba en algunas viñetas, sino también porque tenían algo especial y muy poderoso. Me parecía tremendamente moderno y viejo a la vez, algo muy raro. Luego, cuando en El Víbora empezaron a editar a Burns y cosas alternativas americanas, percibía el rastro de Wolverton, y más cuando en la Historia del Cómic editada por Toutain (creo que fue allí) me explicaron quien era exactamente y su condición de influencia gráfica para el underground americano. Aunque en realidad casi nunca se señalaban esas historietas de terror sino el tebeo humorístico y alocado Powerhouse Pepper, y sobre todo sus caricaturas de rostros de fealdad absoluta realizados para la revista MAD, y que hoy forman parte de la cultura pOp estadounidense con mayúsculas.
No deja de ser curioso y muy sorprendente que Wolverton, referencia inexcusable como influjo del underground y retratista de la fealdad slapstick, fuera una persona de profundas convicciones cristianas. Tanto que el trabajo al que dedicó más años de su vida (30) fue a las ilustraciones de La Biblia que publicaba en las revistas de la Worldwide Church of God del radioevangelista Herbert Armstrong, una de esas iglesias cristianas de la América profunda. Suena extravagante y bizarro, verdad, pues lo es más porque Wolverton no traicionó su estilo. No sólo eso, como inicio a su obra religiosa puso dibujos al Apocalipsis de San Juan en la que es, en mi opinión, la representación del Fin del Mundo más inquietante del siglo XX, por pOp e hija de su tiempo. 1954. Plagas, muerte, destrucción y violencia con especial atención en los rostros de una humanidad contaminada y presa del pánico atómico-religioso dibujadas como si su destino fuera un tebeo de terror precode y no una revista religiosa como The Plain Truth.
Del mismo modo, la nutritiva imaginería gráfica de Wolverton convierte el Viejo Testamento en lo que realmente es, un relato que combina la maravilla con la pesadilla, lleno de rostros feos y ruines en un mundo sometido a un Dios violento y vengativo. Algo sorprendente si tenemos en cuenta que uno de sus principales destinatarios eran los niños y familias suscritas a las publicaciones cristianas de la Worldwide Church of God. La antítesis de la infantilización kitsch propia de la Historia Sagrada para infantes.
Esto no es La Biblia de Wolverton
Esto sí es La Biblia de Wolverton
El tomo editado por Diábolo reproduce con la misma calidad la versión de Fantagraphics (que yo ya tenía por casa, claro) en formato ligeramente más pequeño, se complementa con nutrida información sobre la vida y obra de Wolverton e incluye un anexo con sus ilustraciones humorísticas para revistas cristianas que permiten comprobar cómo nuestro hombre no hacía distinciones entre éstas y su trabajo para MAD.
La gente civilizada guarda sitio a La Biblia en la mesilla de cama. Yo les imito desde que tengo las visiones bíblicas de Wolverton en mis manos. La razón: erradican los dulces sueños.
24.5.12
SURFIN' PULP (CRÓNICA VISUAL DE UNA JORNADA DE ARREBATO POR LA LITERATURA DE DERRIBO)
Entro en casa del Señor Sanata y me detengo ante una portada que reconozco de entre los muchos libros que acumulaba mi tío en casa de mi abuelo. No es que sea una gran portada pero hay está, emergiendo de mis recuerdos. Esta entrega del Agente 000 de BANG (Bringer Advice Nomenclatura Gemini, uno de los acrónimos más extraños del spy-pOp cañí) viene firmada por Lester Maddox, pero en realidad la serie fue creada por Alexis Barclay; en realidad se trataba de un seudónimo utilizado por Antonio Viader Vives y que, ojo al dato, escribía estos libros supongo que por vocación ya que era profesor de derecho penal. De BANG siempre me intrigó el logo de sus primeras ediciones, en el que se veía a un agente secreto en silla de ruedad. Bueno, eran tiempos de Ironside, así que igual se trataba de un cruce entre éste y James Bond. En realidad, nunca llegué a leer ninguno, así que quizá debería hacerlo ahora. Repasando la lista doy con uno que se me antoja caballo ganador.
Crimen psicodélico, nada menos. Esto tengo que pillármelo, y así hago, porque forma parte de mi campo de interés. Psicodelia y agentes secretos, tan unidos en ficción como en la realidad. Clic. Clic. Busco a ver si alguien ha escrito algo sobre el libro (no suele ser así), y me topo con la genial sinopsis de la contracubierta:
"Cuando los rebeldes “beat”, con sus violentas protestas, habían sido derrotados por el amor panteístico de los “hippies”, y estos lanzaron al mundo su culto a los símbolos y su ternura hacia las flores... pronto surgieron quienes componían, poetizaban, escribían o pintaban bajo los efectos de la DROGA, en una rotunda embriaguez de sensaciones, olores y colores: el PSIQUEDELISMO. Pero, alguien recordó que el asesinato también es un ARTE."Obviamente me lo compro.
Clic. Clic. Veo también que la novela tuvo reedición (al parecer Alexis Barclay cambió de sello editorial y se llevó sus creaciones consigo). La portada, por otro lado, es obvio que imita o clona a la clásica serie del SAS (Special Air Service) de Gerard de Villiers.
Villiers son, claro, palabras mayores. No era un sufrido escritor de bolsilibros español sino un exitoso gabacho que vendía miles de ejemplares de sus ficciones de espías, política internacional y jamonas de sexo fácil. La portada que tienen arriba, aunque sea de una reedición de Grijalbo, es otra que recuerdo ver por casa de mi abuelo.El creador de SAS era un tipo muy hábil que entonces jugaba muy bien con los acontecimientos de actualidad. Hace unos días estuve mirando a ver si alguien había hecho algún epub o similar con sus libros para descargarme, por pura curiosidad para ver como le sientan los años, pero no encontré nada.
Clic. Clic. y regreso a Alexis Barclay, que también provó suerte en la fantasía. Esto de Los siervos de Plutón no tengo ni idea de que irá. A saber. Pero me hace gracia ver ese macho cabrío en portada. A finales de los 60 este tipo de simbologías ya podía utilizarse en España si la novela era para adultos. Las hembras, por su parte, gestualizaban sus formas embutidas en trajes tan apretados a su piel que parecían sólo pintura. Bueno, en realidad era eso, la técnica de las dos versiones aplicada a la ilustración, en pelotas para el extrajero y coloreada para el mercado interno.
Clic. Clic. Mira, una variación de portada de la misma novela. La hembra sigue bailando, aunque aquí en topless y una posición más imposible. Y ya no hay macho cabrío sino una especie de dios griego que por lógica debe ser Plutón. Deduzco, aunque uno nunca puede poner la mano al fuego, que en la novela las siervas de Plutón danzan sugerentes y poseídas.
Sigo con mi travesía virtual y me topo con un clásico del bolsilibro español, Lou Carrigan (nacido Antonio Vera Ramírez), y una portada que llama mi atención: escorpiones gigantes y una pirámide con reminiscencias illuminatis. Biografía de un monstruo se llama la cosa y me deja la mar de intrigado. Escarbo un poco por la red y descubro que probablemente esta portada tiene poco que ver con lo que se narra en el interior; a cambio, sería de las mejores de su autor, algo que también acreditaría tener hasta cuatro ediciones diferentes, con un ramillete de portadas bastante dispar, al menos si comparan la de arriba con la tercera de abajo.
Sigo con Lou Carrigan y clic clic llego a una serie clásica, FBI de la editorial Rollán.
Coño. Hay una entrega que se llama Hippies. Esto es pOp de derribo, esto es mi tema. Esta a Euro y medio, así que me la pillo. Compruebo también que la novelita tuvo al menos otra edición posterior.
Venga, va. Jipis y bolsilibros españoles. Tiremos por ahí a ver que pillo...
Pues mira, otro clásico, Ralph Barby (nacido Rafael Barberán Domínguez) tituló un trabajito para la serie Servicio Secreto de Bruguera como Muere una Hippie .
A Joe Mogar lo tengo menos controlado. Me suena de alguna del Oeste de las que compraba mi tía abuela, pero vamos, que Muerte para una "ye-ye" me parece un título antológico que debe figurar en mi colección de viejo papel pOp y español, así que a la saca.
Y haciendo clic clic con tanto yeyé y tanta jipi por en medio no es de extrañar que acabe topándome con las drogas. Las drogas y sus víctimas y una portada maravillosa con una chica encerrada, encadenada, jeringuillas vintage, potes de opio. No hay duda: debe formar parte de colección de materiales sobre droga y cultura popular. A la saca.
Me quedo con el nombre del escritor, Paul Reader, y comienzo a mirar su obra. Es un descubrimiento. Ya de entrada, un libro sobre Las perversiones publicado en 1973, es decir, antes del fin de la dictadura. La portada, con esas reminiscencias a lo Crepax me resulta fascinante durante un rato.
También esta, Biografía de las pasiones. WoW.
A estas alturas ya tengo claro que Paul Reader sabe lo que quiere la gente, cosas como Grandes traidores,
Lacras sociales,
Los harenes y sus misterios (que, atención, tuvo varias ediciones, entre ellas una en la que su título se convertía en La mujer en el Islam, nada menos),
Privados y favoritas,
Verdugos famosos,
o Cárceles famosas.
Me hace gracia descubrir que años más tarde publicara Cárceles y verdugos y estoy seguro, convencido, de que no es otra cosa que un refrito de los dos anteriores: Verdugos famosos y Cárceles famosas. En estos momentos, Paul Reader se ha convertido en el descubrimiento de mi jornada de surf pulp, un tesoro escondido del ensayo de explotación, así que decido investigar. Me cuesta un poco encontrar datos al principio, pero al ver que un tal Carlos de Arce figura como traductor de un par de las obras decido tirar por ahí, ya que era muy habitual que el autor que se escondía bajo el seudónimo firmara la (falsa) traducción (así pasaba con Von Vereiter y Enrique Sánchez Pascual, por ejemplo). Así que tiro por ahí y efectivamente, un obituario revela que el periodista Carlos de Arce era Paul Reader.
También leo que Carlos de Arce tuvo problemas tras publicar, en 1971 y con su nombre, El insaciable Eros, una historia del erotismo que le atrajo problemas con el régimen. No era cosa de broma, una d eestas demanadas podía acarrear la inhabilitación para la práctica del periodismo. Quizá fuera eso lo que le llevara al uso de un pseudónimo.
Regresando al clic clic clic, descubro que en la misma editorial que Paul Reader publicaba un tal Helmuth Von Sohel. De nuevo, reportajes de clara vocación exploit que buscan el bajo instinto, como El peor pecado,
Gamberros y Teddy-Boys,
Grandes loscos de la humanidad,
La mujer y el delito,
o una sorprendente Biografia de la homosexualidad (con primera edición española de 1964, nada menos). Mismas editoriales (Fema y Producciones Editoriales), mismas temáticas... Estoy seguro de que Carlos de Arce está también detrás. No puedo confirmarlo pero sí veo que figura como traductor de algunas, así que 2+2=4.
Siguiendo con mis búsquedas, que se han cruzado con el erotismo, doy cons estas Vírgenes de Alabama que a saber que serán, pero me maravilla la portada por esas bragas y sostenes pintadas con rotulador, y por el copón, claro.
Pero regreso al repotaje de bajos instintos y doy con la colección de Bruguera Crónica Negra, que compilaba grandes crímenes imagino que con el punto de vista adecuado al formato y público. Un volumen protagonizado por La familia Manson,
u otro bellamente titulado Esclavas rubias. WoW.
Así que miro en el vendedor al que le estoy haciendo el pedido y le descubro un par de ejemplares de la serie. Uno es El sátiro de Villa Urquiza (y todo lo que luzca la palabra sátiro en el título me interesa);
El otro es El coleccionista de mujeres asesinadas. ¿Quién puede resistirse? Me pillo los dos.
Doy marcha atrás, clic clic, y regreso a FBI de Rollán. Me seduce esta portada, con el hiperrealismo del tipo con la media negra en la cabeza. Pienso que seguramente debe ser algún amigo del ilustrador que se dejó fotografiar. También me encanta el título: Epidemia de decencia. Eso sí es una lacr social y no las de Paul Reader.
Y luego Harlem, coño. Y sin negros en portada. Que pena descubrirlo ahora que ya se ha publicado Black Super Power.
Hostia. En Marea Roja y Negra sí que sale un negro. y arriba habla de Race Riots. Mecachis, esto sí que me hubiera venido bien para mi libro. Tomo nota, que nunca se sabe.
Mira. Otra portada hermosa de la serie FBI de Rollán. Un encapuchado carmesí, icono pOp irresistible, que además resulta ser del Ku KluX Klan (pese al cambio de color) y que encima se iventa un logo para la grupo racista. ¡Qué maravilla!
Llegados a este punto de mi jornada de pulp surf, me introduzco ya en clásico: la belleza de sus títulos. Pura poesía popular. Dos atómicas para X-21. Uff. Las bombas atómicas son como las buenas tetas, que van de par en par.
O este: Adiós Imbécil. Escueto, corto, directo, poderoso. Aplausos.
Y aquí Clark Carrados (Luis García Lecha), otro clásico, titula La dinamita que hizo "pfff". No sé si se refiere a que era defectuosa y no estalló o si acaso es que ya ha prendido la mecha. Da igual, es un buen título para un bolsilibro.
Esta me hace gracia, Mi muerte fue una fiesta. Tan personal, tan imposible. Y en portada un hongo atómico. ¡Menuda fiesta!
Bueno. Voy acabando mi particular jornada de saltos de portada en portada. Primero con esta rarezaen la que no se indican autores pero que tiene la hermosura del machambrado gráfico de derribo: zombis, monjes calavera, murciélagos y jamonas en salto de cama. Con cosas así el contenido siempre será lo de menos.
La serie de El Encapuchado es un clasico de nuestro pulp (y aquí sí es pulp y no bolsilibro), La portada me parece de una belleza TREMENDA.
Para acabar, otra cosa que no sé muy bien que será, pero de cuyo título me enamoro. Cánticos y explosiones. Sï, creo que eso es lo que necesitamos hoy. Me temo que la cosa está tan mal que sólo la podremos solucionar a base de cánticos y explosiones. Y hemos tenido que dar con la respuesta a trabes del pOp de Derribo. ¿Dónde si no?
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